Partida Rol por web

Artros

Intentas desenfundar el arma pero el enemigo es más rápido y se levanta a la vez que te lanza un nuevo tajo. El arma te alcanza en un costado. Salta sangre y retrocedes hacia atrás mientras lanzas un tajo circular con la daga que no alcanza al objetivo. El tipo se ríe y se lanza sobre tí pero esta vez con la boca. Sus dientes hacen presa en tu brazo y sientes como se clavan en tu carne. Pero de repente, el tipo libera tu presa y cae hacia atrás derrumbado. Ser Vilem, extrae el arma de la espalda del desdichado y la limpia en las ropas del caído. El tipo está muerto. 

- ¿Estás bien? - te pregunta tendiéndote la mano.

Miras en derredor. La lucha ha terminado. Por doquier hay cuerpo caídos y gente gritando de dolor. Fiala corre hacia una esquina.

Itán 

Corres y doblas una esquina. Dos chiquillos humanos de apenas nueve o diez años, un niño y una niña, huyen de dos atacantes similares al que te atacó. Está claro, que les comen terreno. La niña, se lanza debajo de un carro de cuatro ruedas que hay junto a un muro a tu derecha y se encoje pegada a la pared. El chiquillo sin embargo, opta por correr hacia un árbol que crece en mitad de un huerto a tu izquierda. Uno de los atacantes, se detiene y se agacha buscando a la chiquilla mientras el otro corre tras el muchacho.

Kazurh, Lilith y Morrowir

El enano se lanza como una exhalación contra uno de los malosos, el cual, le ve venir y se dispone a recibirlo con su arma. Pero el enano es más hábil y gira sobre sí mismo para terminar impactándole en el muslo. El tipo cae de rodillas y Kazurh girando al otro lado, le secciona la cabeza, la cual cae rebotando un par de metros más allá.

Morrowir, carga sobre el otro pero no puede evitar que el elfo resulte herido antes de llegar. El desgraciado elfo, se tambalea al límite de sus fuerza. El guerrero, logra impactar un tajo en el torso del enemigo que se gira sorprendido hacia su atacante. En ese momento, el elfo, saca fuerzas de flaqueza y logra clavar una de sus dagas en la axila del atacante y la otra en la parte trasera de la rodilla del maloso. Las pierna de este se dobla y cae al suelo. El elfo, malherido retrocede en pos de la elfa dejando a Morrowir delante del atacante.

Esta pequeña trifulca parece que ha termiado pronto, asi que me dirijo a los elfos rapidamente y señalo a Lilith.

- Encargate de ellos y refugialos en alguna parte que no esten muy a la vista.

Y sin perder un segundo continuo en busca de mas enemigos.

Agarro el costado, pero ni siquiera me da tiempo cuando me muerde el brazo-Pero que mierda... ARGGGGGG!!!!!.

De pronto el tío cae y veo a Sir Vilem- Gracias, os debo la vida señor- Le hago una pequeña reverencia- He estado mejor en otras ocasiones- miro abajo y sonrío. Intento levantarme y cuando lo hago me miro el brazo.

Ah, mierda... Parece que salen de debajo de las piedras...

Empujado tanto por el punzante dolor de mi reciente herida, como por la creencia de que el chico tendrá unos segundos más de vida que la niña, me dirijo hacia el carro en un trote silencioso, con la intención de atacar un punto vital en la espalda del enemigo agachado.

Mmm... Quizá el tendón de aquiles, y luego el cuello o el ojo, casi mejor que el vientre. Con tanta droga encima, nunca se sabe cuánto tiempo tardará su cabeza en percibir el dolor...

Aprovechando la situación de ventaja Morrowir alzó su espada y la dejó caer intentando ensartar a su enemigo.

Itán

Trotando, intentando no hacer ruido te diriges hacia el que está agachado. Llegas a su espalda y le sueltas un espadazo. Por desgracia, el tipo va bien acorazado y tu arma no parece hacer mucha mella. La niña grita e intenta salir por un lado mientras el tipo se gira hacia ti esgrimiendo su hacha.

Kazurh

Sigues corriendo y al doblar una calle, ves una extraña estampa. Un elfo está enfrentado a un enemigo que tiene acorralada a una chiquilla bajo un carromato de cuatro ruedas. El elfo parece herido pero aún así se enfrenta a su enemigo para permitir a la niña huir.

Morrowir y Lilith

Atacas al enemigo caído y le hieres gravemente pero no puedes evitar que él te hiera a tí también de gravedad. Sin embargo un rayo lanzado por la maga, da por fín con el enemigo en tierra. El elfo, se deja caer junto a la elfa que se duele gravemente. 

Artros

Al levantarte sientes que te mareas. Te sientas de nuevo y te miras el brazo. Tiene un aspecto muy feo con la herida amarillenta y apesta. Huele casi como el que te atacó.

- Mi hija, está herida... - oyes el grito desgarrador del sheriff.

Mierd*, jod*r, *stia, p*ta madre ca*rón, pero si vas forrado de arriba a abajo como si fueras un put* caballero acorazado de la guardia del rey en Dénerim, me cag* en mi put* madre, estoy subn*rmal, es la mierd* de herida esta, me tiene atontao, ¿recuerdas el término precisión quirúrgica, Itán, pedazo de imb*cil, ese pequeño detalle que suele decidir entre la vida y la muerte de alguien que se precie de saber cómo matar? Jod*r, y mira qué cara de mala *stia tiene, y qué pedazo de hacha, como me pille me desguaza...

Recordando el pasado combate, intento esquivar su aliento, o al menos, evitar inhalar cuando me vocifere a la cara, y trato de dirigir mis golpes hacia la suya...

Observo una nueva batalla, y una vez ams hay elfos de por medio, algo que no es que me importe especialmente, pero me llama la atencion por alguna extraña razón. Sea como fuere no es momento para dudar, asi que corro en pos de mi enemigo.

El conocimiento ganado con sangre hace unos minutos me hace evitar el supuesto fétido aliento de mi rival, y entonces, repentinamente detenido por un miedo prudencial cuando estoy dispuesto a acuchillarle, recuerdo lo que me pasó en el combate anterior: son rivales sin temor a la muerte o al dolor, tengo que asestar un único golpe incapacitante que, a su vez, evite que mi rival me golpee...

No creo que aguante otro impacto como el de antes... Intentaré leer sus movimientos mientras le esquivo, y cuando menos se lo espere, iré a por un tendón que inmovilice su brazo armado, o si veo algún otro punto de convergencia más ventajoso...

Al mirarme la herida un escalofrío me recorre la espalda. Arrggggg, malditos bicharracos, ¿qué porquería es esta?. Ganas me entran de sacar un cuchillo y rebanarme la herida nada bueno tiene que haber ahí.

Al escuchar al sherif, me acerco para ver qué le ha pasado a su hija.

El maldito se ha percatado de mi precensia, pero llevo demasiada velocidad para parar, asi que mas vale continuar y darle pal pelo.

Itán y Kazurh

El enano llega corriendo y carga sobre el maloso haciéndole una gran herida que sangra en abundancia pero no puede evitar que el maloso, ataque al elfo. Sin embargo, Itán se concentra en defenderse y logra esquivar los peligrosos hachazos del atacante. A pesar del tajo del enano, el maloso se mantiene en pié y agresivo. La chiquilla, chilla y huye de debajo del carro aprovechando la confusión.

Artros

Llegas junto al sheriff y el corrillo que se está formando. El anciano sheriff está sentado en el suelo y sostiene la cabeza de su hija con ternura. La muchacha está muy pálida y con los ojos cerrados. Tiene un feo corte sangrante en uno de sus brazos. La sangre mana despacio y amarillenta a pesar de los esfuerzos del sheriff de contener la hemorragia.

De repente, te mareas y apunto estás de caer al suelo; pero por suerte, Ser Vilem, te sujeta del brazo.

- ¿Estás bien? Tienes mal aspecto... te noto como... amarillento... 

La verdad es que te sientes mal y parece como si tuvieses fiebre. Tu corazón late muy deprisa y sudas abundantemente además de ese olor nauseabundo que desprende tu herida.

- ¡Muereeeeeeee!

Lanzo otro ataque con fuerza esperando terminar de decapitarlo de una vez.

Morrowir estaba empezando a marearse, la sangre manaba de su brazo y la anemia comenzaba a hacer notar sus efectos, sin embargo aún había enemigos en pie, lo cual le empujaba fervientemente a luchar, esos malnacidos no podían quedar con vida.

Con decisión cargó contra uno de los individuos de manera poco resultar espectacular pero efectiva.

 Detrás de mi.- recuperando la consciencia después de un largo momento de estupor entre tanto horror, se hace cargo de cubrir a los elfos heridos a su espalda (protegiéndolos con su frágil cuerpo si fuera necesario), pero al mismo tiempo no desea dejar sólos a sus compañeros ni excluírse del combate, por lo que vuelve a realizar cuatro pases mágicos.

Me mareo y viéndo cómo está la hija del sheriff, comienzo a sospechar que nos han envenedado.

No, no me encuentro bien- le digo a Ser Vilem- un médico, ¿no hay ningún sanador aquí?.