Partida Rol por web

Así se hará, Señora... - contesto sencillamente, con una respetuosa inclinación de cabeza - Y ahora, si nos disculpáis... - añado, a modo de despedida, saliendo ya hacia la puerta y echando un vistazo de reojo a la estancia para fijar cada detalle en mi mente. Talabrina no parece muy triste de vernos partir.

Continuo callado e imitando los movimientos de Assim…

Una sensación de alivio os invade cuando salís de la estancia y volvéis a tener en las manos vuestras armas, satisfechos por haber realizado el encargo rápidamente echáis un ojo a la calle, en la acera de enfrente aunque un poco más alejado podéis ver a unos tres guardias que custodian la entrada de lo que os parece un establecimiento similar al que acabáis de abandonar, justo en ese momento un par de clientes salen de él, esas figuras os son familiares, de hecho cuando os fijáis bien en el tamaño de uno de ellos y en los andares del otro os dais cuenta de que son Rizzen y Airenus, que por lo que parece también han terminado su encargo.

En la cabeza te resuenan todavía las palabras de Szordrin, previniéndote de Assim, y por ello te has fijado en sus gestos y su comportamiento, nada sospechoso en cuanto a una posible traición sacas de lo que hasta ahora has visto, aunque no se ha comportado exactamente como esperabas, el siempre silencioso y asocial Assim se ha manejado muy bien hasta ahora y se ha expresado con una corrección y facilidad mayores de las da a entender con su comportamiento habitual, este drow es más de lo que parece…

Desde la entrada y durante la conversación te has estado fijando en  los guardias del establecimiento, el drow de la entrada sirve para dar una buena imagen exterior al establecimiento, su camisote de mallas brillante su lanza y escudo quedan muy bien de plantón delante de la puerta, pero la verdadera guardia se encuentra en su interior, los ocho orcos van protegidos con armaduras de escamas y están fuertemente armados con lo que al principio te parecieron unas grandes mazas, pero al fijarte con atención ves que son clavas a dos manos, para manejar estas armas se requiere una gran fuerza . Especial atención te merece un gran orco, supones que su capitán el cual va protegido de la misma manera, pero armado con un arma que nunca habías visto, un enorme hacha con una doble hoja en cada extremo y que tiene un aspecto realmente ominoso.

Una sensación de alivio te invade cuando sales de la estancia y vuelves a tener en las manos tu equipo, frustrado una vez más por no poder dar rienda suelta a tus instintos pero a la vez satisfecho por haber realizado el encargo rápidamente, echas un ojo a la calle, en la acera de enfrente aunque un poco más alejado puedes ver a un guardia que custodia la entrada de lo que te parece un establecimiento similar al que acabas de abandonar, justo en ese momento un par de clientes salen de él, esas figuras te son familiares, de hecho cuando te fijas bien te das cuenta de que son Assim y Yilmaz, que por lo que parece también han terminado su encargo.

Danael os observa atentamente mientras Shibolé habla, cuando esta acaba os hace un gesto para que os sentéis alrededor de una de las mesas de la exposición, con un gesto deferente espera hasta que la sacerdotisa se siente en una de la sillas de excelente factura y mullido acolchado, acto seguido invita con la mano a Szordrin a sentarse y se acerca a un aparador cercano, siempre procurando que veáis sus movimientos pone sobre una bandeja tres copas y una jarra de cristal, en cuyo interior se aprecia un líquido de un color rojo oscuro y brillante que os recuerda a la sangre, acto seguido toma asiento junto a vosotros, llena las copas con el oscuro líquido y espera a que elijáis vuestra copa, con una mirada y una sonrisa indica a Szordrin que por su parte tiene permiso para beber, y para tranquilizaros en un gesto típico de las costumbres drow, coge su copa y bebe antes de que vosotros lo probéis. El vino inunda vuestras fosas nasales y vuestros paladares, su sabor os es extraño pero delicioso, y notáis su fuerte graduación al sentir el agradable picor al pasar por vuestras gargantas.

Es terrible lo que ha pasado en nuestra ciudad hermana, pero a la vez es gratificante ver cómo frente a las adversidades nuestra gente se sobrepone y persevera en la búsqueda de la supremacía de nuestra diosa Araña, alabada sea Lloth. Espera unos instantes a que digáis la respuesta habitual, albada sea, contestáis.

Bien y ahora hablemos de negocios, es cierto que tengo mucho cuidado en mis relaciones, el material que vendo es de la mejor calidad que se puede conseguir y me precio de saber el origen de la madera de todas y cada una de las piezas que vendo, muchos de mis clientes quieren piezas exclusivas, y les encanta saber por ejemplo si la mesa donde comen proviene de un árbol cortado en un bosque ancestral y sagrado para los elfos lunares, o si un silvano esclavizado ha sido obligado a talar el árbol de origen de las sillas donde se van a sentar, ja, ja, ja  la risa de Danael os dice que le encanta su trabajo, y que disfruta con todos los aspectos de su negocio  todo esto hace que mis productos sean exclusivos, y su precio también.

20 po por libra de madera noble es el precio que suelo pagar, eso siempre contando siempre con la garantía de que usted sabe con precisión el origen de su mercancía y esta es de gran calidad, de esta forma yo no tendré ningún inconveniente en tratar con una hija de la ciudad hermana y de tan triste destino, por cierto a lo mejor llegó a conocer a la matrona ShriNerune, era una buena cliente, de vez en cuando me encargaba alguna pieza,  y no le importaba el coste extra del transporte a su ciudad.

Hagámonos los dúegar, Yizston, y disimulemos - susurro a mi compañero, tirando suavemente de la manga de su vestimenta para que vuelva a la sombra del soportal del que hemos salido - no conviene que nos vean juntos.

Podríamos seguirles si es que aún no nos han visto, tal vez descubramos algo interesante... - añado, misterioso - Quizá alguien les siga a ellos y podamos descubrirlo, si somos lo bastante discretos...

Justo cuando le comentas a Yilmaz tus intenciones ves que Rizzen y Airenus miran en vuestra dirección.

Acepto de buen grado el asiento. Al notar su comodidad, paso las palmas de las manos por el reposabrazos, admirando su calidad.

Cuando me ofrece la copa de vino, selecciono una y espero hasta que ella beba Vaya patraña. Si quisiera podria envenenar todas las copas y tomarse el antídoto pero ¿qué sentido tendría matar a alguien que todavía no ha hecho nada más que ofrecerte un negocio? con este pensamiento bebo y saboreo el cálido vino.

Con una sonrisa tomo la copa de vino y, mientras jugueteo con ella, espero a que beban tanto Dalael como mi hermano escuchando las palabras de nuestra anfitriona. Una vez que finaliza tomo un sorbo de la copa

Lamentablemente no conocí a la matrona ShriNerune. Yo era un joven novicia por aquella época y no salia apenas de la casa. Además, nuestra ciudad fue destruida casi antes de fuera consciente de lo que nos rodeaba. Solo conocí ruinas, pobreza, lucha y desesperación. Por eso decidí abrir esta vía comercial.

¿20 po por libra dices? supongo que eso será en el primer envío, hasta que compruebes que puedes confiar en nosotros. Para el segundo envío, si todo está a tu gusto, espero que la cifra ascienda a 30 po por libra.

Es una lástima que no la conocieras con un gesto de la mano desecha el tema y sigue hablando, esta vez de negocios, perdona pero no me he debido expresar con claridad, mis precios no son negociables, nadie te va a pagar tanto como yo, 20 po por libra es el mejor precio que nadie te a pagar por la madera de calidad en Menzoberrazan, seguramente no lo sabes por tu desconocimiento del mercado dice con un gesto altanero eso si, con las condiciones que te expuesto anteriormente añade dando un pequeño sorbo al vino.

Con una sonrisa alzo los hombros Tenía que intentarlo. Poniendo las manos sobre los reposabrazos Muchas gracias por tu tiempo y hospitalidad, Dalael. Ha sido un placer conocerte y espero que sea aún mejor el poder hacer negocios contigo. Con una inclinación de cabeza me despido de ella y, girándome hacia mi hermano Vamonos

Recogemos nuestras armas del arcón y nos encaminamos al Bazar, donde espero tener otra reunión con ese semidrow.

Tras una cortés despedida os dirigís al bazar, el cambio de ambiente se aprecia claramente, éste barrio tiene mucha más vida, y la variedad de razas os indican el ambiente "relajado" de la zona, tras preguntar a algún viandante por el local de Sorn Luern, os dirigís hacia su establecimiento, poco después llegáis, en la entrada no apreciáis ningún guardia apostado y flanqueáis la puerta sin que nadie os pida dejar vuestras armas, al entrar oís desde el fondo del local un constante sonido de herramientas y un gran bullicio, en esta parte del local veis una gran cantidad de muebles, algunos apilados de cualquier forma, y otros de mayor calidad mejor colocados y expuestos.

Al mirar alrededor podéis ver algunos tipos situados en las sombras que en actitud tranquila observan lo que pasa alrededor, esta es la discreta guardia del local.

Un semielfo de pelo largo y suelto vestido con ropas holgadas y cómodas se acerca a vosotros, al ver a Shibolé hace una profunda reverencia y con un gesto seductor se dirige a ella buenas tardes, me llamo Sorn Luern, ¿que bueno he hecho por Lloth para tener el honor de tan grata visita?

Sonrío ante el adulador antes de contestar

Soy Shi’nayne Du´assed, sacerdotisa de la Diosa Araña y representante de la comitiva de comerciantes libres, recién llegados de las ruinas de Ched Nassad . Hace un alto, retirandose el pelo de la cara y mirando a los ojos a su anfitrión. Somos una comitiva de posibles, que busca abrir nuevas rutas comerciales y reabrir algunas olvidadas por el tiempo. Shibole comienza a dar vueltas mirando las piezas y acercandose a ver los detalles, para segundos mas tarde seguir hablando.

Estaríamos interesados en comenzar a entablar comercio con usted, relativo a poder proveer a esta bella tienda de madera de calidad.Parandose de nuevo frente a el, continua Me interesaría saber si nuestros intereses pueden confluir y llegar a acuerdos comerciales ventajosos para ambas partes y que hagan que nos podamos enriquecer y desarrollar nuevas posibilidades de comercio. Creemos tener algo bueno y nos gustaria tener la oportunidad de mostrartelo.

Antes de entrar, echo un último vistazo a los guardias que están protegiendo el local de una forma bastante sutil. Lo cierto es que, no es una mala idea. De esta forma los que entran no se sienten agobiados por tanta vigilancia, aunque deberán de ser buenos, porque más de una vez habrán tenido que entrar para evitar problemas con algunos que pensaban que sería cosa fácil.