Partida Rol por web

Las palabras de vuestra Señora fueron bastante claras cuando os dijo que teníais que llegar a ese lugar llamado Comunidad Umbría y hacer que toda aquella panda de frikis perezosos saliera de casa para celebrar Halloween como el resto de personas normales y que así murieran como les sucedió a millones de personas en todo el mundo aquella noche. Pero... los umbrianos no llegaron a salir saliendo ilesos aquella noche de los muertos y pasando a formar parte de la lista negra de lugares de vuestra ama.

Lógicamente la cosa no iba a quedar así, porque ahora vendría lo peor: Explicarle a vuestra malvada dueña por qué no habías hecho lo que ella había ordenado y lo peor, era que sabíais que no dudaría es deshacerse de vosotros si vuestras respuestas no la satisfacían.

No tardó en haceros llamar y sin tiempo ni a preparar un infalibre plan de contingencia, salisteis corriendo hacia el salón del trono, un lugar lúgubre, oscuro y con cierto hedor a muerte que os recordaba la cantidad de esbirros que habían fallecido ya en aquel lugar.

Allí, os estaba esperando vuestra ama, como siempre, con pinta de estar lo suficientemente enfadada como para hacer puré de esbirro con todos vosotros.

En cuanto entrasteis, la enorme puerta de metal se cerró de manera tan fuerte que incluso el suelo tembló, haciendo que os estremecierais y ella, se puso en pie, mirándoos en silencio durante unos instantes, hasta que al fin escuchasteis su voz.

- Antes de colgaros a todos hasta que dejeis de patalear, panda de inútiles, me gustaría que me explicarais por qué demonios no habeis hecho lo que se suponía que teníais que hacer. ¿ Tan difícil es hacer que cuatro frikis sin vida social salgan de casa? ¿ No probasteis a decirles que había muñecas hinchables para todos si salían la noche de Halloween? ¿ O es que habeis preferido ignorar lo que se os ordenó?

La mujer paseó delante vuestra hasta que se paró delante de uno de vosotros.

- Al menos supongo que conseguirías llegar a Umbría ¿ no? - Sus ojos se posaron en Esclavo esperando que comenzara la historia de vuestro fracaso.

Esclavo entró en la sala del trono de la Señora Oscura retorciéndose las manos. Ya había presenciado como se ponía el humor de su ama cuando alguien había fallado en alguna misión, siempre desde el otro lado, desde el cómodo puesto de siervo detrás del gigantesco sillón, pero ahora estar frente a Ella le ponía la carne de gallina. Es que cuando Ella te clavaba una de sus miradas iracundas, lo único que podías desear era que la muerte fuera rápida y poco dolorosa.

Sabía que parte del fallo de la misión era su culpa. Desde el momento en que vio que todo se iba por un caño, debió haber acabado con los otros esbirros y completar la misión él solo. Pero por una vez que alguien estaba allí para hacer las tareas pesadas, se había confiado en que los demás no serían tan inútiles como para echarlo a perder. Cuán equivocado había estado.

Miró con odio a sus compañeros y luego con muchísimo miedo a su ama y carraspeó, dispuesto a defender su vida y mandar al muere a quien fuera necesario.

-Chi chi chi Ama- Esclavo dio un paso al frente arrastrándose si cabía aún más de lo habitual. -Llegar, llegamos... aunque tomó un poco más de tiempo del que habíamos calculado en principio... es que usted verá... hubo algunos contratiempos en el camino- tragó con dificultad y continuó con su relato, retorciéndose cada vez más las manos, tanto que parecía que en cualquier momento se las iba a anudar.

-Luego de que nos enviara rumbo a destruir Umbría, partimos sin demoras hacia ese lugar. No teníamos bien en claro donde quedaba, así que como esbirro responsable que soy pregunté en el primer poblado que cruzamos, cual era la ruta más rápida para alcanzar ese lugar tan friki. Mientras yo me encontraba tomando nota del camino que una aldeana incauta me estaba indicando, sin sospechar ella que pronto sería parte de la extinta humanidad... o casi extinta humanidad dado nuestro fracaso, estos tres que ve aquí... decidieron meterse en un burdel. Chi, chi, chi Ama, tal como lo oye... en vez de preocuparse por cómo llegar cuanto antes a Umbría, los gamberros estos y la furcia de alitas que se hace la inocente se fueron en busca de sexo y alcohol, diciendo que la idea de acabar con esa comunidad era tan tonta que no necesitaban ocuparse de los detalles y que podían festejar por anticipado el éxito de la misión...

Al llegar a este punto en el relato, el esclavo miró nerviosamente a los demás. Tal vez no todo había sido tan así como lo relataba, pero la parte del burdel sí que había existido y si sus compañeros no hubieran entrado allí no habrían sufrido el primer contratiempo.

-Tuve que seguirlos para sacarlos de allí inmediatamente. No podía permitir que echaran a perder la misión. Pero estos... estos... estos degenerados no tuvieron mejor idea que meterse en un sitio donde media hora antes había estado un grupo de cuatro o cinco tipos disfrazados para Halloween, que se habían tomado todo el alcohol, habían hecho felices a todas las furcias y se habían robado todo el dinero de la caja. Cuestión es que apenas habíamos puesto los pies en ese lugar, cayó la policía y viéndonos, nos tomó por los autores del hecho!!!-[Excusa:Presuntos culpables] -Demás está decir que estos esbirros que me asignó como compañeros excelentísima Oscuridad, no tuvieron mejor idea que resistirse al arresto. Así que en vez de aclarar las cosas como gente astuta y civilizada, terminamos todos en la delegación, demorados por averiguación de antecedentes, perdiendo el tiempo que teníamos para hacer lo que usted nos encomendó.

Habían fracasado, y su señora quería, como no, saber porqué, así que les llamó para que se presentaran todos en la sala para dar una razón convincente o recibir el único castigo aplicable: una ejecución inmediata.

Uno a uno fueron entrando en la sala, se quedó Blackadder el último para tirar de la oreja a su criado antes de entrar.

-Ñññññéééé. Lo tenemos jodido, Baldrick, lo tenemos jodido. Lo tenemos más jodido que la ramera más barata del puerto tras llegar a tierra una flota de galeones. Y todo por esta pandilla de ineptos con los que me juntó, incluido tú.
Y te juro, Baldrick, que si salgo de esta (porqué algo se me ocurrirá) te voy a enseñar nuevos significados para las palabras dolor y horror, y lo que nos hicieron al infierno no te parecerán más que cosquillas en los pies y poesía en el oído. A pesar de todo, no será nada con lo que esta mujer nos hará si la pifiamos, así que más te vale estarte callado y asentir a todo lo que diga. ¿Esta claro?-

-Señor… tengo un plan muy astuto que nos sac...-

-Au cállate, Baldrick. ¡NO! Todos vimos tu último plan astuto, y fue el peor desde que Julio César le pidió a Brutus que le rascara la espalada. Así que... -Edmund pilla a su criado por la nariz y se la retuerza. -... lo único… que quiero… oír… ¿es?-

-Callado, y asentir.-

-Eso es. Bien, pues entra.- Le dice atizándole una patada.

Ya quedándose solo se lamenta por última vez: -¡¡Estoy rodeado de inútiles!!-

Sin embargo, como si esta escena no hubiese tenido lugar el Lord entra en la sala con paso firme y la mirada segura de quién no tiene nada que temer puesto que nada "había sido culpa suya" así que ni siquiera vio la mirada de odio que esclavo les dedicara.

Tras escuchar aquella chorrada Edmund levanta con cortesía los dedos de sus manos a modo de interrupción.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

-Lo que SI es cierto, mi grácil y tenebrosa señora. Es que no teníamos ni idea de donde Umbría estaba. (No sé que excusa tendrán el resto, pero por mi la obvia justificación es, como usted sabe, provengo de otra época). Pero eso no tenía porqué ser un problema pues el calcetín con piel de serpiente este, dijo que le siguiéramos, y pensé que el zopenco sabría al menos donde estaba.

En fin, el caso es que nos aturamos a preguntar, hasta ahí es cierto. Aunque ese bífido patán sin piernas no lo explica tal como sucedió. En primer lugar, el "poblado" no era un poblado, pues no había alguno en las cercanías hacía donde nos llevó, ni casa, ni nada parecido a los alrededores salvo un prostíbulo con las hembras (y recalco que no dije mujeres) más feas de toda la existencia (incluyendo gabachos) salvando a esa "Rata alada"-dijo señalando a Ala rota- que tengo por acompañante y Baldrick (no necesariamente en este orden).

Y en segundo lugar, la "aldeana incauta" se ve que para él es una forma como cualquiera de decir "puta, barata, macho y con pijama de manchas al estilo tigre". El "guía" aparte de provocarme arcadas con su mera visión ya de por si horrorosa, no solo no sabía nada de lo que le preguntaban, ni de donde estaba Umbría sino que además era sordo. Así que mientras esclavo perdía el tiempo no nos quedó más remedió al resto que ir a preguntar al dueño del lugar.

Y lo de "la idea de acabar con esa comunidad era tan tonta que no necesitaban ocuparse de los detalles y que podían festejar por anticipado el éxito de la misión..." para ser exactos lo que le dije fue que “tenía una idea con la que acabar con esa comunidad, pero que él era tan tonto que no necesitaba preocuparle por los detalles (pues el tarugo esta claro que no los iba a pillar) ya que antes de haberlos entendido ya estaría celebrando que la misión habría sido un éxito". Y lo habría sido, si hubiesen seguido mis órdenes y mi perfecto plan.-

Tomó aire antes de continuar sus aclaraciones, mientras dio una rápida ojeada a los presentes. Puso un pie sobre uno de los cadáveres que había allí, y reposó sus brazos sobre su rodilla.

-Entonces fue cuando entró la policía y nos confundió con los que se pegaron la buena vida y el lote en aquél lugar pero el problema no nos entretuvo demasiado, cuando llegamos en delegación en cuanto les hice ver que la apariencia vomitiva de mis compañeros no eran sencillos disfraces, entonces nos soltaron. Porqué si bien, y puedo comprenderlo, pueden pensar que este cuerpo serrano es en efecto el de un amante audaz, resistente y vigoroso como para, de haberlo querido (que no era el caso), haberlas satisfecho, estaba claro que ni el "esputo" ese, ni el "calcetín palurdo", ni la "harpía atroz" podrían haber cumplido su parte. Así fue que nos soltaron y pudimos seguir con la misión.-

Mientras escuchaba el relato de su asqueroso compañero queriendo salir de rositas, Mucus se iba encendiendo. No dejaría que les echase la culpa de todo, como si Esclavo no hubiese querido tirarse a una furcia. Lo malo era que ninguna se le habría acercado.

Ngno, ngno, ngno, ngcuéntalo todo Esclavo. - mucus hizo un gran esfuerzo para aclarar su garganta - Veguéis Señoga, vuestgo Esclavo fue el pgimbego en queger visitag el bugdel, pues nunca en su vida una fugcia le hambía dedicado ni una mbirada, hasta que pasamos por delangte de ese establecimbiento, y la madama lo divisó desde el pogtal y comengzó a lanzarle pigopos. Os mpgeguntaréis cómo es eso posible, pues su ngverde apagado no puede ni compagagse al ngverde esmeralda de mi piel. Pues bien, el caso es ngque la madama parecía tener mucha "hambre", dado su aspecto nguepulsivo, y harta de ver a sus "protegidas" satisfechas sexualmente, decidió que Esclavo podría servirle a ella, mientras el resto nos ngefocilábamos con las chicas. Y ngbien que se lo pasó Esclavo, con lo que le ngusta la sepia. 

La mujer guardó silencio cuando aquel chimpancé que tenía como esclavo comenzó a contar cómo comenzaron el viaje, aunque claro, escuchar precisamente que comenzaban por un burdel no era lo que ella habría esperado. Sabía más que de sobra que sus esbirros eran un poco estúpidos, bueno, quizás más de un poco, pero tras escuchar las palabras de Edmund al que no entendió apenas nada su incredulidad creció.

- Una cosa es que entrarais a un burdel a preguntar, que las putas siempre se enteran de todo, pues forma parte de su profesión, aunque según Edmund no tengo claro si aquello era una casa de compañía o una casa de los horrores. Explícame eso del calcetín de piel de serpiente y lo de de la madame esa antes de que saque mis propias conclusiones!

La mujer se cruzó de brazos mirando al mono, esperando que continuara con su narración de los hechos.

Esclavo, que tras la narración pormenorizada del inicio del viaje ya veía como su señora iba a mandar a los otros tres inútiles a las mazmorras donde deberían esperar su turno para ser torturados hasta que ella se aburriera y se los diera de comer a sus dragones bebés, por haber echado todo a perder, comenzó a ponerse verde pálido de la indignación al escuchar como los otros intentaban escaquearse de su parte del fracaso y le achacaban la culpa a él. Abrió y cerró la boca muchas veces intentando interrumpir mientras el humano que no dejaba de tener cara de estar oliendo mierda y el pedazo de moco caminante hablaban pestes de él, sin llegar a pronunciar palabra. Era cierto que Esclavo también había cometido algunos errores... pero todos habían sido por la causa! Cuando por fin se le permitió hablar otra vez, se aclaró la garganta y se dispuso a salvar el pellejo.

-Ama, bueno, usted vera... sí, el del palo en el culo tiene razón, la aldeana era un tanto extraña... pero ¿como iba a saber yo que no era humana? Cualquier bípedo que no sea Usted se ve igual para mí. Son todos tan feos como éste- dijo señalando a Edmund -que tengan piel amarilla o verde o a manchitas no es algo que me preocupe. Tras estar un rato recibiendo lo que yo creía eran las indicaciones para llegar a Umbría me di cuenta que todos estos babosos ya estaban dentro del burdel y bueno... tuve que acercarme al lugar, como bien dije antes, para sacarlos de allí- en esa parte del relato, Esclavo comenzó a ponerse nervioso y los colores se le subieron a su fea cara. -Cuando quise entrar, estaba esa madama en la puerta, exigiendo pagar para entrar. Yo no iba a disponer de los fondos que teníamos para la misión en esa cosa horrorosa- su columna vertebral se estremeció -así que le ofrecí pagarle en especias... ¡¡¡Pero no le crea al moco ese lo que dice de que lo disfruté!!! Por favor, tenga piedad de mí, fue una experiencia horrorosa... esa masa gelatinosa... mis orificios... todos llenos de baba... fue... humillante- tras unos segundos para reponerse, la serpiente "violada" continuó.

-Volviendo al fracaso de la misión, el tipo estirado este por fin hizo algo bien y nos sacó de la prisión... y podríamos haber llegado sin problemas desde allí hasta Umbría, porque de la delegación nos llevamos un mapa. Pero la cosa fea con alas esa que se dice su servidora decidió que ella era mejor guía que yo, me arrebató el mapa sin pedir permiso y sin dejar que nadie más lo viera, nos guió a nuestro siguiente desastre. [Paso el marrón a Ala Rota]

Ante esta historia la Señora prefirió no usar su imaginación en demasía porque imaginarse a sus esbirros haciendo guarradas y más cuando se las hacían a algo tan repulsivo como lo que la habían descrito no es que fuera un plato de gusto, sin duda.

Si vuestra ama hubiera podido sentir algo parecido a la pena, en estos momentos la sentiría por el orangután escamoso...

- Ala Rota. Así que hiciste de guía pero no llegasteis a Umbría aún, por lo que deduzco de la explicación del mono ¿ no? - No tenía muy claro como nombrar a Esclavo, así que " mono " le sirvió. - ¿ Con qué os entretuvisteis esta vez?

La mujer no tardaría en cansarse de las paraditas, pero aún os escuchaba para saber por qué tardasteis tanto en llegar que no pudisteis completar la misión, una tan sencilla como lo era esa.

-No...¡No lo crea, mi señora! - La voz chillona de Ala Rota muestra su enfado, a la vez que un profundo respeto por hablarle a la Señora Oscura - Este monstruo vil está intentando culparme, cuando yo no hice más que intentar cumplir con mi misión! Mientras, ellos se iban de juerga, a ese lugar de...de mujeres indecentes!

Tras un escalofrío al recordar el horroroso lugar, Ala Rota continúa, respondiendo a lo que le habían preguntado.

-¡Sí, es cierto que le quité el mapa de las manos, pero de otra forma jamás habríamos llegado! Esta quimera, que alardea de ser vuestro más fiel sirviente, ¡cogió el mapa al revés!¡Sí, al revés! Si hubiéramos seguido sus instrucciones, la misión habría fracasado sin remedio! Dudo siquiera de que sepa leer. Así que, amablemente, le sugerí la idea de que yo podría leer el mapa. Pero en vez de hacerme caso, agarró con más fuerza el mapa, ¡y señaló el lugar contrario al que nos teníamos que dirigir! Sabiendo que jamás me lo daría, tuve que quitárselo, por el bien de la misión. Volé un par de metros por encima de este engendro, para poder leerlo tranquilamente, y les dije el lugar al que nos teníamos que dirigir, según indicaba el mapa, una vez lo leí correctamente. 

Pero este mocoso - Señala a Mucus con un dedo tembloroso, de la furia que sentía - Se ve que quedó tan encantado de su...de su estancia en aquel burdel, que sugirió la idea de volver, alegando que para leer bien un mapa, uno tiene que empezar en el sitio del que procede. ¡Pero qué tontería era esa! Me negué en redondo, pero nadie me apoyaba, y el humano con barba cuadrada quería que le entregara el mapa¡Incluso amenazaron con quedarse allí, sin cumplir vuestra misión, si no se lo entregaba! Pero mi señora había mandado a un grupo de cuatro, y por muy inútiles que sean los demás, Ala Rota no podría siquiera pensar en desobedecer.

Así pues, bajé hasta donde estaban, y empezamos a leer el mapa, todos juntos. La horrorosa quimera, cómo no, se colocó en el lado incorrecto, para "leerlo a su manera". En ese momento, se acercó un hombre, que escuchó los gritos de estos estúpidos. Resultó ser un pirata, al que dijo que llamáramos El "Pinchitos". Tenía una pinta escalofriante. ¡Sus orejas estaban tan deformadas, que hasta podría haber pasado volando dentro de ellas! En sus ojos brillaba la codicia, y supe que no tramaba nada bueno. Así se lo dije a mis compañeros, les dije que no le hablaran, que siguieran el camino que les había indicado, ¡pero me ignoraron! Cuando Pinchitos aseguró ser un experto en desentrañar mapas, que para algo era pirata, el ser que desprende babas le entregó el mapa, muy confiado, ¡sin preguntarnos nada al resto! Yo estaba muy indignada, se lo puedo asegurar - Igual que entonces, las alas de la ninfa se tornan de un color carmesí, indicando su enfado - ¡Y mi pronóstico se hizo realidad! En cuanto cogió el mapa, el pirata salió corriendo por patas, ¡como un vulgar ladrón! En vez de detenerlo, estos tres se quedaron allí plantados, como espantapájaros. 

Ala Rota agachó la cabeza, humildemente. Su feo rostro marcaba lo desolada que se sentía.

- Así que, mi señora, ya ve lo que pasó con el mapa. Yo no sería capaz de incumplir su misión, pero por culpa de estos tres nos metimos en un lío tremendo, y tuvimos que buscar el mapa, robado por la gran ineptitud que demuestran.

-¡Momento!- Esclavo aprovechó el respiro de la minúscula y repulsiva ninfa para poner las cosas en claro. La esbirra esa quería escaquearse de sus responsabilidades y él no iba dejar que eso ocurriera con facilidad. -Me parece que te estás confundiendo un poco, por no decir abiertamente que estás contando sólo la parte de los hechos que te conviene. Te faltó mencionar que el pirata nos robó el mapa al pasar frente a un huerto ¿recuerdas por qué? ¿Por qué no le cuentas a la Señora Oscura, fuente eterna de odio y maldad como te distrajo el "malvado timador"?- Esclavo enfatizó sus palabras con un tono burlón y haciendo el clásico gesto de comillas con los dedos. Realmente estaba disfrutando aquel momento de venganza contra una de las culpables de que ahora su Señora lo juzgara cual vil inutil sirviente.

-¿Te olvidas acaso como se pusieron tus ojitos cuando Pinchitos te pidió que le mostraras, y cito textualmente las palabras de ese ladrón, "tu maravillosa cualidad de manipular las calabazas, hada hermosa"? Porque así como la ve, Su Inagotable Oscuridad, esta tonta ninfa del bosque se olvidó de todo lo referente a la misión al escuchar los halagos del pirata.

-Sin hacer otra cosa más que revolotear de aquí allá, comenzó a jactarse de que era la mejor hechicera en calabazas, creadora de todo el merchandaising de Halloween y que iba a demostrar que sabía hacer algo mejor que Usted... Así fue, que sin más, dejó caer el mapa en manos del tonto mocoso, y se puso a fabricar... ¡¡¡calabazas voladoras!!! [Interrupción: Calabazas voladoras]

Lo de que se dejaran robar el mapa no tenía ni nombre y apunto estuvo de tirar de las alas de aquel diminuto hada como si de una mosca se tratara, pero se contuvo, quizás pensando que no estaba demasiado segura si la culpa había sido de ella sólo o de los zopencos que la acompañaban. Lógicamente cuando se desesperara se lo haría saber a los tres como poco a latigazos, pero aún tenía algo de esa escasa paciencia suya por el momento.

Esclavo no puso demasiado bien las cosas para Ala Rota, quien estaba a punto de verse clavada a alguna parte con unos cuantos alfileres del tamaño de tornillos, y lo supo, porque su ama la miró ahora con cara de muy pocos amigos ( menos de los habituales y todo ).

- Comprendo que un ser insignificante como tú tenga envidia de alguien como yo, yo hay veces que también me doy envidia a mí misma, pero eso no es motivo suficiente para no hacer lo que te dije que tenías que hacer... Así que explícame eso de las calabazas y dónde acabó mi mapa antes de que decida reducir en uno el número de sirvientes perezosos e inútiles!

El hada empezaba a quedarse con pocas opciones ya... tenía que pensar cómo salir de aquel atolladero.

-¡No fue así! ¡Déjeme explicarme, y lo entenderá todo! - Indignada porque intentaban echarle las culpas a ella, cuando el hada mataría por cumplir una misión de su preciada señora, Ala Rota lanzó una mirada de odio hacia Esclavo, y explicó los hechos tal y como habían acontecido, en vez de tergiversarlos como había hecho la quimera - Es cierto que el pirata Pinchitos intentó ganarse mi confianza diciéndome cosas bonitas, pero hace ya muchos años que admití mi fealdad, y me siento orgullosa de ella. ¡Así que por nada del mundo dejaría de lado la misión por las mentiras de un pirata, que todos sabemos que mienten más que beben! Es cierto que transformé las calabazas, pero no por envidia, ni por vanagloriarme de mi habilidad. Verá, cuando pasamos por el campo de las calabazas, Pinchitos aceptó a leernos el mapa, y a indicarnos el camino más corto hasta Umbría. Aceptamos, pero...nos puso una condición. Quería que yo transformara las calabazas, por lo visto había oído hablar de la misión que mi señora me encomendó aquél año. Yo no quería perder el tiempo, pero comprendí que teníamos que trabajar en equipo, y como el resto no parecía confiar en mi habilidad como lectora de mapas, acepté. Ya sabe que para trabajar con magia, un hada necesita las dos manos, así que le dejé el mapa al pirata, para que fuera leyéndolo mientras yo transformaba las calabazas, y así no perder el tiempo. Confié en que mis compañeros pudieran detenerlo, de hacer algún movimiento, ¡pero me equivoqué! Cuando empecé a crear las calabazas voladoras, tuve que concentrarme al máximo, y no me di cuenta de lo que Pinchitos hacía hasta que era demasiado tarde. Claro está, en el acto dejé lo de las calabazas, ¡pero era demasiado tarde! íbamos a salir a buscarlo, pero Lord Edmund, el barbudo que tengo aquí al lado, aseguró tener la habilidad para alcanzarlo, alegando que solamente él recuperaría el mapa, y así sería el favorito de mi señora. Salió corriendo detrás del pirata, y sólo él sabe lo que pasó con Pinchitos.
Ala Rota mantenía el ceño fruncido, enfadada a la vez que disgustada consigo misma. Se sentía muy frustrada por el hecho de que su señora la hubiera llamado perezosa e inútil, metiéndola en el mismo saco que al resto. 

Lo que aquella criatura dijo al menos tenía algo de sentido, así que decidió esperar dentro de su cabreo para decidir de qué esbirro deshacerse primero, aunque no tardaría en caer el primero, porque una vez empezaba a perder la paciencia, la cosa seguía creciendo, hasta que al final, pagaba el primero que encontraba y punto.

- Edmund ¿ cuál era esa maravillosa idea para atrapar al susodicho pirata? Espero por tu bien que lograrais el mapa...

Los avisos ya formaban parte de su vocabulario. La paciencia... eso que nunca rebosaba en vuestra Ama.

Ahora se había centrado en su esbirro con pintas de arlequín, olvidándose de la insignificante hada que estaba hablando hasta hacía unos segundos, lo que para Ala Rota, fue un alivio, al menos, temporal.

Mientras discutían Ala rota y Esclavo, Lord Blackadder seguía con su pie encima el cadáver y ambos brazos cruzados sobre su rodilla. No había perdido ni en un momento su seguridad ni su sonrisa condescendiente, incluso se miró las uñas de las manos para ver si estaban bien. Estaba seguro que si alguien iba a morir no iba a ser él. Así que cuando la señora oscura le inquirió respondió con toda tranquilidad.

-No, señora, no hay excusa alguna. Todo fue exactamente, o más o menos, como os han contado este par de “feos pisapapeles obsoletos”. Salvo las contradicciones de esta “harpía pequeñaja” sobre quién entregó el mapa al bandido, si ella se creyó, o no, que el pirata de tres al cuarto nos lo iba a leer, o nos iba a atajar y demases…
Lo cierto es que el pirata huyó con el mapa, no logré recuperarlo y no moví un dedo para impedirlo. Así que no, no sé tampoco que fue de él, y poco me importa. Por la sencilla razón de que no fui tras él…  y antes de que me convirtáis en un cepillo para limpiar retretes os contaré… porqué.-

Miró de reojo a su criado y con un susurro le ordenó: -De cuatro patas, Baldrick.- Orden que el pequeño “simio” cumplió de inmediato y Edmund aprovechó para sentarse encima suyo ya que no había sillas donde hacerlo.

-Si, me lo permitís mi señora-rebosante-de-virtudes-y-gracias, volveré desde el punto en la historia en que YO…- dijo el hombre de barba cuidada dándose uno golpecitos con los dedos en el pecho. -… les ahorré la cárcel, como confirmó esa “serpiente-besa-y-jode-marisco”.-

- Después de fastidiarla con “el guía” y “el pueblo”, este aspirante a reptil robó un mapa de la delegación, es cierto. Mientras un servidor alejaba estos cuatro...- Estaba claro que Edmund contaba a Baldrick.-... para que no nos arrestaran de nuevo, se pusieron a discutir (perdiendo un tiempo precioso) sobre quién debía llevar el mapa: "que si lo llevas del revés…que si yo sé leer mapas y tu no… que si tal o si cual." De tal forma que nada pude ver.

Cuando la “mariposa chupada” se hizo con él, le pedí y, de hecho, insistí que me dejara ver el mapa, pues no quería que se repitiera lo de: “si, sé donde voy, pero preguntemos en aquél pueblo que resultará ser un burdel”. Al final cedió, lo vi, y como os han dicho ya no me interesé mucho por él. Fue, en efecto, cuando se acercó ese "puerco espinoso autodenominado pirata", y cuando esta “engendro con alas” realizó su espectáculo gratuito y sin sentido de las calabazas voladoras.
Y si, también fue cuando el ladrón se las piró y yo le dejé.

¿Por qué?

Pues porqué era un mapa de Umbría, si también eso es cierto, como lo oye; Umbría… Itália. *
Para nada el destino que quería mi amada señora. Incluso yo viniendo de otra época y sin saber donde estaba nuestro destino, podía adivinar que no tenían nada que ver ambas Umbrías. Podía haber perdido un tiempo precioso intentando hacérselo entender a estos “organismos invertebrados e incerebrados” que tengo por compañeros, pero seguro que me habría sido más rápido, fácil y útil enseñar filosofía, arte y claqué a un pingüino ciego y tetrapléjico.
Así que en lugar de ello les dejé peleándose, tras haberles dicho que me esperasen, mientras yo y Baldrick íbamos a buscar a alguien que supiera algo al respecto, y sobre que eran aquellos "frikis". Así que les largué esa mentida para ganar tiempo.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

No tardé mucho en llegar a encontrar un gato que aseguraba ir "endrojao" de "Frikipuntos", algo que yo no entendí en su momento, pero que según él demostraba su veteranía.
Mi felino amigo decía provenir de Umbría un lugar que según dijo “estaba lleno de frikis, locos y de gatos”. ¡Eureka! Pues ya tenía nuestro guía y camino.-

Esclavo negó con la cabeza e hizo un facepalm. Era hora de terminar de contar realmente lo ocurrido en aquella ocasión. Haciendo caso omiso de los demás, se arrastró hasta el trono de la Señora Oscura, hizo unas cuantas reverencias y volvió a tomar la palabra.
-Chi chi chi Ama, al parecer su “fiel” esbirro puede hablar con los gatos- dijo al tiempo que hacía el clásico gesto de dar vueltas el dedo índice sobre la sien, para indicar que Lord Edmund no estaba muy bien de la cabeza.
-Como dice este asador con patas seguimos a ese “endrojado” felino que nos condujo hasta un sitio donde se encontraba mucha gente aglutinada, con unas pintas que ni le cuento [Interrupción: Mucho tío raro junto]- Esclavo se giró para mirar a sus compañeros y “sin querer” le dio un buen golpe en los tobillos al noble con su cola reptiliana. -Allí había gente disfrazada de lo que se le ocurriera. Cabellos de colores, ropas de cuero, lentejuelas, maquillajes de todo tipo... Sin perder el tiempo, esa víbora negra con patas se acercó a una mujer que parecía un gato también para preguntarle si ya estábamos en Umbría.
Como había tanto griterío no pudimos escuchar la conversación, pero sin dudas no se nos pasó por alto como, a medida que la señora esa daba explicaciones, los ojitos de lagartija de BlackAdder comenzaban a brillar de júbilo. Más y más se iba emocionando el tío éste, incluso llegó a aplaudir y dar saltitos! Un espectáculo lamentable, debo decir... Pero bueno, me estoy yendo por las ramas. Como le decía, mi Ama Oscura, tanta era la alegría que se veía reflejada en el rostro de ese sirviente de su Oscuridad que realmente creímos que por fin estábamos en Umbría...- el rostro de Esclavo, relajado hasta el momento, se volvió de piedra -... pero no!* El tío este, aspirante a rey de no se qué, tomó del brazo a la gata y se fueron juntos. Creyendo que quería destruir Umbría el solito y llevarse todos los créditos, esta bola de inútiles, incluido el estropajo ese que hace de banquito del “lord” y yo, salimos a la carrera detrás de Edmund para que no nos diera el esquinazo.
Se imaginará Usted ¡la sorpresa! que nos llevamos cuando vimos que en realidad había ido en busca de una pancarta que rezaba “Soy Puto y me gusta” para encabezar el desfile que allí se estaba montando. Chi, chi, chi, Ama, no estábamos en Umbría, estábamos en medio de una marcha del Día del Orgullo Gay. Aquí tengo una prueba fotográfica que pude tomar luego de robarle una cámara a uno de los tantos periodistas que cubrían el evento... no sé por qué a los humanos les gusta tanto ver estas cosas...

En fin, el idiota ese que le sirve al lord dijo que siempre lo había sospechado... esas maneras, ese andar tan afectado... aunque nunca lo había podido probar. Pero como ve Ama, creo que “lord” Edmund BlackAdder se está olvidando de mencionarle por qué fue en ese maldito instante que se le ocurrió salir del closet.
 

-¡Y que no se te olvide comentar que, se le cruzó la oportunidad de seguir con la misión, y la desperdició! Verá, señora, déjeme aclararle - Puntualiza Ala Rota, con una sonrisa sincera, que parecía desencajada, extraña en su rostro - Después de salir corriendo, y entrar en esa manifestación gay - El hada siente que un escalofrío recorre su diminuto cuerpo, ante el recuerdo de Blackadder con esa pancarta -, este mariposón estaba tan absorto en sus manifestaciones sexuales que no se dio cuenta de quién había allí. Señora, en aquél lugar, ¡se encontraban los mismísimos goblins umbrianos! Ya sabe usted que no hay nada que le guste más a los frikis que protestar y quejarse de la sociedad. Por lo visto, en aquella manifestación, se encontraba un ejército entero, con unas pancartas que decían: <<Manejo un personaje mujer, ¿y qué?¡No por ello soy gay!>>. Como puede ver, se equivocaron de manifestación, así que no tardaron en marcharse, tras dar el cante. Pues este descerebrado humano, que afirma vivir para cumplir sus deseos, siguió con su manifestación, incluso empezó a..."tontear" con otros amiguitos, *carraspeo* ahorrémonos los detalles, será lo mejor *carraspeo*,   dejando pasar de largo a los goblins, ¡que podrían habernos llevado hasta Umbría en un momento!

La Oscura Ama tenía que reconocer que no era la primera vez que sus esbirros acababan en mitad de una manifestación, pues recordó otra ocasión en la que acabaron en un Día del Orgullo Gay en Chueca, pero no era momento ni lugar para anécdotas y mucho menos, delante de sus esbirros, a quienes no sabía ni por qué estaba escuchando tan atentamente.

- Este sí que es un tío raro... - Se la pasó por la cabeza al ver al esbirro que había estado hablando hacía un rato, pues una cosa era ir en plan retro y otra esa camisa que daban ganas incluso de quemar.

- Así que puto... - Dijo repitiendo las palabras de su esclavo " asimiado ". - ¿ Y por algún motivo en especial? Ahora no querrás reivindicar los derechos de los esbirros porque los sindicatos me los paso yo por...

Por algún motivo la muer se había enfurecido un poco más de la cuenta, aunque no del todo, ya que al oír que estaban ahí los goblins umbrianos se la ocurrió que quizás hubierais hecho algo productivo.