Partida Rol por web

Por primera vez el hombre perdió los estribos: -¡¡Maldita estúpida salchicha de reptil!! Supe que ese gato era especial porqué HABLABA, pero tu…- dijo señalando a Esclavo mientras la sangre se le subía a la cabeza. –Necio que apenas tienes nombre, tu eres como investigador y sirviente tan obsoleto e ineficaz como un martillo para extender mantequilla en una tostada o como un tenderete de collares en Francia a la salida de la guillotina.
No verías un gato especial, ni que hubiese estado andando sobre dos patas, llevando un sombrero llamativo, siendo de verde fosforito y con un letrero sobre su cabeza con luces intermitentes que pusiera “soy un gato especial.” ¡¡Aquél maldito gato zampa-lasañas venía de Umbría!! ¡Incluso la rata disecada que es Baldrick se dio cuenta!- El apestoso ser afirmó con la cabeza las palabras de su señor.

-Si, señora mía, lo puedo contar…- Reemprendió levantándose y agregando una bien realizada reverencia.- Hay una explicación para todo ello, aunque Umbría es un lugar un tanto extraño así que tendrá que usar su imaginación para entender lo que pasó.- Explicó sin estar muy seguro de que aquella mujer fuera a entender aquella comunidad de chalados. Entonces miró al “circo” que le rodeaba y pensó que quizás no le seria tan difícil al fin y al cabo.

-Antes de regresar junto al resto con este ser peludo y repulsivo… el gato “endrojao” de Frikipuntos me pidió que le “invitará” a un restaurante italiano, cosa que me vi obligado a hacer, mientras comía me contaba todo lo que necesitaba saber sobre los dichos “frikis” y la maldita umbría. Yo ya había empezado a entretejer mi plan genial y con esa información pude perfeccionarlo.-

Llegando a este punto los ojos del lord se encendieron astutos. -Ñéééé…Verá mi idea era matar al que llamaban Chemo, su demiurgo. Y muerto el pastor (o espantapájaros que es lo que era) fácil seria dispersar las ovejas, gatos, goblins, pájaros, payasos y demás.- Estaba muy orgulloso de su plan así que acarició su barba cuidada, con los ojos entrecerrados vislumbrándolo mientras dejaba que su señora pensara en él, y lo aprobara.

-Tras darse un bien atracón regresamos junto al resto y el sucio felino nos llevó a través de un portal a Umbría, aunque, por lo visto… un montón de goblins umbrianos, una mujer gato y mucho tío raro junto no era pista suficiente para algunos de los incompetentes de mis compañeros. Pero en efecto. Había todo eso porqué estábamos al lugar indicado.-

-Me acerqué efectivamente a una mujer gato*, aunque el memo simiesco os la ha descrito un poco distinta de cómo iba.
Sin embargo, como reconoce el gusano, no oyeron nuestra conversación pero como ve, de haberla escuchado habrían seguido igual: sin comprenderla.- Los miró de reojo y negó con frustración. Tras suspirar prosiguió con el relato. -Con mucha astucia le sonsaqué a la mujer información y descubrí dos cosas: Primera que estábamos en mitad de lo que los Umbríanos llamaban la semana temática, y que algún palurdo de turno había elegido ir todos de mariquitas repugnantes.**

Pero lo segundo que descubrí, y admito que lo celebré con mucho entusiasmo por lo que algo si brinqué triunfante: Su demiurgo andaba por allí. Mi plan comenzaba a dar su fruto.-

-Así que decidí integrarme hacerme pasar por uno más para poder acercarme. (Verá usted como en la foto no estoy muy a gusto, precisamente, y sepa que este varonil y atractivo ejemplar solo se vio tentado a besar un hombre, que era mi criado Bob, y que resultó ser una mujer, lo cual era gracioso. Estuve punto de casarme con ella pero me plantó por mi padrino, pero eso ya es otra historia). ***- El relato estaba resultando ser un poco largo así que volvió a sentarse.

-La mujer gato me condujo al lugar para apuntarme en dicha comunidad. Hice titánicos esfuerzos para integrarme (y así conseguir mis frikipuntos, para que me considerasen uno más) busqué algún cartel como el de aquellos goblins que no parecían muy contentos con la temática pero solo me quedaba el de “Soy puto…” y… suficiente vergonzoso era el resto que ponía para recordarlo.- Dijo sintiendo escalofrio en su nuca. –Pero me sacrifiqué para nuestra ama oscura.-

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Tomo aire y ya terminando con resolución. -Como ve, ya era de lejos el más eficaz de sus esbirros. Estaba próximo a conseguir mi objetivo pero poco pensaba yo que encontraría a este “montón de desechos” que responde al igual de repulsivo nombre de Mucus… aliado con una Umbriana llamada Shilyen que se había propuesto defender con látigo y fuego el lugar. Lo encontré alertando a Chemo ¡¡¡de mis intenciones!!! y entregándole una foto de nuestra siempre-amada Señora ¡¡junto con vuestro Plan!!.- Edmund había terminado por el momento su alegato, y se giró mirando con furia a Mucus.

La mujer escuchó atentamente las palabras del esbirro, quien al menos, se molestó en explicárselo todo con pelos y señales y eso, era algo que tenía a su favor, aunque no le gustara todo lo que escuchaba y sobretodo, alguno de sus gestos, cosa que no pudo contener.

- Levanta el culo de donde te has sentado. Ante mí tienes que estar de pie o arrodillado, según me dé!

Una cosa era que le gustara cómo le estaba contando lo sucedido y otra muy distinta que le fuera a dejar subirse a la parra así con la tontería.

La atención se la Señora no tardó mucho en recaer sobre Mucus, y no era precisamente una de esas miradas que dijeran que alguien fuera a tener una vida larga y plena, sino más bien de todo lo contrario.

- Quiero una explicación sobre eso y la quiero ya. ¿ Osaste traicionarme? Es más... ¿ Osaste traicionarme haciendo aliados umbrianos? - Lo de que le diera su foto a alguien no le molestó lo más absoluto pues era la malvada más bella de todos los tiempos y lo sabía de sobra.

Mucus estaba indignado ante las acusaciones de Edmund. –Vengréis mi ngSeñora, las cosas no ocurrierong exactamente como ha ngrelatado ese inepto enggreído- dijo mirando a Edmund con desprecio-. Engs cierto que procuré nghacer amistad con algunos de esos ngfrikis, sin necesidad de salir del armario como él. Así que, mientras Edmundg se emborrachaba de Lamgbrusco con la mujer gata y se lamengtaba por no poder tirarle los ngtejos (al haberse hecho pasar por ngay), ngyo congeniaba con una umgbriana llamada Shilyen que, armada con un látigo, se divertía azotangdo a los goblings que pasaban por allí. 

A medida que hablaba e iba cogiendo carrerilla, Mucus carraspeó un par de veces y empezó a hablar casi con normalidad, por una vez su gangosa voz sonaba algo más clara, quizás haciendo un verdadero esfuerzo por hacerse entender por su adorada ama.- Como me pareció un juego divertido, me uní a ella dando patadas a los goblins para que se acercasen a su radio de acción, lo que hizo que me aceptase como aliado. Y estando en ésas, pasó un espantapájaros algo mareado y me dijo que era el tal demiurgo de Umbría. Como no podía dejar pasar esa ocasión,  me despedí de Shilyen y me acerqué a Chemo, que así me dijo que se llamaba. Le ofrecí mi brazo, pues se tambaleaba bastante, y nos sentamos en una esquina, mientras me contaba lo mal que se encontraba porque creía que un tal Mancuspia le había pasado la gripe aviar, y además sentía náuseas después de probar un cruasán hecho por Yue. El caso es que el espantapájaros estornudó y su cabeza se separó del resto del cuerpo y cayó al suelo vomitando. Y allí me encontraba yo, intentando recomponer a Chemo para sonsacarle la preciosa información que necesitábamos, cuando apareció Edmund y presupuso lo que no era. Yo no conocía su plan de matar al demiurgo, pero de haberlo sabido, tampoco lo habría apoyado, pues según pude ver, los frikis de umbría estaban ya tan enganchados a ese tipo de existencia que se habían vuelto autónomos y no necesitaban a Chemo para seguir con sus actividades, pues me contaron que sus cuervos se ocupaban de la mayor parte del trabajo sucio. Así que matándolo no habríamos acabado con Umbría, mientras que vivo podíamos sacarle la información necesaria para hacer caer ese lugar de perdición.

Mucus parecía haber acabado cuando de pronto recordó otro detalle:
-En cuanto a la foto de mi amada Señora Oscura, no es que la estuviese exhibiendo, es que la llevo siempre junto a mi corazón para recordarla y se me cayó junto a la cabeza de Chemo cuando me agachaba a recomponerlo.  El caso es que al llegar Edmund y ponerse a chillar como un loco, los umbriazos empezaron a mirarnos mal y a murmurar: “Ikki, ha vuelto…”, y nos echaron de allí sin haber podido completar la misión.

Ala Rota, estaba muy enfadada porque Mucus intentara salirse con la suya, omitiendo las partes que no le interesaban.

-¿No se te está olvidando algo, moco infecto? No sólo  ayudaste a esa tal Shilyen, dejando de lado el hecho de que te desviaras de tu misión para jugar a algo sólo porque "te parecía divertido", si no que la invitaste a comer a un sitio rarísimo, que estaba cerca de allí. Ya sabe usted que estos chinos se encuentran en cualquier sitio.

Revoloteando cerca de vosotros, os seguí hasta allí, ya que todo parecía un descontrol. En principio imaginé que querías ganarte su confianza para sonsacarle la ubicación de umbría, como habías dicho, ¡pero todo era una farsa! Asomada desde una ventana, lo pude ver y escuchar todo. ¡Es terrible! Verá, señora, este ser indigno le aseguró a Shilyen que ella era muchísimo más malvada que usted. - Ala Rota detuvo el relato unos instantes. Lo que había pasado era horrible, y las palabras que tendría que pronunciar para contar lo sucedido, no querían salir de sus labios. Pero la Señora Oscura les había dicho que contaran toda la verdad, y eso pensaba hacer el hada espantosa 

- No contento con eso, alabó su belleza, afirmando que después de estar tanto tiempo sirviendo a una mujer medio muerta y esquelética, era un placer haber podido ayudar a una humana de tal porte y presencia. Juró que se pondría a su servicio, que haría todo lo que le pidiera...y....¡y rompió SU foto, en muchos pedacitos, para hacer válido su juramento!¡Así que ya ve lo que realmente significaba para él! Fue horrible.

Ala Rota termina susurrando, con los grandes ojos bien abiertos, con el mismo gesto que en aquél momento. 

Ante las palabras que la señora oscura dedicó a Edmund, este le afloró visiblemente el sudor de su frente, se levantó de inmediato, pateó a su criado para que se levantase y le obligó a dar una reverencia a su vez que él hacía la propia.

Aquella mujer no se parecía en nada con la Reina Bess quién le habría tolerado aquella relajada actitud, claro estaba que la que fue Reina de Inglaterra tenía grandes “simpatías” hacía él (aunque eso no descartara que en cualquier momento pudiera haberle cortado la cabeza por puro capricho). Bess era alocada y volátil pero Blackadder siempre la había sabido torear, algo que no tenía nada claro de poder hacer con esta oscura deidad.
-Perdón mi bellísima y jovial señora imperecedera, prometo que no volverá a ocurrir.- Dijo casi con la nariz a las rodillas de tan inclinado que iba.

***

Escuchó a Mucus como salía de aquél apuro, el lord pensó que el “pequeño mostruo de desechos verdes” lo hizo con más astucia de la que le habría atribuido y a su vez asistía incrédulo como le culpaba de nuevo de algo que no había sido así. Como creía que aquello estaba fuera de lugar, volvió a interrumpir.

-Claaaaaaro… te cayó la foto.- Dijo con sorna.-Pero… eso no explica… Porqué, como dije, ¡¡¡le contaste al tal Chemo mis planes!!!
Ñññññéééééé ni tampoco explica…- Dijo colérico y con saña. -¡¡¡El auténtico motivo del porqué me puse a chillar!!!-

-Mi señora ¿De veras me ve tan poco sutil como para ponerme a chillar frente nuestro enemigo solo porqué se fastidian mis planes? ¡¡Claro que no!! Es absurdo a menos… que el hecho de delatarnos imposibilitara más planes, y se nos lanzaran al cuello los enemigos. ¡Y ni así chillé!-

Spoiler (marca el texto para leerlo):

-No señora. Vamos a contarlo tal cual ocurrió, tras delatarnos nos escondimos. El cateto infeliz este se fue con su cita de 5 minutos con Shilyen (o al menos eso creyó este infeliz que lo fue). Para dar cuenta de qué ocurría envíe a la "nimfa esmirriada"* a seguirlos. -

-Entonces supimos que la foto rota no fue lo único que se rompió en aquél restaurante pues el único interés de la "ardiente mujer del látigo" fue el de sacarle información. Una vez la obtuvo lo dejó, tal cual, allí tirado.
Vuestro traidor esbirro se sintió tan frustrado de que lo utilizaran que contrató a la bola de pelo umbriana esa que nos buscara, mordiera y atacara. Quizás quería hacer mérito para ganarse algo de amor de aquella mujer que lo había rechazado… quién sabe…-

-La bola esa de pelo azul y nariz grande no era muy grandote pero el muy cabrón* era mucho menos inocente y más hábil de lo que parece.
Cuando me apuñaló por la espalda y mordió la oreja, tras una astuta emboscada... entonces chillé y nos encontraron para echarnos de allí.- Edmund mostró su herida en la espalda y que su oreja izquierda presentaba una marca fea roja y que parte de ella casi había sido arrancada de cuajo.

La mujer se quedó escuchando atentamente la explicación de Mucus y la posterior interrupción de sus compañeros, quienes no parecían nada convencidos con la explicación que había dado su compañero, lo que hizo sospechar a vuestra señora que no estaba siendo del todo sincero.

- No puedo creerme que hayas estado intentando ligar con una umbriana. Y menos, para dejarme a mí de lado, que deberíamos estar adorándome hasta la eternidad o hasta que te llegue la muerte, que la auguro demasiado cercana. ¿ Es eso del látigo, no? Creo que soy demasiado blanda con vosotros.

A vuestra ama se la veía bastante indignada.

- Aunque quizás... echar los tejos a una umbriana pueda servirte para entrar en Umbría... lo que sería un plan genial....

La mujer no conocía los motivos de Mucus, pero tenía que preguntar antes de decidir si le sobraba o no un esbirro.

- ¿ Y eso de la bola de pelo?

Mucus se claró la garganta de nuevo. Sus asquerosos compañeros le habían puesto en una situación difícil con sus sucias mentiras, y necesitaba explicarse bien para que su Señora Oscura no tuviese ninguna duda acerca de él y su lealtad.
-Veréis, mi señora. Estos embusteros están tergiversando lo que en realidad ocurrió. Es cierto que olvidé mencionar que, cansados de azotar goblins, la umbriana Shilyen y yo decidimos parar a tomar algo, y lo más parecido a un bar que encontramo por los alrededores fue un chino encima de un árbol. Pero debéis saber que antes de subir allí con ella me aseguré de que mis compañeros me vieran, y de hecho ví claramente cómo me seguía la ninfa esta de las alas estropeadas, así que continué tranquilo con mi plan de ganarme la confianza de la umbriana. Mientras comía con ella, se me cayó vuestra foto, oh mi amada Señora, y pude ver con claridad cómo la cara de Shilyen se crispaba, atacada por los celos y la envidia de vuestra belleza y malignidad. Así que no tuve otro remedio que engañarla, y con harto esfuerzo y dolor de corazón mentí; sí mi Señora, mentí y le dije que ya no os amaba, que había sufrido mucho y que necesitaba un lugar en el que recuperarme, donde se pudiese jugar libremente a rol y hubiese abundancia de goblins que azotar, y para que se lo creyera, rompí vuestra foto (sabiendo que tengo muchas copias a buen recaudo, eso sí). Mi gran sacrificio funcionó a las mil maravillas, y la prueba es que al pasar Chemo  (intoxicado como ya dije por el pastelero del chino), Shilyen me lo presentó y me dejó cuidando de él, prometiendo regresar con algún cuervo para llevar a Chemo sano y salvo a Umbría, y a mí con ellos.

Mucus hizo una pausa para ver el efecto de sus últimas palabras, y siguió.

-A Umbría, sí, como lo oís. El plan estaba saliendo a la perfección, y contaba con que mis compañeros me siguieran cuando saliésemos de allí, pues la ninfa esa debía de estar rondando por fuera del restaurante. En esas estábamos cuando apareció la bola de pelo a la que se ha referido el Lord Estirado, y preguntó en qué podía ayudar. A mí me dan alergia esas cosas tan peludas, así que empecé a estornudar, añadiendo mis esputos al vómito de Chemo, así que entre estornudos lo mandé a buscar un mocho o algún trapo con que limpiar un poco aquéllo, y  así quitarlo del medio. Si mordió en la oreja al Lord no fue culpa mía. Cuando yo lo envié a por el mocho, la bola de pelo no tenía sospechas, pero al alejarse vi que tropezaba con la ninfa arrugada y que ella le murmuraba algo al oído. Y al poco ese petimetre engreído empezó a chillar, y todo mi plan se fue al garete.

El plan estaba bien elaborado lo que a vuestra señora pareció gustarle pues incluso la visteis asentir cuando Mucus abrió la boca y eso, no teníais del todo claro si significaba que ibais bien o mal, porque ella no solía ser de las que manifiestan algo que no sea descontento.

Eso sí, esa misma cara que estabais esperando no tardó en aparecer, sobretodo cuando escuchó que Ala Rota había interrumpido aquel gran plan, pero claro, las lagunas eran que así sólo podría ir Mucus y no el resto de sus compañeros, que era lo que vuestra ama había querido, pues sabía que entre los cuatro aún no hacíais ni medio cerebro.

- Ala Rota ¿ qué es lo que le dijiste a aquella bola de pelo? ¿ Conseguisteis entrar en Umbría al final?

No quiso preguntar nada sobre los detalles asquerosos, a fin de cuentas a ella le daba igual que chemo echara el páncreas por la boca.

Ala Rota asiente a la explicación de Mucus, aunque no muy convencida. Como era de esperar, comentó que ella había susurrado algo al "inocente umbriano", de tal manera que parecía haber hecho algo malo. Contenta por poder explicarse, no tardó en completar la información de Mucus.

-Escuché todo lo que pasaba en el restaurante chino, mi señora. De hecho, escuché más de lo que este mocoso vomitivo sabe. Verá, estando yo en mi posición privilegiada, podía observar y escuchar todo lo que pasaba tanto dentro como fuera del restaurante. Desde el cielo, pude ver cómo Shilyen salía del restaurante. Y déjeme decirle, que en vez de ir a buscar a un cuervo, como había prometido, fue directa hasta un fantasma, que había allí cerca. Al parecer el susodicho era un sirviente suyo, ya que lo azotó con el látigo (aunque éste atravesó su "piel" sin problemas), y él no decía nada. Con mis orejas de ninfa, pude escuchar como claramente le decía que no quería tener una rival tan poderosa como es su señoría. Por lo visto, un malévolo plan había surgido de su mente. Pero nadie tiene la capacidad ni el ingenio de mi Señora Oscura, así que, no era gran cosa.

Al parecer, simplemente quería llevarse al moco hasta Umbría, y una vez en su dominio, torturarlo hasta que confesara vuestro plan, y que señalara dónde están vuestros dominios para venir y atacaros con sus aliados. Mandó al fantasma adentro, para vigilar al Moco, pero por lo visto, ese fantasma era un usuario baneado de la web. Así que tomó la apariencia de esa bola de pelo que comentabais, para que nadie sospechara de él. Una vez dentro, ni siquiera tuvo tiempo de decir nada, ese Mucus lo envió fuera, así que no tardó en ir a buscar la fregona.  Aquí el plan se tornaba peliagudo, mi señora.

La ninfa carraspea levemente, para aclararse la garganta y poder seguir con la explicación. No le ha gustado nada lo de "la ninfa arrugada", pero decide ignorar el comentario. 

- Sí, en aquél momento, qué menos que "tropezar accidentalmente" con él, para decirle un par de palabras. Yo sabía que el plan de su señoría era ir hasta Umbría, así que por esa parte no podía decirle algo que lo hiciera cambiar de parecer. Así que simplemente le dejé entrever que sabía lo que era, y que si desvelaba su disfraz, su vida acabaría rápidamente. Con un par de palabras, lo convencí para que nos llevara a todos a Umbría, y además una vez dentro, nos ayudaría con el plan. Ya sabe, él tenía mucho más que perder que nosotros. Así que el fantasma baneado, transformado en una bola de pelo, iba a reunirse con el Lord este tan estrafalario, antes de ir a por la fregona, y así hacer que nos llevaran a todos a Umbría, cuando algo inesperado pasó. 

Una señora bastante mayor, con unas pintas horrorosas, pasaba en aquél momento por allí. La muy maleducada no dejaba pasar a nadie al lado, y justo impedía el paso al fantasma, alias el señor pelusilla. Él, acostumbrado a atravesar a la gente, intentó pasar de largo, pero se había olvidado de que ahora tenía un aspecto diferente, era tangible, y se tropezó con ella. La señora, arrugando su nariz llena de pelos y verrugas, le chilló: <<¡Serás maleducado, maldito engendro! ¿Te crees que puedes ir por donde te apetece por tener más pelo en la cara que un perro? ¡Pues déjame decirte que te equivocas!>> Y sin...¡y sin decir nada más, la mujer se levantó la falda!

Ala Rota compone en su fea cara una mueca de profundo terror. Aún recuerda aquél panorama, y eso que sólo la pudo entrever levemente. Con un susurro, aún con un trauma por aquella visión, siguió con la explicación.

- En aquél momento, el fantasma pasó tanto miedo, al ver su..., que enloqueció. Dio un grito desgarrador, (y puedo jurarle que entiendo el por qué), y salió corriendo. Al verlo, suspiré, pensando que al menos iba en la dirección correcta, buscando al primer compañero perdido, pero al parecer, tan terrible visión había enturbiado su mente, y en vez de traer al humano hasta el restaurante, lo atacó. 

Cerrando los ojos con fuerza, la ninfa se tapa las orejas un momento, intentando librarse de la espantosa visión, y terminó.

- Como puede ver, no tuve nada que ver con el ataque. Fue la maleducada señora, y...déjeme decirle, que si mi majestuosa Señora Oscura tuviera a bien contratarla algún día para atormentar a la gente, en el mundo habría tal caos que la oscuridad reinaría por doquier, y nadie podría hacer nada para evitarlo. 

Esclavo seguía sin perder detalle las excusas que, una tras una, sus compañeros de misión iban esgrimiendo. Era más que obvio que, si bien se atenían a los hechos, la manera de contarlos diferían bastante de la realidad. Tal era el caso de la pequeña hada fea que hasta el momento había hecho un fidedigno relato de lo que había ocurrido con esa bola de pelos, pero por supuesto había omitido un detalle más que gordo. Su participación en el fracaso de aquel plan.

La verdad es que el ser reptiliano desconocía los motivos que habían llevado a la esbirra a intentar sabotear de aquella manera los planes de su Señora. Lo más probable era que la hubiera motivado la envidia: ella era fea, fea, fea, tan fea que cuando nació no sabían si tirar la placenta o a ella, mientras que su Señora era la belleza hecha maldad y la maldad hecha belleza, algo a lo que Ala Rota nunca podría aspirar.

Con altanería carraspeó para interrumpir. -Ejem, Hada Rota... ¿como es eso de que no tuviste nada que ver con el susto que se llevó la bola de pelos esa? ¿Acaso creías que se me había pasado por alto la conversación que tuviste minutos antes con la señora esa... y su esposo? Verá amadísima Señora Oscura, luego de "acojonar" al fantasma ese, mientras el inútil esbirro de Shillyen se decidía a desobedecer a su ama y ponerse a servicio del hada, ella, ni lerda ni perezosa, se acercó hasta una pareja que tenía un puesto en una feria justo debajo del restaurante chino donde Mucus intimaba con su aspirante a rival, la umbriana que ya he nombrado. Digo aspirante, pues aunque ella se proclamaba como su sucesora, todos sabemos que no le llega ni a los talones.

En fin, vuelvo a lo de la pareja. Como le decía, esta esbirra que pone cara de inocente, se acercó a dicha pareja. Yo, disimuladamente la seguí para ver qué estaba tramando. Al aproximarme a ellos tuve la visión más horrorosa desde aquella vez que me tocó ayudar a mi ex-amo Monstruon a tomar un baño: el esposo de esa mujer era más feo todavía que esta inutil! Claro que a ella no la impresionó mucho, tan acostumbrada está a verse en un espejo que encontrar alguien que le ganara en espanto la hacía sentir bien consigo misma.[Interrupción: El hombre difícil de mirar]

Con el sigilo propio de los de mi raza, me acerqué hasta el puesto inmediato en la feria, donde me oculté debajo del mostrador y aprecié con lujos de detalles la conversación.

Allí, a toda velocidad porque el fantasma ya estaba por ponerse en camino que veía que enfrentarse a Su Maldad era mucho peor que soportar el látigo de Shillyen, Ala Coja les dio una importante suma de dinero a ambos y le pidió al señor que se ocultara entre las faldas de la señora y juntos, fueran a asustar al bicharraco encargado de conducirnos a Umbría para que perdiera el norte y nos creara una nueva distracción. Así que como ve, esta "ninfa" no es para nada inocente.

Satisfecho con su relato, se cruzó de brazos al tiempo que miraba con una sonrisa placentera como el hada comenzaba a sudar ahora que él había expuesto como ella había fallado a su Oscuridad.

Ñééééééééééé, ¿como que aún no habían llegado a Umbría? o aquellos esbirros no se enteraban o sabían mentir menos que aquél asesino que encontraron junto al Támesis con un cuchillo de carnicero en la mano, todo él manchado de sangre, con cinco cadáveres troceados, con los intestinos de uno en el bolsillo, y diciendo: –Yo no he sido.- con la boca llena de los intestinos de los otros cuatro.
¡¡¡Pero si mucus contó que los gritos que había hecho (él mismo al verse mordido) los habían echado de allí!!!… y peor aún ¿como podía caérsele la foto cuando Chemo se le cayó la cabeza, si la foto se le había caído (según sus propias palabras) cuando hablaba con Shilyen… y según seguía diciendo él ¡¡la rompió!!
Era obvio que ese rastrero montón de estiércol estaba soltando muchas mentidas juntas, y, o bien la señora oscura se estaba hartando de escuchar y pronto los fulminaría sin más, o bien había decidido dar una vacaciones a su mente y los fulminaría sin más.

Edmund sentía la gorja demasiado cerrada entorno del cuello.

Si esta panda de inútiles van a mentir para salir airosos que lo hagan de un modo convincente, pensó, si, no van a llegar a mi nivel comprensiblemente (pues yo era el mentiroso más fino de toda Inglaterra) pero al menos lo hagan con la sutilidad de un sapo, que siempre será mejor.
Así que no es de extrañar que el humano iba a protestar tras los argumentos esgrimidos por Mucus pero… cuando abrió la boca la cerró de inmediato, la mirada de la Señora indicaba que no era momento para interrupciones pues ella se disponía a hablar, fue cuando indagó a Ala rota.  Por lo que Blackadder tuvo que tragarse todos aquellos argumentos que le hormigueaban por no poderlos airear, quizás tendría otra oportunidad de sacar los trapos sucios más adelante.

***

Ala rota contó su versión de lo que pasó cuando les echaron, y aquello ya era demasiado pues no se creía ni media palabra.
-Espera, espera, espera pequeña harpía-chimpancé. ¿Me estas diciendo que “el fantasma” huía con un cuchillo en mano? Valeeeeeee… sip, suena MUY convincente.- Dijo haciendo un gesto muy exagerado de condescendencia.

Luego interrumpió Esclavo, pero… ¿qué le importaría a su ama el como aquél cuchillo había terminado en su espalda o el mordisco en su oreja? ¡¡Pero el hecho estaba en que habían sido expulsados de allí!!

–Bueno, da igual. El caso es que la historia no termina ahí ¿verdad?- Dijo levantando una ceja mirando a sus asquerosos y nauseabundos compañeros. –Fuimos expulsados de allí; vuestro elegante servidor, mi simiesca pulga con barba, y este bolso con cara de mono. Mientras la hadita saltarina y la bola de mocos seguían adentro y no quisieron echarnos un cable para que regresar.- Sacudió su cabeza con desaprobación exagerada.

-Por suerte, YO, Lord Edmund Blackadder había tenido tiempo de ganarme UN aliado. Muy extraño si, pero se las prometía de querer asesinar a todo umbríano, lo curioso es que era poco más que una cebolla con patas pero que vio nuestro talento y posibilidades y nos ayudó a regresar por un pasillo secreto para que juntos pudieramos cometer aquél genocidio-

Spoiler (marca el texto para leerlo):

-La verdad sea dicha que los pasillos eran fríos impersonales, y daban repelús ya de por si, pero seguimos pues nuestro amor por vós no conoce límites ni miedos mi bella señora, yyyyyyyyy adivinad quien encontramos allí… ¡¡si!! ¡Así es! En efecto tras una esquina encontramos a la mona madrina, escuchamos a escondidas como estaba negociando vuestra perdición con otro Umbriano local que según la cebolla diminuta era su odiado Unai un administrador local.
¿Y porqué se vendió?¿Qué precio puso a vuestra gracia?

Solo… una… bolsa… llena… ¿con 42 monedas de plata? ¡¡¡NO!!! ¡¡¡Llena de FRIKIPUNTOS!!! ¡Que no sirven ni para las furcias ni para los casinos!-

Aquella conversación estaba dando más giros que un culebrón venezolano de esos que echan a las cuatro de la tarde en la primera... que al final ya no sabes ni qué novela toca con los saltos que meten y que al final, en todas salen los mismos tíos o se les parecen demasiado....

Vuestra ama, lógicamente, no puso cara de haberse perdido algunos capítulos, pero que alguna cosa iba con calzador estaba más que claro.

- Seguro que me están omitiendo la parte interesante...

Ala Rota volvió a llevarse la atención de la ama oscura, pero era en una de esas situaciones que uno siempre prefiere pasar desapercibido... que no era precisamente lo que ella había conseguido.

- A ver, independientemente de que el marido de la tal Shilyen fuera un bicho, que por mí puede darle a la zoofilia todo lo que quiera... ¿ Al final alguno llegó a umbría? Porque tanta vuelta por un lado y vuelta para el otro... ¿ Dejaste a tus compañeros atrás por algo en especial o es que simplemente os cuesta comprender que para que parezcáis útiles tenéis que sumar el intelecto de todos? - Lo de intelecto lo dijo porque fue lo primero que se la ocurrió claro, no porque ninguno de vosotros pareciera demasiado listo. - ¿ Y eso del tal Unai y de los frikipuntos qué leches es? - No entendía ni para qué servía aquello, pero confiaba en que se lo explicaran aunque tuviera que conseguirlo a base de abrirle los sesos al primero de vosotros.

Ala Rota empezaba a enfadarse, y mucho. ¿Cómo se les ocurría intentar inculparla de algo tan rastrero y mísero? ¿Cómo osaban siquiera imaginar, y aun menos, decirle a su preciada Señora Oscura que ella había hecho tales cosas?

Con las alas batiendo a toda prisa, intentando descargar la terrible furia que sentía, la ninfa controló el impulso repentino de transformarlos a los dos en puré de verduras. Aunque, visto de otra manera, casi sería un cambio beneficioso para ellos.

Casi sin poder hablar, su blanco cabello empezó a volverse colorado por las raíces. ¡Estaba que echaba humo!

Con el ceño fruncido, de tal manera que la cara se le deformaba en una mueca horrible, empezó a hablar, impregnando cada palabra de un odio profundo hacia aquellos dos imbéciles* que intentaban destruirla. Podrían hacerla quedar mal, pero no sería la única perjudicada, eso lo tenía muy claro.

- ¿Que cómo tenía un cuchillo en mano? ¿Cómo vas a saber lo que era exactamente si te atacó por la espalda?¡¿Acaso los humanos tenéis ojos en la nuca y no me he enterado?! ¡Te hizo un tajo con sus sucias uñas, no tan negras como tu alma! Si un insignificante fantasma puede hacerte tanto daño, es culpa tuya, por ser un sirviente indigno de nuestra señora! ¡Y de más tendrías que estarle agradecido, así al menos la cicatriz te tapa algo esa horrenda cara!

Intentó recomponer su gesto cuando se dirigió a la Señora Oscura, pero su rabia seguía notándose.

-A diferencia de estos, que intentan por todos los medios esconder su deshonroso fracaso echándole las culpas a la sirviente que más os ama y teme al mismo tiempo, yo os voy a contar esos detalles, que ellos consideran tan importantes (dejando de lado las sandeces que han metido por medio), paso a paso, de manera ordenada. Para que vos no tengáis que intentar hilar las frases incoherentes de un par de descerebrados.

-Así pues, volvemos al tema de la señora horrorosa. Una vez le dije al fantasma lo de que avisara al Lord este, intenté volver al restaurante, pero me encontré con la pareja. Sólo pude ver a la mujer, ya que el hombre estaba de espaldas, cogiendo los aros del puestecito de feria. Al ver a la mujer, recordé a cierto engendro, con cabeza de mono y cola de serpiente. ¡No le había dicho al fantasma que tenía que avisar también a Esclavo!

Reparando en mi error, no dudé en gastar todo mi dinero en hacer que la mujer avisara al fantasma de tan importante misión. Como dos personas son mejor que una, y la mujer podría no encontrarlo, le entregué parte del dinero al marido, para que no pusiera reparos en dejar el puesto un momento e ir a buscar al fantasma. Como ve, en ningún momento dije que lo asustaran, sólo dije que fueran a buscarlo, para que realizara todo el plan correctamente. No es mi culpa que fueran un par de depravados, y que él tuviera por costumbre esconderse entre las faldas de su mujer, para váyase usted a saber qué tremendas locuras, y ella fuera una maleducada. 

El hada coge aire, y respira poco a poco, intentando tranquilizarse, aunque la furia sigue ahí.

Aun así, no todo fue tan mal. Es cierto que se llevaron al humanoide este con collarín, y a la quimera, pero fue culpa suya, no mía. No pude hacer nada por ellos, todo lo que había intentado conseguir para que nos llevaran a todos a Umbría, había fracasado. Pero me juré a mí misma que nunca permitiría que la misión de mi terriblemente bella señora fracasara, así que hice trabajar mi humilde mente a toda velocidad. No tardé en idear un plan alternativo. Era sencillo, pero a la vez, conllevaba sus riesgos. Habíamos perdido por el momento a dos aliados, pero no sabíamos a dónde los iban a llevar. Así que volví a encontrar al fantasma, que seguía transformado en la bola de pelo, y le pegué bofetones hasta que se tranquilizó. Imagino que el que la señora pervertida hubiera desaparecido funcionó. Le recordé nuestro trato, y le conté mi plan. Él se aseguraría de que a Lord collarín y a la quimera se los llevaran hasta las mazmorras de Umbría, y al moco y a mí, hasta la propia Umbría, como teníamos acordado en un principio. Y lo hizo, así que como puede ver, SÍ que llegamos a Umbría. 

Una vez allí, todo era un guirigay. Hay muchísimos más frikis umbrianos de los que una simple hada podría imaginar, ¿y cómo podría convencerlos para salir? Se me ocurrió una idea. Si hay algo que saque a los frikis fuera de Umbría, ¿qué podría ser si no una KDD monumental? Contacté con ese tal Unai, parecía alguien importante, así que me dirigí a él. Le dije que esa misma noche había organizada la primera KDD de Halloween, a la que estaban invitados todos los umbrianos de la web. Y si ya con eso se animarían muchos umbrianos, añadí que sería gratis. Unai me preguntó la recompensa que quería, y como sabía que de negarme, sospecharía, le dije que no hay mayor orgullo para una gran friki amante de la web, que unos frikipuntos, de los que sentirse orgullosa.

Ala Rota masculló lo de "gran friki amante de la web", lo que marcaba lo poco que le gustó mentir al respecto. No añadió nada más, a la espera de que alguien se atreviera a decir que es mentira, desafiante. 

Vuestra ama se llevó las manos a las sienes cuando el hada comenzó a gritar a sus compañeros sin que ninguno hubiera vuelto a abrir la boca y tan sólo escuchó sus molestos ruidillos hasta que escuchó que por fin habían llegado a Umbría, lo que en cierto modo la alivió, pero ya estaba tan cantada de escucharla que hizo que detrás de ella apareciera un enorme cacharrito de esos con lucecitas azules que hacen que las moscas se queden bien pegadas y antes de que el hada pudiera hacer nada por impedirlo, aquello la atajo, proporcionándole una descarga eléctrica que hizo que hasta los pelos se la quedaran negros y de punta.

- Esto está mejor... - dijo una vez hubo aparecido su ingenioso castigo, aunque lógicamente a Ala Rota no la parecía que estuviera mejor, pues sabía que estaba al borde de no contar demasiadas cosas más.

La mujer volvió a echar un vistazo a sus esbirros, como eligiendo a otro para que abriera la boca y señaló al tipo verde ese con pintas de guarro, que encima se hacía llamar Mucus!

- Sigue contando desde el momento que llegasteis a Umbría... - Su voz sonaba más tranquila tras haber descargado algo su ira con el pequeño hada.

Mucus había asistido al castigo a Ala Rota con sentimientos encontrados: alivio, por no ser él el reprendido, satisfacción, al ver sufrir a esa pequeña bicha petarda, y miedo de poder ser el siguiente. Cuando la Señora Oscura clavó su mirada en él y le pidió más explicaciones, intentó no temblar y descargar su frustración en sus compañeros, ya que todo había sido culpa de ellos.
-Veréis mi Señora, llegamos a Umbría, como la esmirriada esa ha dicho, pero separados, por culpa de la ineptitud de todos ellos. Si hubiesen dejado que acompañase a Chemo cuando se hubiese recuperado, en lugar de haber montado ese espectáculo lamentable en el chino…

En fin, allí llegamos Ala Rota y yo con la bola de pelo, que desapareció en cuanto vio que tenía múltiples mensajes a los que responder, y encontramos miles de umbrianos que vagaban entre foros y partidas, pero ni rastro de los otros 2 esbirros de mi ama, ni de los calabozos adonde se suponía que los habrían llevado. Mientras el hada apolillada hablaba con el tal Unai, vendiéndose por unos miserables frikipuntos, yo buscaba el modo de llegar a las mazmorras para, todos juntos, llevar a cabo el plan de mi Señora, pues organizar una KDD no era tarea fácil, como había podido comprobar con las confidencias de Shilyen y de Chemo, ya que había recabado información muy útil en el tiempo que había pasado con ellos. Necesitaban estar todos juntos para convencer a la JOKU, que eran los organizadores de ese tipo de eventos, de que aceptasen su candidatura para la KDD nacional en Halloween. Como Unai era uno de ellos, confiaba en que la polilla consiguiese al menos presentar la candidatura. Luego todos ellos boicotearían al resto de candidatos y saldrían ganadores, y así miles de umbrianos saldrían de allí la noche de Halloween y la Señora Oscura podría acabar con ellos.
En ésas estábamos cuando creí ver de nuevo a la bola de pelo, enchufao a la red de información umbriana, y fui a hablar con él para saber la localización de Lord Estirado y Esclavo. Pero sólo se trataba de un adicto umbriazo más, y cuando me acerqué me pegó una descarga que me hizo perder el sentido, y conmigo noqueado, mis compañeros fueron incapaces de seguir adelante con el plan- Mucus estaba indignado de haber tenido que colaborar con semejantes inútiles.

“Ññññéééé resulta bastante creativa, esta señora oscura” pensó Blackmund “a saber cuán creativa se pone conmigo si le doy la oportunidad”.
Se preocupaba por su pellejo, pues ya había visto fulminado a Percy (lo cual no era una tragedia para nadie) y ahora había chamuscado sin problema a la mujer-insecto. Se pasó el dedo por el cuello pues de pronto le pareció que se estrechaba y le costaba más respirar, “no he sobrevivido a las constantes amenazas de la loca reina Bess para ir a perder la cabeza ahora… ññññéééé…espera… no HE sobrevivido a la loca reina Bess… pero al menos… no fue ella quién me mató sino ese homicida de Ludwing…”

Se llevó la mano a la barbilla, estaba convencido de poder sobrevivir solo tenía que mostrarse convincente y hacer caer antes a los inútiles que le rodeaban.

Como Ala rota estaba literalmente frita, dejó de prestarle atención a los insultos previamente propinados y se centró a salvar el pellejo, o al menos, a hacérselo perder a al montón de estiércol verde que respondía al apodo, o nombre, de Mucus.

-“Si hubiesen dejado que acompañase a Chemo cuando se hubiese recuperado, en lugar de haber montado ese espectáculo lamentable en el chino…” - Repitió Edmund con rintintín como punto inicial de su interrupción. -¿Y cuando se suponía que nos iba a contar este genial plan? ¿Ein? mejor lo dejamos… suficientemente claro quedó que no iba a hacerlo.-

-Pues no sé de donde sacaron eso de llamarlo “mazmorras” a unos simples pasillos secretos por los cuales la cebollita asesina esa nos condujo. Si os sigo sincero, mi señora, si aquello eran mazmorras… estaban menos cerradas que las piernas de Lady Jane Herrington, la misma que había pedido que la enterrasen con una caja en forma de "i" griega*
Claramente no sé porqué lo habían llamado de tal forma porqué obviamente, el lugar: Umbría estoy seguro de que ni tenía ni gastaba de eso, aquello como dije no eran más que pasillos para moverse entre foros.-

Spoiler (marca el texto para leerlo):

-No, mi bellísima, astuta y magnificente señora.
Tras ver la traición y el insulto que suponía que la rata-alada os traicionara...- Se refería sin duda a Ala rota. -... la seguimos y vimos como se juntaba con mucus antes de separarse de nuevo. Así que nos vimos obligados a separarnos el mono con piel de serpiente este y un servidor para no perder a ninguno de vista. Como no me fiaba tampoco de la incompetencia de este.- Dijo señalando otra vez a Esclavo. -Dejé a su lado a la cebolla, que parecía ser el único competente (como este servidor como excepción) para que le informara de todo.-

-Mientras el tiempo pasaba, yo seguí a este atajo de mentidas.- refiriéndose a Mucus. –Y este palurdo (que se siente orgulloso de no ser más que un montón de desechos y fluidos humanos que ni los pañuelos querían por compañía) lo descubrimos en un foro que se había creado para recibir la bienvenida de los umbrianos. Se regodeaba por los múltiples mensajes recibidos de los petardos que escribían allí llenando el lugar de extraños mensajes de bienvenida, incoherencias varias y videos con los qué perder la cordura. Allí había estado perdiendo el tiempo (que no disponíamos) mirando esas idioteces sin sentido hasta que se quedó en coma por no poder procesarlo uno más.-