Partida Rol por web

Todos los shamanes del mundo presenciaron el acontecimiento. Daba igual que estaban haciendo en ese momento o la importancia de la actividad... había algo más fuerte que ellos mismos que les impulsó a mirar al cielo y verlo con sus propios ojos aunque no supieran lo que significase: los estrellas de la destrucción Ragoh y Keito cruzando el cielo nocturno. Acontecimiento que anunciaba el inicio de algo grande e importante... Y a la vez algo misterioso, pues nadie sabía con certeza como esto era posible.

A dos hermanos por ejemplo, el acontecimiento los pillo cuando visitaban el pueblo de su padre junto con su familia, que para sobrellevar la escasez de tecnología se llevaron consigo a un par de amigos con ellos. Era un pueblo pequeño, el típico pueblo japonés. Todos se conocían entre ellos, la mayor parte del pueblo de dedicaba a la agricultura, y salvo unos pocos jóvenes que vivían con sus abuelos, era una población anciana. Estaba al lado de una estación de tren, y tomando un sendero se podía llegar a un precioso lago que se agradecia tener en estos cálidos días de verano.

Los hermanos estaban viviendo en la casa familiar, durmiendo plácidamente los cuatro en una misma habitación cada uno en su futon... eran las nueve y estaban de vacaciones, se lo podían permitir... aunque cierta mujer de la casa opinaba lo contrario. Sigilosamente la mujer cruzó entre las camas para llegar al otro extremo de la habitación sin despertar a ninguno de los jóvenes...

Al menos no hasta que corrió las persianas y dejo que toda la potente luz del sol os golpeara la cara a cada uno mientras inútilmente intentabais taparos de los rayos solares para permanecer a oscuras -Despertad gandulillos, que no por ser verano os pasareis el día durmiendo ni dejareis que se enfríe el desayuno- os indicó la mujer de cabellos verdes ataviada con un delantal negro mientras daba palmas. Si no fuera la madre de esos dos hermanos, más de uno le hubiera lanzado el cojín para intentar dormir cinco minutos más.

Aquella noche, o más bien toda la tarde entera, nos la pasamos divirtiendonos entre chapuzones en el lago y haciendo alguna que otra gamberrada a mi hermano, por mi parte. La verdad en pleno verano se agradecía que tuvieramos un pequeño lago en el pueblo. Eso sí, la falta de tecnología se notaba, pero yo lograba suplirlo con Meiko, menos mal que nos trajimos un balón. Eso sí, hubo un momento en el que sin saber como, entré un poco en sicronía con mi hermano, cuando ambos levantamos la vista al cielo para ver aquellas estrellas surcar el firmamento. - ¿Son estrellas?

Fuera lo que fuese ese fenomeno, sin duda apenas sabiamos sobre ello, y era tan tarde que sino volviamos, nuestros padres nos iban a echar la bronca. Ya en casa, después de la cena y el baño pertinente, fuimos al cuarto y yo caí en el futón más cercano a la ventana, la mejor forma de no pasar calor, era ganarte el futón más cercano, y mi forma de resistencia pasiva, casi siempre funcionaba. Pero como todo, siempre que tomas algo bueno hay algo malo.

A la mañana siguiente, tal y como si fuera una lluvia de acido directa en los ojos, me retorcí al otro lado tratando de ocultarme entre las ligeras sabanas y apretando mi cara frente al futón que apenas si se me podía irme quejarme - _{MAMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. Son vacaciones ¿No puedes despertarnos de otra manera?} - E inconscientemente hice la croquetilla liandome la sabana ligeramente, junto a la almohada hasta chocar contra alguien. Con todo el burruño de tela no podía saber quien era - _{Lo siento. El sol... me derrite.} - Y actuando exageradamente me hice la muerta, aunque no valiera para nada

Más que la voz o las palmadas de su madre, lo que terminó por despertar a Tatsuya aquella mañana fueron los quejidos y protestas de su hermana junto a él. El chico se alzó en la cama ocultando un bostezo con la palma de su mano mientras miraba de reojo a Ai, que remoloneaba y se agarraba al futón como si aquello fuese a servirle de algo. Suspiró levemente al ver aquel espectáculo. Si hay que levantarse, hay que levantarse. No conseguirás nada abrazándote a la almohada..., pensó. Pero así era su hermana. Totalmente falta de clase... parece mentira que seamos hermanos, pensó mientras pasaba una mano por su cabello, dejándolo perfectamente arreglado con ese simple gesto. Un talento natural.

Un día más en Quraim, pensó mientras miraba el cielo por la ventana. No era un pensamiento positivo. La aldea estaba bien... para visitarla un día. El resto del tiempo era más un suplicio que otra cosa. La tecnología más avanzada que tenían en aquel lugar era una cabina de teléfono que se encontraba junto a la entrada del pueblo, y Tatsuya estaba casi seguro de que hacía tiempo que había dejado de funcionar. De conexión Wi-Fi, por supuesto, podía olvidarse. La tarifa de datos de su teléfono móvil se echaba a temblar en cuanto el GPS detectaba que se acercaban a Quraim. Lo más entretenido que se puede hacer aquí es practicar papiroflexia con papá... Y no es nada entretenido. Lo había probado.

El encanto de aquella aldea, supuestamente, residía en la naturaleza que la rodeaba. El bosque, el lago, el cielo estrellado de noche... Pero cuando lo has visto una vez, el resto de veces es siempre igual, pensó Tatsuya mientras se levantaba del futón y se disponía a escoger la ropa que se pondría ese día. Bueno, tal vez no siempre, pensó. La noche anterior había sucedido... algo extraño en el cielo. ¿Estrellas fugaces? ¿Un cometa? Todavía seguía dándole vueltas. Por alguna razón no podía quitárselo de la cabeza.

Tatsuya se giró al escuchar un leve golpe y un quejido de su hermana. Ai había chocado con alguien en su huida desesperada por no madrugar. Tatsuya suspiró.

Vuestros dos amigos también intentaron inútilmente de cubrirse del ataque solar de la madre de vuestra madre -_{Señora Mitsurugi por favor... me fundo...}- dijo Meiko con las mismas energías que su amiga mientras adoptaba una postura fetal bajo las sábanas. Por su parte, Seiji intentaba incorporarse como podía con los ojos cerrados, totalmente deslumbrado por la luz del astro rey.

En su intento de huida, la croqueta Ai rodo, chocando con las piernas de su madre mientras está la miraba desde arriba como se hacía la muerta -Así que muerta, ¿eh?- dijo mientras se agachaba y agarraba la sabana de su hija -¡Levantate y anda!- término diciendo mientras tiraba hacia arriba para que su hija saliera rodando como un tronco e impactara en su amiga enterrada en sus sábanas para espabilar a las dos al precio de uno.

Luego de hacer pleno con el fruto de su barriga, siguió con las palmas -Vamos. Que hay que organizar el día y empezarlo con alegría- dijo con una sonrisa amable en la cara -Que tenéis el desayuno en la mesa. Y ya sabeis que papá no come si no estáis todos... Y hoy tiene hambre- término diciendo.

Organizar el día, dice... Tatsuya suspiró interiormente. No hay nada que organizar. Aquí no hay nada que hacer. Aún así, parecía que Tatsuya era el que más se estaba apresurando a cumplir con la petición de su madre. Ya llevaba colgada del brazo la ropa que se iba a poner, pero antes de salir del cuarto miró a su hermana, a la amiga de su hermana y a su propio amigo.

-No sirve de nada remolonear. Tarde o temprano tendréis que levantaros. - comentó con una sonrisa burlona. Tenía la suerte de no ser de esas personas a las que les cuesta levantarse por las mañanas, y aunque comprendía que a otros les pudiese costar... le hacía más gracia que otra cosa. - Voy a darme una ducha rápida, - informó de pasada. Las noches en Quraim eran calurosas, y no podía permitirse ni un ligero olor a sudor en su persona. - y después a desayunar. Si no estáis en la mesa todavía, me comeré vuestro desayuno.

Dicho y hecho, Tatsuya fue a asearse al baño, con la intención de ducharse, vestirse y acudir a la mesa tal y como había que hacer.

-_¿eh? - Dije al notar a alguien agarrandome, y justo cuando pensé quien era, era demasiado tarde. - BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA - grité por toda la habitación cuando acabé rodando chocando contra Meiko - Itai, itai, itai, mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Eso duele. - Seguía quejandome de las formas que nos levantaba mama. Al final, me rendí y puse las manos en los futones para levantar poco a poco - Vaaaaale... Ya me levanto. Vamos Meichan. - Iba a levantarme poco a poco hasta que oí a mi hermano.

Pegué un rebote agarrando la almohada y mirando furiosa a mi hermano - Tu no vayas de chulo y pelota - Dije mientras le tiré la almohada - ¡Y no te comerás mi desayuno Tatsuya! - Solo había una ducha y el iba a darsela - Pse, es mejor los baños por la noche. Maldito ligón tiquismiquis - Y entonces reaccioné a algo que dijo mi madre - ¿Organizar? ¿Qué vamos a organizar? - mientras aprovechaba para recoger mi futon y guardarlo de cualquier manera y de paso, sacar el balón de voley y jugar con el en mis manos.

Sin duda, mama me habia dejado con algo de curiosidad pero... - Aquí no hay nada para ver, ni para disfrutar. Como mucho, Meiko y yo podemos entrenar y podemos ir a bañarnos al lago pero... No hay mucho más, solo es un pueblo... Aburrido, como otros. Lo único bueno es que lo conozco y puedo entrenar en varios sitios... ¿Qué querrá hacer mama? - Pensaba mientras con el balón rodando en mi dedo miraba a Meiko - Vamos Meiko, antes de que Tatsuya nos quite el desayuno. ¿Vienes también Tanaka-san?

¡Auauauauau!- grito también la amiga de Ai cuando su esta impactó en ella y la arrolló como un amasador -Aaaauuu... vale, me levanto...- dijo Meiko mientras también se obligaba a si misma a incorporarse -Tu madre se pasa mucho para levantarnos...- le dijo a Ai en voz baja.

El otro chico también se incorpora con cuidado con el pijama... sin hacer nada que pudiera hacer a la señora Mitsurugi usar sus métodos de espabilamiento contra el -Si... voy al desayuno también...- le indicó a Ai que le pregunto -No te preocupes, yo te espero para desayunar Tatsuya- le indicó, dando a entender que el no le quitaría el desayuno.

La mujer dejó de dar palmas sonriendo satisfecha ya viendo que todos estaban espabilados y listos para empezar el día... o por lo menos estar lejos de la cama -¿Que que vamos a organizar? ¡Pues planes! Para teneros entretenidos un rato...- dijo la mujer sonriente, aunque mirando de reojo la entrada del cuarto -Encima que nos tenemos que quedar en este pueblo tan aburrido, al menos intentaré que no os aburrais vosotros- dijo con tono cómplice. Aquí sólo hay una persona que le gustaba de verdad el pueblo... Y ese era vuestro padre, que para algo era su pueblo y era el quien tenía bonitos recuerdos de el.

-Gracias, Seiji. - respondió Tatsuya con una sonrisa mientras salía del cuarto. Seiji podía ser un chico perezoso, tímido, vergonzoso, demasiado callado, dependiente, malo en los deportes, no muy bueno en los estudios... Pero aún así era un buen amigo. No, no. No debería pensar esas cosas de mi amigo, pensó Tatsuya. Casi parece que lo esté insultando. Pero todo era cierto.

Según salía del cuarto, escuchó el comentario acerca de su madre acerca del aburrimiento que reinaba en el pueblo y suspiró. Va a hacer planes para que no nos aburramos, ¿eh?, pensó mientras entraba al baño. Me pregunto qué clase de planes serán. Tatsuya y su madre no siempre tenían el mismo concepto de entretenimiento, después de todo eran de una generación distinta, pero al menos su forma de pensar era mucho más normal que la de su padre.

Mientras se daba una refrescante ducha matutina, Tatsuya pensó en las cosas que habían hecho durante su estancia en el pueblo. Nada, fue lo primero que se le vino a la mente. Bueno, sí, se dijo. Hemos paseado y disfrutado del aire libre, del cielo y las estrellas, de los pájaros que... No, nada, concluyó. Mientras salía de la ducha y se secaba con una toalla, hizo una plegaria silenciosa para que los planes de su madre fuesen algo más entretenidos que la pura nada.

No tardó en terminar de secarse y vestirse, dirigiéndose después a desayunar, tal y como había dicho que haría.

-Buenos días. - saludó mientras entraba por la puerta y se sentaba en la mesa.

Reí por lo bajo ante el susurro de Meiko - Solo a veces. No te preocupes - respondí para luego oir su comentario entre dientes y sonreir - Supongo que también quiere divertirse con nosotros. - Sonreí y fuí para la puerta.

Mientras que Tatsuya se iba para la ducha el resto ibamos de cabeza al comedor. Tampoco se podía esperar mucho más. Mientras iba por el pasillo iba haciendo equilibrios con el balon en la cabeza - ¿Y bien mama? Tienes algo en mente como plan? - Normalmente si mama dice de planear algo, no improvisa, suele tener algo en mente, aunque sea una idea muy pequeña. Al menos así me dijo que era cuando tenía mi edad. - A las muy malas... podriamos echar un partido de voley... aunque eso dejaría a Tatsuya y Seiji atrás.

Justo antes de llegar al salón el balón se me cayó hacia atrás cayendo hacia Meiko, ni reaccioné, sabía que lo cogería, por algo eramos rivales y compañeras. Ya una vez allí abrí la puerta y saludé - Buenod días papa. - antes de coger un asiento

Vuestra madre sólo se mantuvo callada con una sonrisa ante la pregunta de su hija sobre los planes, ya que prefería mantener la sorpresa de estos... o no decepcionarles tan rápido con ellos.

Vuestro padre se encontraba a la mesa, leyendo el periódico con una taza de "El mejor padre del mundo" en la mano bebiendo unos sorbos mientras leía. En la mesa había todo un manjar de desayunos como a los que Chiyo tenía acostumbrada a sus hijos: tostadas, arroz, huevos, bacon, tortilla... Vuestro padre sonrió al veros saludarle y entrar al comedor -Buenos días chicos... ¿habéis dormido bien?- os pregunto mientras tomabais asiento para desayunar y el doblaba el periódico para dejar de leer.

Dormían como bebés adorables... hasta que les desperté- le respondió vuestra madre a papá con una sonrisa mientras tomaba asiento junto a todo el resto de la familia -Muy bien chicos, os voy a ir diciendo que he planeado para ustedes- dijo contenta, primero mirando a su ojito derecho.

Que... era su hijita -He convencido a vuestra tia Ai para que se traiga a Koba a pasar un par de días con nosotros; y a vuestra tia Hikari para que tambien se traiga a Haki. Así tendréis más compañeros para divertiros- le explicó a su hija esperando que tener la compañía de su primo biológico y prima postiza les ayudará a divertirse. Quizas con Koba tuviera razon... pero lo que recuerdas de ver a Haki es que era un poco mas "tranquila" que vosotros -Tendrás que ir a recogerles en la estación de tren después de desayunar ¿vale?- le indicó.

Luego pasó a su hijo -Y a ti... tu plan lo ha sugerido tu padre. No me ha querido dar detalles; sólo me ha dicho que teníais que recoger a la hija... perdón, al hijo de sus amigos, Hikaru, y luego volver a reunirse con el otra vez- término diciendo, mientras que Ryoga sonreía.

-Oi, oi. - dijo Tatsuya cuando, ya sentado en el mesa y desayunando, escuchó los estupendos planes que sus padres tenían preparados. - ¿Y esta distinción de planes a qué se debe? - preguntó, dando después un suspiro mientras negaba con la cabeza, como si se hubiera ofendido. Después siguió comiendo de su cuenco de arroz. 

Realmente no estaba molesto ni ofendido. Ninguno de los dos planes era lo que Tatsuya llamaría divertido, únicamente implicaban recoger a otras personas... sí, probablemente con Kobayashi podría distraerse un rato, pero lo acabaría viendo durante su estancia en el pueblo, y tampoco estaría bien dejar tirada a Hikaru. Tirado, se corrigió Tatsuya mentalmente. Con aquel chico era demasiado sencillo confundirse, incluso sabiendo con certeza que era un chico. Se educó con Tía Marako, reflexionó Tatsuya. Absorbió demasiada de su feminidad...

-Bueno, no importa. - acabó diciendo Tatsuya, habiendo terminado con su cuenco de arroz. - Me encargaré de la misión que me ha sido asignada. - sonrió a su padre.

Empecé a desayunar enseguida y como acostumbraba a hacer, en cuanto papa y mama dieron el pistoletazo de salida. Mientras mi boca se mantenía ocupada por el arroz y los huevos, escuchaba a mama desde un segundo plano - Anda ¿Koba va a venir? ¿Y también Haki? Y además también parece venir Hikaru. ¿A que se debe todo esto? Si mama cree que este "plan" divierte, es porque le falta información - Además de que Tatsuya también tenía parte de razón al sospechar de la distinción de planes.

Tragué como pude y antes de seguir desayunando le pregunté a mama - Después de recoger a nuestros primos ¿Qué vamos a hacer? Dudo que sea solo ese tu plan mama - dije con la cara de pilla que siempre ponía cuando notaba que mama ocultaba algo o actuaba de manera extraña - Por mi no hay problema en recogar a Koba y Haki. A las muy malas siempre podemos unirnos los siete. Pero sigo queríendo saber que más planes teneis para nosotros

Seguí comiendo denotando la indiferencia y pelotismo de mi hermano cuando hablaba tan claro y al terminar de desayunar palmee un par de veces - Arigato gozaimasu. - Aunque eso sí, nos faltaba información - Por cierto... ¿A que hora vendran?

Ante las preguntas de sus hijos, la señora Mitsurugi se infló de mofletes -¿Que pasa? ¿No os fiáis de que los planes sean divertidos?- dijo la mujer con los brazos en jarra -En fin... lo de los planes separados es porque vuestro padre ha querido hacer un plan para los chicos... y no me ha querido decir en que consiste- dijo mirando con cierta malicia a vuestro padre; aunque él simplemente siguió desayunando con una leve sonrisa.

La madre se acercó a su hija y le sonrió -Pero tranquila que nuestro plan es mucho mejor porque lo he planeado yo...- dijo Chiyo con una sonrisa -Además, ya sabemos que los planes de tu padre son tan divertidos como este pueblo- dijo en voz baja a las chicas... con toda la razón del mundo, ya que las actividades de papa siempre tenían un ambiente educativo que nunca llegaban a ser divertidos del todo -Y no me quieras sacar información, que es una sorpresa- le dijo dandole un pequeño coscorron indoloro. Después de que Ai terminase de desayunar, su madre le respondió -Pues... llegan en cinco minutitos segun me han dicho tus tíos... así que... yo que tu corría- dijo con total tranquilidad con una sonrisa.

Tu no te preocupes Tatsuya... que si tengo algo planeado que os puede gustar- te dijo el hombre mientras su mujer vanagloriaba su plan, sin tantas energías como ella -De momento solo tienes que recoger a Hikaru en su casa, luego volveis y nos iremos al lago ¿vale? Así que coged el bañador- les indicó a los dos chavales... si el plan era bañarse en el lago con papa, no es que fuese un plan muy divertido -Ah, y esta vez no trates de ligar con Hikaru... ¿vale?- terminó diciendo en confidencia a su hijo en broma con una leve risa, recordando cuando de pequeño le dijiste a tu padre que "Hika era una niña muy guapa".

Según hablaba mama, yo me callaba pues... aunque es cierto que no había nada en este pueblo divertido, me fiaba un poco de ella a la hora de tratar de divertirnos... menos mal que no era nada de estudios sino yo ya no estaría. No pude evitar reirme cuando mencionó lo de papa. Sin duda era mejor así

Pero cuando mama me comentó cuando vendrían los primos, mi cara se quedó sorprendida - ¡¿QUE?! - Ni siquiera me había cambiado, así que salí corriendo hacia el cuarto dejando el balón en mitad del pasillo - Vamos Mei-chan - gritaba mientras corría para cambiarme con lo primero que cogía y una vez salí a prisa del cuarto golpear al balón hacia arriba con el pie para agarrarlo y salir de casa disparada cual cohete - ¡¡¡Enseguida volvemos!!! - gritaba mientras dejaba la puerta abierta.

-¿CINCO MINUTOS? ¿NO PUDO DECIRMELO ANTES? Se supone que aceptamos las vacaciones para descansar de aquel partido... DA IGUAL VAMOS AI TU PUEDES - Y mientras pensaba aquello aumentaba el ritmo chinchando a Mei-chan - Carrera a la estación: No me ganarás

-Al lago, ¿eh...? - murmuró Tatsuya algo distraído mientras terminaba con su desayuno. ¿Sería siquiera legal que Hikaru entrase en el agua con bañador masculino? De alguna manera... es un pensamiento algo perturbador..., pensó Tatsuya. Con esa cara de niña que tiene... Y su padre acabó de rematar sus pensamientos con su comentario. - ¡Dije eso el día que lo conocí, y éramos pequeños! - se justificó en voz baja. ¡Tampoco es que hubiese intentado nada, todavía no había entrado en su etapa ligona!

Suspirando, Tatsuya se levantó mientras recogía los utensilios que había utilizado para desayunar, y miró a su amigo.

-Seiji, ¿has terminado? - le preguntó. - Iremos cuando estés listo.

Meiko tampoco se esperaba que tuviera que levantarse para ir a recogerlos en ese mismo momento, y la sorpresa la pilló con una tostada en la boca, yéndose rápidamente con su amiga a cambiarse con una camiseta rosa, unas bermudas color caqui y unos botines... y sin saber como aún conseguía tener la tostada en la boca -¡Nof famof! Hafta luego- se despidió con la boca llena de pan mientras se apresuraba a masticarla para ir con su amiga. Una vez fuera, Ai propuso lo de la carrera -¡Pof no me vaf a... glups, ganar!- terminó picandose con una sonrisa después de tragarse la tostada. Y la carrera comenzó.