Partida Rol por web

Buenas compañeros, calentaros y elegir cama. Hoy al menos descansaremos.
Me acerque a la litera que estaba Lina y me metí en ella, acurrucándose mi cuerpo junto al suyo.

La puerta se abre, estamos Elías y yo intentando levantar a Pete para entrar los tres en la cabaña.

Me esperaba que fuera el cámara que se había quedado fuera, filmando no sé qué paisaje. Pero no a ellos. Supuse que los habían enviado al otro lado del bosque. Y en cuanto los vi. Me destapé y rodé sobre Militar para ponerme en pie. Tan brusca fui que la cabeza se me fue un momento. Pestañeé con fuerza y cuando recuperó el equilibrio el líquido del oído, me aproximé a ellos para ayudarlos.
-Oh, no, no. ¿Qué ha pasado?-Pregunté a la vez que los ayudaba en cargar con Peter, hacia las literas. Sin ningún miramiento lo pusimos en la misma litera donde me había encontrado con Militar. Y me dirigí a la estantería en busca de algo que nos sirviera.
-¿Qué necesita? ¿Agua, comida,...? -Preguntaba al borde de las lágrimas

Al ver que quien venía era Lina y que dentro parecían estar los demás sonreí aliviada. Cuando pudimos dejar a Pete recostado en la litera me giré hacia ella para tranquilizarla.

- Tranquila, parece haberse desmayado fruto del cansancio de la jornada que hemos tenido, no se como habrá sido vuestro día pero el nuestro definitivamente no ha sido un camino de rosas. Supongo que pronto despertará y si por aquí hay algo de comida y agua pronto estará recuperado, estoy segura, mi hermano es un chico muy fuerte, no para de demostrarlo ¿no crees?

Al levantar la cabeza pude ver que estábamos rodeados de lujos, al menos comparado con lo que habíamos tenido hasta ahora, allí podríamos reponer fuerzas para afrontar lo que sea que fuese que nos deparaba el dichoso concurso.

Todo se había vuelto negro de repente y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba tocando la puerta sino que estaba en una cama blanda y con las botas quitadas. Podía sentir la presencia de alguien que le estaba llamando por su nombre pero el no quería regresar. El mundo de los vivos dolía demasiado, física y emocionalmente, para que deseara volver pero su cuerpo decidió que en esta ocasión, como llevaba haciendo muchas veces desde que empezó el concurso, sus deseos eran menos importantes que sus necesidades y que era hora de volver entre los vivos. Pete abrió los ojos y pudo ver los ojos de preocupación de su hermana lo que le sacó una sonrisa cansada de sus resecos labios.

"No me mires así que me enamoro" dijo guiñándole el ojo con ternura rememorando su broma anterior "Todavía aguanto... no sé si será por mucho tiempo más, pero de momento aguanto... Saben lo del muñeco? Hay alguien haciendo guardia?"

Quería volver a ponerse al frente, ser el líder de la tropa que cuida de todo sus chicos pero sus fuerzas no daban para más. El peso de un día sin alimentos, sin apenas agua y con unas rodillas lesionadas era demasiado para Pete y se le cerraban los ojos por mucho que luchara por mantenerlos abiertos...Su hermana intentó despertarlo para que comiera algo pero el muchacho se negaba

"Come tu.... creo que me hará más provecho dormir... Pero guárdame algo para mañana.... ne...ne....necesito....dormir"

Me levanté de la cama al ver a todos allí y me dirigí al Doc. Estaba agotado y me dolía sólo levantarme de la cama. Tenía mal olor pero todos los que estaban allí estaban mas o menos igual. Empresaria seguía con el militar. 

-¿Qué ha pasado? Creo que parte del concurso es que nosotros creamos que esto dejó de ser un concurso y nos pongamos paranoicos. Si quieren creerlo, bien por ustedes y bien por mi. A no ser que tengan alguna buena prueba de lo que dicen, preferiría irme a dormir- dije esperando a ver que decía el resto. 

Cogí una de las botellas de agua, después de haber oído a Doc hablando con Peter. Me acerqué suavemente a Coach y le acaricié la barba sensual.
-Pues ve a dormir, querido.-Le propuse con rabia disimulada, por tanto ególatra egoísta.- Mañana te tocará buscar el desayuno y quizás leña para la chimenea.

Le entregué la botella de agua a Violet. Y le sonreí a Peter por encima del hombro de su hermana mientras mi mano se posaba sobre el hombro opuesto, brindándole a mi amiga, mi consuelo y comprensión.
-Elías tiene razón, primero bebe agua y después descansa. -Me incliné sobre él y lo besé dulcemente en la frente.-Necesitamos un líder sano y fuerte.-Le susurré al oído con mis cabellos acariciando su piel.

Agarré a Militar de la ropa y lo atraje hacia mí.
-Vamos a descansar. Ahora, ya estamos los seis juntos.
Subí las escaleras, a las literas de arriba y me quedé al borde de la cama, bien tapada.
-Si necesitáis algo, sólo tenéis que silbar. -Les musité adormilada.-Y cuando acabéis de atender al enfermito.-Dije con sorna pero cariñosa.- Os recomiendo los melocotones para reponer fuerzas
-Les dije a Violet y Elías con una sonrisa afable.

Me quedé mirando hacia la puerta, preocupada por los cámaras. No habían vuelto a entrar, sólo esperaba que el equipo del programa no los dejara desamparados.

-No sé, vosotros. Pero nuestro excursionista, al final era Camarero, pero al llegar al lugar donde se encontraba su supuesto cadáver despeñado sólo nos encontramos mentiras.
Me di la vuelta molesta por los últimos acontecimientos, quedando de frente a Militar. Me tapé con la ropa de la cama hasta la barbilla y el sueño, me venció al momento.

Pete abrió los ojos y se encontró totalmente desorientado. Donde estaba? Por qué estaba desnudo y hacia tanto calor?. Lo último que recordaba era que estaba en el concurso de sobrevive con su hermana, Lina, Elías y el resto de los chicos, que habían llegado a una cabaña de madera y que habían pasado la fría noche de la montaña allí. Pete se incorporó un poco en la cama y se sintió algo mareado, con un zumbido en el fondo de la cabeza que nunca había tenido, mientras paseaba la mirada por la habitación en busca de una referencia, de algo que pudiera darle una pista sobre donde demonios estaba. Entonces lo vio, de forma sorprendente estaban en la cabaña del lago de sus padres, un sitio donde no habían vuelto desde que empezaron los problemas en casa y que antes había sido uno de los sitios favoritos de vacaciones de los Sanders. Pete habló con la esperanza de que hubiera alguien en casa

"Hola? Hay alguien?"

Cuando de pronto se vio sobresaltado por unos pasos apresurados en la habitación contigua y la voz familiar de una mujer que no esperaba encontrar allí.

- Ya estás despierto? Estas bien? Te duele la cabeza??? - dijo Lina sentándose en el filo de su cama y usando un tono de voz suave. Lina estaba vestida con unas bragas blancas y la camiseta de fútbol americano del equipo del instituto en el que había estudiado Peter.

Con un súbito enrojecimiento en las mejillas Peter desvió la mirada de las piernas tan bien torneadas de la mujer y contesto
"Creo que estoy bien, bueno no, creo que estoy flipando.... Que hago aquí? Que haces aquí? Por qué llevas mi camiseta?... Quien ha ganado el concurso?"

La mujer explotó en carcajadas ante las ocurrencias de Peter
-Tu camiseta?" dijo en tono juguetón -Quieres que te la devuelva ahora mismo Peter?" -era un tono perverso y a la vez divertido que le retaba a pedirle la camiseta y a la vez terriblemente burlón -Míralo, ya se está poniendo otra vez rojo como un tomate. Peter Sanders, me has visto más veces desnuda que muchos hombres, haz el favor de sacar la cabeza de debajo de la tierra que no me he comido a nadie....aún -dijo remarcando de forma juguetona la última palabra. Tomó aire y comenzó con su explicación

-Bueno Peter, estás en la cabaña del lago de tus padres con tu hermana, conmigo y con Clementine. Han pasado muchas cosas de las que no debes recordar mucho pero los médicos han dicho que es posible que esos recuerdos no vuelvan y han aconsejado que no te presionemos mucho. Así que esto es un resumen de lo que pasó: El concurso lo ganó Coach, Tu hermana quedo tercera y tu ganaste el premio de favorito del público. Eres uno de los rostros más famosos de América y cuando te recuperes vas a tener que dar muchas entrevistas. Te dejaste eliminar y manipulaste a Janet para que te dejara su teléfono, no sé como conseguiste llamar a Steven Spielberg

"Llame a Steven? Que vergüenza!!! Es un tipo genial y siempre tiene un montón de historias que contar en las reuniones de scouts... pero jamás me hubiera atrevido a pedirle nada..." Dijo perplejo el scout

-Pues lo llamaste, y le pediste una oportunidad para Janet. A los 10 minutos tenía una oferta sobre la mesa para una de las series que estaba dirigiendo y te la pusiste en el bolsillo. No sé como sigues siendo virgen todavía!!! -Dijo sin poder evitar una carcajada risueña

"Ya me lo imagino dijo el muchacho. Se pondría como una perra en celo.... pero ya sabes, yo soy el Scout Casto....con C mayúscula" dijo riendo el muchacho a pesar del dolor de cabeza

-Fuiste muy inteligente o tuviste mucha suerte pero el caso es que debajo de toda esa silicona había un corazoncito y te ayudó a conseguir una cosa.

"Que fue? El secreto de la coca cola???" Dijo el muchacho bromeando

- Digamos que te dio un papel que puestos en buenas manos podrían servir para que una treintaañera amargada recuperara a su hija y dejara de estar inhabilitada legalmente. Sigo estando un poco loca, pero al menos estoy cuerda legalmente... dijo siguiendo con el tono de broma.

"Así que al final lo hice a pesar de que me dijiste que no?, Supongo que eso hace de mi un tipo bastante cabezota" sonrió intentando parecer inocente.

"Muy cabezota, extremadamente cabezota, pero tuviste que pagar el precio. El productor se enteró y te intentó estampar una pala en la cabeza... Si no hubiera sido por Janet y el experto te hubiese matado pero gracias a Dios ellos lo pararon y por ese motivo ha dado con sus huesos en la cárcel por unos cuantos años y tu tienes esa laguna en la cabeza...Y no, no hay más detalles señorito. El granito que tienes por cabeza necesita tiempo para asentarse, entendido?"

"Que mandona. Empiezas a recordarme a Elias pero en más guapa... Donde está Violet y Clementine? La quiero conocer..."

- Han ido a Cleveland a comprar. Esas dos se llevan muy bien, y el plan de vender galletitas salió perfecto... Todos los putos scouts de america vendieron galletitas durante 2 semanas y enviaron el dinero a los scouts de Clio para que pagaran lo de tu hermana. La verdad es que me dan ganas de coger una guitarra y cantar el kumbayá. Dijo de forma burlona

"Wow. Era algo desesperado... pero los scouts siempre nos ayudamos entre nosotros y el poder de un millón de hormigas puede ser temible" Acabó mientras gesticulaba intentando hacer de monstruo 

-Todo salió bien menos una cosa. Una cosa que tiene solución. Peter te haré una pregunta y espero que me contestes con la máxima sinceridad. Todo lo que había escrito en el tronco lo sentías de verdad? Me quieres?

El muchacho la miro aturdido. Si la quería? Pero si se lo había puesto hasta por escrito. Que esperaba? Que se lo mandara por triplicado? un telegrama?. Pete la miró a los ojos y se limitó a cabecear afirmativamente notando como enrojecia hasta las orejas..

-Bien- dijo la mujer sonriendo y se levantó en dirección a la habitación continua en busca de algo mientras Pete le miraba el trasero y la forma tan felina que tenía de caminar. Suplicó a su soldadito que se estuviera tranquilito pero este decidió que no podía permanecer impasible ante una mujer tan exuberante y bella, por lo que dobló las rodillas debajo de la sabana para intentar disimular su erección.

Un minuto después la mujer regresó a la habitación con 3 pañuelos: Uno blanco, otro gris y el último naranja. Eran muy parecidos a los pañuelos que habían llevado durante el concurso pero estaban demasiado limpios para que fueran los mismos a juicio de Peter

"Mira nuestros pañuelos. Nos los dieron al acabar el concurso como recuerdo....y esto me lleva a una cosa. Recuerdas el día que me enseñaste unos cuantos trucos scouts para sobrevivir?"

"Claro. recuerdo que querías pescar con tu pelo.... y como te enfadaste cuando te lo explique....y como te metias conmigo con lo del kumbaya... Parece que fue ayer..."

-Aja. Pues yo te voy a enseñar unos trucos de Empresaria... confías en mi Peter Sanders?" el muchacho cabeceo divertido y ella sonrió de forma tan encantadora e inocente que hubiera derretido hasta el iceberg que acabó con el titánic -Muy bien pues cierra los ojos y no te muevas mientras preparo el truco- La mujer le enseñó el pañuelo blanco, lo dobló y le tapó los ojos con él
-Ves algo? No hagas trampa...

Solo veo la luz blanca al final del tunel respondió el chico muerto de la risa.

Entonces la mujer se subió a la cama para ponerse a horcajadas sobre su entrepierna y ató sus muñecas al cabezal de la cama sin apretar el nudo de forma que el muchacho podía escapar si ese era el deseo.

-Muy bien Pete Sanders. Este es mi truco- dijo moviendo las caderas sobre la sabana de tal forma que las rodillas de Peter se estiraron dejando al descubierto su erección. -Yo Marcelina de Lucca estoy enamorada de ti. No por salvarme a mi, a mi hija, a tu hermana.. sino por como eres..."

El muchacho intentó protestar "Pero si.."

La mujer movió las caderas 2 o 3 veces haciendo que sus ropas interiores se frotaran entre si, dejando que el muchacho empezara a vislumbrar lo que estaba por venir.. La voz del muchacho se tornó en un gemido de placer mientras la mujer decía divertida..
-Pero nada, señor Sanders....yo soy la jefa y tu vas a estarte quietecito. Entendido señor Sanders?- La mujer se agachó y le mordió el cuello justo bajo la oreja...

Ella olía a bosque, a tierra mojada con un toque indomito y salvaje que le despertaba el apetito por su piel. Su piel era suave y cálida como el sol de las tardes de verano y su ropa interior empezaba a dejar entrever la cálidad humedad que le esperaba allí abajo...

El chico intentó cerrar los brazos en torno a ella pero los pañuelos se lo impidieron...La mujer riendo le dijo
-Tsk tsk tsk... Señor Sanders, está usted siendo un poco travieso.... eso se merece un castigo....- y con un rápido movimiento la mujer retrocedíó en la cama para mordisquearle el miembro por encima de su ropa interior provocando el respingo de placer del muchacho en la cama... Cuando estuvo conforme con el castigo suministrado volvió a subir a su posición de control.

-Espero que haya aprendido la lección señor Sanders. Mando yo....Usted tome apuntes- dijo intentando poner voz de profesora repelente...

"Esta bien, veamos esos trucos de empresaria" dijo el muchacho con un gemido.

-Muy bien... para empezar....esto sobra..... arquea tu cuerpo Pete...- El muchacho obedeció y con un gesto experto la mujer hizo desaparecer la ropa interior del muchacho debajo de la cama... -Bien, eso está mejor....verdad?... Aunque no está perfecto, creo que esto también sobra" dijo la mujer mientras iba dejando caer su ropa en el suelo muy lentamente....

-Mmmmm...eso esta mucho mejor, que más queda por hacer....ah sí....- la mujer empezó a besar el cuello del muchacho mientras hacía rozar sus pezones con el pecho del chico y le quitaba el pañuelo de los ojos

La mujer estaba completamente desnuda, desafiante, esperando a algo ....

El chico la miró a los ojos con una dulzura infinita y solo le pudo decir "Eres lo más hermoso de este mundo y te amaré mientras viva"

La mujer sonrió de forma salvaje y lo beso, con rabia, con pasión, un beso de los que nacen en las tripas y hacen crecer las mariposas, un beso sin principio ni fin, de los que hacen que el tiempo se pare y de los que solo se ha oído hablar en los cuentos y en las películas. Pero ese día, para él, Lina lo besó así, poseyendo su corazón antes de poseer su cuerpo. Tras recuperar el aliento le dijo...

-Normalmente me entrentendría en los prolegómenos, pero esas dos pueden venir en cualquier momento...así que... prepárate para perder la virginidad Pete Sanders...

La mujer le volvió a poner el pañuelo en los ojos y empezó a rozar con los labios de su entrepierna la punta del miembro del chico,despacio, como si alguno de los dos se fuera hacer daño en caso de apresurarse. El chico podía notar la humedad de la mujer y ella la del chico... pero el momento de la penetración parecía no llegar. En ese momento la mujer dijo

-Todo tuyo cariño

Y entonces Pete notó un golpe en el estomago, y luego otro, y luego otro mientras escuchaba la voz del productor susurrarle al oido
"Es mia...Es mia....Es mia....."
De fondo Pete podía escuchar las risas de Lina, de su hermana, de sus padres....y entonces abrió los ojos a la penumbra de una habitación que apestaba a humanidad, donde los ronquidos de sus compañeros de concurso eran lo único que podía escucharse salvo un quedo gemido que escapa de su garganta, la garganta de Peter Sanders.

A la mañana siguiente.....

DÍA 5
8.00

La chimenea está apagada y hace un poco de frío pero no tanto como en el exterior. Huele a la resina de la madera de la cabaña. Se escuchan los pájaros con su piar dando los buenos los días al sol.

Los técnicos de cámara y sonido no han vuelto a aparecer. Eso da que sospechar. Seguramente estén rodeados de cámaras ocultas pero no se consiguen percebir.

Se escucha un gemido lejano de algún... ¿animal?

Los concursantes aunque agotados hasta la extenuación, van despertando poco a poco. A más de uno le ruge el estómago. Sienten los cabellos apelmazados y el sudor y el polvo forman una capa asquerosa en su piel.

No saben cuando volverán a iniciar un nuevo desafío, los últimos acontecimientos los han dejado más hundidos de lo que esperaban. No saber que les ha pasado a Camarero y Periodista ha sido un duro golpe pero al menos, no eran aquellos maniquís nauseabundos.

El día comenzaba e iba siendo hora de comer carne de verdad. Alguien debería poner trampas, otro alguien encender un fuego, y ese lago... sería una buena opción tanto para lavarse ellos como sus ropas. Incluso, alguien podría encontrar plantas jaboneras en las cercanías.

Un descanso, aunque fuera por unas horas, era un descanso más que agradecido.

Carpe diem o también podríamos decir.... don't worry, be happy

Un gemido lejano me despertó de golpe. Recordaba haber soñado con mi niña preciosa, la había visto feliz y sana, cosa que no había pasado nunca. Parecía una niña como todas las demás. Sonreí lastimera. Me volví para mirar a Militar y sin molestarlo demasiado, intenté salir de aquel lecho que me era tan ajeno como mi propia cordura.

Bajé las escaleras. Volví la vista para buscar a todas mis compañeros y observalos un instante. Me dirigí hacia la estantería y comí algo más, antes de salir al exterior a hacer mis necesidades.

Una vez fuera. Lejos de angustias y temores, de artimañas y confabulaciones. Me sentía dueña de mi misma. Me sentía libre. Llené los pulmones de aquel aire gélido y puro que me arañó la garganta pero no me importó. Me hizo sentir bien. Estaba.... ¡viva!

Me eché a correr, por el puro placer de hacerlo, hasta que mi camino acabó frente al lago. No me lo pensé dos veces. Y quitándome toda la ropa con una amplia sonrisa de autosatisfacción. Me eché al agua de cabeza en una zona profunda. El agua que debería estar helada, se encontraba en su justa temperatura. No me sorprendió, ver como burbujeaba en las orillas más alejadas de mí. Ya había olido el azufre en la montaña, y aquí el aroma era más tenue, pero también lo percebía.

Nadé y buceé. Me sentía en paz. En mi hábitat. Ajena a todo lo demás.

Lina y Peter se ocupaban de bañarse en el agua caliente por la burbujeante placa tectónica donde estaba aposentados. Hasta que Militar llegó y se zambulló sin compasión, rompiendo el encanto que se había formado en aquel idílico lugar. Lina alzó la cabeza y vio a Violet que parecía alejarse.
-¡VEN A BAÑARTE! ¡ESTÁ BUENÍSIMA! -Le gritó amistosamente. Rió por un momento.-¡Estoy desnuda y encantada!-Volvió a reír mientras se zambullía bajo el agua. De vez en cuando su ropa salía a flote y ella iba a por sus prendas para darles un remojón y dejarlas a la orillas para después tenderlas al sol.

¿Cómo lo hago en tus sueños? Casi sonreí melancólica. Mientras era transportada entre sus brazos hacia el agua, más excitada que nunca. Sus caricias, sus manos recorriendo mi piel, el olor de aquel jabón artesano,... todo aquello me hacía creer que yo si estaba viviendo en un sueño.

Cerré los ojos con fuerza cuando el contacto del agua contrastó en mi cuerpo ardiente. Sólo esperaba que al abrirlos, no apareciese siendo magullada bajo las manos de Jhon, otra vez. Mientras me repetiría “¡Estás loca, nena! ¡Estás loca, preciosa! ¡Estás loca y yo tengo el poder de liberarte!”
Abrí los ojos y me apreté contra el muchacho cuando el agua ya casi me cubría.

Me había zafado de sus brazos y me había puesto a nadar cuando Violet se acercó a él, y acabarando haciendo una pelea de bolas de barro. Seguí nadando mientras oía la conversación entre los no-hermanos, eran tan excitantes como encantadores. Y más cuando Violet, y su descaro desarmó al joven Peter. Me hubiese echado a reír sino fuera porque hacía menos de dos horas que yo había utilizado la misma táctica para... no sabía para que lo había hecho, ¿provocarlo? Y ¿lo había hecho? Sí. Sin duda, ambos habíamos conseguido lo que queríamos.

Me quedé a un lado, me sentía fuera de lugar entre aquellos dos. Y quizás esa era mi lugar, mera espectadora. Y ¿si...? ¿En qué cosas piensas Marcelina? Pero y ¿si... si ellos estaban realmente enamorados el uno del otro y siempre habían buscado maneras de disuadir en sus intentos? ¿Con la distancia, con otros amores, con los celos, con los rencores, los malos tratos, con...?

Salí del agua. Y me dirigí a coger mi ropa. Todavía estaba húmeda pero tenía hambre. Y yo ya había enseñado suficiente carne, sólo esperaba que fuera suficiente para el maldito editor.

EL LAGO PARADISÍACO
13 H

Un aullido y un gemido estremecedor resonó en todo el bosque.

Me estremecí de pies a cabeza. Acabé por calzarme las botas. Y volví la mirada para atrás, para echar un ojo a mis compañeros. ¿Lo habéis oído? O quizás, quería preguntar ¿lo habéis sentido?
Otro alarido resonó por todo el bosque hasta reverberar en la cascada.
-¿Qué es eso? ¿Qué ocurre? -Pregunté más inquieta y asustada pero sin atrever a moverme de donde estaba.
Hice recuento mental: Militar, sí. Doc, sí. Zoo, sí, Scout, sí. ¿Coach? ¿Dónde estaba? Sentía un mal presentimiento.
-¿Dónde está Coach? -Pregunté ansiosa a los demás.
Otro alarido resonó, esta vez lo pude situar en la zona de la cabaña. Golpes y gruñidos venían de allí.
Mi primer impulso fue echarme a correr. Pero ¿qué iba a hacer yo sola contra lo que me encontrase? Y ¿si volvía a ser otra trama del maldito Productor?

La cabaña ardía por los cuatro costados. Un par de jabalís salieron en dirección contraria a las llamas, y en su huida casi atropellan a los que se habían atrevido ir hasta allí. Pero no era los jabalís lo más extraño sino una osa seguida de cerca por sus dos oseznos abandonaban el lugar en dirección contraria por lo que ellos habían llegado. Pero aún más extraño eran aquellas decenas y decenas de cuervos asentados en el tejado de madera de la cabaña como si de una reunión familiar se tratase, y ni siquiera el calor ni el humor los hacía marcharse.
Las llamas habían comenzado a lamer las paredes y la puerta que se había medio desprendido de las bisagras, parecía atascada. Sólo un instante hizo falta, para saber que le había pasado: las zarpas de la osa se dibujaban a lo alto. El cómo se había originado el incendio era otro cantar.

Me había quedado paralizada, en la orilla del lago mientras todos los demás corrían hacia el peligro. ¿Son idiotas? Fue lo primero que se me pasó por la cabeza y volví a recordar la angustia de perder a uno de ellos. Me eché a correr detrás de Violet, aunque había reaccionado de última esperaba que al menos, mereciese la pena.

Me quedé plantada delante de la cabaña en llamas. Todo a mi alrededor iba a cámara lenta: la voz de Violet llamando por su hermano, ella y Elías delante de la puerta, las llamas lamiendo las ropas de Alucard, y aquellos cuervos... ¿Qué coño les pasaban? ¿Por qué no volaban y se alejaban del fuego? Fruncí el ceño. Y negué con la cabeza. ¡Todo esto era de locos! ¿Dónde estaban los cámaras? ¿Dónde estaban las avionetas de extinción de incendios?

Un grito ahogado se escurrió de mi garganta. Cerré los ojos, me escocían, y tosí. Mis pies comenzaron a moverse hacia el peligro. Subí al porche lentamente. Paso tras paso. El humo atravesó mis cabellos y llegó a mis pulmones. Esta vez no tosí, aunque los ojos me lloraban sin compasión.

Posé mi mano sobre el brazo de Doc.
-Busca a Peter, ayúdalo a salir.-Le dije con voz pastosa. De paso, recoge lo que puedas... Me volví hacia Violet, creo que sonreí suavemente, o quizás estaba llorando y tosiendo. Todo mi alrededor estaba nublado hasta mi mente.-¡Vamos!-La alenté mientras me preparaba para retirar la puerta que aprisionaba al gilipollas Alucard. Piensa, después actúa. Esperaba gritarle mientras lo zarandeaba de las ropas, más tarde o temprano. Cuando la puerta estuvo retirada, ambas, conseguimos arrastrarlo por el suelo y alejarlo del fuego, de la cabaña, y quizás, necesitásemos más ayuda para retirarlo del bosque.

Puse mis manos a ambos lados de la cadera, en posición de jarra. Esperé la salida de los tres hombres en completo silencio y tranquilidad.

Ignoraba si Alucard respiraba, ignoraba si Violet seguía a nuestro lado, ignoraba si había comenzado a realizar el RCP al hombre por su no-heroismo. ¿Estaba enfadada? Sí. ¿Estaba en calma? Pues también. Sentía asco por el programa, sentía asco del productor, sentía asco por todo lo que suponía este lugar, este ambiente,... Sentía asco de mí misma. Pues yo los había arrastrado a todos. Tosí. Por fin, tosí. Me dio tal ataque de tos que me doblé por la mitad y acabé vomitando entre lágrimas, caí de rodillas mientras trataba de recuperarme. No, no, no. Ellos están aquí por el dinero. No podía culparme, no podía sentirme responsable de su bienestar, y aún así, lo hacía. El fuego se extendía y pronto nos rodearía. Y aquellos cuervos... alcé la vista en su busca, ya no estaba allí.

Me sobresalté al notar una mano fantasmal en mi hombro. Me volví para saber de quién era dueño. Por un instante que me parecieron minutos, me quedé mirando a Peter. Con mis ojos muy abiertos, la boca semiabierta y completamente en calma. El calor me azotó la piel cuando el viento empezó a cambiar en nuestra dirección.
-¡Peter!-Salí de mi estupor y me eché a su cuello, y aunque le doblaba la edad y medía más que él, en ese momento, parecí una niña al lado de un gigante. Hundí mi cara contra su cuello y casi me eché a llorar, hasta que, en el mismo instante, recordé que Alucard yacía en el suelo inconsciente.
Me agaché al otro lado del cuerpo inherte del hombre y pasando su brazo sobre mis hombros, colaboré en llevar la mitad del peso junto a Peter.

Los seis concursantes llegaron al lago. Zoo con Doc, llevaban a Coach y Scout con Empresaria, llevaban a Militar. Eran las seis de la tarde y la oscuridad era completa, parecía noche cerrada, junto con todo el humo. El fuego se extendía de copa en copa, y el viento parecía soplar con fuerza.

Coach despertó con el contacto del agua y al poco rato, lo mismo pasó con Militar. Ambos tenían tos, falta de aliento, dolor en el pecho y dolor de cabeza. Pero Coach al estar al haber estado más tiempo intoxicándose con el humo, tosía sangre.

Después de una hora en agua, que poco a poco se calentaba más. El fuego parecía haberse consumido, o más bien, el bosque se había consumido a manos del fuego. El viento había dejado de soplar. Y el bosque se había acabado en los anchos ríos y profundos claros, haciendo de cortafuegos. El fuego se había extinguido después de haber comenzado hacía tres horas el incendio.

Nadie había ido a socorrerlos, nadie había ido a sofocar las llamas, nadie había aparecido en ningún lugar. Pero todos ellos debían alejarse de ese lugar chamuscado.

Había visto arder el bosque y había visto como las llamas se extinguían por sí mismas. Había notado el viento azuzando el fuego y también había notado la calma de su fuerza cuando el bosque más animado estaba. Había acabado llorando involuntariamente, con los ojos rojos y los pulmones inundados. Había sentido como el agua del lago, en un principio que estaba tibia, se iba calentando a medida que el fuego nos rodeaba.

Suspiré.

Tenía claro que si tuviera testículos, se me habrían puesto de corbata.

Coach y Militar parecían padecer consecuencias graves pero no irreversibles a causa de la intoxicación, además de las quemaduras. Los demás estábamos bien, dentro de lo que cabía: flemas oscuras por causa de la ceniza, dificultad respiratoria por el humo,... Y sobre todo, las secuelas psicológicas. Las cuales se habían ido convirtiendo en un odio irracional al programa y sus componentes.

Me quedé mirando a mis compañeros mientras hablaban y arrancaban los micrófonos.

Yo era parte del programa. Yo lo había creado y había propuesto muchos de los desafíos. Por supuesto, entendía su preocupación: parte de miedo, parte de asco, para de ira y parte de... ¿ignorancia? Pero ellos no entendía que clase de contrato habían firmado, ¿se habrían leído la letra pequeña?

Me llevé los dedos pulgar e índice al puente de la nariz, lo masajeé mientras trataba de poner en orden mis pensamientos, con los ojos cerrados.

Sí, el fuego había sido provocado desde fuera. O eso creíamos.
Sí, el incendio se había extinguido por si mismo. O eso creíamos.
Sí, nos habían dejado a nuestra suerte. O eso creíamos.
Sí, podríamos haber muerto. O eso creíamos.

En mi mente pasaban miles de ideas a la velocidad de la luz hasta que una se iluminó por luz propia.

Salí del agua, el agua chorreaba por mi cuerpo cayendo en la orilla semicalcinada.
Me enderecé y puse mi pose de empresaria ambiciosa que tanto pánico le daba a mis subordinados: brazos cruzados bajo los pechos, mirada fija y casi de loca, y gesto de yo-lo-sé-todo.

-¡Los cuervos! -Exclamé de repente como si hubiese dado una bocada de aire después de haber estado dos horas bajo el agua.- ¿Los vistéis? ¿Eran reales?-Pregunté mirando a Doc y a Zoo que fueron los últimos en adentrarse a la casa. Por un momento, me temí que fuera alucionaciones mías.- ¿No los habéis visto? Estaba en el tejado, mirándonos, mientras todo ardía a nuestro alrededor. Sin inmutarse, observándonos, como si fueran espectros fantasmasles.-Cogí aire.- Ilógico para ser animales que deberían huir del peligro. -Traté de hacer memoria, perdiendo la postura y la mirada.-Entré en la cabaña.... No recuerdo cuando volví a mirar hacia el tejado, ¿cuándo Peter salió? -Me pregunté a mí misma, mirando fijamente a Peter.- Pero ya no estaban allí. -Les dije mirándolo a todos.- ¡¿Y si ELLOS eran su plan B?! Por si todo salía mal-Pregunté demasiado segura de ello.- Y si... ¿había cientos de brigadistas a un quilómetro a la redonda preparados para controlar el incendio?-Pregunté con más énfasis.-Y si... ¿las avionetas no aparecieron porque realmente no hicieron falta? Y si... ¿todo esto fue un fuego controlado desde el principio para sumirnos en un total autoconvecimiento de la realidad del peligro?

Me di la vuelta, dándole la espalda a mis compañeros. Tenía hambre, sed, cansancio y estaba mojada pero todo eso daba igual. Me sentía viva, medio enferma, pero viva.

-¡SÍ! ¡HIJO DE LA GRAN PUTA! ¡YO SIEMPRE IRÉ UN PASO POR DELANTE! -Declaré al bosque. Adoro los retos, adoro los puzzles. Y El Productor que simplemente me había subestimado durante toda mi existencia, esperaba que se estuvieron mordiendo las uñas hasta llegar a la carne y desangrarse en medio de la nada.

Hice una peineta a donde creía que había visto brillar una cámara y exclamé:
-¡JÓDETE, CABRÓN! ¡¡NO VAS A PODER CON NOSOTROS!!

Me volteé y los miré con una sonrisa de autosuficiencia.
-Declaro que... ¡DESAFÍO SUPERADO-Les dije divertida alzando el pulgar y con la otra mano en la cadera en una postura desafiante pero casi cómica.- Toca seguir andando y buscar.-Los alenté.-No sé vosotros... pero yo tengo hambre.-Les guiñé un ojo.- ¿Nos vamos?