Partida Rol por web

-¡Nada de eso! -dice Carlos -no estoy hechizado. Simplemente me he enamorado de Indarr, la mujer más maravillosa que nunca conociese

- vamos, vamos, Carlos...cálmate querido-decía la vieja -este hombre no quiere ofenderte -decía llamándole de tú -a que supongo bien si os han dicho que estaba hechizado y que nosotras somos unas brujas malvadas que le tenemos en nuestras garras -retórica pura y dura. Indarr estaba que echaba chispas -pues yo no soy ninguna bruja. Soy una campesina que conoce algunas hierbas. No hagáis caso a los nobles. Son el mal del Reino, no nosotras que damos adormidera a algunos enfermos.

Birutia seguía tranquila, pero no podía decirse lo mismo del resto... levantó la mano para apaciguar los ánimos- otra vez- sólo quieren cobrar un dinero por llevar a Carlos de vuelta y les han dicho que somos brujas para que no tengan remilgos en usar la fuerza. No se hable más de esto, ellos no son culpables y nosotros tampoco. He de pediros un favor señores...

Rafael esperó a tragar un trozo de carne dura y seca que se le resistía antes de responder.

-Señora, si le digo la verdad, me importa bien poco. Esas cuestiones de fe se la dejo a los sacerdotes dominicos, que son cultivados en las artes de luchar contra el maligno. Debe saber que bruja o no, Carlos se vendrá con nosotros mañana y usted podrá acompañarle si lo desea. Ahora que al que intente cualquier cosa rara, lo ajusticiaré sin piedad ¿Estamos?.

-Relaja ese tono, jodido bastardo -dije, dando un paso adelante y echándole huevos a aquel mierda que iba de hombre duro, según parecía-. A mí no me levanta la voz ni mi santa madre, et non páganme para aguantar vuestros insultos et vuestras mierdas -acerqué mi cara a la suya, asegurándome de que pudiera oler mi fétido aliento a vino del que acababa de beber de la bota-. ¿Acaso creéis que vuestro principito será más condescendiente por la mañana, cuando haya descargado los cojones et la suya semilla otra vez sobre la bruxa? ¿Acaso creéis que non pedirá igualmente las cabezas de quienes arrancáron le del lecho en el que yacía junto a la mujer que ama, sea al alba o a la madrugada? ¿Os habéis planteado siquiera que pueda preñar a esa furcia con el único fin de utilizar la suya descendencia como excusa para llevar a la hija de Satán a la Corte? ¿O el hecho de que las bruxas pudieren tratar de eliminarnos o desaparecer en la noche, et perder al vuestro futuro rey para siempre? -mi tono era desde luego, de todo menos amistoso. No me gustaba acatar órdenes, y menos de un don nadie.

No pude sino reir al escuchar como el de Entralgo trataba al comandante. El bandido tenía las pelotas bien puestas, de eso no había duda. Era todo un mamonazo.

Si esperamos, quizá non lleguemos al alba. Recordad donde estamos et que se rumorea sobre aquestas tierras ─dije al comandante ─mientras más tiempo demos a esas fulanas de Satán, peor haránnoslo pasar.

Asentí las palabras de Mikel sin dejar de encarar al tipo.

-Esa es otra. Si no hubiese sido por el mío hacha, aquellos lobos hubieren podido jodernos pero bien, de modo que dejadnos hacer nuestro maldito trabajo a nuestra manera y acatad lo que vos decimos.

Esperaba amedentrar a aquel comemierda con mi actitud: de veras no quería tener que matarle. Pero si no me dejaba otro remedio...

¡Efectivamente! Dijo Alfonso alterado y acercándose a Juan. ¡Además, por muy futuro rey que sea Don Carlos, no es él que nos paga! ¿Qué pasará si realmente lo perdemos o si se nos escapa, o si se teletransportan, o si desaparecen o si... ¡o si hacen cualquier cosa con él! ? ¡Será Nuestro Rey el que nos corte las pelotas y nos joda el resto de nuestra santa vida! ¡De qué vale preocuparnos por el futuro, si podemos tener bien muerto nuestro presente!

¡Además, no sed unos cobardes y si no vais a atacar, al menos ayudarnos a rodear la cabaña! ¡No os quedéis ahí parados como estatuas! ¡Esta noche puede ser crucial!

Birutia miró con gesto triste a Rafael...

- estamos... iba a pediros que dejáseis dar un paseo a Carlos con Indarr, pero me figuro que no será posible. Así que descansemos -dice mientras recoge todo y lo deja sobre la balda de una de las estanterías.

Carlos e Indarr se acurrucan juntos en un rincón, tapándose con una gruesa manta. Birutia echa un par de troncos a la lumbre y se acurruca en medio de la estancia. Entonces parece recordar algo y se levanta a apagar las dos velas que daban luz a la estancia -felices sueños -dice volviéndose a su lugar.

Hacéis lo propio y os acurrucáis.

Sin mediar palabra el hombre desenvaina y todos los hombres aprestan las armas y se levantan

- ¡SERÁS HIJO DE LA GRAN PUTA! ¡ A MÍ NADIE ME LLAMA BASTARDO! tanto da mataros ahora que mañana -dice con una amplia sonrisa mientras se prepara para atacar.

Los diecinueve restantes también se preparan para secundar a su capitán y atacar a los tres imbéciles que habían hablado de ese modo a su jefe. Apenas tuvísteis tiempo para pensar en lo irascible que era el capitán o en que quizás ya tenían planeado mataros ¿órdenes?

Aquella reacción me cogió tan desprevenido que a penas pude atinar a nada...

Buenas noches señora, dice Bieito. Duerman un pouco, que ya es tarde. Se acurruca y con un gesto le indica a Rafael que duerma. Cuando la vieja no mira, Bieito se señala a si mismo con el pulgar, tratando de indicar que se mantendrá despierto.

-De modo que ya teníaslo planeado, ¿eh, fideputa? Aquesta era la segunda parte del pago, ¿verdad?

Me preparé para el combate tan rápido como pude, pues supe que se avecinaba una terrible lucha por nuestra vida: tres idiotas contra veinte aún más idiotas. Desde el primer momento supe que sabíamos demasiado como para silenciarnos con oro, pero no esperé que fuesen a volverse contra nosotros tan rápido.

-Voy a disfrutar degollándote et defecando en el tuyo cadáver, bastardo -hice bastante énfasis en la última palabra, elevando la voz mientras apretaba con fuerza el hacha.

-No me opongo a ese paseo, mientras vayan acompañados por nuestro hombres. No podemos exponernos a que se escapen o algo parecido. Ustedes verán.

Rafael saca ahora una manzana y con ayuda de una daga que saca de su cinturón, comienza a comerla a trozos.

Alfonso se quedó boquiabierto ante semejante despliegue. ¡No es esperaba que aquello fuera a terminar así! De hecho miró a sus compañeros, y no tenía ninguna intención de luchar contra dos decenas de hombres. ¡Era una locura! Y si tenía que salir corriendo de allí, así lo haría. De hecho los marineros no eran caballeros, y no le debía honor a nadie. Más valía salir corriendo como cobarde, que morir como el honroso caballero que no era.

El capitán es un hombre diestro, diestro y duro de cojones, antes de que ninguno tenga tiempo a nada ya se ha lanzado a dar mandoblazos al pobre Juan... ¿podrá éste defenderse?

Que los reaños que me guardé con los lobos, iba a gastarlos ahora con aquel hijo de puta del comandante. El tipo gastaba buen mandoble, uno de esos con los que se partía a los enemigos por la mitad.

Era hora de ver como iba a usarlo cuando tuviera mi aliento en su cara y mi puñal en sus higadillos...

No había, a mi ver, sino una única posiblidad de salir vivos de aquello: Matar al comandante y que el resto de sus hombres, al verse sin lider, se lo pensaran dos veces...

...Como una culebra me acerqué al fideputa de Juan e intenté rajar su garganta en un tajo único, preciso y mortal.

Hube de defenderme como pude de aquel cabronazo, que parecía tener la fuerza del mismo Diablo empuñando su arma.

Juan de Sansín, el capitán de la guardia dios apenas un paso hacia detrás y descargó su espadón sobre Juan, hundiendo su arma en el pecho y sacándola rápidamente, la espada perforó el pecho del Entralgo y de él salió disparado un chorro de sangre al desclavar la espada, vuelve el capitán a lanzar otro tajo pero aún el de Entralgo tiene fuerzas para interponer su voluminosa hacha entre el espadón y su cuerpo y logra detener el golpe del capitán.

En ese momento Mikel se echa encima de Juan y de manera hábil le hace un tajo en el cuello, desgraciadamente superficial, sin que el corte le seccione ninguna arteria importante, pues la sangre que mana lo hace hacia abajo y no a chorros.