Partida Rol por web

Un día más en la paranoia, un día más rodeados de oscuridad, odio y traición, es vuestro sino y el de todos los seguidores de Lloth, abrazáis el nuevo "día" como la araña abraza a sus victimas presas en su tela de araña, os levantáis dispuestos a obtener todo aquello que queréis, no importa el medio para conseguirlo ni a quien dejéis en el camino, Lloth os vigila, portaos mal...

La bella sacerdotisa entró en la ciudad acompañada de su hermano, Szordrin. Su ropa oscura hacia aun mas llamativa su blanca Faz. Altiva, como toda sacerdotisa hija de Lloth, miraba la gran ciudad, apenas traspasada la guardia de entrada. Aunque no lo demostraba, estaba bastante aturdida del bullicio y los brillos luminiscentes de las esporas de los hongos. Veia ensimismada las bellas esculturas y la opulencia de la gran ciudad Drow.

Szordrin, parece que hemos llegado, por fin la ciudad. hemos de ubicar nuestra casa, veamos como llegar, igual hay mas peligros aqui que en el camino. Tus heridas han sanado bien, aunque los dones de la diosas te han iluminado, te quedará esa fea cicatriz como un recuerdo del viaje.

Antes del amanecer, como todos los dias, me levanto del camastro y me dirijo hacia la sala de entrenamiento para hacer mis ejercicios.

Mientras desciendo la escalera, veo que por uno de los pasillos va Yathrin, mi hermana. Con la cabeza gacha, espero su llegada

Buenos dias suma sacerdotisa la digo esperando si tiene alguna pregunta para mí antes de comentar si me necesitas estaré en la sala de entrenamiento un rato antes del desayuno. Con estas palabras me alejo sin levantar la mirada del suelo hasta que dejo de percibir su presencia. Entonces, vuelvo a alzar la cabeza y dirigirme hacia la sala de armas.

Cuando me acerco, empiezo a oir unos ruidos que proceden de la sala, alguien se ha levantado hoy antes que yo, pienso mientras me escabullo por la puerta para mirar en su interior.

Desde mi posición, puedo ver al enorme Airenus, un tremendo drow que maneja un espadón como si fuera una espada corta. Allí estaba, con unos ejercicios de esgrima balanceandola de un lado a otro su enorme arma y pasándola de una mano a otra por detrás de su corpachón. Cuando me canso de esperar, doy un par de pasos Impresionante Airenus. No deja de asombrarme ver cómo manejas ese arma digo meneando la cabeza a derecha e izquierda con una sonrisa.

- Es sencillo, Szordrin: machaca, - un golpe - , machaca, - otro golpe, - machaca...

Pone un gesto muy suyo, hace una reverencia llena de ironía y suelta:

- El arte de la espada es sencillo, pequeñajo...

                                                                              ...dar...

                                                                     (hace una finta)

                                                                                                   ...y no recibir.

El muñeco de entrenamiento, que realiza torpes movimientos en respuesta a los golpes que recibe (torpes pero inesperados, y a veces mortíferos) termina despatarrado en medio de la sala.

- Se me ha roto. - Mira el muñeco pensativo, luego mira a Szordrin. - Me he quedado sin muñeco, pequeñajo. ¿O no?

Dicho lo cual se pone en guardia mirandole y adoptando una postura de ataque.

Y se lanza a por él...

Pillado totalmente desprevenido, no veo venir el tremendo golpe hasta que impacta en mi hombro. Gracias a mi agilidad logro frenar el golpe dejándome caer al suelo. Con calma, me levanto frotándome el hombro magullado, mirando con la cara ladeada a Airenus, con gesto serio doy un par de pasos sin perder de vista los ojos de mi adversario. Las sombras se arremolina a mi alrededor dandome un aire sombrío.

Al llegar a su altura, suelto una carcajada mientras le golpeo con la mano uno de sus anchos hombros jajaja, muy buena. Me has pillado totalmente desprevenido, y eso es algo totalmente inadmisible hablo mientras me froto la nariz. Muchas gracias por la lección amigo mío, muchas gracias.

Airenus mira con admiración cómo el pequeñajo es capaz de hilar frases despues del mamporrazo lleva. Lo mira de hito en hito, sorprendido, hasta que se da cuenta de que él mismo tiene un verdugón de considerable tamaño justo a la altura de las pelotas.

- Casi, pequeñajo, por una mísera pulgada, llegas a darme con tu arma esa de las narices y me cortas las pelotas...

Pero Szordrin ya debe estar viendo chiribitas y lucecillas de todos los colores. Airenus se acerca al barril del agua, llena un cubo y remoja al pequeñín. (Si, después de la demostración, de casi dejarle sin carné de padre, ha cambiado la denominación con que lo agracia)

Cita:

 Al oir el comentario, sonrío. Parece que este bruto tiene sentido del humor.

Recibo con agrado el agua. A pesar de no haber empezado ni a entrenar, he recibido una lección..........o dos a este primera hora del día.

Vayamos a come algo digo tras sacudirme la melena para expulsar parte del agua. Luego, con un movimiento fluido, me agacho bajando la cabeza y rápidamente la levanto, haciendo que la melena caido de nuevo por mi espalda.

Parece que, lo que otros drow podrían interpretar como un insulto, él lo asume con cierta dicharachería, asumiendo sus limitaciones.

La reacción que tiene el pequeñin ante el lenguaje de Airenus, siempre frisando la descortesía, hace algo de mella en su coraza. Justo para que se muestre más osco, pero con un cierto calor.

- Mierda, mierda, mierda, - (ya se sabe, donde hay confianza...). - ¡Esclavo, danos de comer! - Dice a un miserable que ratonea por un rincón. Disfruta del apuro del pobre inútil, que se encarga de limpiar las letrinas, y no tiene ni idea de lo que es un condumio decente para un Drow. Prácticamente lo condena a venderse por el favor al jefe de cocina, al camarero, al mayordomo o al que sea, porque Airenus se ha hecho fama de despiadado y no conviene descontentarle.

Se sienta en la espartana sala que hay junto al gimnasio. Se oyen los ruidos de los que van llegando, del entrenamiento, del dolor. Huele a sudor y, según avance la mañana, olerá a sangre.

- Y más te vale que sea bueno, ¡por todas las arañas! Y dime, pequeñín, ¿te haces a la vida fuera de las celdas? ¿te has vengado adecuadamente de todo el dolor que has recibido? ¿has dado más de lo que te dieron?

Llevando tranquilamente la cuchara a la boca, miro a Airenus antes de dejar la cuchara y, con una sonrisa colocar mi coleta por delante, de forma que el broche quede a la vista, mostrando el símbolo de la casa.

No he salido de una celda, vengo de las ruinas de Ched Nasad. Vinimos a vivir la Suma Sacerdotisa Yathrin Shibolé y yo con nuestra abuela, la madre matrona.

Me llevo otra cucharada a la boca y mastico. Tras tragar el bocado

No es bueno buscar venganza, ella llegará a su debido momento. No conviene acelerar los acontecimientos que la Reina Araña marca para nosotros.

Shibolé mira desde el quicio de la puerta la escena de su hermano y la mole Drow. Ese bastardo puede ser un buen aliado en la batalla, es fuerte y sin demasiada conversacion, interesante... La verdad es que maneja la espada bien, y es fuerte, un buen guardian.

Tras ello, entra en la sala de entrenamiento con la altivez de una Drow, quedandose quieta a los pocos pasos. Bien, varones, veamos esa pelea, espero que no os dañeis mucho. La fuerza bruta contra la destreza y la rapidez. Puede ser curioso.

Busca un lugar en el que sentarse y se queda mirando. Se de lo que es capaz mi hermano, vemaos que sabe hacer esa mole.

Mirando el combate, la sacerdotisa se queda en silencio, analizando el combate. Es fuerte pero algo torpe, ese enorme drow. Si no tuviera esa apariencia y sin ese golpe en su....digamos alfanjon , podria haber sido uno de mis consortes, al menos por una noche. En fin, veo que mi gemelo sabe defenderse, aunque le ha pillado el golpe de lleno, demasiado desprevenido.

Ya he visto bastante, teneis que entrenar mas, habriais caido los dos en una circustancia de guerra. Os seguire mirando, varones, a ver vuestra progresion. Szordrin, estate mas atento en el futuro, no te pueden sorprender asi de nuevo, acuerdate que no es la primera vez, ¿no querras mas cicatrices en tu cara, verdad? .... Me voy.

La drow hace un gesto con la mano girandola, se da la vuelta y se va con el mismo aire altivo y elegante que le hizo llegar.

Alzando las cejas ante el silencio de Airenus mientras trago el bocado que tenia en la boca

¿Y que me dices de tí? ¿Qué te hizo empezar a utilizar esa forma de lucha tan dispar a la de nuestra raza?

podemos volver a vernos mas tarde, cuando salgais de la cocina. hay que buscar las ocasiones.

El grandote mira cómo se va la señora Shibolé, mientras murmura entre dientes. Luego se vuelve al pequeñín.

- Tengo condiciones para eso. Habría sido mediocre si hubiera aprendido estilos como el tuyo. También es bueno sorprender con algo diferente, el enemigo espera bailarinas, nueve de cada diez veces es así. Pero a la décima: ¡sorpresa! Entonces muere. Somos predecibles, eso nos debilita.

Y volviendo al tema de la venganza, no he dicho que te tengas que dar prisa, - sonríe - sólo me lo preguntaba ¿sabes? hueles a problemas y eso me gusta. Además, eres madrugador.

Y esa... - dice señalando con la cabeza la puerta - ¿qué tal es?

Jajaja, no, no niego con la cabeza no te hace predecible, si eres lo suficientemente rápido y efectivo, y nadie se espera nada de nosotros porque no les da tiempo. digo guiñándole un ojo. Solo espero poder demostrarte que cualquier estilo es efectivo, siempre y cuando se ajuste a tus aptitudes y sepas adaptarte a él.

Cita:

Jajajaja rio de buena gana mientras golpeo la mesa con al palma de la mano nada más lejos de la realidad. Solo me interesa sobrevivir siendo lo más eficaz y eficiente posible para cualquier tarea que nos encomienden

Luego, volviendo la mirada donde señala el guerrero Es una sacerdotisa, mi gemela, pero eso no cambia demasiado las cosas. Si no la disgustas demasiado, puede hasta ser agradable acabo con un encogimiento de hombro

Y dime, ¿conoces a ese tal Rizzen? he oído decir que maneja la psiónica. digo acercándome un poco para no elevar mucho la voz.

Asiente despacio. - Siendo lo más eficaz posible, eficiente ¿mmmh? Eso hago yo. - Se recuesta en la silla mientras mordisquea lo que pilla. Come en silencio, pensativo. Luego mira a Szordrin, - psiónica ¿eh? - Comienza a reirse por lo bajo. - ¿Y dices que no buscas problemas? Jaaajajaja, - termina riendo, mientras enseña, sin pudor alguno, el hueco de su boca, las encías manchadas de comida. Toda una provocación en la sociedad Drow, tan elegante. Los que han ido llegando a la sala donde desayunan hacen algún gesto airado.

-He oido hablar de Rizzen. Otro apestado, como yo. Si seguimos vivos es por que se necesita carne fresca en algún lado. - Vuelve a reir. - Por eso me aprovecho y doy dolores de cabeza a esos idiotas. - Dice mirando a los concurrentes. - ¡No tengo futuro! - Se para un poco. - Si fuera tu amigo, te diría que no te acercaras mucho a mi. Pero no lo voy a hacer. No tengo un chavo. - Mira la comida, de la que ha ingerido buena cantidad. - Necesito que me invites. Te daré unos cuantos mamporros más, como pago.

En realidad parece que Airenus se mete demasiado en su papel. Quizá exagera un poco. Quizá sólo hace el ridiculo y piensa que es demasiado importante, que sus barrabasadas son algo más que un entretenimiento pasajero. Quién sabe.