Partida Rol por web

Evelyn hiperventiló mientras permanecia tendida en la cama. La hebilla de cuero que rodeaba la mano derecha se habia soltado finalmente, tras muchos intentos con la boca, y antes de desatarse la izquierda, se tocó el costado. No habia via. Habia una herida suturada, bastante amplia. La habian operado, no recordaba por que. No recordaba nada. Jadeó totalmente histerica, mientras que se quitaba la hebilla de la otra mano, para estar totalmente libre. Tardó varios intentos, debido al temblor de sus dedos. Sus pies descalzos tocaron el suelo humedo por la lluvia que entraba por la ventana y cayó, desplomandose al suelo, mareada, adolorida.

Conocia esa sensacion, conocia el cuerpo entumecido por los golpes. Al borde de sus fuerzas. Sabia que era facil cerrar los ojos y rendirse de nuevo. Su delgado cuerpo apenas respondia, estaba aterrada, y para colmo oia sonido de lucha en la habitacion, gritos, insultos y forcejeos. Los metales de la cama se tambaleaban. Evelyn no era una luchadora, era inteligente. Escondio su cuerpo debajo de la cama, y acurrucada debajo, tiró de las patas de las mesas de instrumentos y de vigilancia que tenia a su alrededor, para arrojarlo todo al suelo, en busca de algo que pudiera serle de utilidad. Pero debia permanecer escondida, ser otros los que se sacrificaran por ella. Ella aprovecharia hasta el ultimo segundo y hasta la ultima oportunidad para escapar con vida. Aunque antes, debia recordar el qué hacia ahi. 

Centrada en liberarme rápidamente de las ataduras, dejo pasar todo el bullicio acumulado por gente desesperada y que no tiene la más pálida idea de como actuar ante el peligro.

Mientras los minutos van transcurriendo lentamente, aprovecho de forma eficaz aquellos sonidos estridentes para desatar mis muñecas y al ser muy sigilosa en comparación con los demás, quedo en libertad tardando apenas unos segundos y lo más importante, nadie lo había notado.

Una vez que mis pies apoyan el suelo, siento un pinchazo en la zona del costado derecho, justo debajo de las costillas y esto hace que entre en pánico. -Mierda... ¿Qué es esto? -pregunto mentalmente tanteando la zona al descubrir una intensa sensación que emerge sobre mi.

Al alzar la mirada un rayo ilumina el lugar, confirmando mis sospechas caigo en la cuenta de que se trataba de una habitación de hospital, pero no estábamos solos allí ya que en el medio de aquella luz resplandeciente que duró apenas segundos, una figura se observa en la lejanía.

-Conocía aquellos dientes y esa mirada. No no... no... no. - afirmo negando con la cabeza al revivir aquella perturbadora escena en donde moría bajo el yugo de nuestras manos aquel violador compulsivo. Jamás en la vida y luego de años de entrenamientos, situaciones horrendas o castigos ejemplares, sentí lo que siento ahora.

Era temor, pero no por mi, sino por mi hermana ya que si él estaba aquí, iría a cobrar venganza por ella y no lo permitiría bajo ninguna forma.

Caminando totalmente desesperada voy tirando las cortinas que separaban a cada uno de las camas, hasta que ese grito desgarrador emergió en la escena. Si era Julie debía actuar de inmediato antes de que ese malnacido se lleve su vida.

-¿Julie donde estás? Por favor responde... Julie, julie... -repito sin cesar pero evitando alzar la voz, no quería llamar la atención de aquel ser infeliz. Al pasar me topo ya que camino a ciegas con una de esos tubos metálicos que sostienen los sueros, lo sujeto con fuerza y prosigo con la búsqueda de mi hermana.

En el medio de unos de los habitáculos me encuentro con uno en el suelo vaya a saber haciendo qué y otro que quería atacar a algo, la verdad es que no veía muy bien lo que acontecía pero los escuchaba. -¿Le pasará lo mismo que a mi? ¿Estamos viendo lo que mayor miedo le tenemos? - mascullo teniendo en cuenta sus acciones.

- ¡Para! No sigas... -ordeno al sujeto que gritó: “Te tengo chalado” porque estando a ciegas podría estar atacando a cualquiera e incluso a mi hermana. De pie cercana a él, no sabía cuanto era la distancia pero por el sonido de su voz era bastante cercano, espero su reacción y la respuesta de mi hermana, mientras que en mi cabeza comenzaba a psicopatear con aquella sombra siniestra. 

Y sin previo aviso algo golpea contra mi cama. No se que es pero es metálico y con ruedas. Sigo a lo mío a encontrar algo con lo que poder soltarme. 

Por fortuna lo que había golpeado mi cama tenia objetos y uno de ellos era unas tijeras. Con cuidado y paciencia las agarre y las deje cerca de mi mano. Las cuales estaban atadas. Sin duda estábamos en un Hospital.

Pero al moverme note un fuerte pinchazo en el costado. Apreté los dientes para no hacer ningún ruido. Debía de estar herida. Pero tenia que moverme deprisa y salir.

Escuche una voz de mujer decir que estaba herida. Por lo que eso me daba un patrón. El hombre de antes también dijo que estaba herido. Empezaba a pensar que todos estábamos heridos. El corazón me dio un vuelco.

Tranquila estoy bien. Enseguida saldremos de aquí. Dije para tranquilizarla.

Por fortuna un relámpago ilumina la estancia y me fijo bien en todo para no perder detalle.

Parecía una sala de cuidados intensivos. Muchas camas separadas por mamparas de cortinas densas.  Había maderos en la ventana. Algo no muy normal en un Hospital al uso. Por lo que debíamos de estar en uno abandonado.

Entonces miro hacia adelante y veo una extraña figura. No me asustaba por casi nada. Pero no puedo evitar tensar todo mi cuerpo al verlo. Esa andrógina figura que me miraba desde el borde de la cama.

La oscuridad regresa pero antes de eso veo como avanza hacia a mi. Me tenso preparada para intentar defenderme como pueda . Si lo acertaba con las piernas tal vez podría agarrarlo y tirarlo al suelo mientras intentaba soltarme con las tijeras. 

Tenia que salir y hacerlo ya.

Pero ocurre lo que no me había pasado desde hacia años. Me asusto . El miedo me embarga y comienzo a intentar golpear con las piernas al aire sin control.

¡¡¡¡NOOOO!!!!!

Cuando escuchó el grito de uno de los pacientes teniendo problemas, Johan no puede evitar exhalar una enorme bocanada de aire para conseguir el pulso necesario para tratar de resolver con sus propios dientes el acertijo de nudos y hebillas de sus ataduras. Tenía que fijarse detenidamente para evitar cagarla y que las correas apretaran aun mas sus manos. Parecía que estaba funcionando y que le daría la oportunidad de ver que iba a pasar a continuación mientras sus ojos se habituaban a la oscuridad. 

Se acordó del dolor, rezó que no tuviera nada clavándose en su costado y que le permitiera moverse libremente sin hacerse aun mas daño.

Un rayo lo ilumina todo. Mamparas separando las estancias, varias camas, somos unos cuantos. De repente, se fija en que hay una figura delante, apenas atisba sus facciones, solo puede notar como le esta observando. Una sensación de miedo le empieza a recorrer el cuerpo. Tranquilo Harry...controlate! Pero entonces vuelve el hombre del sedan...y si es él? Y si me ha encontrado y esta aquí, mirándome fijamente para acabar también conmigo? La oscuridad vuelve a sus vidas, no sin antes ver como la sombra se acerca. El odio se mezcla con el miedo, y Harry estalla. Empieza a tirar de las ataduras con todas sus fuerzas, mientras empieza a gritar, con rabia, con miedo, intentando que esa sombra simplemente desaparezca.

-Arrrrgh! HIJODEPUTA!!!!!!!!!!! DONDE ESTAS!!!!???!!! ARGH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-

James volvió a gritar, ahora de dolor. En su intento por liberarse había descubierto una desagradable y dolorosa sorpresa que hizo que cejase en su intento por liberarse. Todo lo que podía hacer era retorcerse de dolor. ¿Qué extraña y macabra broma era aquello?¿Broma? No, no era ninguna broma. Fuere como fuere, el caso es que allí estaba, a merced de aquel engendro, fuese quien fuese, preguntándose qué podía hacer. Concluyo que básicamente, no podía hacer nada. Tan solo esperar a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos, aunque tenía claro que no sería de ninguna forma que le resultase beneficiosa.

El teniente en su locura temporal ignora la advertencia de todas las fibras de su ser que le indican que debe alejarse del peligro pero aun así él ataca al supuesto “acechador”. Por desgracia la oscuridad juega malas pasadas a los presentes, como una entidad con voluntad confunde a los pacientes al engañar sus sentidos.

Aaron tras el golpe y la contusión con dificultad se pone de pie y establece un perímetro defensivo con una varilla metálica de la cama, hasta allí todo bien pero su destino es ser atacado por error y confusión por el teniente. Desde atrás Harry intenta ahorcarlo pero la falta de visibilidad hace que su movimiento falle a medias. Ahora los dos forcejean sobre la cama tendida de costado… si el coronel no hubiese estado atento podría haber sido mucho peor para él.

Durante el forcejeo algo llamo su atención. El aire alrededor de ellos prácticamente se congelo por la presencia de una sombra indescriptible. Tan solo ellos pudieron ver el rostro de la figura que se encontraba a pocos pasos de su refriega y lo que presenciaron les lleno de pavor aunque sus experiencias en la guerra les fortaleció lo suficiente al punto de no tener que huir victimas del pánico. 

Jules en cambio se encontraba cerca de Harry pero la suerte o tal vez otra cosa no quiso que ella no presenciara la espeluznante sombra. Apenas lograba discernir a dos figuras forcejeando. Julie por fortuna se libra de sus ataduras a tiempo de presenciar la aparición y con ello pierde el control de su cuerpo en un frenesí de golpes al aire. Luego se oculta detrás de su cama con las tijeras en mano. Ante cualquier movimiento no dudará en apuñalar a todo lo que se acerque.

Johan también es otro afortunado en librar sus ataduras pero el dolor en el costado de su cuerpo le recuerda que no debe extralimitarse porque podría empeorar. Apenas vislumbro a la sombra el joven juntando todo su coraje cerró los ojos y continuo con su tarea hasta tener ambas manos libres aunque le preocupó la contienda no muy lejos de él.

Hacia el extremo de la habitación una de las camas comienza a cobrar vida para zarandearse y chocar contra la pared, ya que su ocupante profana gritos de pánico y maldiciones por desconocer la ubicación de su némesis invisible. En su desequilibrio lastima levemente sus muñecas al tirar con fuerza de sus ataduras, pero él no se percata de lo que esta haciendo…

James en el extremo opuesto examina la situación desde la oscuridad dominante y aunque el panorama es desalentador trata de mantener la compostura, aunque sin notarlo por momento gritaba...

Durante el forcejeo algo llamo su atención. El aire alrededor de ellos prácticamente se congelo por la presencia de una sombra indescriptible. Tan solo ellos pudieron ver el rostro de la figura que se encontraba a pocos pasos de su refriega y lo que presenciaron les lleno de pavor aunque sus experiencias en la guerra les fortaleció lo suficiente al punto de no tener que huir victimas del pánico. 

Por un instante, y sin saber muy bien como y porque, Harry volvió a ver al niño que asesino ese olvidado día en las tierras germanas. Todavía recuerda la mirada perdida del niño moribundo… Es la misma mirada que presencia ahora. 

Durante el forcejeo algo llamo su atención. El aire alrededor de ellos prácticamente se congelo por la presencia de una sombra indescriptible. Tan solo ellos pudieron ver el rostro de la figura que se encontraba a pocos pasos de su refriega y lo que presenciaron les lleno de pavor aunque sus experiencias en la guerra les fortaleció lo suficiente al punto de no tener que huir victimas del pánico. 

Por un instante, y sin saber muy bien como y porque, Aaron creyó ver a Charles Stewart, aquel asesino que  lo acosó en los últimos meses de la guerra. Todavía recuerda la mirada de odio del teniente… Es la misma mirada que presencia ahora. 

La locura se había apoderado de la mayoría y la oscuridad era el caldo de cultivo para la demencia. Los pacientes se atacaban entre si pero otros tanto se encontraban al acecho en búsqueda de la oportunidad de librar el golpe definitivo o salir de allí. Lo que fuese por luchar por sus vidas.

La situación habría empeorado de no ser por la extinción de la oscuridad y todo lo que la negrura traía. La luz regresa a la habitación por medio de las lámparas que cuelgan del techo.

Una enfermera en peor estado que los pacientes, sucia, desgarbada y con sendas ojeras por falta de descanso irrumpe en la habitación y enciende las lámparas accionando la perilla que se encuentra junto a la puerta. Sus vestimentas se encuentran manchadas de sangre y otros tintes oscuros, como si hubiese trabajado sin descanso pro varias jornadas...

Los pacientes ante la exposición repentina de luz sufren ceguera momentánea y cubren sus ojos con las manos de manera automática. En ese instante la mujer de la institución lleva sus manos a la boca intentando contener un grito de pavor al descubrir a los presentes en sus acciones actuales.

Sin mediar palabra alguna con ellos la enfermera regresa por donde llego pidiendo ayuda. - ¡Doctor! ¡Doctor! ¡Venga por amor de dios, los pacientes han enloquecido nuevamente! ... ¡Se están matando entre ellos! – La puerta doble que da el acceso a vuestra sala se cierra detrás de su salida y nuevamente los pacientes quedan solos…

Mi capacidad de alerta sigue funcionando a pleno rendimiento, noto alguien detrás mío, y me doy la vuelta, justo a tiempo para que no me ahorque. Pongo el "bate" en medio a modo de protección, y cuando estoy cargando el otro brazo para soltarle un buen gancho, se encienden las luces. 

No es el ser asqueroso, que por un momento me había parecido... nada, este otro parece estar en unas condiciones igual de lamentables que yo... además su cara me suena, tengo muy buena memoria se que lo he visto... ¿Dónde era? En las aguas de japón, es un soldado... también era oficial, pero de menor rango.

-Tranquilo hijo, ya se fue.- Le digo con voz calmada, una calma que por dentro estoy lejos de alcanzar, pero que necesito aparentar.

Me giro cuando la ¿enfermera? sale por la puerta dando gritos como una loca.

¿Pero que mierdas está pasando? Miro a mi alrededor, un variopinto grupo de personas están más o menos levantándose de las camas, parecen todas muy asustadas. Serán los que no paraban de cotorrear antes...

-Buenos días, me llamo Aaron Michalson. ¿Están todos bien? ¿Alguien sabe que está pasando?- Digo con voz potente. Mientras observo la cama caída y que todavía sigo esposada con una mano a ella. Suspiro y voy hasta las juntas de la cama, para aflojarlas y poder sacar la otra mano.

La oscuridad cada vez es más densa alrededor suyo, sabe que esa figura esta ahí al lado, la tiene a escasos centímetros... y entonces la oscuridad huye a esconderse en los recovecos más oscuros de la habitación, la luz a llegado. La figura ya no esta. Escucha a una mujer vestida de enfermera hablar, pero Harry no le hace demasiado caso, empieza a respirar con tranquilidad y a serenarse. Tranquilo, relajate... al cabo de unos instantes, se encuentra más relajado, mientras ve como la enfermera sale corriendo. Iba...llena de sangre? Entonces nota las muñecas doloridas, del esfuerzo al tirar. Acerca la boca a su mano derecha, y empieza a desabrocharse poco a poco, con cuidado.

Mientras se desabrocha, Harry observa con atención la estancia, ahora iluminada. Era un experto en no dejarse ningún detalle.

Los ruidos de la estancia eran peor que una película de terror, esa de las que te quedas pegado en el asiento y no quieres ir ni siquiera al baño por el miedo que te genera. Salvo que esto no se trataba de un mero acto ficticio, sino la realidad en su máximo esplendor, lo cual era más preocupante que lo anterior. 

Sujetando el palo con fuerza de pie y observando a esas dos figuras forcejear en el medio de la oscuridad, escucho las palabras de mi hermana que roban mi atención girando el rostro hacia donde puede estar. El entorno no era de gran ayuda considerando que si las personas comenzaban a deambular y acecharse entre si, lo mejor era permanecer quieto hasta que la situación cambie. 

Y así fue...

Una luz brillante surgen en medio de las penumbras aniquilando todo, por inercia coloco mi mano sobre mis ojos evitando encandilarme más de lo estoy. La fotosensibilidad estaba haciendo estragos... ¿Cuánto tiempo había permanecido de esta forma? Era una pregunta que rondaba, considerando el pinchazo al costado y como estaba en la cama, nada bueno podía esperar. 

Pero la voz de una mujer surge en medio, haciendo como un techo con mis manos para darle sombra a mis ojos hasta que me acostumbre a la luz, observo su apariencia. -Mierda, ¿De donde ha salido esta?- su vestido todo sucio, lleno de sangre y de una sustancia extraña, esas ojeras y una cara de muerta me daba mucho que pensar. Sólo me bastó ver como salía gritando del lugar para ponerme en guardia y explorar el entorno con la mirada buscando a mi hermana. 

Tras acomodarme la bata de hospital, anudando y convirtiéndola en algo que logre tapar todo, avanzo a paso firme hasta donde se encontraba Julie. Al verla en el piso, escondida con la tijera en la mano sentí como mi corazón se estremeció. La intención era no asustarla, dado el cambio brusco de luz y todo lo acontecido, sin embargo, voy acercándome despacio mientras le hablo. 

-Julie, soy yo... Jules. ¿Estás bien?- pregunto centrando la mirada en la suya buscando una respuesta. 

James se esforzó por recuperar la compostura. Se replanteó la situación. Ese dolor en el costado derecho de pronto era más soportable. Se detuvo a pensar. Tenía que haber otra forma; si intentaba girarse para la izquierda quizá consiguiese aflojar las ataduras con la fuerza de su propio cuerpo. Todo lo que tenía que hacer es tener cuidado al volver. Sí...eso haría. A la de tres, giraría hacia la izquierda...uno, dos y tres. Otra vez...una dos y tres...

En esto estaba cuando de pronto, se hizo la luz en la habitación. Sus ojos, que ya estaban acostumbrados a la oscuridad, comenzaron a dolerle hasta el punto de que tuvo que cerrar los ojos para que parase. Intentó frotarse los ojos, pero no fue capaz porque sus brazos seguían apresados. Aquello era humillante.

Para cuando su vista se acostumbró a la luz, echó un vistazo a su alrededor. Aquello era desolador. La habitación completamente desastrada, sin medios, completamente desordenada...si esto había sido algún día un hospital, estaba claro que ahora no lo era. ¿Quizá estaban en manos desecuestradores que pedirían un rescate a su familia?

Miró al resto de sus compañeros. El tipo ese que había conseguido liberarse de una mano, otro más allá con aspecto desaliñado, las ¿dos?¿tres? mujeres virtualmente idénticas, gemelas igualmente,...No, no lo creo.

Buscó con la mirada al propietario de aquella mirada desencajada que había vislumbrado en la oscuridad, pero nada encontró. Es como si se hubiera esfumado ¿Sería una alucinación? No, el resto parecía que tambíen lo habían visto.

La llegada de la enfermera y las palabras que dijo para una tercera persona, un doctor, acabaron por confundirle. Era como si aquella mujer y "su doctor", sí se creyesen que estaban en un hospital corriente.

¿Que si hemos enloquecido? Como para no hacerlo.

-Hola Aaaron. Soy James y no, no tengo ni idea. Lo siento. Ni siquiera sé como llegué aquí pero por favor, concentrémonos en intentar liberarnos y ya hablaremos después.

Siguió intentando liberarse. Uno, dos y tres...uno, dos y tres...
 

Eve no hizo ni un solo movimiento, aun escondida debajo de aquella mugrienta cama. Las sabanas estaban revueltas, asi como sus ataduras colgaban a los lados de esta. Habia podido mantener la calma... ¿Pero durante cuanto tiempo? No sabia que iba a pasar, ni de quien podia fiarse. Todos a su alrededor estaban asustados, incluso despues de encender la luz. Todos habian visto esa silueta, pero quienes terminaron peleando entre si fueron dos pacientes mas, desnudos casi si no fuera por la delgada bata, heridos. 
La pelinegra se fijo en que todos parecian aquejarse del mismo lado. Todos habian sido pacientes de la misma operacion, todos en una sala decrepita, despertando a la vez, como si los sedantes administrados fueran la dosis adecuada para cada uno y todos al mismo momento. Era demasiado improbable que fuera un hospital de verdad. Ella tenia dinero, podia costearse uno mejor. 
Lo peor, es que no recordaba que le hubiera pasado nada, ni que hubiera enfermado. Y sin duda, aquella enfermera que aparecio por la puerta y salio gritando, no era muy fiable. Sus ropas podian tener mas enfermedades que las que ellos serian capaces de coger fuera.

Habian hermanas, al parecer, dos hombres fornidos, otros dos no tanto, uno entre medias, aunque parecia mas perdido en el alcohol u que realmente util para la sociedad. Eve estaba aterrada, pese a su escondite. ¿Que pasaria cuando llegase el medico? ¿Terminarian todos atados de nuevo? No era tan facil como simplemente huir. Siempre cabia la posibilidad de estar enfermos de verdad, de que necesitasen ayuda. Y marchandose se le podria infectar la herida, o abrirse los puntos. Pero preferia saber de segunda mano lo que les ocurria. Sabiendolo primero con los que estaban atados. Asi que su plan era esconderse de todos, esperar a que llegara el medico y ver que pasaba con el resto. 

Se movio a gatas, torpemente, arrastrando la sabana consigo, en la que se envolvió y se metio debajo de uno de los colchones amontonados, intentando ocultar del todo su cuerpo, a pesar del hedor. Peor seria ser un sujeto de pruebas mas. 

Me había logrado soltar con las tijeras pero esa maldita cosa estaba ahí. Me recordaba demasiado a aquel corrupto sacerdote del Orfanato. Pero no podía ser estaba muerto. Yo lo había matado hacia años.

Me oculte detrás de la cama para poder recuperar el control. Tenia las tijeras en la mano y no dudaría en apuñalar a quien fuera incluso si era ese vicioso sacerdote. Si tenia que matarlo dos veces que así fuera.

Y de pronto se hizo la luz. Lo que provoco que llevara mis manos a mis ojos de manera inmediata , provocando una pequeña desorientación. 

Cuando pude ver vi que el sitio era un chiste de Hospital. Una sobra de lo que pudo haber sido hacia muchos años. 

Y entonces vi a la enfermera. Sin duda tenia peor pinta que nosotros. Vi a varios de los que había escuchado hablar. Algunos estaban peleando entre ellos.

Por lo visto era personal sanitario llamando a un medico. 

Curioso. Muy curioso.

Cuando veo a Jules venia hacia a mi me levanto rápida. Y veo que tengo sangre en la camiseta

Estoy bien. Digo mientras voy a la máxima velocidad que puedo hacia a la enfermera. Cuando llego la agarro haciéndola una presa colocándome detrás de ella mientras pongo la punta de las tijeras en su cuello.

¿Donde coño estamos? ¿ Y por que no debería de matarte a ostias y beberme tu sangre en una bota? Estaba realmente enfadada. Mucho muchísimo. Y el ver que mi hermana había estado en semejante antro me enfurecía mucho. Y para desgracia de la enfermera no era nada bueno que estuviera furiosa.