Partida Rol por web

Samath de nuevo se quedó en silencio, pero esta vez vuestra Señora ya no se lo iba a decir más veces. Estaba claro que ya os había dicho más de una vez que como alguien se quedara en silencio de nuevo le iba a doler y bueno, ya aprovechando, la mujer os lo escenificó de manera bien clara. 

En el centro del salón apareció una trituradora tamaño persona, manejada por unos gatos que tenían pinta de todo menos de simpáticos. 

El caso es que para cuando Samath quiso darse cuenta, entre todos los gatos lo estaban llevando a la trituradora y bueno, momentos después hubo gritos y la sangre salpicaba. Así fue como Samath terminó en un saco en el que ponía "comida para perros". 

Ahora sólo quedabais tres en aquella sala y bueno, después de lo que habíais visto, ya no teníais duda alguna de que aquella charla iba muy en serio. 

Vuestra oscura ama señaló a Toi. 

- Vuelvo a preguntar: ¿Qué pasó después de la paliza a la Rata? 

- confieso q'empiezo a tené un poco de miedo a lo' gato'... Ammmm emmmm no e'tooo, ah sí la cat-ina... Poh resulta que era en rsalidá una cat-ina der cru' de la lucha, y ahí se daban de palos tós los gato' entre ello', no' parecía ridículo quedan'no' en un lugá en er que lo' propio' gato' se mataban entre ello', de'pué de tó si no' la'gabamo' de allí sin hacé demasiao ruido lo' propio' gato' harían solo' su' deseo de aniquila'lo'. Tomamo' al depósito rata fuera del locá y pusimo' ve' un carté en er que si alguien hubiera pensao en leé no' habríamo' ahorrau un tiempito "Cat-ina cru' de la lucha, aquí sabemo' quien entra, pero no quien sale... Luchen lo' gato' que no teman perdés alguna' de su' siete ví'as". Tra' leé eso m'enfadé de que mi' comañero' m'hubieran arrastrao ahí 'entro, asín que tocaba pensá donde má' matá gato'.

Perdona Toi, pero te has saltado la parte en la que, mientras yo me enfrentaba a los gatos, tú robabas botellas de Marie Blizzard (Warcarft Spirituous Liquor Company) y a la salida de la Cat-ina os pusisteis a emborracharos.

Vuestra ama tuvo que hacer todo un esfuerzo para entender a aquel bicho verde, porque la verdad era que cuando hablaba rápido y se iba comiendo las palabras de aquella manera era complicado de seguir. 

- Jodío esbirro que ta'lelo. 

En fin acabó aquello sobre el club de la lucha gatuno, y por suerte no empezó con eso de que la primera regla del club de la lucha... que a vuestra señora eso ya le sonaba y casi que se lo había dicho alguien en algún momento. Seguramente, antes de despellejarlo ella misma. 

- ¿Cómo que emborrachándoos en vez de continuar con la misión? 

Realmente vuestra ama ya había perdido el hilo de lo que estabais haciendo, pero bueno, también tenía claro que ni siquiera vosotros sabíais lo que hacíais... 

Toi se llevó el cartel de "pensando" a la cabeza, pero como nadie se iba a creer que pensaba lo escondió antes de que su señora se riera de él y escogió corregir la tontería que dijo su compañero, aunque ya que sirvió de distracción no !e iba a culpar.

- Mi señora siento que en espera de vuestra invaluable voz se me pasa el año volando y me he propuesto para el nuevo año un curso de lengua y literatura para hablar como el mejor de sus esbirros... Pero lo 'ejamo' pa'l nuevo año que ahora prefie'o salva' la vi'a... - bueno no tuvo tiempo de ir al cursillo aún y solo practicó una frase para quedar "guay" - como en e' cru' ese se mataban entre ello' robamo' licore' que van caro' para que pudiera celebra'lo, toa la bebía que tie'n'el mueble bar e' lo que robamo' pa' u'té, aunque claro, e' señó rata mientra' mandábamo' por correo el licor seguía sin salí de la cat-ina y no' retrasaba en la misión, creo que sería mejórate que él expliqué que hacía allí de'tro.

¿Aquella cosilla verde estaba diciendo que estaban robando los mejores licores para ella? A ver si ahora se iban a pensar que ella no era capaz de aprovisionarse con más clase de lo que hacían ellos. Claro que antes de que pudiera decir nada, Toi dijo aquello de que el Señor Rata no salía y los estaba retrasando, así que aquello hizo que vuestra ama mirara a la rata, o a lo que quedaba de ella y le preguntase. 

- ¿Qué es lo que estabas haciendo ahí dentro? 

En realidad, a estas alturas vuestra Señora ya podía esperarse cualquier cosa, la verdad, pero para que vierais lo generosa que era, os iba a dar el pequeño beneficio de la duda por esta ocasión. Algo que seguramente no fuer a volver a pasar en vuestras muy cortas vidas. 

¡Yo iba a salir! - Intervino el señor Rata con voz aguda y dando un saltito de puro pánico. - Pero no pude, su Señorísima Oscuridad.

Verá, como le estaba diciendo mi compañero, quisimos salir de allí tan pronto como descubrimos que era un club de pelea gatuna. Ellos robaron botellas y salieron y yo iba detrás, ¡pero me cortó el paso un gato con una extraña y peligrosa enfermedad contagiosa!

¡El caso es que tuve que dar media vuelta y correr en dirección contraria mientras una jaurí... una gatería me perseguía liderados por el gato de la enfermedad contagiosa!

Entonces me refugié en el aseo y empecé a chillar pidiendo ayuda a mis compañeros por la ventana, pero como estaban emborrachándose (tal y como conté hace un rato) ¡no me vinieron a ayudar y me quedé encerrado allí dentro sin absolutamente ninguna posibilidad de salir!

Toi se dignó a querer ayudar a su compañero, porque por supuesto que le escuchó en el baño, pero no quejándose de estar encerrado...

- hombre queríamo' ayudá pero e'tabamo' confuso' po'que decía' algo de que lo' gato' ya no te daban mie'o que ahora le' tenía' má' mie'o a lo' pollito' atracadore' y nosotro' no'ntendíamo' a que jugaba' en lo' baño' hablando de pollito'...

Vuestra ama se perdió con aquello de los pollos, pero claro, si había sucedido así, tampoco le extrañaba que sus compañeros se hubieran perdido como ella. 

- ¿De dónde han salido esos pollos? 

Ahora mismo el Señor Rata estaba en el punto de mira de vuestra señora, pero porque ella estaba intentando encajar a aquellas dos cositas amarillas tan monas que si encima iban atracando no tenían desperdicio. 

- ¡Sí que vienen pisando fuerte estas juventudes de plumíferos! 

- Explícame eso de los pollos, que no tengo todo el día. 

Realmente los que no teníais todo el día para andar mareando a la mujer erais vosotros y bueno, algunos ya lo sabían mejor que otros, pues podían sentir el dolor en sus cuerpecitos. 

¡Por supuesto que no me entendían! ¡Porque estaban fuera emborrachándose y no se enteraron de nada!

Exclamó el Señor Rata consciente de que su suerte se agotaba. 

Verá, su Señoritísima Oscuripérrima, el caso es que cuando me refugié en el baño con todos los gatos intentando despellejarme y contagiarle a mi cadáver la enfermedad de los puntos blancos, tuve la fortuna de que entró la banda rival de los gatos de la catina de la lucha: ¡Los pollitos atracadores!

Entraron pegando tiros y diciendo todo el rato cosas como: "Pío, pío, nigga". "Wassá lindo gatito". "Plomo o plata, weón". "AQUÍ LLEGAN LOS ÁNGELES DE MARIA JESÚS Y SU ACORDEÓN".

Se montó un pollo de narices. Y también un gato. Y el pollo montó al gato y el gato al pollo. Los gatos catineros y los Ángeles de Maria Jesús y su acordeón (que era el nombre de la banda de pollitos) empezaron a montar una gresca tremenda y yo encerrado en el baño.

Los tiros empezaron a atravesar la puerta del retrete donde me había encerrado dejándola tan llena de agujeros que parecía un queso Gruyere. Y como mis compañeros no me ayudaban y la puerta parecía un queso, pues me la comí y salí de allí corriendo.

Avisé a mis compañeros para salir por allí cagando virutas, antes de que la banda vencedora de la trifulca nos hiciera una colección de nuevos ombligos Prêt a Porter, y entonces vimos la forma perfecta de escapar.

¡¡Los Ángeles de Maria Jesús y su Acordeón se habían dejado las Harleys en la puerta!! Así que nos subimos cada uno en una y... PO-PO-PO-PO-PFuUuUuUuUuuuu....

El motor más desinflado que el vocabulario de Toi.

El Señor Rata contó todo lo que había sucedido dentro de aquel baño y la verdad es que uno podía imaginarse la batalla campal entre pollos y gatos, aunque no sé en qué momento aquello había parecido otra cosa. De todas maneras, al final parece que consiguieron salir de allí y robarles las motos. 

- Al menos conseguiste que tus compañeros te hicieran caso ¿no? 

Vuestra ama había entendido que todos os fuisteis en las motos, aunque por como terminó aquello, parecía que no os iban a llevar muy lejos. 

- Torok, explícame eso de las motos. 

Increíblemente, en aquel turno la rata no recibió ningún escarmiento de su señora, pero ya sabía de sobra que no podía confiarse y que era probable que sólo estuviera estirando su agonía. 

- ¿Estaban jodidas o era el alcohol que llevabais encima lo que las mató?

Puez verá Zeñora Ozcura, laz motoz no ze movieron. Ni ziquiera tenían cazcoz, o zi, no zé. ´

Lo que pazó ez que había un gato junto a laz motos y tenía una pinta eztraña. Me recordaba a los orcoz cuando ze tomaban aquella zetas que lez ponía loz ojoz del revéz. El cazo ez que el gato ¡Ze había bebido la gazolina de la moto! En un vazo grande con mucho hielo. También le había echado algo con muchas burbujaz.

El gato en zi parezía brillar, o no, a lo mejor me lo parezió a mí. El cazo ez que tuvimoz que dejar laz motos e irnoz corriendo, antez de loz polloz locoz y los otroz maleantes noz hicieran picadillo.

Corrimoz mucho, azí, con la lengua fuera y noz alejamoz del lío para buzcar un sitio mejor y hacer la mizión.

Ezo ez lo que pazó.

- ademá' tuvimo' que lleva'no' a ra'tra' a Torok luego, po'que decía que era mundo s'estaba volviendo mi agresivo y que ya no quería segui' haciendo daño a nadie, ni gato' ni no-gato' que él se iba a hace' monja y vivi' en un convento para e'capa' de la' pelea' lo' robo' y hasta de lo' casino'...

En cuanto Toi dijo aquello la Señora Oscura miró muy mal al goblin, pues estaba claro que un esbirro que no apoyaba la violencia no era un esbirro en condiciones. 

¡Hasta aquí íbamos a llegar! 

- ¿Qué es eso de la "no violencia" y el convento? 

La mujer esperaba que Torok tuviera una muy buena explicación para eso. Ahora sólo faltaba que sus esbirros fueran por ahí con una sábana naranja por encima y cantando como si hubieran estado comiendo setas. 

Del resto de lo que había dicho sobre el gato y tal, como veía, ya había pasado, pero ahora lo importante era eso de ser pacifista. Por ahí sí que no pasaba la Señora Oscura. 

Zeñora Ozcura la verdad ez que laz monjaz eran mu feaz y yo no quería irme con ellaz a Zalvar el mundo en paz y armonía. Lo que paza ez que hacen unaz galletaz muy ricaz. Entoncez lez conté todo ezo de que iba a zer bueno y que quería al prójimo y demáz para que me diezen galletaz. La verdad ez que no zé quién ez el prójimo eze, nunca lo he vizto, o zi, no zé.

Pero laz galletaz no eran todaz para mí, y me guardé alguna para uzted lejoz de laz zarpas de estoz comilonez. La debo tener aquí, en el ombligo... No ezta, no zé que ha pazado... quizás alguno de eztoz esté lleno de mizgaz y zea el culpable.

Lo que noz retrazó de verdad fue Samath, o se dice Zamath, no zé... Cuando vio como laz monjas ezas que olían raro ze hacían zuz propia ropa, quizo hacerze un traje para no ze que fiezta. Ze volvió loco cuando vio laz maquinaz ezas por donde va y viene el hilo de colorines.

Pero mejor zi ze lo cuenta él.

En todos los siglos que llevaba teniendo esbirros vuestra ama, que no eran pocos, nunca se había dado este caso. La verdad es que podía resultar una jugada maestra si lo pensabas un poco, pero conociendo a sus esbirros, aquello no era más que una mera forma de escabullirse de la que habían liado, para nada encima. 

- Me parece muy triste, que tengas que pasarle tus marrones a un muerto. La verdad es que no me apetece nada devolverlo a la vida para que siga hablando. 

Y tras ello, la mujer mostró una sonrisa que no venía a decir nada bueno. 

- Ya que te veo ganas de hablar con él, creo que lo mejor será que vayas a saludarle. 

A los pies del goblin comenzó a resquebrajarse el suelo, del que salían pequeños chorros de lava que la pequeña criatura tuvo suerte y pudo esquivar. Con lo que ya no tuvo tanta suerte fue con un tentáculo negro y calcinado que salió disparado y lo agarró por el cuello. Seguramente, antes de llegar a la lava ya habría perdido el conocimiento. O quizás no, pero nunca ibais a saberlo. 

- Espero que hayáis pillado el mensaje. - Dijo la mujer, no muy segura de no tener que haceros un croquis para que lo entendierais. 

Ya sólo quedaban dos esbirros, así que miró a la cosa verde, porque aún no tenía claro lo que era ese moco. 

- Continua con la historia y ahórrate mencionar chorradas. - Eso ya iba a ser otro cantar. 

Pobre Torok él decía la verdad ¡La culpa fue de Samath! Tragó saliva antes de continuar contando la verdad. - cie'tamente Samath inició su propia gama de produ'to' animale' para animale' con complejo de feo' pero supongo que e' mejó' no p'ofundizá' en ese detalle - dijo mirando de reojo la lava - la cosa e' que tuvo algún tipo d'éssito eno'me y estaban fuera der convento una eno'me estampí'a d'animale que s'aglomeraban tras habé' visto a un rino-modelo vistiendo el look Rino-pavo reá', todo' querían su cola de pavo reá' y galletita' de la' perr-manita' de la caridad pacifista, y aunque aquí mi compañero Sr. rata y yo deseábamo' salí' y hacé' realidad su mandato, ahí estaban todo' lo' animale' aglomerado' ¡Y sin mascarilla! Que a mí me da igua' mi primo quinto segundo por parte de tataranieto segundo no m'afe'ta a mí, pero si me confinaban ar Señó' rata tendría q'hasé' to'l trabajo solo y hay demasiaos gatos solo pa'mi...