Partida Rol por web

El golpe del hacha no fue tan poderoso como para inutilizar el mecanismo del cerrojo y por suerte la llave hace su trabajo al abrir la caja de metal.

En su interior los Pecadores encuentran tres objetos algo particulares:

• Una flamante radio portátil a baterías, con envoltura de cuero y antena plegable. El aparato es de baquelita y lata, algo robusto pero fiable.

• Una linterna colgante de minero, con algunos golpes y el cristal fracturado. El pequeño foco de su interior se encuentra en buen estado. Este aparato también funciona con baterías.

• Un juego de llaves idéntico al encontrado en el bosque. Las llaves también pertenecen a la prisión pero en todas falta la cabeza de cada llave. Al parecer han partido las llaves a propósito.

Prisión estatal de Maine, Filial Bar Harbor. Pabellón C. Y la media docena de llaves tienen letras que van desde la letra A a la letra F.

Junto a las llaves encuentran un pequeño mapa. El mismo indica el pabellón C y sus niveles.

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La única forma de ubicarse es por medio de la numeración de las celdas. La que tienen enfrente es la “105”.

Las llaves luego que cumplieron su propósito no fueron a parar más lejos del sitio donde los Pecadores se encontraban presos de las gruesas cadenas. Por lo tanto Evelyn no tuvo mayores dificultades al encontrar las otras dos llaves restantes.

Esquivando por pura suerte más que agilidad, la mujer de cabellos oscuros por centímetros es golpeada por el cuerpo de Jules que el Celador lanzó poco antes.

Ahora ella se encuentra frente a la puerta de barrotes opuesta, casi a punto de probar suerte con las llaves y las cerradura.

En ese momento varias situaciones se suceden mediante el manto de la demencia.

Harry cual predador no suelta su presa. Su mandíbula no cesa de morder y arrancar la carne del Celador en su búsqueda de un punto débil que le permita la ventaja, al menos momentánea. Ríos de sangre negruzca brotan del monstruoso hombre y chorrean por Harry hasta alcanzar el suelo en una visión asquerosa e irreal. A este paso el soldado llegara al musculo del oponente.

Julie retira la tubería del cuello del Celador con un ágil movimiento y sin desperdiciar el impulso gira en redondo como un molinete para golpear la parte inferior del monstruo humanoide. La fuerza es tal que sobrepasa cualquier ataque realizado con anterioridad y las piernas del oponente pierden estabilidad por el impacto. Incluso la tubería que es usada como garrote llega a doblarse un poco.

El sonido de huesos rotos acompaña el golpe.

A todo esto su hermana se encuentra en el suelo, perdiendo sangre casi a punto de desfallecer pero su voluntad es fuerte por momentos. Tal vez pronto se abandone al destino ya que su corazón anhela lo perdido…

Finalmente el desenlace es una combinación de victoria temporal con el sabor amargo del sacrificio.

El brutal golpe de la rubia obliga al Horrible Celador a caer de rodillas al suelo. Por algunos instantes la balanza se inclina a favor de los Pecadores…

Entonces el soldado en su trance primitivo logra dañar además de la carne, el musculo y tendón, al menos lo justo y necesario para que la mano del oponente suelte el martillo que pesadamente cae al suelo provocando un poderoso ruido.

En respuesta el Horrendo Celador golpea con desmesurada fuerza a Harry en su torso y miembros superiores con un simple pero efectivo revés de su mano ilesa. El golpe es similar a una estampida de animales salvajes, tanto que envía lejos al soldado que tras girar varias veces termina su trayecto a pocos pasos de Evelyn.

Luego el Horrendo Celador dedica todo su empeño y energía sobrehumana en levantarse y terminar con su tarea. Los presentes pueden ver claramente como las heridas dejan de sangrar, siendo un poder poco menos que infernal el que moviliza al ser del OtroMundo.

A veces las oportunidades se presentan en formas inesperadas, comenzando con un simple encuentro tiempo atrás o mediante un suceso desarrollado en el futuro que repercute como un pedrusco en el agua, creando pequeñas ondas que viajan hacia todas direcciones.

A veces, y solo a veces, las acciones se trasladan hacia el pasado ya que la mente no tiene forma ni tiempo, solo voluntad reprimida por medio del pecado. Quizás el aleteo de una mariposa puede cambiarlo todo.

Siempre he estado aquí, esperando. Todo es gris y rojo, pero su llegada es la prueba de mis sueños. El sueño que aleja mis pesadillas bajo el agua… encerrada entre el cristal y el acero sin poder respirar… es una horrible pesadilla. –

La dulce voz de Sara cambia al ganar tranquilidad, como el oleaje sereno bajo la luz de la luna; una luna que todo lo ve y todo lo sabe. Incluso los pecados del hombre que puso fin a su esposa.

Iré adonde sea para acabar con este mal sueño y escapar de aquí. Ya no se quien soy pero su mirada me trae recuerdos que desconozco. Por favor no me deje atrás. – Agrega Sara por medio de una súplica encubierta por la frágil voluntad.
Solo conocemos una entrada pero ya no existe. A cambio tengo este mapa*, mire, aquí estamos y sus amigos creo que se encuentran en el nivel inferior. ¿Vamos? – la mujer revela otra sorpresa antes de ir detrás de Harry. Un mapa de la prisión, tal vez un fragmento de la inmensidad de la estructura pero a fin de cuentas servirá para la tarea de rescate.

En el pasillo los Soldados de La Orden aguardan impacientes, casi temiendo que alguna criatura horripilante emerja de las tinieblas sobre ellos.

Uno lleva la lámpara de petróleo y el otro una brújula…

El coronel observa con cuidado los objetos, a priori no debieran ser muy codiciados, pero ahora mismo eran casi un tesoro. El coronel observa el receptor ¿Quién será el que hable? 

El mapa es también muy valioso, y lo observa cuidadosamente, quedándose con todos los detalles rápidamente.

-Vale, -dice al cabo de un rato, algo más sereno ya. -Deberíamos continuar moviéndonos.-

Las palabras de Sara hicieron que Harry se sintiese culpable...encerrada entre cristal y acero...

¿Quién era esa mujer? ¿Era realmente Sara, una chica muy parecida a la esposa de Harry? ¿O era Sally, y esto era una especie de purgatorio donde expiar los pecados? Fuese como fuese, Harry ya no podía huir más, se había enfrentado a la verdad, había asumido su responsabilidad, así que ahora no iba a dejar a la chica y al resto. Si era el purgatorio, expiaría sus pecados ayudando en lo que pudiese a los demás.

-Siento lo de sus pesadillas, y no se preocupe, no pienso dejarla atrás, nunca más.- Harry le dedicó su sonrisa más tranquilizadora. Luego recogió el mapa que le tendía ella.

-Gracias- dijo mientras se situaba en él. Entonces salieron y se encontró a los dos soldados.

-Esta bien chicos, hemos de bajar al piso de abajo a buscar al resto. Así que adelante.- Vestido como uno de ellos, el detective se sentía bien, se sentía como uno de los buenos. Parecía que el viejo Harry que tanto añoraba resurgía de sus cenizas, como el ave Fénix.

Tanto Sara como los Soldados de la Orden asienten a las palabras de Harry, quien es el indicado para llevar el grupo adelante.

Al salir al pasillo la penumbra los recibe a todos, casi como en el hospital pero mucho peor ya que el ambiente se encuentra muy cargado de maldad tras una eternidad encerrada en un mundo que no conoce el sol.

El sitio se encuentra en decadencia, con sus paredes agrietadas y oxidadas allí donde el metal queda expuesto al aire, tal como un cadáver descompuesto con sus huesos al cielo. Muchas de sus celdas permanecen bloqueadas por maderos y otras completamente abiertas o sin puertas. Tal es el caso de pocas que todavía contienen a sus huéspedes, como por ejemplo aquellas que están cerca del final. Cadáveres colgando de alambre de púa y cepos de pared, huesos y pilas de ataúdes en raras ocasiones.

Una de las últimas celdas contiene un prisionero con vida, si se puede llamar vida.

Un torso sin facciones repleto de costuras por infinitas operaciones que llenan de dolor a los espectadores.

La criatura o persona que ya no existe simplemente sobrevive mediante un cable sonda y una bolsa de sangre.

El espectáculo es sencillamente horripilante.

Luego se encuentran las escaleras que llevan al nivel inferior, el 3C. Desde allí abajo llegan ruidos espeluznantes, gritos y sonidos metálicos, como si de una sala de torturas en plena faena se tratase.

Entonces los cuatro se miran entre si, como esperando algún valiente que inicie el descenso y se enfrente o sea la primer victima de la supuesta sorpresa que aguarde allí abajo.

Sea como fuese nada bueno podría llegar al descender al nivel inferior…

El cuarteto empieza a avanzar a través del pasillo. Harry esperaba saber a que atenerse, pero el ambiente empeoraba por momentos. ¿Es que esta locura no tenía fin?

Pero no, en vez de mejorar todo empeoraba, y cuando parecía que la cosa no podía empeorar, el ambiente se enrarecía más. Pasaron por delante de una celda con...algo que parecía vivo aun. Harry rápidamente evito que Sara mirase. Siguieron avanzando con el detective haciendo esfuerzos por no vomitar.

Finalmente llegaron a unas escaleras que descendían al nivel inferior, donde en teoría estaban sus compañeros. Harry observo al trío de acompañantes.

-Yo bajaré primero, síganme con mucho cuidado.- Se dijo que iba a intentar salvar a todos los posibles, y así lo haría. Sacó el revolver y empezó a descender.

Sara da un respingo cuando Harry la protege de la brutal visión en la celda abierta. Por acto reflejo ella sujeta la mano de él hasta que llegan al descanso que precede la escalera. Una vez allí Sara permanece en una esquina a la espera del posible desenlace.

- Si nos atrapan los guardias terminaremos como ese de ahí, o mucho peor. - advierte uno de los soldados de La Orden al pasar frente a la celda con la grotesca exhibición y luego que Harry se ofrece para voluntario los demás no tardan en responder. - Iremos detrás de ti. Ella es mejor que vaya detrás de todos. Allí abajo podría haber guardianes, esperemos que no. - confiesa el otro soldado con la esperanza de no tener que lidiar con esos “guardianes”.

Durante el descenso que no fue breve, los hombres de La Orden entran en detalles sobre la mitología del mundo de pesadilla que los rodea.

“En el mundo infernal de la décimo tercera hora existen criaturas muy poderosas que alguna vez fueron humanos sumidos en el pecado. Ellos en vez de perecer y purgar sus pecados acabaron nutriéndose de ellos hasta convertirse en seres con una especie de rango social dentro del mundo de pesadilla. Ellos no pueden morir mientras existan en ese mundo por su estrecho vinculo con la realidad que los rodea. Para ellos es un sueño eterno de maldad y depravación en el cual pueden gozar con sus actos prohibidos. Casualmente los Guardianes y Celadores de la Prisión son un ejemplo.”

La historia no trae esperanzas a Harry, en lugar de eso queda advertido que aparte de las monstruosidades que moran en la oscuridad también hay que lidiar seres inmortales e igualmente malvados.

Finalmente los cuatro llegan al nivel inferior, el sótano de torturas y castigo en donde las victimas encuentran el peor de los destinos. La muerte lenta e inevitable...

Aquí las celdas y el pasillo son idénticos a los niveles previos pero solo varia el contenido. Las celdas están divididas por paredes entre sí y rejas de gruesos barrotes dan al pasillo. Cada celda tiene dos puertas con enormes cerraduras de varias llaves cada una por sus muchos ojos de cerradura.

Lo peor quizás es el contenido de las mismas. Elementos colgantes como ganchos, cadenas y jaulas contienen cuerpos, huesos y miembros humanos. El peligro acecha en cada esquina pero los barrotes mantienen la seguridad para los cuatro visitantes ya que algunos de los prisioneros que cuelgan todavía viven, aunque no por mucho porque criaturas de poco tamaño intentan alimentarse de ellos. Son una especie de carroñeros infernales que huyen ante la luz que portan los dos soldados de La Orden.

Todavía sin avanzar por el pasillo descubren que el origen de los gritos y ruidos provienen de una celda ubicada en la mitad del pasillo. Una luz, tal vez algo tenue llega desde allí y al parecer una pelea se encuentra en su auge por los alaridos tanto humanos como extra terrenales.

James observa aquella curiosa suerte de objetos preguntándose porqué habrían llegado hasta sus manos. A estas alturas, ya no creía en las casualidades, así que estos objetos deberían tener cierta importancia, pero le resultaba imposible descifrar su utilidad. ¿Una radio?¿Había transmisiones de radio?¿Y las llaves?¿De qué servía una llave sin cabeza?

Miró a su madre de nuevo. Justo antes había balbuceado algo...

Se acercó a ella y agarrándola suavemente por los hombros, le miró a los ojos.

-Madre, te sacaré de aquí, pero tienes que ayudarnos ¿Qué dijiste?¿Tercer giro a la izquierda?¿Qué pasa?¿Quién es ese celador?

Me estaba desangrando y en mi mente me preguntaba si esto era en verdad una muerte justa. Tantas vidas he quitado y creía que el karma finalmente había decidido visitarme, sólo que no soportaba esta agonía y prefería directamente estar junto a Jan. 

Lo peor de todo, no fue el perder un brazo o desangrarse, sino ver con la furia que mi hermana atacaba a esa bestia. Ni siquiera hizo caso de mis palabras y se abalanzó como un animal alocado contra aquello, reduciendo sus posibilidades de vida por venganza. 

Un sentimiento que ambas tenemos, que siempre nos motivó para cometer los peores crímenes que jamás se hayan pensado pero ahora ya estábamos de vuelta y no tenía sentido todo esto. Ya no. Por esa razón, siendo poco consciente de todo le dedico una mirada a Evelyn para romper mi silencio. - Sálvate si puedes, corre y sal de aquí. -  no buscaba mi salvación pero si ella tenía una posibilidad, que la aprovechara. 

Tal vez fuese cosa del dolor proveniente de tu destrozado brazo… o tal vez del dolor de tu corazón hecho añicos al conocer el destino de Jan. Tal vez fuese una mezcla de ambos… o tal vez no fuese nada de eso y el causante fuese aquel extraño lugar que permitía ver cosas que de otro modo nunca podrían verse. La verdad es que no lo sabías y tal vez tampoco te importase, pues lo importante es que de nuevo podías ver a tu amado… solo que la forma en la que lo veías era extraña, incluso para tratarse de un delirio o de una visión.

Jan se encontraba junto a ti, de pie, tendiendo su mano para llevarte con él… agachado, agitando tus hombros para hacerte reaccionar y luchar… calmado… desesperado… como si todo estuviese bien… como si algo no encajase… la visión se contradecía a sí misma, veías a Jan pero lo veías al mismo tiempo de dos formas, tan entremezcladas entre sí, que ni siquiera podías agrupar cualidades en cada una. ¿Era la visión que estaba de pie la que se encontraba calmada, o era la que agitaba tus hombros? ¿Era el Jan desesperado aquel en el que todo parecía correcto, o era en quien algo no encajaba? No lo sabías, eras incapaz de discernirlo… así como también fuiste incapaz de asociar las voces que surgieron cuando empezó a hablar.

Una, como si viniese de un lugar más allá de lo terrenal, un lugar lejano donde solo había paz… otra, torturada más allá de cualquier límite, arrastrando con cada palabra un dolor y sufrimiento indecible. Ambas voces se entremezclaban, hablaban al unísono y no permitían que fueses capaz de asociar las palabras con las voces… pero si que pudieses comprender con claridad que era lo que decían.

No debes luchar, déjate llevar…

¡Lucha maldita sea, no te rindas…

… ven conmigo, aquí podremos estar juntos…

… ellos nos los robaron, ellos nos separaron…

… sin dolor ni temor alguno, sin nada que nos ate ya, sin nadie que nos persiga…

… arrancaron a nuestros hijos de tu vientre, los necesitaban vivos para usarlos…

… apenas les queda tiempo, solo tú puedes salvarlos…

… libres al fin, juntos los dos por toda la eternidad…

… amor mío.

Las frases se entremezclaron al punto que las dos últimas palabras fueron dichas por ambas voces al unísono, y como si esa mezcla fuese una señal, las voces se desvanecieron, se desvanecieron ambas visiones y todo quedó en silencio… en tu mente al menos, pues a tu alrededor, nada había cambiado, tu hermana seguía luchando junto a Harry contra aquel ser mientras Evelyn sostenía las llaves que podían permitiros escapar de allí.

Los cuatro valientes bajan a las mismísimas entrañas del infierno, mientras Harry escucha con atención a los guardias explicar las historias de las almas oscuras que moran allí. En cualquier otro momento de su vida, Harry se habría tomado esa historia como una locura de un demente. Pero todo había cambiado desde que despertó en aquella isla. Ahora Harry se lo creyó todo sin pestañear.

Así que almas pecadoras sucumbiendo a sus pecados? El resto de compañeros náufragos han de entenderlo si no quieren acabar como ellos...

Cuando el detective se da cuenta de que las criaturas huyen de la luz, se dirige a los guardianes.

-Le tienen miedo a la luz? A cualquier tipo? O ha de ser una luz especial?

Entonces escucha ruido de pelea más adelante, en una de las celdas.

-Pueden ser ellos, acerquémonos con cuidado...- y en sigilo, emprende la marcha...

Evelyn lo habia logrado, tenia tres llaves en la mano y se precipitó a duras penas contra las puertas. Debia encontrar la cerradura correcta para cada llave, debia girarlas, debia abrir las puertas para que todos pudieran escapar, especialmente ella que era la que estaba ilesa. Por encima del hombro observó que habian logrado frenar el avance de aquel monstruo, pero no habia sido gratis. Dudaba que pudieran salir por su cuenta. ¿Importaban?... Lo mas probable es que no. Si les cogia, se retrasaria. Coló una llave en cada cerradura, cambiando a la siguiente si resultaba no ser la correcta. Le temblaban las manos pero procuraba ser lo mas certera posible para evitar perder tiempo. Si se le caian de las manos serian un par de segundos bastante preciados que podrian significar el vivir o morir en aquella sala. Aquel monstruo se habia recuperado, y ya se estaba levantando para ir a por Evelyn, nadie mas le importaba. ¿Por qué?

Jadeó cuando todas las llaves estuvieron metidas en las cerraduras, esperando a que el mecanismo de aquella celda respondiera, con angustia. Golpeó incluso los barrotes, mirando hacia atrás. No podia ayudarles a cargar el peso... pero. Si ella era el unico objetivo, podia ayudarlos a huir. Si el ser la perseguia, ellos tendrian via libre. Quizás, fue el unico momento en su vida que se preocupó por otra persona, observando a Harry a los ojos, arrojado en aquella celda tras el horrible golpe, aun viendole empapado en sangre negra. 
- ¡Vamos, ven! - lo gritó hacia el celador, si las puertas llegasen a abrir, emprendiendo la carrera hacia la primera via libre que hubiera.

La mujer entra en pánico al escuchar las palabras de James. Quizás al nombrar al Celador el miedo en ella se disparo como un cohete hacia el espacio, o tal vez fue la palabra “madre” que ha despertado tortuosos recuerdos de su pasado.

Ella reúne fuerzas para responder cuando en ese momento sonidos de disparos llegan hasta ustedes. Alguien desde los niveles inferiores está disparando con un arma de fuego, tal vez un revolver.

Los disparos cambian por completo los frágiles pensamientos de la mujer. Su mente fragmentada es incapaz de esbozar frases coherentes pero en su aparente locura tal vez lo que expresa sea más real que todo lo demás.

- Al principio, la gente no tenía nada.
Sus cuerpos les dolían, y sus corazones sólo contenían odio.
Lucharon incesantemente, pero la muerte nunca llegó.
Se desesperaron, paralizados en el atolladero eterno. *3
- Un hombre ofreció una serpiente al sol y rogó por la salvación.
Una mujer ofreció un junco al sol y pidió alegría.
Apiadado por la tristeza que dominaba la tierra, Dios nació de aquellas dos personas. *1
- Dios creó el tiempo y lo dividió entre el día y la noche.
Dios mostró el camino a la salvación y le dio dicha a la gente.
Y Dios se separó durante un tiempo infinito de la gente. *2
- Pero entonces a Dios se le acabó la fuerza, y Ella se desplomó.
Todo el mundo lloró por este desafortunado acontecimiento, pero Dios exhaló el último aliento de Ella. Ella regresó al polvo, prometiendo volver otra vez.
- De modo que Dios no se había perdido. Debemos ofrecer nuestras
plegarias y no olvidar la fe. Esperamos el día en que se abra el camino al Paraíso.

Por un breve instante, mientras recitaba las frases memorizadas, la mujer miro directamente a los ojos a James. Y esa mirada era la misma que el recordaba en su infancia, la misma mirada de su madre; y sus ojos proyectaban sosiego, algo que James no había experimentado en mucho tiempo.

Al terminar todo regresa a la normalidad y la mujer vuelve a perderse en las nieblas de su mente. – El…paraíso vuelve… pronto… pronto…Ella te necesita, Ella te necesita. El celador… muerte, muerte… Abajo y tres giros, tres giros… – balbucea al mismo tiempo que señala el sitio donde James guarda el talismán.

Entonces todo se vuelve más claro para los presentes. Los disparos desde los niveles inferiores, una Prisión y un Celador. Una niña perdida y un talismán. Un texto religioso ahora completo y el Paraíso que pronto sucederá. Mañana es el día de La inmaculada concepción…