Partida Rol por web

La Señora Oscura se había levantado de su trono y daba vueltas por aquel salón bastante más enfadada de lo que solía estar habitualmente.  No entendía cómo sus esbirros habían vuelto a cagarla, sobre todo, cuando ella les había dado todo el plan detallado para que sólo tuvieran que llevarlo a cabo, sin necesidad de que tuvieran que pensar, porque después de haber tenido tantos esbirros, ella ya sabía que precisamente eso de pensar no es que fuera su fuerte. 

Aquella noche había hecho llamar a sus incompetentes esbirros, quienes en unos minutos tendrían que estar allí, delante de ella, explicándole por qué no habían hecho desaparecer a todos los gatos como deberían haber hecho. 

- ¡La próxima vez construiré robots a ver si tengo más suerte! - Pensó la Señora bastante molesta porque todos sus esbirros le salían "rana". 

Uno a uno fuisteis llegando todos al salón del trono, sabiendo que en aquel momento tenías bastantes papeletas de convertiros en comida para perros, para gatos no, que no estaba el horno para bollos. 

Vuestra ama se os quedó mirando y negó con la cabeza, como si no se pudiera creer aún que internet estuviera lleno de fotos de gatitos disfrazados para Halloween. 

- No entiendo cómo habéis tenido el coraje de volver cuando no habéis sido capaces de llevar a cabo un encargo tan sencillo. Claro está, no lo habéis conseguido y quiero saber por qué. 

La Señora Oscura os estudió unos segundos y luego señaló al Señor Rata. 

- Tú, quiero que empieces desde el principio y me expliques qué es lo que hicisteis cuando salisteis de aquí. 

La mujer se volvió a sentar en su trono para luego centrar su atención en el esbirro al que había preguntado. 

El Señor Rata se quedó totalmente callado, sin decir absolutamente nada, pero vuestra Señora se sentía magnánima y decidió explicaros como funcionaba aquello antes de arrancarle la piel a tiras a nadie. 

- Esto funciona así, pequeños esbirros. Yo pregunto y vosotros respondéis. El que se quede en silencio, sufrirá...mucho... haré que le duela... - La cara de aquella mujer lo decía todo y sabíais que no estaba bromeando. 

Así, miró a los esbirros, y cuando estuvo segura de que habían captado el mensaje miró al único, en apariencia humano, que había allí. 

- A ver tú, Samath. Empieza contando antes de que me hagáis perder ya la paciencia. 

Todos sabíais que vuestra ama no era la persona más paciente del planeta, casi podía decirse que la paciencia y ella no eran compatibles. 

Pues nada, oye... que parecía que le habían salido tímidos los esbirros, aunque bueno normalmente esto se les pasaba cuando les hacían un poco de daño. Quizás si a uno le arrancaba un ojo y al otro una pierna, la siguiente vez tendrían algo que decir, aunque sólo fuera un "ay". 

- Nch... - Hice un ruidito de fastidio que sólo podría predecir que se estaba enfadando y bueno, no tardarían ni empezar a temblar las piedras de las paredes. 

- ¿Sois masocas? - Fue lo que se le ocurrió pensar. - Igual es que habéis venido a que directamente os torture porque eso os gusta... - Claro es que era eso o se habían dejado su pequeña neurona en alguna parte y aún no la habían encontrado. - Pues os auguro un futuro muy negro y sin luz al final del túnel. Tenedlo claro. 

La mujer decidió apretar los puños para no ser tan rápida impartiendo castigos, aunque casi que le estaban haciendo un croquis para que les doliera. La tipa de "misery" iba a ser un angelito comparada con vuestra Señora. 

Había una especie de bicho verde con antenas que parecía estar mirándolos a todos. 

- Tú, Toi. - Parecía que empezaba a hablar en algún otro idioma raro. - ¿Sabes hablar? Puedes explicarme, por favor - ese "por favor" sonó muuuucho a amenaza - ¿Qué hicisteis cuando salisteis de aquí para cumplir la misión?

Todo miró a su señora oscura no creyendo que aquel par siguieran enteros.

- Verá mi señora, er problema empezó tan pronto como abandonamo' su hogá', no' encontramo' con un increíble y temible señó' o'curo a la' puerta' de sali-a y al verlo de frente era eno'me e iba cubie'to con una túnica, no' paró el paso y ¡ZAS! Abrió su capa dehandono' ver su exhibicioni'ta estilo. Su intención era robá' lo' e'birro' de otro' señore' o'curo' y crear el mayó' ejército exhibicioni'ta de la galaxia, se hacía llamá' Vader er exhibicioni'ta y no' aseguró que todo' los sere' del unive'so tendrían pavor der suyo ejército que mostrarían su' arma' por tós laos. Obviamente no pue'o hablá' por mi' compañero' pero yo soy un Toi de confianza y lo rechace de inmediato.

Miró al resto, no podía decir lo mismo de ellos pero no era momento de culpar a nadie, era momento de salvar el pellejo propio.

[B]- Cuando se vio rechazado amenazó con enseña'no' la' arma' que guardaba en lo único que cubría su cuerpo, una e'pecie de pañal gigante, y claro nosorro' e'tabamo' preocupado' de que aquel acto llegará a ojo' de lo' hi'terico' que en segui'a gritan eso de "E'TO NO E' PA TO' LO' PUBLICO' EXIGIMO' QUE EN LA TORRE INCLUYAN CA'TEL DE +18" y claro algo teniamo' que hace', no' tiramo' encima der tío que empezó a hace' ruidito' mu... De aliento profundo, creo que el ataque le gu'tó y eso daba yuyu, lo atamo' y lo tuvimo' que meté' en una bolsa de basura gigante... Que casualmente llevaba dentro der pañal, y pusimo' humidificadore' para empañá' la vista de quien pudiera está' mirando. Fue un eno'me trabajo y tiempo de'perdiciao pero necesario por el bien y la integridá' demuestra adoradísima señora o'cura.

Esperaba que contar la verdad bastara, sin duda los dos anteriores no se atrevieron a hablar de Vader, el exhibicionista y más tal como le aplaudieron... Contarlo ellos habría sido mentir o morir.

La verdad era que le avergonzaba mucho hablar del Vader el exhibicionista frente a su señora oscura y aunque le preocupaba lo que le podría hacer al no responder ya estaría rojo del nerviosismo cuando ella había fijado su mirada en el y lo único que podía hacer era jugar con sus dedos.

- (Uff que bueno que Toi dijo eso... al menos ya salimos de la parte más peligrosa)

Ya habiendo salido de ese detalle recordaría que luego de encargarse de Vader había ocurrido otro problema que le había molestado mucho.

- Disculpe mi señora Oscura... Habría esperado que Toi terminara de hablar para recordarle la rana que se habían encontrado y le había molestado tanto.

- Señor Toi, recuerda mencionarle a La rana emparchada que nos encontramos en el camino hablando mal de nuestra hermosa señora Oscura con aquellos que se encaminaban acá para volverse sus esbirros y como nos encargamos de ella.

Aprovecha para recordarle porque si lo cuenta bien tal vez baje un poco los tonos en la ira de su señora hacia el grupo.

(La Rana Emparchada)      

La cosa no empezaba muy bien, porque para entender a aquella cosa verde había que haber hecho primero un master. Menos mal que la Señora Oscura podía hacerse muy bien la tonta, así como si estuviera entendiendo absolutamente todo lo que dijera. 

- La próxima vez que busque esbirros tendré que hacer que me envíen una cinta presentándose, porque para esto voy a necesitar un ibuprofeno. 

Entendí que había aparecido uno de mis rivales enseñando lo que tuviera por ahí debajo de la ropa y lo terminaron metiendo dentro de una bolsa gigante que llevaba dentro del pañal. 

- ¡Ja! Si al final voy a ser una experta en esto de las traducciones. 

Claro que aquello que dijo el otro esbirro sobre la rana hizo que vuestra señora frunciera el ceño. 

- ¿Qué es eso de la rana que no me has contado? 

Claramente esperaba un plato de ancas de rana si en verdad había hablado mal de ella. 

¡Pero bueno! Aquí uno explica lo que los demás no tenían el valor para contar y le metían a explicar otra cosa... Si es que no se podía confiar en ellos... - ah ya, bueno... La rana cebosa esa... - lo último que quería era quedarse sin antenas tan joven, miró de refilón a sus compañeros sudando ligeramente. - verá mi señora, e'que de'pués de hacé' yo casi tol trabajo empaquetando a su archienemío acabe ba'tante cansao y cuando se no' cruzó de gorpe esa ranucha fofa e'taba yo con un ataque de ah'ma y me tuve que frená' un segundo a respirá', vi tó y e'taba allí incluso medio ahogao pero como e'taba siguiendo a mi' compañero' no me enteré del tó de lo que pasó con la rana esa... Creo que Torok iba al frente en aqué' momento y Toi seguro que se lo'plicará con má' detalle que yo, pero ¡Vaya si fue un p'oblema! ¿Verdá que si Torok?

Zi, la rana, Zi. La recuerdo.

El problema ez que noz quizimos encargar de la rana eza apeztoza, que hablaba muy mal de nueztra adorada Zeñora Ozcura.
Era un rana verde, hinchada, azí (hincho los mofletez y zaco tripa). Era muy fea, o no, zegún ze mire y zi ze tiene guztoz de rana, o no. No zé. Mira que zon verdez como nozotroz y ezo, pero nozotroz loz gobliz zemoz mejorez. Zi, ezo ez.

Puez la rana apeztoza tenía un boca que dezía muchaz mentiraz y tuvimoz que darle unoz "golpezitoz" para que ze tragaze su lengua larga y no dijeze más mentiraz. Ya zabe un poco de pum, pam... y ezo. Pero lo condenada no zé quería dejar y entonzez zalté sobre ella, para defender el honor de mi Zeñora, y como zi fueze un bicho de ezoz con cuernoz (un toro, o como ze llame, no zé). Como zi la rana fueze un toro, no uzted mi Zeñora Ozcura. Zoiz muy hermoza y ezo.

Por donde iba... ezo, la rana. La muy condenada ze reziztía y la dí lo zuyo, pum. He de dezir que loz demáz no movieron ni un dedo. Ezo ez, menoz de uno. ¿Ze dize cero? Zi, o no. Zólo zoy un goblin.

La muy puñetera dio un zalto mortal con zuz últimaz fuerzas y noz arraztró a todoz al agua. Azí acabamoz caladoz hazta loz huezoz y con pinta de polloz mojadoz. Ezo noz retrazo en nueztra mizión, pero le puedo azegurar que merezió la pena. Eza rana ya no dirá nada malo, nunca máz.

Toi dijo que estaba "cansao" y la mujer negó con la cabeza, porque no le extrañaba en absoluto que sus esbirros fueran unos flojos. Desde luego, parecía que este año no había elegido muy bien, aunque eso había quedado bastante claro cuando habían vuelto con las manos vacías. ¡Ni que los gatos tuvieran siete vidas de verdad! 

- Bien... 

Antes de que pudiera preguntar a Torok lo que había sucedido, este se puso a responder y la mujer entrecerró los ojos. No le gustaba en absoluto que no la dejaran hablar, aunque por esta vez lo pasó. Eso sí, no sería algo que fuera a pasar siempre. 

Al menos, tuvo la decencia de pelotear un poco a vuestra ama y hacer que se le pasara un poco el enfado. 

Zzzzzzzzz *plop*

Una burbuja semitransparente y totalmente translúcida estalló repentinamente en la nariz de Señor Rata, donde había estado hinchándose y deshinchándose acompasadamente durante los últimos minutos.

¿Eh? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde?

El anciano roedor miró alrededor confuso hasta que por fin se encontró de frente con la mirada de Torok.

Oye, hijo. - Dijo dirigiéndose al goblin - ¿Finalmente has pensado ya cómo explicarle a la Bruja Asquerosa que no hemos cumplido su misión porque nos entró hambre? En serio deberíamos pensar en algo. Con la mala hostia que tiene la criatura no creo que nos deje tranquilos si no se nos ocurre una buena excusa... Ya sabes que desde que Lucifer sacó serie de televisión y ella no está insoportable. Bueno, aún más insoporta...ble... que... de...

¿Pero qué pasa? ¿Por qué estás así de pálido? En vez de verde te veo color pastel... ¿Es por algo que dije?... ¿No será que...?

Comenzó a girarse lentamente hasta que, a su espalda se encontró de frente con la Señora Oscura. Tragó saliva y miró en otra dirección intentando fingir que su miopía lo había evitado el susto y que las manchas de humedad eran consecuencia de la edad.

Pensó rápido, porque si algo podía tener la vejez era aumentar el número de recursos y entonces dio un respingo y bostezó.

¡Buaah! ¡Menudo sueño estaba teniendo! Menos mal que me acabo de despertar porque estaba soñando que alguien me había poseído para insultarla a usted en mi nombre, su Malignosa Malignidad.

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Pálido 

La Señora Oscura se quedó, así de primeras, con la boca abierta, pero no por nada de lo que dijo el enano verde que parecía andaluz. No, no, sino por lo que dijo aquella rata... 

- ¿La bruja asquerosa soy yo? 

Aquel esbirro los tenía cuadrados y lejos de enfadarse, a la mujer la dio un ataque de risa, porque no sabía lo que estaba haciendo. Definitivamente, aquella rata se había llevado algún golpe en la cabeza y estaba desvariando. 

- A partir de este momento, quiero que cada vez que te dirijas a mí, me elogies y que sea algo que me vaya a gustar, porque cada vez que no lo hagas, voy a producirte tanto dolor que desearas que te echen al wok de un restaurante chino. 

Con toda la cara de sádica que podía poner, que era suficiente para que todo el que había en aquella sala se pensara muy mucho lo que iba a soltar, volvió a dirigirme el tipo verde. 

- Bueno, entonces, ¿Cuál es esa excusa que me pones por eso de tener hambre?

Le hizo un gesto bastante claro a la rata. 

Puezz, ez verdad que noz entró el hambre. Como puede imaginar zu Zeñora Ozcura pelear con una rana da mucho hambre y como al final ze me ezcapó, porque nadie me ayudó, me fui a un reztaurante chino a comer ancaz de rana. La verdad ez que comer zolo queda feo y a los demáz lez entro la guza, entoncez noz fuimoz juntos a comer. Noz vengamoz del bicho verde comiéndonoz a zuz parientez. Parientez zercanoz, o no, no zé. Fue una victoria amarga, puez las delgadaz patitaz de rana zon inzipidaz. Traz comer tuvimoz a bien, o mal, o no zé... Bueno como buenoz ezbirroz noz fuimoz sin pagar. Corrimoz todo lo que pudimoz. Yo corrí mucho, con eztoz piez que tengo, y cuando noz dizponíamoz a zeguir la mizión, noz encontramoz con una Zupernena. La verdad ez que no zé realmente lo que zon, ezo lo zabe Samath. ¿A que zí? o no, no ze...

En aquel momento vuestra ama ya no estaba del mejor de los humores, todos sabíais el motivo, pero aún así, se mantuvo en silencio escuchando como aquel esbirro decía lo de que se había ido al chino. 

- Chino os voy a dar yo a vosotros si seguís así... 

Su explicación me dejó un poco igual, quizás con ganas de darle una colleja por no haber dicho nada sobre la misión, sino más bien sobre cómo no la llevaban a cabo, pero bueno, les daría otra oportunidad e iba a ser la última, de que explicaran útilmente por qué narices habían venido con las manos vacías. 

- El problema es que ya me estoy dando cuenta del motivo... 

La Señora Oscura miró a Samath y le hizo un gesto con la cabeza. 

- A ver ¿qué quería de vosotros esa supernena? ¿Que pagarais lo del chino? 

Era lo único que se me ocurría, pues yo de tener que buscar a alguien con quien perder el tiempo, no lo haría con ellos. 

Cerraria los ojos y respiraría profundamente para calmarme, era evidente que estar cerca de la señora oscura me ponía nervioso y más aún sabiendo que a fin de cuentas no logramos el objetivo... espero salir vivo de esta al contar lo que pasó.

- Señora oscura, usted sabe que su hermosisima belleza solo se compara con su oscuro, frío y malvado corazón... 

Trago saliva al decir lo que iba a decir...

- Pero... Hago una pausa.

- Luego de haber visto la pelea de la rana y el verdísimo Torok, la cual subí a las redes mostrando que sus esbirros si cuidan la imagen de su señora, apareció una super nena que junto a sus hermanas se coronaron como las más malvadas de todas las mujeres.

Suspira como si estuviera incrédulo de tal atrocidad.

- Así que nos levantamos de la mesa donde estábamos comiendo y las retamos a decirnos ante todos los presentes porque tales lunáticas se atrevían a compararse con su malvada excelencia.

Saca su celular y le muestra.

- Resulta que estas habían escuchado hacerca de su plan que habían oído mencionar de la rana emparchada,  que lo había oído decir del Vader en pañales y se burlaron de su plan diciendo que habían capturado a todos los perritos del mundo y los habían dejado en un restaurante chino...

Niega con la cabeza y guarda su celular.

- Claro que se armó una discusión y les dejamos en claro que eso era una copia barata pues los gatitos tienen más views en Internet que los perritos y fue así como estas salieron volando y fueron a capturar también a los gatos, no nos quedamos atrás e hicimos lo mismo... y mientras estábamos en Sudamérica, de la sábana salió una peligrosa y salvaje banana llamada lobezno...

Suspira algo arrepentido de lo que debía decir así que mira a sus compañeros...

- Seguro que alguno de mis compañeros le podría contar ese desagradable acontecimiento que sucedió con las super nenas, la banano llamada lobezno y los gatos que teníamos capturados... y aclaro que esa es una de las miles de razones por la cual estoy muy agradecido de estar bajo el cuidado de su oscura y malvada ala mi señora...