Partida Rol por web

El hospital parece ser seguro al menos, hasta la llegada de la hora 13.

El hombre saca de su bolsillo el reloj y comprueba la hora.

El reloj de gran valor marca las ocho y media de la mañana aunque la penumbra sugiere otra cosa…

De pronto la bruma comienza a formar remolinos y la visibilidad en la calle es casi nula al punto que las ropas se humedecen por las gotas condensadas del mal clima…

Regalándole una sonrisa complaciente, detengo el hacer de la enfermera al curar sus heridas para poder ocuparme de mi esposo. - Por favor, puedo hacerlo yo. -manifiesto en un tono calmo y relajado mientras le permito a Harry responder sobre mis comentarios, de los cuales en mi rostro se ve reflejado una mueca de sorpresa al respecto. 

- Cariño... -  susurro en su oído sin dejar de tratar su herida. - es normal que en estos momentos te sientas un poco confundido, nos casamos hace unos años y éramos una preciosa pareja. Ni siquiera el paso del tiempo nos afectó. -expreso sonriendo mediante caricias y miradas cargadas de historia compartida, propio de una mujer que cuida a su esposo con mucho amor. 

Una vez que desinfecto la herida y vendo la zona para evitar alguna infección, tomo asiento a su lado con la mirada un tanto perdida recordando nuestra preciosa vida juntos. - Aquí es un lugar seguro, ya no tienes que protegerme como siempre. - respondo apoyando mi cabeza sobre su hombro mientras busco su mano para sujetarla con la mía. 

Todo era perfecto y finalmente el destino nuevamente nos había unido para siempre. 

Muchísimas gracias, enfermera.

 Tomó aire. ¿Hay algo que pueda hacer por ustedes...?

La única respuesta a la pregunta del teniente fue la mirada vacía, carente de espíritu y humanidad de la enfermera. - Venga mañana para finalizar su curación. - responde de forma mecánica al señalar la herida de Harry en su costado.

Fue como si ella intentase expresar otra cosa pero sus facciones no estuviesen de acuerdo. Al retirarse la mujer golpea con torpeza una pequeña pila de libros y uno de ellos cae cerca de Wood y Sara. El pequeño tomo queda abierto de par en par, pero algo revela. Un recorte de periódico...

Harry se toca la cabeza, tratando de recordar...

Ngh... Pero por más que se esfuerza, no logra recordar a esa mujer, por más que le haga sentir bien. Es como si... ella realmente lo creyese. ¿Estaba tan loco como para olvidar a su mujer, como para olvidar a una mujer así...?

Yo... con la única que me casé fue con... la guerra. Cuando me alisté era muy joven... y no estaba casado... y durante la guerra, no hay... tiempo para esas cosas, señorita.

La mira a los ojos. Creo de verdad que se confunde... Si Dios me hubiera bendito con una esposa como usted, no me podría olvidar ni con dos guerras...

Entonces se cayó aquél libro, y, curiosidad, sana o malsana (Ahora se vería) lo cogió, así como el recorte.

Evelyn para ser sinceros, nisiquiera se habia fijado en el policia. Era de esas personas que pasaban desapercibidas para los ojos de aquellos que solo se interesaban por las apariencias. Su fisico no destacaba, ni su elegancia, y tampoco intervenia. Habia sido un gran fallo intentar embaucar al hombre habiendose olvidado de que habia alguien mas en escena. Se noto un leve rubor bajo la capa de maquillaje, agachando timidamente la cabeza. - Mis disculpas si le he ofendido. Realmente no he tenido oportunidad de ver sus actitudes, tiene cierto arte para pasar desapercibido. Senti cierta afinidad con el señor porque realmente, creo que le conozco fuera de esta pesadilla. Su rostro me suena de algunas cenas de gala, probablemente sea conocido de mi esposo. No es nada personal, esperemos que realmente podamos trabajar bien juntos... y tiene razon, dentro de las puertas estaremos...- Pero se silencio, agudizando la vista y el oido. Un estremecimento le habia recorrido la espalda, algo no iba bien, y el cuerpo se lo decia, aunque no viera mucho. La oscuridad se habia pegado a ellos, ambrienta. La niebla estaba devorandoles y alejandoles del hormigon del hospital aun sin dar un solo paso. Casi no podia respirar.

James asiente complacido al ver que la situación con sus dos compañeros evoluciona favorablemente.

-Pues no perdamos más tiempo-dijo-Volvámonos al hospital y esperemos a que suene ese cláxon.

-Puedo cuidar de él,  no hay problema - respondo a la enfermera rápidamente,  estaba claro que podía hacerme cargo de mi adorado esposo. Solo que no pude evitar sonreír, al ver que Harry recogía del suelo un libro para saciar su curiosidad. 

-No cambias nunca cariño,  tu instinto natural te impulsa a querer saber más siempre. - comento entre risas tímidas sin dejar de escuchar a mi esposo mientras intenta recordarme. 

Negando con la cabeza ante sus palabras, coloco mis dedos en sus labios para silenciarlo. -Nada de guerras, sólo nuestro bello e intenso matrimonio. Sigues confundido pero ya pasará y verás que todo se vuelve más claro. - expreso en un tono cariñoso y lo acompaño en la lectura de aquel misterioso libro. 

James y los demás se disponen a entrar cuando la desgracia cae sobre ellos complicando el ingreso al macabro hospital.

Al principio fue una brisa inesperada, luego un batir de grandes alas y al final sin tiempo a reaccionar llego el ataque...

Tres criaturas de gran porte (por el tamaño de sus alas principalmente) cuyo aspecto recuerda a un pterodáctilo en pequeña escala. Las criaturas parecen estar desolladas, no tener piel porque su aspecto correoso y sanguinolento recuerda a un animal despellejado.

Cada uno de los monstruos alados ataca a una victima con sus filosos talones. Los dos hombres logran evadir por escasos centímetros el sorpresivo ataque pero Evelyn o tiene tanta suerte pese a no ser sorprendida por el ataque. Una de las bestias aferra con energía los hombros de la delicada dama con intenciones de alzar vuelo nuevamente. La presa le provoca daño, manchando sus ropas por su propia sangre.

Viendo la respuesta de sus dos acompañantes, Harry se apresura ha hablar. -No no por favor, me han entendido mal, no es que me haya enfadado ni nada, solo quería dejar notar que yo también estaba aquí y que en mi pueden confiar. Por mi parte problema resuelto, no se preocupe señorita Evelyn. Y gracias James por su voto de confianza.- De repente el detective siente un escalofrío -Soy yo o la niebla a subido de intensidad?- Poco más puede añadir porqué entre la bruma ve una sombra que se aproxima hacia él, consiguiendo esquivarla por poco.

-Detrás de mi! Yo les cubriré!- Chilla el detective, mientras levanta la tan temida Thompson...

Parecía que el desencuentro se templaba y por fin podrían ocuparse de problemas más importantes. James sonrió complacido asintiendo cuando Harry se explicaba dándole a entender que lo había captado. Lamentablemente, el acto de reconciliación se vió truncado por la aparición de un terrible ser salido de la nada.

Se sintió estúpido. Estúpido por haber decidido quedarse allí en lugar de obedecer a Krebs. Estúpido por quedarse allí discutiendo en lugar de ponerse primero a resguardo y discutir después...Daba igual,  mortificarse por ello no solucionaba nada.

Aquel ser se abalanzó sobre Evelyn, clavándole sus garras con precisión. Parecía que quería alzar el vuelo.

James podría ser muchas cosas, pero no era un cobarde y no iba a permitir que se saliese con la suya. Haciendo acopio de valor, pegó un  salto hasta agarrar una de las patas de aquella criatura. Su intención era evitar que levantase el vuelo mientras concedía a Harry tiempo suficiente para acribillarla con la Thompson.

-¡Apunta alto, por Dios bendito!

Harry trataba de encontrar un hueco en su memoria en donde pudiera caber el matrimonio que esa mujer le describía, pero por más que pensaba, no cabía en ninguna parte. Desde que cumplió los dieciocho, todo había sido guerra, miedo y muerte.

Negó para sí, frunciendo el ceño, algo molesto. Desde luego, Harry tenía un desequilibrio mental de algún tipo, y no estaba tan loco como para no darse cuenta. Su paladar se lo recordaba cada dos por tres. 

Pero eso no quería decir que esa mujer no estuviera también loca, sin duda también tenía su 'puntillo'. Por ello, creía más fácil, a pesar de que no había vuelto nada 'fino' de la guerra, que esa mujer estuviera loca y creyese que él era su marido, a que él hubiera perdido toda memoria de su boda.

Con el ceño fruncido y algo huraño, se puso a leer primero la nota, y luego el libro, permitiendo (Por no resultar maleducado) pero no alentando que Sara se acercase a él.

Evelyn se sentia calmada por un primer momento, tambien creia que no iba a pasar nada y que por fin todo tendria un momento de calma, al menos hasta que llegase de nuevo el chofer con el coche para llevarles a su nuevo destino. Pero no. Aquello comenzó con una oscuridad mas densa, luego con una sensacion de frio helado recorrerle la espalda y por ultimo, el aleteo. No era el tipico sonido de un pajaro al volar, nisiquiera uno de gran tamaño. Casi parecia el sonido que despedia un mosquito a gran escala. La velocidad a la que se movian las alas era abrumadora... O al menos eso pensaba hasta que vio la fuente del sonido. No eran dos, sino cuatro alas membranosas las que se abalanzaron sobre ella. Las garras la sujetaron y la desgarraron y comenzó a notar como sus pies se despegaban del suelo.
Gritó con fuerza, notando de nuevo la sangre recorrer la nivea piel. Aquel sufrimiento no terminaba. Y desde esa posicion no tenia ninguna forma de liberarse, no podia alzar los brazos al estar sujeta de los hombros. Solo podia rogar por que Dios y sus compañeros la salvaran. Y en ello estaban, lo cual... era un gran alivio. De ser las gemelas, casi que hubieran ayudado a esos seres. 

Uno de los monstruos sin piel alza en el aire a Evelyn mientras que los otros dos continúan sobrevolando a sus dos compañeros, James y Harry.

Uno de los monstruos clava sus espolones en el hombro derecho y en la cabeza de James, produciendo profundos cortes.

El encuentro de semejantes criaturas de pesadilla provoca un sobresalto en todos los presentes pero en el experimentado agente de ley el horror es aún mayor, pese a haberlo visto todo. Por algunos segundos el pánico paraliza sus acciones para desgracia de sus dos compañeros. James se encuentra en el piso, tratando de evitar las garras de la criatura alada y Evelyn sigue luchando contra la presa de las afiladas garras que se hunden en sus carnes mientras la bestia gana altura lentamente.

Con el ceño fruncido y algo huraño, se puso a leer primero la nota, y luego el libro, permitiendo (Por no resultar maleducado) pero no alentando que Sara se acercase a él.

El recorte de periódico es del diario continental de Boston y describe una tragedia en Bar Harbor. Precisamente en el faro del pueblo.

El libro apenas llega a ojearlo Harry porque otra cosa llama su atención. Disparos de un arma, mas precisamente un subfusil.

Una ráfaga corta de un arma que Harry conoce muy bien. Una Tommy… ese sonido tan peculiar…

Los disparos provienen de la calle, a tan solo cinco metros por el pasillo principal.

Sara da un salto en su lugar y se aferra temblorosa a Harry, luego el silencio regresa.

¿Qué sucede afuera?

James intenta zafarse del ataque de aquel ser horrible.Incapaz apenas de defenderse, tampoco parece que pueda hacer nada por liberar a Evelyn de su presa. Asiendo la barra de hierro que porta consigo, intenta metérsela en las tripas a aquel ser, pero sabía que no conseguiría nada aporreándolo. Tenía que pensar sus movimientos. Un solo ataque en el momento preciso sería mucho más efectivo.

Su cara refleja el más profundo de los horrores. Evidentemente, se encuentra aterrorizado.