Partida Rol por web

Desde ayer te sientes raro, la invasión del illita parece haber abierto alguna compuerta en tu mente que permanecía cerrada y ahora tu percepción de la realidad parece distorsionada, no disfrutaste del cómodo lecho de la posada cómo te hubiera gustado, y sólo la meditación matutina ha conseguido centrarte y hacerte olvidar durante un rato el malestar.

Pero ahora ha vuelto y la caminata se te está haciendo eterna, durante los breves momentos en que paráis para tomar un descanso miras a los demás preguntándote si ellos también se sienten como tú, pero si es así no lo demuestran, intentas hacer lo mismo y no mostar debilidad… de vez en cuando te tocas la frente, tienes fiebre y el estómago revuelto, apenas puede mordisquear  tu ración de viaje.

Puto illita…

Te mantienes al frente del grupo, intentando decubrir algún rastro reciente o alguna señal de la trampa que seguro os han tendido, pero pese a que buscas con gran interés no encuentras nada, sólo alguna pequeña huella, apenas imperceptible del paso de la exploradora, es muy buena en su trabajo y se mueve con gran sigilo y discreción.  Las piedras que deja para que la sigáis las podría ver hasta un niño, y eso te hace sentirte en cierta forma insultado.

Cuando paráis a comer no puedes evitar contemplar a la joven, todos sus movimientos son seguros y calmados, no tiene que ser fácil escoltar a un grupo de temibles drows por la oscuridad, y sin embargo parece que eso no la atemoriza en absoluto, sólo parece estar enfadada.

Cuando ella levanta la mirada, disimulas mirando a tus compañeros, parecen estar bien pese a llevar una buena caminata encima, sólo Rizzen parece raro, te da la sensación de que el siempre serio y duro compañero está distraído ó quizás se encuentra mal, no lo sabes, pero ves como guarda su ración de comida tras haberle dado apenas un par de mordiscos.

Al acabar el día os volvéis a juntar con Grontalia que os espera en una pequeña caverna sin ninguna salida visible, la joven  está terminando de comer cuando llegáis y espera a que vosotros hagáis lo propio.

Cuando termináis os dice ya hemos llegado, tras esta pared hay unas antiguas cuevas que quedan por debajo del nivel inferior del acuartelamiento, no se utilizan, aunque seguramente estén protegidas…

preparaos que os voy a abrir hueco, os esperaré una hora, que es lo que tardará en cerrarse la puerta y me iré. ¿habéis entendido?
 
Con un gesto la joven os indica que os echéis  para atrás, y cuando estáis suficientemente lejos la joven hurga entre sus ropajes y saca una varita, se vuelve hacia la pared y susurra una palabra tan bajo que no podéis llegar a escucharla, entonces con un leve crujido una greita se empieza a abrir lentamente en la pared de roca, después la pared parece volverse gomosa y se pliega ampliando la grieta hasta permitiros pasar 

¡¡vamos rápido!!

Os apresuráis a entrar, os encontráis en una caverna excavada artificialmente en la roca, en el extremo sur una mohosa puerta de hierro permanece cerrada, parciales derrumbes de las paredes han cubierto el suelo de rocas de pequeño tamaño, un fuerte olor a humedad imprega todo el ambiente

Lanzando una última mirada a la semielfa para verla marchar, comienzo a mover las manos ha llegado la hora. Digo antes de girarme hacia la entrada.

Assim, creo que este es tu terreno. Avancemos con precaución. me giro hacia Yilmaz Tú, síguele de cerca con el arco preparado.

Acto seguido, meto un virote envenenado en la ballesta y saco mi espada corta mientras las sombras siguen envolviéndome.

La elfa entra en la cueva y se apresta al combate, observando a su guardia.

Aqui estamos ya en terreno hostil, extremad las precuaciones y seamos rapidos. Tenemos tiempo justo para hacer la mision, asi que demosnos prisa. mira que hay delante Comenta en lengua de signos mirando a Yilmaz.

Gloranta… ¿Cómo podemos abrir el acceso desde dentro?

Yilmaz se adelanta por el túnel-pasillo buscando huellas…

Bueno, pues tenemos una hora para terminar con los humanos y salir de allí por este mismo camino…

Deberíamos saber la palabra que abre de nuevo la puerta… si tenemos que salir por la fortaleza… mejor no pensarlo…

Creo que es mejor que vayas tu primero Assim… es terreno propicio para las trampas…

Me adelantaré, pero iremos más despacio si queréis que busque trampas - susurro con premura, mientras cargo la ballesta de mano que llevo en la mano izquierda y saco el estoque - Silencio a partir de ahora, solo signos...

Y sin más, me adelanto tratando de deslizarme sigilosamente y aprovechando las sombras para cubrir mi paso, atento a cualquier cambio por sutil que sea en la caverna que me haga pensar que puede tratarse de una trampa.

Me queréis decir cómo vamos a salir de aquí cuando terminemos lo que hemos venido a hacer?? Como recontramierdas se abre esa puerta?? alguien lo sabe? o va a venir "culo bonito" con nosotros ... refunfuña Airenus, en lenguaje de signos, por supuesto

Rizzen se mantiene en pie casi por inercia. El aspecto de su piel es cetrina y algo amarillenta. Gotas de sudor perlan su frente y tan solo los ejercicios de respiración y concentración le permiten mantener el tipo. Puede sentir como su mente se expande y la energía recorre su cuerpo achicharrando hasta el último de sus poros, destrozando sus nervios y alterando los humores.

Mira hacia delante y ve a Assim junto a la puerta. Esta a puntod e gritar algo tal vez para apremiar al grupo y terminar con esto cuanto antes o tal vez para pedir descanso pues se siente enfermo, pero todo ello queda reprimido por una bocanada de bilis que su estómago repudia inundadndo su boca de un sabor ocre y amargo.

Mientras esperamos que Assim mire a ver si hay alguna trampa en la puerta, echo un vistazo a Rizzen. Su aspecto no parece el más adecuado para afrontar la misión, aunque siempre ha demostrado ser un activo demasiado valioso para desaprovecharlo.

Acercándome un poco a él ¿Qué coño te pasa Rizzen? tienes un aspecto que da asco. Si no te encuentras bien, siempre te puedes quedar aquí fuera y evitar que se cierre la puerta si tardamos más de la hora establecida.

Rizzen mira a Szordrin con ojos febriles y las manos cerradas en puños amenazadores.

Estoy bien, aun con una mano a la espalda podría matar a ese halfling. Métete en tus asuntos y no te preocupes por mi, cumpliré con mi cometido.

Como para ratificar sus palabras, de su antebrazo surge una cuchilla ectoplásmica, aunque esta vez parece menos sólida, más difusa e inestable.

Con un leve encogimiento de hombros, asiento a las palabras de Rizzen Está bien, confío en tí. Acto seguido, me vuelvo hacia el grupo, esperando que Assim de el visto bueno para entrar.

No se si será prudente perder tanto tiempo en cada puerta que nos encontremos. Aunque es seguro que aquí han puesto protecciones para evitar que los prisioneros se escapen. Una hora, maldita sea, ¡¡una miserable hora!!