Partida Rol por web

Señores y vasallos

[0-PRINCIPAL] En los muelles...

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16/03/2018, 18:51
Ariadne Pendragon

La presión le oprimía el pecho como tantas otras veces que presenció en el pasado las deshonrosas empresas a las que se veían obligados los hombres. Esta vez, pese a su tristeza en la mirada, no dijo nada y este silencio provocó la mirada de Laenor en ella. -Haré lo que me pidáis- dijo mientras sostenía la mirada -pues sé que Don Rodrigo no dudará en usar métodos aún más ruines que el veneno.-

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16/03/2018, 18:56
Aguilar Aguasvivias

-Claro que hablaba en serio- sonrió Aguasvivas -Aunque del legendario guerrero...- el anciano pasó la mano nudosa por sus cabellos blancos. Pero su expresión fue más seria cuando Melissa habló fuera de bromas.

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16/03/2018, 19:00
Hedila

Correcta y cordial, como siempre, Hedila cabeceó afirmativamente tras las palabras de su señora. -Me sentiría muy mal dejandoos sola en un momento como este. Además, mi familia tampoco se lo tomaría bien. Hemos sido dignos vasallos de los Hierro desde hace generaciones. Estaré a vuestro lado, cumpliendo con mi deber, con muy buena gana. Aunque tenga que hacer de niñera de viejos ebrios.-

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16/03/2018, 19:02
Aguilar Aguasvivias

-¡¿Eh?!- se quejó el veterano antes de romper a carcajadas. Pero las risas duraron poco -Melissa- el tono en la voz de Aguilar denotó cierta urgencia, miró en derredor pero no había nadie cerca y los lugareños estaban inmersos en sus asuntos. -No seremos los primeros del reino en ir a esas tierras- inspiró hondo antes de continuar -La primera vez que leí algo sobre esta cuestión fue en el extraño libro de Vonjunzt, aquel extravagante Oragón que vivió tan singularmente, y murió en circunstancias tan misteriosas y terribles. Fue por fortuna que cayó en mis manos su obra Cultos sin nombre, llamada también el Libro Negro, de su puño y letra, poco antes de que al autor le sorprendiese su terrible destino. Ahora, los interesados suelen conocer los Cultos sin nombre a través de copias baratas de escribanos incultos. Pero el volumen con el que yo me tropecé era uno de los ejemplares de la edición completa, encuadernada con pesadas cubiertas de piel y cierres de hierro herrumbroso. Dudo mucho que haya más de uno o dos ejemplares en el reino; primero porque no se copiaron muchos bajo su supervisión, y además, porque cuando corrió la voz de cómo había encontrado la muerte su autor, muchos de los que poseían el libro lo quemaron asustados.-

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16/03/2018, 19:09
Hedila

Completamente atraída por la historia que Aguasvivas relataba, Hedila lo miraba con asombro y respeto pero no pudo evitar la pregunta -¿Cómo murió ese tal Vonjunzt?-. Hedila se sonrojó por la mirada que le lanzó Aguilar mezcla de asombro y reprimenda.

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16/03/2018, 19:10
Aguilar Aguasvivias

-VonJunzt pasó toda su vida buceando en temas prohibidos. Viajó más allá de las fronteras, consiguió ingresar en numerosas sociedades secretas, y llegó a leer un sin fin de libros y manuscritos esotéricos.- Aguilar se detiene y su mirada queda fija en el fondo de su jarra -En los densos capítulos del Libro Negro, que oscilan entre una sobrecogedora claridad de exposición y la oscuridad más ambigua, hay detalles y alusiones que helarían la sangre del hombre más equilibrado.- Cruzó la mirada con las muchachas -Leer lo que VonJunzt se atrevió a escribir, suscita conjeturas inquietantes sobre lo que no se atrevió a decir. ¿De qué tenebrosas cuestiones, por ejemplo, trataban aquellas páginas escritas con letra apretada del manuscrito en que trabajaba infatigablemente pocos meses antes de morir, y que se encontró destrozado y esparcido por el suelo de su habitación cerrada bajo llave, donde VonJunzt fue hallado muerto con señales de garras en el cuello? Eso nunca se sabrá- 

Apenas con un hilo de voz Hedila preguntó de nuevo el motivo y Aguasvivas respondió -Porque el amigo más allegado de este autor, Alexis Landeau, después de una noche de recomponer los fragmentos y leer el contenido, lo quemó todo y se cortó el cuello con su cuchillo.

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16/03/2018, 19:19
Josefina Zadís

Vi a mi señora salir del callejón y caminé hacia ella con paso firme -¿Lo habéis leído ya?- le pregunté -No lo hagáis aquí. No es seguro- le dije. Sus ojos me miraron y yo respondí antes de que formulara la pregunta -Mi trabajo es saber cosas- comencé a decir queriendo parecer más sabia de lo que era pero mi sinceridad me traicionó -Yo puse a Madame Lavoille tras la pista de ese fragmento y le dije que os lo diera directamente.- La miré esperanzada, quizá ese gesto serviría para ganar algo de posición a los ojos de Clarissa... o para todo lo contrario. -No seremos los primeros del reino en ir a esas tierras.- Le dije agachando la cabeza en gesto de sumisión. Luego la dirigí hacia el muelle, avanzamos hasta que las olas engullieran los sonidos de nuestras palabras -La primera vez que leí algo sobre esta cuestión fue en el extraño libro de Vonjunzt, aquel extravagante Oragón que vivió tan singularmente, y murió en circunstancias tan misteriosas y terribles. Fue por fortuna que cayó en mis manos su obra Cultos sin nombre, llamada también el Libro Negro, de su puño y letra, poco antes de que al autor le sorprendiese su terrible destino. Ahora, los interesados suelen conocer los Cultos sin nombre a través de copias baratas de escribanos incultos. Pero el volumen con el que yo me tropecé era uno de los ejemplares de la edición completa, encuadernada con pesadas cubiertas de piel y cierres de hierro herrumbroso. Dudo mucho que haya más de uno o dos ejemplares en el reino; primero porque no se copiaron muchos bajo su supervisión, y además, porque cuando corrió la voz de cómo había encontrado la muerte su autor, muchos de los que poseían el libro lo quemaron asustados.- Miraba a los ojos a Clarissa pero volví a bajar la mirada, aún no estaba acostumbrada a tratar a solas con su señora.

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16/03/2018, 19:27
-Narrador-

Conocías el nombre de tu antepasado. VonJunzt pasó toda su vida buceando en temas prohibidos. Viajó más allá de las fronteras, consiguió ingresar en numerosas sociedades secretas, y llegó a leer un sin fin de libros y manuscritos esotéricos. El libro al que Josefina hizo mención tampoco te resultaba desconocido. Los rumores afirman que en los densos capítulos del Libro Negro original, que oscilan entre una sobrecogedora claridad de exposición y la oscuridad más ambigua, hay detalles y alusiones que helarían la sangre del hombre más equilibrado. Leer lo que VonJunzt se atrevió a escribir, suscita conjeturas inquietantes sobre lo que no se atrevió a decir.

Pero no conocías la muerte de este antepasado y, por supuesto, que existiera aún una copia original de aquel fabulosos y aterrador escrito.

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16/03/2018, 19:35
Clarissa Oragón
Sólo para el director

-Has hecho bien, querida, si queremos hacer de este mundo de hombres uno de mujeres tendremos que trabajar juntas. Mis siervos son tuyos, aunque la próxima vez estaría bien saber que me los coges prestados antes de usarlos.- Comento dedicándole una sonrisa mientras guardaba la nota debajo de uno de mis pechos, dentro de la túnica. Ninguno de mis acompañantes debía saber lo que guardaba, ya lo leería en la intimidad de mi camarote.- No quiero que Lady Hellium sepa nada al respecto, mientras no necesitemos involucrarla. Ha venido para mejorar su posición frente a los ojos de Próspero y librarse de su vasallaje, así que podría buscar el apoyo del resto de familias o la presión de la familia real para salirse con la suya, aunque tenga que acusarnos de brujería. ¿Realmente creéis que podemos encontrar bestias mágicas y horrores de poder inimaginable más allá del mar? Eso podría darnos una gran ventaja para conseguir nuestros objetivos.- De repente, me doy cuenta de que nuestra ausencia no pasaría desapercibida si se alargaba más de la cuenta.- Guarda el libro a buen recaudo, ya lo investigaremos al llegar a tierra firme, o si tenemos tiempo de solaz. Dentro del barco también estará un Acebedo y su séquito, así que no es conveniente correr riesgos innecesarios. Has hecho un buen trabajo.- Recompenso a mi vasalla con dulces palabras.- Por ahora vamos al barco antes de que alguien nos eche en falta.

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16/03/2018, 20:53
Josefina Zadís

Josefina se ruborizó -No... no la usé, sólo le dije algo que podría interesaros- la inocencia de la joven Zadis era aún evidente, pero sin duda Clarissa sabrá explotar su potencial. Lo que tenía de inocente palidecía en comparación con su discreción y su lealtad. Oga no sabría nada por ella. Sin embargo, las palabras que sucedieron borraron su seguridad -El libro... lo leí, pero no lo poseo. Está en manos de Aguasvivas, el instructor de los hijos del rey. El viejo de pelo blanco que acompaña a Melissa Hierro.- Añadió caminando hacia el bote que les llevaría a su navío.

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16/03/2018, 21:56
Laenor Acebedo
Sólo para el director

Sostuve la mirada de Ariadne por unos segundos antes de que una suave mano acariciase su mejilla, enjugando unas lágrimas que si bien no admitiría, estaban por salir, como siempre que mis métodos más bajos salían a flote, hace mucho tiempo había aprendido que en esta familia, los ruines y tramposos poco vivían, pero aún menos lo hacían los nobles de corazón, pues cuando se juega al juego de la corte, solo se puede ganar o morir, no hay puntos medios - Nunca te pediría que hicieras nada que manchase tu código de honor, ese peso recaerá en mi, no me hace feliz usar estas formas, pero a veces, el fin justifica los medios...-

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17/03/2018, 13:00
Clarissa Oragón
Sólo para el director

- El maestro de Melissa ¿eh? Si tiene ese libro en su poder, dudo que vaya a resistir la tentación de acompañarnos en nuestro viaje a las ruinas de la cultura desconocida. Tampoco creo que vaya a disfrutar del campo de batalla y la conquista sangrienta.- Me subo al bote con cuidado, no quería ni caer ni ensuciarme el vestido y le tiendo la mano a Josefina, para ayudarla a subir. El remero nos mira con lujuria, habría visto pocas mujeres en alta mar. Cuando sube mi vasalla, le indico con un gesto que comience a bogar.- Le haremos la oferta de acompañarnos cuando lleguemos a tierra firme. En la ruta a las montañas compartiremos camino durante unos días.

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18/03/2018, 22:36
Melissa Hierro

Se sorprendió mucho al oir que en realidad Don Rodrigo no confiaba en Laenor Acebedo, cuando éste justo había sido el que había calmado los ánimos. Pero pronto le vio el sentido. El juego de la intriga era tanto o más peligroso que el de la guerra, y si bien los Hierro eran expertos en lo segundo, los Acebedo eran los más duchos lo primero. ¿Era posible que La Araña Plateada hubiera urdido la impertinencia de La Torre para así hacernos bajar la guardia con respecto a él? Le parecía más probable que aquello de cobrar peaje hubiera sido tan inesperado para Laenor como para los demás nobles, pero no le cabía duda de que nada más llegar comenzaría sus juegos de intriga. Tenerle ya ocupado con la fortaleza era justo lo que necesitaban, además de que el establecimiento de las rutas comerciales no podía estar en mejores manos. "Sí, sin duda habéis hecho bien al darle la fortaleza, manteniéndole así ocupado. Y por su parte, La Torre parece más guerrero que diplomático. Ojalá consigáis ganároslo, nos vendrá bien tener por fin un amigo entre las casas ajenas. O por lo menos, alguien en quien podamos confiar." luego le preguntó sobre Clarissa. "Clarissa es... enigmática. Su franqueza nos deja a todos sin palabras pero... a riesgo de quizás pecar de poca desconfianza, no me parece que alberge malicia en sus actos. Pero me preocupa el reparto que el cabeza de los Acebedo ha realizado. Clarissa ha sido asignada al barco de Laenor. La chiquilla no parece malintencionada, pero me preocupa que La Araña Plateada la atrape en sus redes. Creo que es el tipo de persona que peca de excesiva neutralidad, que gusta de, como dirían el refrán... repicar la campana y llevar al santo a la vez. Eso puede ser y será peligroso. Para ella, y para nosotros. Si pudieramos ganarle al juego de la intriga a Laenor, quizá hasta también para él." negó con la cabeza, y suspiró. "Sigh... No tengo nada en contra de Oga, pero... Clarissa me cae bien, su defensa del tercer estado la hace parecer una mujer de buenos y claros principios. Y creo que la he ofendido al alejarla de todo su séquito. Creo que es una pena no haber podido realizar la travesía con ella. Supongo que entonces tendré sin duda menos de qué preocuparme durante la travesía, pero más cuando llegemos." entonces vació su copa, dando así señal de haber terminado la conversación.

"No quiero robaros más tiempo Don Rodrigo." empezó a despedirse con una inclinación de cabeza respetuosa, poniendose en pie. "La noche es larga, pero sé que tenéis aún cosas por hacer." le puso una mano sobre el brazo antes de marcharse. "Os agradezco que hayáis podido dedicarme estos minutos. Os deseo un tranquilo viaje. Nos volveremos a ver tras la travesía." Asintió ante el recordatorio de prudencia de Don Rodrigo del Hierro. "Sí, estaremos atentos."

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19/03/2018, 13:41
Medraut Acebedo

Medraut toma asiento al lado de Pelfrin, pide un chato de vino al tabernero y da un par de palmadas en una silla a su lado mientras mira a Rodrigo.

Ese explorador... Tal vez contrajese alguna enfermedad de la zona - da un pequeño sorbo al vino - Viendo la gravedad de los síntomas, parece que tendremos que andar con mucho cuidado de no infectarnos nosotros, tanto cuando lo visitemos como cuando exploremos el bosque. A las malas, y si no es muy grande, quemarlo puede que sea una opción viable...

O bueno, mejor no pensarlo mucho por ahora. Todo serán suposiciones hasta que lleguemos y veamos de primera mano cómo es la situación.

Tu, Pelfrin, procura no beber demasiado o tendrás dolores de cabeza mañana. Y quiero verte fresco para cuando zarpemos.

Notas de juego

Lamento la tardanza, estas últimas semanas han sido mortales.

Si algún destinatario que no está ya en la taberna está marcado, decídmelo y lo cambio.

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19/03/2018, 19:13
Rodrigo del Hierro

Así era Rodrigo, confiado y autoritario. Jamás habría imaginado lo que el apoyo de su compañera Melissa significaba para él hasta que escuchó su apoyo. Con afecto, el soldado estrechó las manos de Melissa con delicadeza, dio un beso en el dorso de ambas y sostuvo su mirada -Un hombre de mi confianza viajará en vuestro navío. Espero que gocéis de un apacible y provechoso viaje.-

La voluntad de Rodrigo luchó inútilmente por mantener aquel momento congelado en el tiempo. Mientras se alejaba se sintió afortunado. Puede que no retuviera el momento pero su memoria hizo un excelente trabajo grabándolo en su mente.

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19/03/2018, 19:19
Rodrigo del Hierro

-Quemarlo- Rodrigo torció el gesto al escuchar la idea de quemar a uno de sus hombre, pero La Torre tenía razón y, pese a la resignación, sostuvo su mirada y asintió. -Necesitaremos de todo el conocimiento posible para conocer en profundidad el mal que se apoderó de él y procurarnos un antídoto, si es posible- con estas palabras miraba a Oga. Los sabios de la familia Oragón tendrán un papel muy importante en este asunto.

-Tenéis razón, Medraut. Dejemos el tema para cuando lo tengamos delante. Por mi parte, poco más tengo que hacer por aquí. Marcharé al barco. Podréis encontrarme en mis aposentos.- Pero antes de retirarme -Oga, viajaréis con Melissa- la mirada de Rodrigo era suspicaz -es la hija del rey. Cuidadla bien y yo mismo hablaré favorablemente de vos, tanto a los Oragón como al mismo Próspero.-

Así, terminó con su bebida sabiendo que pronto podría mantener largas conversaciones con La Torre sobre las defensas, tácticas y estrategias militares que tomarán en la nueva tierra.

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25/03/2018, 18:33
-Narrador-

Y así concluyó la reunión de los señores. Sus discusiones cesaron y poco a poco El Errante se fue quedando con sus clientes habituales, esta vez bebiendo en silencio o participando en las conversaciones de los marineros que se despedían de tierra firme. Aunque el día hubo comenzado como otro cualquiera, con el crujir de la madera en los muelles, las gaviotas y demás sonidos, distaba mucho de ser cotidiano y los lugareños jamás verán un embarque igual. Los botes y pequeñas embarcaciones surcaban la distancia entre los grandes navíos y la costa repetidas veces, mientras las huestes de los señores embarcaban. Éstos ya lo habían hecho en primer lugar. Laenor Acebedo y Clarissa Oragón subieron a bordo de La Influencia, carabela que fue la primera en zarpar con la pleamar. Junto a ellos subió la mayor parte de su séquito y bastantes ojos y oídos del resto de señores como para guardar cuidado de dónde exponer ideas arriesgadas, de haberlas. La segunda en zarpar fue la carabela Victoria con Melissa Hierro y Oga Oragón. Al igual que en La Influencia, no pasó desapercibida la presencia de esporádicos leales a señores a bordo de otros  navíos. Por último, aunque no menos importante, Rodrigo del Hierro y Medraut Acebedo subieron a bordo de La Doncella. Un galeón de poderosos cañones cuya propiedad estaba disputada entre Don Diego Acebedo y la corona. Con ellos viajaron casi la totalidad de sus soldados, hombres que cubrieron las bodegas inferiores de camastros y hamacas, y que entre sus filas daban cobijo a leales a los otros.

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25/03/2018, 18:51
-Narrador-

Clarissa y Laenor

Los primeros en zarpar, durante la noche podíais ver que las dos calaveras mantenían el ritmo pero los tres galeones se iban quedando poco a poco atrás. -Puede que tarden un día más, tal vez dos, en llegar a la costa-.

El camarote del capitán había sido dividido por gruesos paneles de roble y, en su lugar, se encontraban vuestras estancias. El capitán de vuestro navío era Zalamel Acebedo, un hombre apuesto aunque bastante hosco. Sus gestos y su mirada inspiraban desconfianza. Era como si constantemente estuviera evaluando todo (y a todos). Quizá molesto por ver su preciado camarote dividido en dos y ocupado por nobles de tierra. Aun así, ambas estancia eran amplias y gozaban de todas las comodidades.

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25/03/2018, 19:00
-Narrador-

Melissa y Oga

Los segundos en zarpar, durante la noche podíais ver que las dos calaveras que os acompañaban mantenían el ritmo pero los tres galeones se iban quedando poco a poco atrás. -Puede que tarden un día más, tal vez dos, en llegar a la costa-.

El camarote del capitán había sido dividido por gruesos paneles de roble y, en su lugar, se encontraban vuestras estancias. El capitán de vuestro navío era Estuardo Hierro, un hombre apuesto aunque bastante serio. Sus gestos y su mirada inspiraban tristeza. Era como si nada le suscitase la suficiente importancia como para cambiar su ánimo. Vuestros hombres os contaron los rumores. Estuardo perdió a su familia, a su esposa y sus tres hijos, una fatídica noche en la que se encontraba en alta mar. No pareció importarle que el camarote se dividiera en dos. Aun así, ambas estancia eran amplias y gozaban de todas las comodidades.

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25/03/2018, 19:03
-Narrador-

Medraut y Rodrigo

De los galeones, fuisteis los primeros en zarpar. Durante la noche podíais ver que los dos galeones que os acompañaban mantenían el ritmo pero las tres calaveras se iban adelantando poco a poco. -A esa velocidad. Puede que tarden un día menos que nosostros, tal vez dos, en llegar a la costa-.

El camarote del capitán había sido dividido por gruesos paneles de roble y, en su lugar, se encontraban vuestras estancias. El capitán de vuestro navío era Clarence Acebedo, un hombre enérgico y rugo aunque bastante viejo. Sus gestos y su mirada (la de su único ojo) inspiraban desconfianza. Era como si constantemente estuviera evaluando todo (y a todos). Quizá molesto por ver su preciado camarote dividido en dos y ocupado por nobles de tierra. Aun así, ambas estancia eran amplias y gozaban de todas las comodidades.