Ya es noche cerrada cuando los Cazadores logran explicar la situación a los residentes del Animus. Las familias Cross, Chandler y Holland han quedado devastados por las muertes de Gabriel, Melissa y Tegan, pero al menos han podido recuperar sus cuerpos para darles sepultura. Los paramédicos se llevan a Roland al hospital con media cabeza vendada tapando el hematoma que le provocó Énone. Lo único que los dolidos padres piden a los Cazadores es que no divulguen su historia por Internet, que les dejen superar la pérdida y rehacer sus vidas...
Sois libres de interactuar entre vosotros o con algún PNJ. Poned en esta sección qué Mejora de vuestros respectivos Libretos elegís para vuestros personajes. Quién sabe, puede que en un futuro los volváis a necesitar.
Umbra observa con interés la desolación de las tres familias - Si tienen suerte, las almas de Gabriel y Melissa podrán reformarse en el Sueño... algún día. En cuanto a Tegan... En fin, ya sabes que Muerte siempre es amable con todos ¿Crees que deberíamos decírselo? Quiero decir... decírselo tú. Todavía no sé cómo tratar con humanos despiertos...
Bailarina acompañó a Noah y Knox hasta el momento en que los dejó marchar para reunirse con sus familias. Caminó con ellos en silencio, la espalda recta, la mirada dura, como si en cualquier instante esperara que Aurabelle apareciera de nuevo para arrebatárselos de las manos. Sólo cuando los vio fundirse en un abrazo con sus padres, retrocedió un paso, pero no se permitió relajarse ni un segundo.
Encendió un cigarrillo, el humo se mezcló con el aire frío de la noche mientras giraba la cabeza hacia sus compañeros.
—¿Estáis seguros, verdad? ¿Está muerta? —preguntó, con la voz rasgada por el cansancio y la tensión, aunque sus ojos se clavaron sobre todo en Énone e Iván, buscando en ellos algo más sólido que su propia convicción.
Dio una calada larga antes de fijarse en Kerr.
—¿Y a ti qué coño te ha pasado? Me tenías preocupada —le soltó, acompañando las palabras con un golpe en el hombro, más cómplice que agresivo. Un gesto seco, pero cargado de ese afecto torpe que pocas veces dejaba asomar.
Después alzó la vista hacia la mole del Animus, que se recortaba contra el cielo nocturno como si en cualquier momento fuera a desplomarse sobre ellos.
—Al acabar con ella… ¿habremos liberado las almas de Gabriel y Melissa? —preguntó en voz baja, casi como si se respondiera a sí misma. No esperaba una certeza, pero necesitaba oírla.
Escoge otro Movimiento de Tipo Duro.
Ascético: Gasta 1 Punto de Fuego para ignorar todo el dolor e incomodidades de tu situación actual, incluso más allá de la tolerancia humana.
Se había acabado. Al menos para ellos... para sus familias aún quedaba un proceso largo y tedioso.
Fueron las palabras de Bailarina y el análisis de Umbra quienes le devolvieron a la realidad. Asentía despacio, pero el pesar se notaba en sus ojos y sus hombros: carecía de tipo alguno de orgullo.
-Perdí el control... y... la destruí.
Confesó, como si hubiese hecho algo más terrible de lo que podía sonar en un principio. Miraba sus propias manos con cierto horror antes de suspirar muy largamente.
-Gabriel y Melisa... tardarán, pero el Tiempo Onírico se encargará. Sin embargo Tegan... Ya está abrazando a la Dama del Alba.
Después entornó la mirada mientras en el fondo de su mente empezaba a dibujarse una reflexión que aún no tenía forma. Mientras tanto, sus labios susurraron:
-Al menos... podrías presentarte. Suele ser un buen principio.
*Imposición de manos: tu toque puede curar cualquier herida o enfermedad normal. Cuando impones tus manos sobre alguien herido, tira+frío. Con 10+ cura 2-daño (o una enfermedad) y además queda estabilizado. Con 7-9 puedes curar el daño o la enfermedad, como con 10+, pero la herida o la infección pasan a ti. Si fallas, la potencia de tu aura le causa daño adicional.
Veeeenga, os curaré. No sé cómo... pero lo haré.
Las horas pasan y lo único que me importa es que la gente logre encontrar la paz. Aunque, en cuanto veo a Roland, me acerco antes de que se lo lleven los paramédicos. — Hola, friki. Ya estás a salvo. Prométeme no volver a invocar espíritus, ¿vale? — Le tiendo el meñique como si fuera realmente un trato solemne y hasta legal.
Por mi parte, no tengo problemas en prometerle a nadie que no iré a contar esto por internet. Yo husmeo el internet para encontrar cosas como estas, información que me lleve al camino correcto para poder ayudar. Pero no me interesa para nada tener fama virtual, ni siquiera tengo redes sociales. Así que intento tranquilizarlos.
Salimos del edificio y aunque me siento un poco mejor, sigo contrariado por lo que me hizo la muñeca. Ni siquiera quiero pensar en el daño real que me dejó, sólo quiero respirar la paz de haber logrado destruir a la muñeca y salvar, cuando menos, a tres chicos.
Aunque no lo digo, estoy con Bailarina y tengo la misma pregunta. Porque, para mí, esa muñeca llegó a parecer invencible y siento que todo terminó tan rápido porque estaba en una lucha con ella que nadie podía ver. — No fuiste el único que perdió el control, Iván. Pero sobrevivimos y no perdimos a todos. — Tal vez no lo parezca, pero hasta ayudamos a los chicos que murieron. Pudieron tener un destino peor.
Bailarina se preocupa por mí a su modo personal, ese que ella y yo entendemos porque yo me siento distante del mundo desde que me convertí en Primordial. — Me pasó la jodida muñeca. Pese a la arena. Me dio... pesadillas y luego... intenté freírla pero no sé cómo logró rebotarme los relámpagos. Dime a quién le disparé, Bailarina, sé que lo sabes. — Vuelvo a ponerme ansioso, demasiado, y los miro a todos, casi como si esperara que alguno tuviera un tiro en la frente y no fuera sólido sino un fantasma.
Aunque yo ya consideraba que habíamos salvado las almas de los chicos que murieron, sí que respiro aliviado al escuchar a Iván confirmarlo. No entiendo qué susurra pero parece que, igual que yo, la muñeca lo trastocó. Al menos no lo hizo con los demás.
Movimiento extra:
— Habla primordial: puedes comunicarte con las manifestaciones de tu Fuerza primordial en el mundo. Puede que no sean amigables, pero no serán abiertamente hostiles.
No aprendí la lección (?) ¿Qué hay de emocionante en escoger la inmunidad y evitar que las muñecas diabólicas te electrocuten? XD
Énone se quedó al margen, apoyado en una pared contándole las novedades a Dick Jane, mientras los demas hablaban con las familias. No tenía ganas de acercarse realmente, seguro el padre de Melissa lo reconocía como "el de la limpieza" o quizás no. Esos pijos de mierda no tenían ojos para nadie más que para ellos mismos o lo que veían en el espejo. Bufó y un sentimiento de paciencia llegó desde el bolso deportivo dónde Ra-Iakhu-bia descansaba.
No hacía que dejara de sentir la rabia, pero ayudaba a no decir nada más allá, ayudaba a no decirle a esos imbéciles que todo esto era culpa suya por no estar atentos de sus hijos, por no...
Maldito dolor, no lo dejaba ni siquiera maldecir tranquilo.
Cojeó hacia afuera con sus compañeros, escuchando sus conclusiones y afirmaciones. Saber que al menos no todos habían quedado condenados era un alivio, además...
—Ya que la muñeca no está, y la muñeca los retenía para usarlos como combustible, supongo que en algún momento quedarán libres y podrán encontrar la paz.
Frunció el ceño, como si estuviera escuchando algo, pero pareció desecharlo y continuó.
—Kerr tiene razón, la maldita sabía meterse en el fondo de nuestras conciencias, jugar con nuestros miedos. Estuve a un paso de cae también, pero... Tuve ayuda.
Énone sonrió, por un momento fue como si el peso que cargaba se hiciera levemente más ligero. ¿Pero de verdad había estado ahí o había sido solo una manifestación de sus miedos?
Pues tendría que haber sido una manifestación muy independiente... Sonrió. Parecía estar... Bien.
—¿Cómo? —preguntó al aire y luego soltó un suspiro—, no es asunto nuestro. No te metas... Perdón. ¿Que preguntabas, Kerr?
Siguió su mirada hacia Bailarina y luego miró su propia pierna. Durante la pausa que habían hecho se había cambiado la camiseta por una venda decente, se había puesto otro par de pantalones y se había tomado un frasco de analgésicos. Si no fuera por la cojera casi no se habría notado que una bala le había atravesado el muslo y había estado a punto de desangrarlo.
No dijo nada al respecto, pero en vez de eso le golpeó en el hombro a Iván.
—¿Recuerdas cuando nos escapamos? La fiesta de William... Condujimos horas hasta y llegamos al amanecer a un tugurio de mala muerte. La mejor pizza que he probado nunca ¿Crees que puedas recordar dónde está? ¿Crees que siga abierto?
No, quizás ya no podía volver a tener una vida como antes, pero podía darse unos pequeños premios ¿No? Después de todo... No podía estar esquivando al destino para siempre.
Elijo +1 a Frialdad. Y a cruzar los dedos para que haga la diferencia.
La he cagado bien ¿Verdad? - contesta Roland - Lo he pillado, tío. Volveré a limitarme al World of Warcraft. Ya te escribiré para preguntarte más cosas sobre tus hadas elementales...
Roland podría llegar a convertirse en un Aliado de Kerr en el futuro. En tus manos queda. ;)
No aprendí la lección (?) ¿Qué hay de emocionante en escoger la inmunidad y evitar que las muñecas diabólicas te electrocuten? XD
XDDD
Umbra lo medita unos momentos - Mmm, creo que no. Yo fui creada para ti, y de no haber sido por la distorsión entre el Tiempo Onírico y el Mundo Despierto creada por esa cosa ni sabrían que existo. Prefiero que crean que he desaparecido con Aurabelle, que se olviden de mi existencia o lo que sea...
Bailarina escuchó a sus compañeros, ignorando esas frases a las que no encontraba ningún sentido. Había aprendido que no merecía la pena buscárselo. Ellos funcionaban así.
Dio una última calada al cigarro y lo aplastó con el pie, apartando el humo con la mano como quien espanta una mosca.
—Kerr, no le des más vueltas —dijo, seca—. Si no eras tú mismo, no cuenta.
Énone habló de pizza. Ella negó con la cabeza antes de mostrar su torso grapado y agujereado. Quizá enseñando de más, pero sin pudor ni vanidad: su cuerpo no era más que una herramienta. Un instrumento.
—No creo que sea buena idea —murmuró, cansada—. Necesito que alguien me mire esto. Y dormir. Quiero dormir.
Los recorrió con una mirada inusual, carente de la frialdad que solía caracterizarla. Un brevísimo recordatorio de que ellos eran importantes para ella. Luego se puso la cazadora, abrochándola con movimientos mecánicos.
Al llegar a su moto, se caló el casco, arrancó y aceleró hasta que el motor rugió con fuerza. Miró una última vez a sus compañeros; bajo el casco, la comisura de su boca se tensó en algo que parecía una sonrisa torpe, demasiado humana.
Miró al frente y salió disparada como una bala, perdiéndose en la noche. No volvió la vista atrás. Tenía heridas que curar y cicatrices que aún no estaba preparada para mostrar. Y mientras huía, en algún recodo de su cabeza, la misma pregunta pesaba como una piedra: ¿Min-hee, a esto te referías cuando decías que vivir merecía la pena?
Bailarina sale de escena... Hasta la próxima.
Ivan les escuchó y se fijó en lo realmente heridos que estaban todos. En cómo desearía poder hacer algo por ellos, pero... no estaba en su mano. Sólo era una cuestión de vendas y tiempo.
Suspiró largamente, más aún cuando Bailarina se fue tras aquella exhibición y no pudo ni juzgar sus motivos, eran más que suficientes, lo único que pudo hacer fue dedicarle media sonrisa melancólica mientras asentía.
-Cuídate. Si tienes algún problema, llámame ¿si?
Y visualizó su marcha mientras volvía a centrarse en Kerr.
-Le disparaste a Énone.
Lo dijo con más frialdad de la que le hubiese gustado ya que, objetivamente, Énone estaba bastante... entero y se recuperarían y quizá si no hubiese estado tan entretenida con Kerr, Aurabelle hubiese sido un problema más grande.
Eso sí, la mención a la pizza le hizo dibujar media sorisa.
-Sólo hay un modo de saberlo... vayamos al ascensor -mirada a Kerr de nuevo-. ¿Vienes?
Humedeció sus labios para mirar al infinito.
-Está bien... Aunque...
Y se quedó callado. Fuese lo que fuese a decir... había algo más importante, algo que le había impactado visiblemente, aún así, sus pies se encaminaban hacia el ascensor. ¿Quién habría hecho algo así? ¿Y para él? Súbitamente se sintió como un ser despreciable. Más aún.
Le dedico una sonrisa gastada a Roland. — Yo también la cagué hoy, colega. Lo que importa es aprender de nuestros errores. — Confirmo que tenga mi número y mi correo electrónico y que yo tenga el suyo. — Nos vemos, friki. Mejórate y escríbeme cuando quieras.
Hablamos sobre la muñeca maldita y vuelvo a sentir cómo me carcome la culpa. No importa que Iván también perdiera el control. Al menos me alegra que no le pasara nada a Énone, sé que tiene ayuda de Ra.
Le pregunto a Bailarina a quién le disparé porque es mi amiga y esa frialdad hará que me lo diga, pero no lo hace. Al contrario, me justifica, pero puedo verlo antes incluso que que Iván me lo confirme. — Cuánto lo siento, Énone. Creí que era una Aurabelle, de repente eran muchas... demasiadas. El arma me dijo que disparara. — Miro a Bailarina y niego. — Cuenta para mí. — Lo digo triste y dolido. Creo que Iván me odia y me siento tan mal... — Asumo que tú me freíste de vuelta entonces. Me lo gané. De verdad lo siento, Énone.
Iván y Énone hablan de otro momento y una pizza. Bailarina se niega y, al menos a mí, me confirma que es una chica de acción. — Suerte, amiga. Mejórate.
Me siento tan culpable que empiezo a sentir el dolor como algo que merezco. Mi mirada se pierde hasta que Iván me habla y me regresa a la realidad. — Si me aceptan, claro que los acompaño. — Hasta donde me dejen, aunque sólo sea hasta el ascensor.
—Bueno, técnicamente te freiste tú mismo —dijo Énone mirándole de lado y esbozando una genuina media sonrisa—, atacaste a Iván con tu rayo y, por alguna razón, en vez de darle a él te diste a ti mismo. Seguramente tú mismo intentaste detenerte... Bailarina tiene razón, no le des más vueltas, son gajes del oficio.
Despidió a Bailarina con un gesto y se quedó mirando la moto alejarse. El ruido del motor le recordó al fantasma de Tayen y se le aguó el gesto. Preguntándose si... Sacudió la cabeza espantando las ideas más fatídicas y asintió cuando Kerr aceptó la invitación. Ya habría tiempo de preocuparse de eso, se merecían esto.
Un cosquilleó en la nuca lo hizo ponerse tenso, ¿Sutekh? Suspiró. Debía moverse otra vez, antes que sus esbirros lo olieran.