Partida Rol por web

Sara se mantuvo en silencio largo rato. Aquel aluvión de imágenes y sensaciones que llenaban su vacío previo a Bar Harbour la desbordaba por dentro, pero ni su expresión ni su postura cambiaron lo más mínimo mientras observaba a Sally allí de pie, diciéndole a Harry aquellas cosas horribles. Por la mente de Sara pasaron todos aquellos recuerdos, a su alma se aferraron todas las emociones que Sally, aquella parte de Sally aún resentida, había guardado durante tanto tiempo… y su alma las abrazó.

Quizás, sólo quizás, aquello era mejor que tener un pozo de profunda negrura allí donde deberían estar tus viejos recuerdos. Quizás Sally no se daba cuenta de ello, pero para Sara cualquier recuerdo era mejor que la incertidumbre de no tener ninguno. Tanto tiempo sumida en aquella terrible, densa y aterciopelada oscuridad había pasado cuando intentaba recordar quién era ella, qué era antes de Bar Harbour, que había aprendido a amar todas las emociones, todos los sentimientos, todas las sensaciones… por eso atesoró en lo más hondo de su corazón todos los recuerdos que Sally le ofreció durante aquel eterno instante. Todas esas cosas que su reflejo le estaba echando en cara al ya arrepentido Harry, ella las abrazó, las grabó a a fuego en su memoria, las guardó a buen recaudo en lo más profundo de su alma… y sonrió.

En ese momento quiso avanzar hacia Sally, quiso abrazarla, fundirse con ella, absorber todo lo que restaba de aquella pobre alma atormentada que, al fin y al cabo, era parte de donde ella había salido después de todo… Quiso calmarla, envolverla en un reconfortante abrazo, extraer su dolor para siempre y guardárselo para sí…

Pero no le dio tiempo. De pronto la muchacha que una vez fue un esbozo de algún pasado suyo, o de Harry, comenzó a retorcerse, a gritar y a transformarse.

-No vas a quitarme a Harry otra vez… -murmuró, segura de sus palabras, a nadie en concreto-, él ya cumplió su pena, y aprendió… Yo me llevaré conmigo todo este dolor y lo guardaré, pero no vas a quedarte con Harry otra vez… no voy a permitirlo.

Y, con la sola ayuda de sus manos desnudas y, quizás, los restos de cadenas que colgaban de su tobillo, Sara se preparó tensando los músculos, esperando a ver qué decidían Harry y James, luchar o correr… Al fin y al cabo, ellos eran quienes más sabían sobre aquel cruel mundo.

Entonces Sara, sin inmutarse en absoluto, se situó frente a su hija, protegiéndola con su propio cuerpo, al mismo tiempo que buscaba a su marido con la mirada, sólo para ver que éste ya apuntaba con su arma a lo que ya no era ni de lejos la sombra de quien una vez fue Sally…

La respuesta de su padre le permite alzar una ceja mientras el show aterrador comienza con su función de la noche, un evento que perturbador para los implicados, no genera siquiera un ligero resquemor o miedo en el interior de Jules. Así que bajo ese manto de determinación, uno que la rubia suele ostentar debido a su pasado y a la preparación que James le ha inculcado, afirma sus manos a la katana mientras camina hacia aquella bestia. 

- ¡No matarás a nadie! ¡No bajo mi voluntad! -  afirma al impulsarse y dar un salto sobre la criatura luego de los disparos, siempre con la intención de realizar un corte limpio mientras aprovecha la distracción de los otros ataques. En lo posible en su cabeza, es a donde apuntaba, pero cualquier lugar a fin de cuentas ayuda para tomar la iniciativa y exterminar una abominación de este perturbador mundo. 

Trevor se echó para atrás levantando inútilmente el pequeño cuchillo.

-¿Pero que mecago en todos los demonios es eso?¡Joder que mierda comió esa señora!.- Gritó sin acabar de creer ni entender que estaba viendo. Guardó rapidamente la radio mientras Harry abría fuego sobre la criatura.

Sophie pegó le un grito que se le metió en el oído -Tranquila, no es momento para ponerse histérica- le dijo molesto. 

Miró su pequeño e improvisado puñal y se maldijo por no contar con mejor artillería, dadas las circunstancias en aquel lugar hacía falta ir armado y con munición de calibre generoso. Entonces vió que el viejo también apuntaba hacia la bestia pero no se decidía a disparar.- Venga viejo, vacíale el puto cargador a ese monstruo.- animó.

También vió como Jules se avalanzaba sobre la bestia katana en ristre. -Joder, esa parece la Uma Thurman en una de Tarantino.-

La reencarnación de Sara, la versión de pesadilla que el pueblo ha gestado para Harry y Sara, avanza hacia el experimentado agente de homicidios con sus garras en alto para cortar en finos trozos al hombre. Sin embargo el ataque falla estrepitosamente cuando sus extremidades chocan contra una vieja cama de hierro, deteniendo momentáneamente su avance.

En ese momento los reflejos de Harry responden como nunca jamas, igualando su habilidad de muchos años atrás.

Un disparo hiere al monstruo pero no es suficiente para detener su avance. Pero no acaba allí porque Jules con su espada samurái corta limpiamente la cabeza de la criatura, la cual rueda hacia Trevor y Sophie. La cabeza continua con vida porque desde la herida crecen patas de araña y nuevamente la extremidad reanuda su carrera hacia Sara en esta ocasión mientras el cuerpo ataca a Harry.

Ahora es momento para que los demás pueda hacer algo, cuando la aberración solo pretende dar muerte a la pareja Slaughter.

Sophie no formaba parte de toda la historia de aquella familia, ni era capaz de saber que papel jugaba en aquella locura... pero llego a una conclusión y es que sólo una persona era capaz de hacer algo por ella... y era ella misma. Así que tras ver como parecía haberse convertido en una molestia para los presentes, simplemente salió corriendo en dirección contraria a la araña en que se había convertido la cabeza de la tal Sara, Scaly o como se llamase la mujer... en su carrera tropezó con algo que la hizo caer de bruces al suelo.

Magullada la pelirroja se apartó el pelo de la cara para ver que entre los pies había una especie de pica de hierro, que parecía pertenecer a una vieja reja y con forma puntiaguda y todo, sin dudarlo, la joven Stark la cogió del suelo y se levantó armada con ella, ahora era poderosa... estaba enfadada y ¡MUY LOCA!

- ¡Bichos asquerosos...!- dijo indignada mientras con la pica buscaba ensartar a la araña buscando descargar toda la ira y el miedo que la recorrían.

James levantó el arma apuntando a la aberración que apareció frente a él. Pero cuando Jules le cortó la cabeza se relajó y no llegó a disparar, incapaz de prever que ese engendro pudiera moverse sin cabeza y menos aún, que la cabeza pudiera ser autosuficiente. Ahora sus opciones se dividían entre proteger a la persona más débil o proteger a la más útil. 

...Lo siento Sara. 

Al antiguo James le habría costado menos tomar aquella decisión, pero pese a todo, era la correcta.

El revólver de James escupió otra bala dirigida al engendro que estaba atacando a su amigo. Quizá si acababan pronto con el cuerpo, pudieran llegar a tiempo para socorrer a su mujer. 

Decidida a dar batalla, la rubia tras hacer un corte limpio en el cuello de la criatura, observa sorprendida cómo se adapta a su nueva forma sin importar la herida. Pendiente de ello, corre con la katana hacia atrás tomando carrera, hasta colocarse frente a Harry para protegerlo y volver a darle a la criatura. 

- No parará, podría cortarla mil veces... ¡Padre! ¡Tiene que haber una forma, algo... - afirma un tanto pendiente de los movimientos de Sara Monstruo. - Harry. ¿Qué busca de ti? ¿Venganza? -  pregunta al intentar encontrar un punto débil para cortar con su Katana. 

Es muy consciente de que en este mundo, nada es lo que parece y cuando estas situaciones se presentan, es porque del mismo pasado se acarrean cuestiones que necesitan una compensación. Jules no sabe absolutamente nada sobre lo sucedido entre Harry y Sara, pero de alguna manera, siente que está pagando un precio bastante caro. 

El engendro sin cabeza que antes era Sara, tropezó torpemente con la cama y se cayó al suelo. Eso le hace perder unos segundos valiosos mientras se levanta, lo que le da tiempo a Harry para poder dispararle dos veces antes de que la torpe criatura pueda reaccionar. Parecía que aún conservaba sus reflejos de policía.

Sara vio cómo aquella cosa que evidentemente ya no era más Sally se dividía en dos gracias al corte limpio de Jules y... ambos pedazos continuaban su carrera hacia Harry y hacia ella. Por lo visto Harry tenía más defensores, así por el momento estaría cuidado. Ella sin embargo debía enfrentarse a lo que momentos antes había sido la cabeza de la cosa.

Seguramente todos pensarían que era débil y estaba indefensa, sin embargo, con Harry había aprendido a pelear y ahora, la mujer tenía algo muy importante, algo que, a pesar de lo malo que pudiese ser, era lo que ella llevaba buscando mucho tiempo: recuerdos.

Recuerdos de antes de la oscuridad.

Así que, con ánimo renovado y dispuesta a no dejar que esa cosa atrapara a su marido o a su hija, Sara salió corriendo al encuentro de la cabeza y lanzó una patada como quien golpea un balón de rugby. Sin embargo, a pesar de que sabía que no pegaba mal, tenía la impresión de que ni eso, ni las pistolas de los hombres, ni la katana de la muchacha, ni lo que fuera que hubiera encontrado la chica nueva iban a conseguir acabar con esa criatura. Así que había que pensar en otra cosa.

-Fuego! -gritó entonces, pensando una solución diferente.

SI las armas convencionales no servían, le prendería fuego a ver si así aquella vaga ilusión de un antiguo recuerdo desaparecía de una vez.

La espada de Jules nuevamente hiere al monstruo decapitado pero no es suficiente para detener su ataque sobre la avejentada pareja. Incluso los disparos de James y Harry parecen fallar.

Sophie en lugar de huir reúne todo su valor en un ataque desesperado contra la cabeza-araña del monstruo que una vez fue Sally. Solo la extrema agilidad de la criatura impide que la pelirroja ensarte la horripilante cabeza.

Posiblemente la verdad se encuentre a manos del fuego y de Sara, quien horas antes fue presa del mismo destino que ella ahora busca para su versión oscura en este infierno que acaba siendo personal. Solo tiene que encontrar los elementos necesarios para crear las llamas.

En su búsqueda las garras del monstruo pasan muy cerca de ella, a centímetros de su piel. Ahora que Sara salio de atrás de la protección de Harry es cuando el monstruo de Sally va a por ella.

Harry vio como su mujer salia de detrás de él para buscar fuego. ¡Era una buena idea, si! Pero la criatura la siguió para atraparla, así que Harry utilizo su velocidad para descerrajarle de nuevo dos tiros, esperando que eso la frenase el tiempo suficiente para que su mujer pudiese prender fuego a la criatura.

Fue en ese momento cuando Sara giró la cabeza, buscando fervientemente algo con lo que hacer fuego, y distinguió un bote de spray entre algunos desechos apilados en una esquina. Tendría que bastar. Rezando para quedase algo en ese bote, la mujer lo cogió y, sin separarse de Jane, le metió la mano en el bolsillo para coger el mechero que sabía que la joven había cogido antes, en la gasolinera.

-Si salimos de esta, puedes fumar todo lo que quieras -le dijo en susurros a su hija mientras apretaba el botón del spray con todas sus fuerzas, colocando la llama del mechero delante y apuntando en dirección a la criatura que se les abalanzaba.

Al descubrir que cada corte es un pellizco sutil en aquella aberración, suspira ya un poco cansada de saltar de aquí para allá con su katana. Así que mientras Sara intenta a través del fuego detener un monstruo que para la rubia es difícil, se acerca a Sophie tras descubrir que está herida tras haber enfrentado con valentía al enemigo en común. 

- Tranquila, te revisaré e intentaré ayudarte. - expresa al guardar su Katana mientras la deja entre sus piernas, obviamente no quiere que se la quiten mientras examina a la pelirroja. - Padre, tenemos que terminar con esto...  Ella necesita atención médica y no puedo ofrecerla de esta forma... Sara está encaminada, ayudénla por favor. - afirma al negar con la cabeza mientras intenta revisar las heridas. 

A pesar del valor que reunió para hacer frente a la cabeza con patas de araña, Sophie lo único que consiguió fue que sus heridas se volviesen a abrir, realmente todo aquello era muy frustrante, parecía que la pelirroja estaba condenada a ser o carne de cañón o una secundona de relleno... dolida tanto por las heridas físicas como por todo lo que le estaba pasando, Sophie se concentró en respirar tratando de volver a reunir todo el valor que tuviera para ver que hacía, porque se sentía desubicada.

Entonces la chica de al katana se acercó a ella para tratar de ayudarla.

- Tranquila, te revisaré e intentaré ayudarte. 

Tras un ligero respingo respondió con voz lastimera.

- Gracias...- para a continuación quedarse quieta mientras Jules la examinaba

-Yo lo entretendré ¡Date prisa!-.

James sudaba de puro nerviosismo. La situación se le estaba escapando de las manos y en breve pasaría algo terrible si no eran capaz de frenar aquella abominación. Así que asintió a las palabras de su hija y se concentró en hacer un único disparo, tomándose el tiempo necesario para fijar el arma, apuntar y disparar.

La transformación de la extraña mujer en aquel monstruo… o más bien el surgimiento del monstruo desde el interior de ella, había hecho que me quedase bloqueada mientras los demás atacaban a aquel engendro sin que este pareciese inmutarse por las heridas que le causaban, e incluso el perder la cabeza solo consiguió empeorar las cosas.

La visión de aquel ser, el agotamiento que arrastraba y las no pocas heridas que tenía me dejaron incapaz de reaccionar, de atacar, defenderme o incluso de escapar… al menos hasta que vi como las garras de aquel ser pasaban a escasa distancia de la piel de Sara.

¡Mamá!- grite, con el pánico de volver a perderla muy presente en mi voz, aunque por suerte, no solo no estaba herida, sino que había encontrado un bote de spray que rápidamente apuntó contra la criatura, prendiéndolo con el mechero que me había cogido del bolsillo. La repentina luz y el calor hicieron que instintivamente me tirase hacia atrás… y notase que prácticamente había estado sobre otro bote como el que Sara estaba usando, bote que sin dudarlo, cogí y sumé al suyo, apretando con fuerza mientras rezaba porque aquello bastase para acabar con aquel engendro que amenazaba con volver a arrebatarme a mi madre.

Trevor se había quedado congelado con semejante espectáculo, aquella aberrante criatura era capaz de mantener con vida sus miembros amputados. Ni en sus peores pesadillas había visto nada parecido.

Pero mientras él no hizo nada aquel ser puso en jaque al resto de su compañeros. Empezó a sacudir la cabeza para salir de su estupor, se dió un par de ridículos tortazos a si mismo y se dijo:

-¡Espabila imbecil!.-

Pudo ve como la joven pelirroja estaba en apuros y siendo antendida por la ninja pero estaban en una situación altamente vulnerable. Eso lo hizo enfadar y soltando un fuerte grito con su rostro enrojecido y sus ojos inyectados en sangre se avalanzó, puñal en ristre, contra la cabeza patas

-Iiiiaaaaaaa-

El despertar del ocaso

El fulgor de los disparos acompaña las lenguas de fuego de los aerosoles, provocando un baile de luces y sombras danzante sobre toda la espeluznante celda de roca y hierro.

Las balas muerden la carne deforme del monstruo que una vez fue Sally, perforando de lado a lado su anormal cuerpo al igual que las llamas lamieron todo su volumen para crecer al contacto con la piel impía. Incluso las sucesivas puñaladas del mecánico abren profundos cortes en un costado de la bestia antes de acabar envuelta en llamas, tanto el cuerpo como la horripilante cabeza.

Por consiguiente las llamas devoran la totalidad del renacimiento de Sally, al igual que hace muchos años atrás algo similar sucedió con Jules y su sacrificio por las gemelas.

La criatura se rebatió contra las llamas y su destino inminente, solo que al final quedó reducida a un cúmulo de huesos y cenizas crepitantes. Y de los restos un fragmento de cristal, un trozo triangular de espejo cuya forma alargada recuerda a un puñal, es lo único llamativo y sorprendente que permanece de todo el monstruo.

Instintivamente Sophie retiró de entre las cenizas el filoso fragmento de espejo, cuyo reflejo es una ventana diminuta a otro sitio. En ese momento la oscuridad regresa, chorreando desde el techo y trepando desde la penumbra de cada rincón.

Una sirena de emergencia comienza a aullar en el exterior, llegando implacable hasta ellos para dar inicio al cambio de mundos otra vez.

Con la oscuridad llega la reversión de la decadencia y la oscuridad, al igual que la apariencia del entorno.

Cuando la luz regresa y la oscuridad retrocede una habitación de hotel ocupa el lugar de la celda de prisión. Una habitación simple, con una cama doble, una pequeña mesa y un par de sillas rematan el amueblado, dejando el paso hacia un pequeño baño con una ducha y un inodoro con un lavatorio. Encima de la plenilunio de la ducha un pequeño tragaluz, situado a casi dos metros de altura, deja pasar el tenue brillo de un día nublado y brumoso.

La habitación tiene la ventana tapiada a cal y canto y la puerta fue tapiada por maderos y clavos desde su interior. Quizás lo único llamativo es un gran espejo que cuelga en la pared sobre la cama.

El espejo esta roto, astillado y con piezas faltantes..

La grotesca parodia de Sally se fundió entre el fuego y las llamas hasta quedar reducida a cenizas. Harry Slaugther mira los restos casi con pena.

Pobre Sally… ¿cuantas veces tenían que pasar por esto?

Entonces la joven Stark recoge un trozo de cristal que sobresale del suelo, y todo vuelve a cambiar.

Cuando la sirena para, se encuentran en una habitación de lo que parece un motel o algo parecido. Lo primero que hace el detective es acercarse a la ventana para ver si puede sacar las maderas y ver donde se encuentran, pero un dolor le recorre el cuerpo. Con la bajada de la adrenalina las heridas vuelven a hacerse notar, y Harry se da cuenta de que está mal herido. Así que se sienta en la cama y mira a la hija de James.

-¿Alguna puede tratar mis heridas? Por favor… Y alguien podría tratar de desbloquear la ventana para poder ver donde estamos…

Entonces el detective se fija en el espejo de encima de la cama.

-Parece ser que está roto…quizá ese trozo que has encontrado antes pueda encajar…

Le dice a la joven pelirroja.

Una vez que el funesto combate, donde el horror siempre es el partícipe de un escenario que no cesa en repetición, Jules luego de tratar las heridas de Sophie, se incorpora tras el llamado por parte de Harry para ofrecer su ayuda. Ya siendo consciente del cambio, de aquellos entornos que en definitiva son el mero reflejo de un putrefacto interior que anida en la mayoría de los presentes, nadie puede ocultar sus pecados, no en este lugar. 

Y mientras camina rápidamente hacia la cama en donde se encuentra el amigo de su Padre, lo contempla a través de sus ojos azules desde una profundidad que lo dice todo, al comprender que el instante vivido es una cuestión personal, una parte de ese pasado que Harry debe redimir para vivir en paz. 

- Aquí estoy, relaja mientras reviso tus heridas Harry. - enuncia en un tono suave al abrir con cierto cuidado la camisa de aquel hombre, ya buscando con la mirada lo necesario para limpiar la herida. - Por favor, necesito Padre un recipiente con agua y una toalla, sábana o lo que sea... Así puedo tratarlo. Por favor.-  indica al dedicarle una mirada a James principalmente, pero también a Jane ya que es su Padre y su ayuda no vendría mal.