Partida Rol por web

Sombi ni poyah

Orguyo y Satisfaksión (Escena 3)

Cargando editor
30/03/2015, 01:47
Dra. María Castillo Fresser

Era joven pero sabía como se las gastaban las viejas. Unas te venían pidiendo paracetamol como si fuera cocaína, y a otras había que llevarlas atadas a la consulta. Con esas había que tener cuidado, por que podían estar sufriendo dolores que harían llorar a un legionario y aún así mentían muy bien, diciendo que no pasaba nada. Las mujeres tenían el umbral del dolor más alto, mayormente por que si no no les saldrían los bebés por donde les saldrían.

-A ver, señora. No diga tonterías. Si usted está mal por algo será. Aunque sea congénito. Eso no quiere decir que no sea importante o que no haya que controlarlo. Con más razón todavía.

Su pulso estaba un poco alterado, pero dentro de lo normal. Era lo habitual cuando ocurría algún incidente.

-Así que tiene usted náuseas. No será por la comida, que bien buena que la prepara usted -le sonrió para darle ánimos- A ver, le vamos a hacer un análisis de sangre y otras pruebas, para quedarnos tranquilos. ¿De acuerdo?

Mandó a una enfermera que le trajera una jeringuilla y unos viales. Ahora no usaban desechables, si no las máquinas para esterelizar. Había que reutilizar el material por motivos prácticos.

-¿Tu eres su sobrina, no? -le preguntó mientras le subían la manga a la abuela y le buscaban la vena.

Cargando editor
30/03/2015, 01:49
Yaiza

Escuchó lo que le decía y su imaginación se disparó. El rey, Segovia, un zeppelin. No dejaba de ser un poco niña, y para ella todo aquello era simplemente "chulo". Rió un poco.

-Bueno, a ver que disen. Yo quiero quitarme ésto ya. Que lata da, me pica.

Le arrugó el morrito.

-Tienes que ayudarme a ducharme, que ya huelo.

Le tocó la nariz con la yema del dedo.

Cargando editor
30/03/2015, 01:56
Juan Bautista García Sánchez

El general estrechó la mano de su tío sin dejar de caminar, mirando el castillo conforme se acercaban. No perdía ripio de lo que habían hecho con aquella cuadra, ahora transformada en aparcamiento, y de vez en cuando miraba la infraestructura del toril, asunto harto interesante que quería conocer de primera mano. Como siempre estaba acostumbrado a cierto grado de tirantez cuando iba a un sitio a inspeccionar. La gente sentía que les iban a jorobar el invento o revolucionarles el patio del recreo. Pero para eso estaba bien la cadena de mando, para que no existieran los reyezuelos que pasaran como del culo de los demás.

Cuando dijo aquello del evento deportivo se paró, girándose con una sonrisa.

-¿No será fútbol, verdad? Me encanta el fútbol.

Sobre lo del plan escrito y todo eso, le sonaba a lo típico que escuchaba en el despacho. Y ese tipo de cosas iban directos al cajón de archivar, que era la mente de su secretaria allí presente.

-Estamos haciendo grandes cosas en Andalucía -dijo, acercándose ya a una de las puertas- Cosas que son el pasmo de España y del mundo. Así que no estoy aquí para echar broncas ni alterar planes. Estoy por mero interés, para ver éste sistema del que tanto he oído hablar, maravillarme con sus logros y darles las gracias públicamente. Y luego, tranquilamente, hablaremos de la visita a Segovia, que no será hoy, por supuesto. Hay mucho que hablar y éstas son para mi como unas pequeñas vacaciones. No saben la de semanas que me he pasado pegado a la puta radio en el despacho, casi sin ver la luz del sol.

Cargando editor
30/03/2015, 02:07
Er Zeky

Asentí un par de veces a su primer comentario.

- Poh si, a veh que disen, si...- miro su vendaje, si que le debe picar. Yo me quebré una pierna intentando hacer pellass en el insti, al saltar la valla de fuera, y eso picaba más que cuando te rasuras los huevos a cuchlla. De eso que cuando te empiezan a salir los pelillos...Mae mia...Ni quiero acordarme.

Ducha. Quiere ducha. Yo no tengo problema en ayudarla a ducharse. Ponerle su bolsa de plastiquito, quitarle la ropa...Imaginación. Ahora la imaginación me salta a mi.

- Uy, poh claro.Yo te ayudo...Dime que ropa tu quiereh pa dehpuéh, que la cojo y te llevo pa lah ducha y lo que tu quierah...- Asiento otro par de veces, dispuesto a cogerle la ropa que diga, cargarla en brazos a lo "Oficial y Caballero", y llevarla pa las duchas, consiguiendo una bolsa de plástico por el camino.

Que le dieran por culo a la Toñi y a la mierda de las gallinas. Iba a hacer de enfermero.

Cargando editor
30/03/2015, 02:52
Mari Cruz Castaño Hita
Sólo para el director

-Emmmmsí, es un partido de futbol, lo haremos en el polideportivo del pueblo, hemos hecho una última limpieza del perímetro para no tener de que preocuparnos. Luego hay barbacoa en el castillo- “¡Adios!” que el general se les apoltronaba allí “vacaciones dice el tío… a la mierda el descanso” -Vaya, siento haber sido una de las causas de molestia a través de la radio. Espero que no le decepcionemos, vivimos bien pero no gozamos de excesivas comodidades, es algo en lo que aún estamos trabajando…- “Coñoooo…” que se les quedaba allí Dios sabe cuanto tiempo! “Pero Dios ¡¿Yo que te he hecho!?” –Mmmm… - parpadeó y decidió jugársela un poco –si me permite hablar con franqueza señor… me encuentro algo desorientada, no se muy bien como atenderle -carraspeó – creí que era una visita de carácter oficial– dibujó una leve sonrisa y miró a la legionaria que hacía las funciones de secretaria –así que… no se si desea tomar ahora un café tranquilamente o dar un paseo por el recinto, el partido no será hasta las 5 y andábamos en la sobremesa-

Cargando editor
30/03/2015, 03:26
Juan Bautista García Sánchez

La pregunta le hizo sonreír, y mucho. Estaba nerviosa y no podía ocultarlo. La notaba cansada, como aquellos hombres que volvían a Herat y querían pasarse el día tirados en el camastro y tomando cosas en la cafetería. Comprensible y totalmente justificable. El descanso del guerrero.

Abrieron las puertas y les recibió Carrillo y el Tatu, que le saludaron militarmente. Él les respondió y después de que entraran, se subió a las almenas como un niño travieso, y de ahí a una torre. Los tenía detrás echando el bofe. Tuvo así una panorámica del lugar mucho mejor que a ras de suelo, una panorámica que le hizo quitarse el chapiri de admiración.

-La puta que me parió -blasfemó, incrédulo.

Se rascó el pelo que tenía en lo alto de la cabeza y sonrió. Era como cuando Hernán Cortés entró en Tenochtitlán y se maravilló con lo que veía. Flipaba por un tubo. Tanto talento en tan poco espacio. Todo lo que le habían contado se quedaba corto.

-Pues si no le importa, lo único que preciso de usted no es que me haga de niñera. Con que me enseñen ésto, yo feliz. Usted misma, el alcalde o quien sea. No se preocupe.

Se giró a mirarla y compuso una pequeña sonrisa. Un gesto que no era frecuente en él, y que por lo tanto los que le conocían valoraban como el oro puro.

-Soy consciente de que es una visita inesperada y se que ha estado usted dando vueltas con el globo hasta hace nada. Y como soy consciente, le dejo que se relaje y no se preocupe de lo que va a ser, por que no hay prisa para ir a Segovia. El rey no se va a mover de allí, desgraciadamente. Y yo viendo un partido de fútbol y tomándome unas bravas soy feliz como cualquier español de a pie.

Cargando editor
30/03/2015, 04:32
Director

Ducharse con una bolsa de plástico en el pie es un arte reservado a los equilibristas. Aparte de la bolsa, con su goma de pollo para tratar de que no se manchara el asunto, había que procurar que el agua no cayera a gañote sobre la pierna susodicha. Por que por mucha bolsa y mucha polla que uno llevara puesto, al final la venda se mojaba. Aunque fuera un poco.

El Juancar una vez tuvo una férula de esas puestas en un pie por que se cayó por un balate. Casi dos meses con eso puesto. Cuando se la quitó le olía la pierna un pestazo del copón. Que mira que tampoco se duchaba él con mucha frecuencia, pero aquello ya era exagerao. Un queso de cabrales fuerte y malo.

El caso es que estábamos en la ducha. Las duchas se quedaban abiertas normalmente, por que si no era un puto coñazo tener que esperar fuera a que la gente huevona terminara de bañarse y se secara su pelito con sus toallitas de los cojones. A baño abierto, como en los polideportivos, uno puede tardar lo quiera en secarse, que bajo el chorro de la ducha se está lo que se se tiene que estar y luego el siguiente se asea a tajo parejo.

Allí se conocían todos y aquello era un totum revolutum. De hecho el panadero se estaba duchando y les saludó brevemente mientras él empelotaba a la Yaiza y de paso a si mismo. Había que aprovechar el agua. Y se pusieron para el chorro para luego darse el gel.

Cargando editor
30/03/2015, 04:38
Yaiza

A ella le gustaba jugar y hacer tonterías en esas situaciones. Seguro que era una de esas niñas con las que te lo pasabas de puta madre jugando al voleyball en la playa. Esas niñas que tienen gracia. Y si además van amigas que tienen buenas tetas, y con el caerse en la arena se le salen del bañador y ves premio, pues mejor que mejor.

En esas chorradas estaba pensando cuando ella cogió un gran trozo de espuma y se lo frotó en la cara, rebelde. Una rebelde que se partía el ojete mientras cometía su fechoría.

Cargando editor
30/03/2015, 10:29
Jose Luis Carmona "El cagaprisas"
Sólo para el director

Estaba to ufano inclinado sobre la caja, ordenando las cosillas, cuando oyó a la Taisha hablarle. Levantó la ceja  para poder verla con mirada interrogante.

En otras circunstancias la habría saludado con cierta alegría. La negra le caía bien y desde aquello del puticlub, cuando aquél bautismo de fuego de matar a un humano VIVO para salvarle el culo, le daba la impresión de que tenían cierta complicidad y respeto mutuo. Ese asesinato creó, al menos para el Jose Luis, una forma de intimidad mayor que el habérsela follado meses antes del fin del mundo. Total, polvos hay muchos y de todos los colores, incluyendo el negro. Bañarse en sangre degollando a un psicópata era más único. Aunque tampoco es que fueran amigos, todo hay que decirlo.

Así que percibió algo chungo en la Taisha. Se enderezó lentamente.

PO-BLE-MAS

...atiende, Selui...

-¿Qué pasa, guapa?

Cargando editor
30/03/2015, 12:05
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Llegar con la yaya vomitando por el camino no fue cosa fácil, pero la Kimberly estaba hecho a ello, anda que no había tenío que cargar con sus choni amigas a las salidas de discotecas yéndose por la pata arriba y por la pata abajo. La yaya no era na en comparación y era su yaya, que si le pasaba algo a su yaya ahí se iba a liar mu gorda.

-Su nieta- le corrigió a aquella barbi rubia que no tenía pinta de saber poner ni una tirita. Ella siempre había pensao que los médicos eran señores viejos, pervertidos, que fumaban puros y con peletes en las orejas, como Don Javier que le ponía indiciones en el culo cuando era pequeña y luego se pasaba una semana sin poder sentarse. Ni follar la había dejao nunca así de baldá.

-M'encontrao a la yaya echando los pavos en el baño, asín con una pota amarilla... Pero no amarilla como las natillas, sino asín más como los limones por fuera... Y tamién había un poco de verde, que lo mismo es que tié mocos porque ahora empiezan la fresca- aquello le recordó al fresco que se tomaba en su pueblo, anda que su yaya no estaría ahora bien tranquilica tomando el fresco y no trabajando tanto que se había puesto mala. Sin duda todo era culpa de la Toñi, que encima quería que cocinara pa más gente... Pos ya podía menear ella su choto gordo y hacerlo, que su yaya iba a descansar como que se llamaba Kimberly.

Se dio cuenta que había dejao de contarle lo que había echao su yaya por la boca cuando la había visto. -¿Y qué crees que puede ser? Porque la menopausia y to eso ya no, ¿no?- miro con intriga a la doctora barbi y pensó por un momento si se habría traío un doctor Ken a juego, seguramente no. Hablando de doctores, en cuanto pillara al Paco iban a jugar a los médicos, miró alrededor a ver si podía pillar una bata d'esas blancas para el susodicho juego.

Cargando editor
30/03/2015, 13:51
Er Zeky

El panadero enturbiaba un poco mi idea de ducha feliz, entre enjabones, roce y....Para, para, para...El caso es que la ducha estaba siendo feliz y divertida en otro sentido, no menos agradable. Sostenía a la Yaiza pa que no volcara y no se mojara la pierna. Había resultado un trabajo que requería concentración. Como conducir después de cuatro litronas y varios porros, o tocarte la nariz mientras flexionas una pierna y quedas a la pata coja en un control de alcoholemia.

En esas, y entres reflexiones calenturienta, la Yaiza me restriega algo de espuma por la cara. Cierro los ojos pa que no me piquen los ojos, y me quito algo de espuma, que después le restriega a ella en su cara. 

Uy,la vihen...Ta salio la marda, Yaisa...Poh toma, toma, vengansa gitana - me río yo, enseñando mis paletas separadas. Paletas de mentiroso, o eso ddecía el yayo. Meto la cabeza bajo el grifo para quitar espuma, y me echo el pelo para atras- Oye...¿Tu creh que me tengo que afeitah y cortarme er pelo?

Cargando editor
31/03/2015, 01:12
La Taisha

La negra le miró como mosqueada, poniendo los brazos en jarras. Eso resaltaba su pechugamen. Estaría gordita, pero tenía unas tetazas muy apetitosas. Era algo que tenían las negras por alguna razón. ¿Genética quizá? Culámenes y tetazas. No era de extrañar que durante miles de años los negros del África Subsahariana no hubieran invadido nada fuera de sus fronteras. ¿Con esas mujeres? Lógico. Si saldrían un poco más pacá o pallá y verían que al material genético era peor. Pa qué.

-La Naty está de morros y con razón. Primero le haces un bombo y luego pasas de ella cuando te echa la bronca tu mujer.

Espera, espera, espera. Ahora no había tetas, ni culos, ni nada. El monotema de Jose Luis se desmoronó como un castillo de naipes. ¿¿¿Bombo???

Cargando editor
31/03/2015, 01:19
Dra. María Castillo Fresser

El recelo de la Kimberly hacia la doctora era algo que a ella le resbalaba bastante. El personal tenía prejuicios de lo más incomprensibles y uno debía simple y llanamente hacer su trabajo lo mejor posible. Era la mejor carta de presentación para terminar con chorradas varias: criar buena fama. No llevaba mucho en el castillo pero la gente comenzaba a decir que era eficaz.

Así que tomó la muestra que necesitaba, que tampoco era mucha sangre. En realidad los laboratorios te piden un vial entero por que suelen producirse descuidos o chorradas semejantes, que refleja el alto grado de pasotismo del personal en un trabajo repetitivo y bastante mecánico.

-No parece que tu abuela esté resfriada ni nada así. Vamos a ver que dice el análisis.

En aquella consulta había unos aparatos de diagnóstico muy básicos, que formaban una especie de laboratorio. Uno de ellos era como una caja donde se metían los viales de sangre y éstos giraban como centrifugando. El aparato estaba conectado a un ordenador portátil normal y corriente. En menos de tres minutos le llegaron unos resultados que comenzó a leer en la pantalla.

-Colesterol bien, un poco alto el bueno, pero es normal a su edad -hizo un par de clicks y arrugó el morro- Hmmm. Esto es raro.

Se sentó al lado de la abuela y le hizo unas preguntas muy específicas. Le preguntó si le dolía el abdomen, concretamente por arriba y en su lado derecho. Si había experimentado pérdida de apetito, dolor articular y una larga lista de cosas. En todas dijo la abuela que si en menor o mayor grado. Luego le examinó otra vez los párpados con la pequeña linterna. La impresora vomitaba algunas hojas mientras tanto, que ella recogió luego leyendo con cierta preocupación.

-A ver -dijo, dejándolos en la mesa y acercándose con cierta preocupación- Sospechaba que ésto iba a pasar tarde o temprano, por que no han tenido médico hasta hace poco. Pero voy a tener que hablar con el alcalde sobre las medidas de higiene. Usted señora tiene Hepatitis A, que ha sido transmitida a través del consumo de agua por la presencia de los cadáveres de los infectados, alguno de los cuales estaría contagiado. Concretamente la intoxicación sospecho que se ha producido a través de materia fecal o deshechos de éstos cadáveres que se han mezclado con el agua. Bastan solo partículas muy pequeñas. Así que algún guarro de los equipos de toriles o similar fue a beber donde usted suele hacerlo sin quitarse la ropa manchada antes.

Parpadeó.

-Tengo que hacerle más pruebas a usted, por que me temo que tenía problemas renales congénitos, y la hepatitis se los va a agravar. Éste tipo de hepatitis no suele derrotar a nadie, tiene un alto índice de curación. El problema con su edad es que esperemos que no se vuelva crónica y se le acumule con los problemas que le he dicho antes.

- Tiradas (2)
Cargando editor
31/03/2015, 01:44
Yaiza

Mientras tonteaban el vecino se secaba con la toalla, a punto de marcharse. Ella rió cuando le dió con la espuma en la cara, tosía y se reía de forma casi frenética. Que bien iba a dormir aquella noche. Después de las risas y de que el vecino se fuera, le acarició el rostro con su barba de guarrete.

-Mmmm. Te queda bien, pero a mi me gusta más la barba más grande. No te afeites, estarías raro.

Se habían quedado a solas en la ducha, así que ella ni corta ni perezosa le enjabonó el pene. Con esa sonrisa de traviesa que solía poner en determinadas circunstancias.

Cargando editor
31/03/2015, 02:15
Er Zeky

Y a tomar por culo el afeitado. Si es que...¿ves? Tenía que quererla. Una mujer pro-pelo. Eran cosas que últimamente escaseaban. Ahora con la tendencía al metrosexualismo masculino, tanto pecho depilado, tanta cremita para la cara, tanta laca para el pelo, o la puta plancha para arreglarse el flequillito...La mujeres se habían acostumbrado a ese tipo de tio afeminado y soplapollas, y habían hecho mucho daño al resto de hombres que lucimos nuestros pelos con alegría y sin tapujos. Pero la Yaiza no. A la Yaiza le ponía el pelo. El pelo por todas partes, y de eso yo andaba más que servido. Según la mama es herencia de la yaya, que fue pelúa a muerte. De estas tías que tiene pelacos en los brazos, y que hasta les sale un puto matojo en la patillas...Pues esa. Pelúa hasta el mismisimo toto.

- Poh a tomá por culo la cuchilla, Yaisa...A tomah por culo...- y es que...Ahora entendía al Cagaprisas y su calzonismo. Cuando una mujer quiere algo...Y cuando una mujer te lleva la mano a la merienda...Ya no hay más neuronas que puedan argumentar na. La merienda manda. Te tienen bien agarrado de los putos huevos, y ahora era literal. Baje la mirada al sur de mi anatomía, allá donde se unían rabo y mano...- Ay la víhen Yaisa...- Y la cargué como si no hubiera un mañana, asíendola de los muslos en torno a mi cadera, pa que no se haga daño en su pata chula. Allí tendría que haber un cagadero que nos diera una poquita de intimidá. Las duchas abiertas era un riesgo de coitus interruptus.

Cargando editor
31/03/2015, 02:55
Mari Cruz Castaño Hita
Sólo para el director

Volvió a parpadear perpleja. Que campechano el tío que firmó una sentencia de muerte hace dos días, fijo que mientras se lo comunicaba por la radio pintaba margaritas en el margen del folio, como hacía Franco.
Mari Cruz no podía quitárselo de la cabeza. Aun así era el jefe y dependían de él les gustara o no “Ay tito… que te hubiera costado estarte quieto…”

-No es tanto el cansancio como el querer que su estancia sea agradable, créame- era consciente de que como le tocaran los cojones lo más mínimo los mandaba a todos al paredón y sin sudar –creo que don Faustino será mejor anfitrión que yo, que tengo fama reconocida de aburrida- lamentablemente era así y ahora que reparaba en ello… ¿Qué cojones hacía ahora cuando no trabajaba? Es más ¿Desde el estallido… cuando no había estado trabajando? Porque acostarse con Vílchez no puede considerarse un hobbie “¡Hostias!” pensó, ¿Estarían García y ella en la misma tesitura y por eso había traspuesto hasta allí? –con su permiso me retiro un momento que necesito solventar unas cuestiones y nos encontramos luego en el partido- miró de reojo a su tío intentando comunicarse mentalmente con él, uno rojo a mas no poder y el otro más facha que don Pelayo, combinación explosiva… “Que Dios nos pille confesados, tito pórtate…” pero había que reconocer que el tito Fausti vendía la moto como nadie y sabía anécdotas y batallitas a cholón, además el brazo le estaba jodiendo por momentos, quería pasar por enfermería, y tenía que buscar un lugar donde hospedar al general & co.
El estómago le rugió sonoramente, se sonrojó. Hizo un saludo formal, esperó a que la dispensaran y se marchó llamando a Vílchez para que la acompañara. No lo iba a dejar allí al pobre.
Bajando las escaleras le iba comentando detalles varios, por ejemplo que  la cuestión del hospedaje la delegaría en Carrillo, mientras no paraba de toquetearse el hombro y mover el brazo, estaba visto que al enfriarse el músculo la molestia iba en aumento. Llegados a un recodo que daba a una de las salas de almacenaje se detuvo –por cierto…- de la mano lo llevó al interior de la sala –esta noche… te eché de menos- no era ella muy dada a romanticismos, le aterraba parecer una cursi –me he mal acostumbrado estos días de viaje…- sonrió azorada atusando el cuello de la camisa de Vílchez –por eso… estaba yo pensando que… sí quieres… pero solo si quieres eh? Que no… hay obligación ninguna, no quiero que te agobies ni nada…- los nervios la hacían divagar –ejem… se me había ocurrido que quizás… querrías… venirte a mi cuarto. Quiero decir… que dejes de compartir tienda y te traslades conmigo…- bailó los ojos. Al fin y al cabo ella estaba en una habitación del centro de interpretación del castillo, el complejo donde su tío tenía el despacho y la radio, un lugar mucho más cómodo, sin tanto mirón y ahorrándose el problema de cuadrar agendas para –si… si quieres…-  afuf… como dolía el puto hombro -solo hay un problema... presentarte a la familia, no se si me entiendes...- terrorífico detalle.
 

Cargando editor
31/03/2015, 03:54
Jorge Vílchez

Menos mal que le había librado de estar acompañando al mando. En la academia se hizo amigo del ordenanza del coronel y su trabajo era un puto asco. Era como ser una secretaria atenta a todo y que encima debía anticiparse a los deseos del oficial. Una niñera de las buenas.

La acompañó y vió que sentía molestias de nuevo en el brazo. Iba a decirle algo sobre eso pero ella habló y él escuchó, parpadeando. Le estaba proponiendo dar un paso muy importante en su relación y no podía mentir: le halagaba. Él era una persona muy particular en lo tocante al compromiso. Creía en el compromiso con una mujer, a diferencia de la gran mayoría de los tíos. De hecho era uno de esos andaluces dispuestos a casarse joven si encontraba a la mujer adecuada. Un arquetipo casi impensable de Despeñaperros hacia arriba.

-Claro que quiero convivir contigo. Estar con esa gente no está mal, pero no me termino de ubicar con ellos. No hay lazos afectivos.

Sonrió, divertido.

-No te preocupes por lo de tu familia. Con paciencia y salivica... ya sabes.

Le dió un pico, risueño. Iba a tener novia formal. Eso le ponía contento, por alguna razón extraña. O no tan extraña. En un mundo que se había ido a la mierda, estar cerca de quien amas es tan importante como sobrevivir.

-Anda, vamos a que te miren eso.

Cargando editor
31/03/2015, 04:07
Director

Al final pisaron el famoso hospital. Lo habían visto de pasada y por las cosas tan extrañas que hubo que traerse para amueblarlo. Menos mal que la estudiante sabía del nombre de varias empresas de suministros médicos, por que irse a un hospital a por esas cosas hubiera sido la leche. Enfrentarse a hordas, lo más seguro.

El "hospital" era un edificio esencial, uno de aquellas casas de tres pisos con un letrero pintado con titanlux en la propia piedra del dintel, con el símbolo internacional del oficio médico. La primera planta era "urgencias". Nada más entrar, a la izquierda, una mesa pequeña con cajoneras tras las que solía estar una de las monjas como recepcionistas. Al otro lado de la puerta, aprovechando el espacio al máximo, los asientos de los que esperaban, con una mesita pequeña que tenía algunas cosas dentro, y encima de ella revistas para leer y esperar. En la zona "general" había una silla de estas de los dentistas, que se usaba para auscultar, justo al lado de la zona "laboratorio" con los armarios llenos de cacharros diversos, desde matraces a centrifugadores.

El resto de la sala la formaban las escaleras que subían a "planta 1" y un box separado por una pared muy fina, lo justo para la profilaxis, que era un "box" para operar, el único que tenían. La gestión del espacio era ultra ingeniosa. En el hueco de las escaleras, estanterías. En el techo, estanterías colgantes, en aquella planta y sobre todo en las de más arriba, que eran mezcla de nave de camas con taburete al lado, baño con ducha para los enfermos y en todas ellas una pequeña zona de diagnóstico donde había alguno de aquellos mastuerzos de cacharro que no cabían en la primera planta. Hasta el último centímetro estaba aprovechado, lo cual daba al lugar un aspecto más de biblioteca que de hospital, que suele ser un espacio diáfano y generalmente desprovisto, salvo por unos cuantos detalles. A la fuerza ahorcan.

De hecho para subir a los enfermos de planta en planta habían ideado un sistema esencial y muy "cachondo". En el hueco de la escalera tenían guardados unos gatos hidráulicos. Éstos se ponían a ambos lados de la escalera, más estrecha que el hueco a propósito, para que la camilla del enfermo quedara en posición horizontal con una de las patas plegadas y apoyadas en un escalón (más grande) y las otras desplegadas. Entonces desde arriba con unas poleas se trincaba la camilla y se subía simplemente tirando de la cuerda con poco esfuerzo y mucho ñiqui-ñiqui. Ascensor 0.1.

Cargando editor
31/03/2015, 04:19
Director

La picoleta entró al hospital. Se fijó en que la Kimber y su abuela, la señora Fulgencia, estaban en el "área de diagnóstico", hablando con la doctora. La señora tenía un algodón de aquellos que te colocaban para sujetarte un pinchazo del brazo y que no sangrara. Como los apósitos ahora eran escasos como el cuerno de unicornio, usaban una sencillla goma de pollo para mantener el algodón en su sitio.

La cara de ambas era de preocupación. No obstante, la monja de recepción rompió el silencio con una pregunta.

-¿En que podemos ayudarla? -preguntó a Mari Cruz.

Cargando editor
31/03/2015, 04:27
Director

Al tema. La merienda, como la llamaba. Buscaron el aseo y se iban a meter allí. Pero aquel pestazo a caca mezclado con salfumán (era hora de fregar sanitarios) amenazaron con noquearles. Más importante fue el hecho de que, cuando todavía estaban en la puerta del baño, entró un cojón de gente vestida a las duchas. Toda la puta plana mayor. Don Faustino, Carrillo, el novio de la Kimber y el puto general. El general en persona, con su uniforme.

Vendrían a enseñarle las duchas, pero les vió en pelotas y con la polla parcialmente tiesa. Parcialmente por que se estaba arrugando por momentos.