Partida Rol por web

Mientras nos dirigíamos al yunque roto, Mercy señaló sus reparos en cuanto a los nuevos.

-Pues... no lo había pensado -le comenté en voz baja para que sólo ella me escuchase- No sabía que eras tan desconfiada, pero no está de más ser precabidos.

Al llegar al yunque roto, nos encontramos con nuestra jefa en un estado lamentable. Toda la situación era muy extraña. Incluso había despedido a la posadera.

-Mi señora... ¿Qué pasó?¿Acaso está usando un disfraz?Un momento... ¿Por qué no lleva puesto el anillo de la casa Canith?

Su respuesta me dejó aún más preocupado. Era evidente que estaba en peligro. Si sólo hubieramos reaccionado un segundo antes ella estaría viva y podría habernos explicado. Pero el destino quiso que la perdiéramos esa noche. El enemigo irrumpió y ella fue la primera en caer.

-¡Lady Elaydren!

Mi distracción me costó cara. Uno de esos kobolds me disparó con la infame honda.

-¡Auch! Me las pagarás -increpé a mi agresor- Tú y tu ridículo sombrero

Afortunadamente, conseguí esquivar el segundo disparo.

Esto parece estar volviéndose personal...

Mercy tiene razón. He pecado de ingenua al contarles lo sucedido a los recién llegados. No los conocemos, y, como ha mencionado, bien podrían ser agentes del enemigo. Al menos había omitido varios detalles de importancia. Además, de ser realmente infiltrados, seguramente sabrían algo de lo sucedido. Con la duda pululando por mi mente, llegamos a la posada.

No hay tiempo ni para cortesías. Apenas entramos, un grupo de cuatro kolbolds, junto con un forjado nos tratan de emboscar, hiriendo a Mercy y Qualion. Los números coinciden, sin duda deben ser los mismo que atacaron la mensajería. Nos han ahorrado el perseguirles. 

Consigo parar la flecha con el escudo, más por los pelos de lo que me habría gustado. Mi vista de centra en el forjado. Sin duda, el cabecilla del grupo. Acabar con él sería un buen primer paso. Sin embargo, los kobolds están en medio. Y para empeorar las cosas, quien tratar de acercarse tendría que pasar primero por ese embudo que hace la puerta. -Tenemos que atraerlos al interior. Buscar cobertura y una posición de ventaja- Además de proteger, en este caso a la "reina". Así, cambio de sitio para ponerme fuera del alcance de las flechas. 

Al llegar a la taberna Khala pudo ver a la señora que les había contratado, parecía asustada como un conejo ante el lobo, por los comentarios y el anillo era alguien de la casa Cannith, esos que construían y arreglaban cosas por todos lados, así que era un noble pija de esas, pero no estaba arreglada, en eso andaba pensando cuando aparecierón Kobolbs con ganas de gresca!

Dio un paso hacia delante y disparó dos flechas en sucesión hacia uno de los kobolds, las flechas se le quedaron clavadas como a un tocón.

- Largaros de aquí!

Kyra fue a un lateral de la taberna, para que no pudieran atacarla desde la puerta, mientras tanto Khala dio un paso hacia delante y sacó su arco apuntando a uno de los kóbolds recién llegados. Dispara hacia uno de los kóbolds atravesándolo y acabando son su vida, vuelve a coger otra flecha y dispara al kóbold que estaba detrás de éste atravesándole un ojo, el kóbold del sombrero de piel de jabalí cae al suelo muerto.

El kóbold del arco corto se adentra en la sala común y dispara hacia Kyra, solo le roza en el hombro al estar escondida y que el kóbold no tuviera un disparo limpio.

El forjado disparó hacia la mesa donde se encontraba Elaydren escondida, pero todos vosotros estáis en medio como escudos humanos, el virote de la ballesta impacta en el brazo de Umber, que si bien no le hace demasiado daño si hace que el brazo donde lleva el escudo comience a pesarle por la herida.

Siento la herida y el escudo se me cae al suelo con estrépito.

¡-Maldito montón de chatarra...!-Mascullo mientras miro con asco al forjado.

Sin pararme a recoger mi escudo, me lanzo espada en mano a por el kobold que hay frente a mí.

La súbita aparición de los agentes del Señor de los Filos, impide que pueda conversar con nuestra Patrona.

El rápido movimiento de Lady Elaydren, volcando la mesa, hace que el morral caiga al suelo y mientras me inclino a recogerlo recibo un fuerte impacto en la cara. El golpe me aturde ligeramente, y hace que las lágrimas broten, mientras el dolor recorre todo mi rostro por la nariz fracturada.

A pesar de ello, trato de recomponerme y recojo el morral para asegurarme de que nadie le pone las manos encima y echa a correr. Es hora de canalizar todo ese dolor, transformandolo en una ráfaga de odio puro que borre de la faz de Sharn a aquellos necios que osan alzar armas contra nosotros.

Había varios kobolds, pero si conseguíamos derribar a su cabecilla, éstos pondrían pies en polvorosa. Lancé la ráfaga de muerte sobre el forjado...

Al poco tiempo de comenzar la batalla, me di cuenta de que Elaydren no había sido derribada, sino que se había escondido bajo la mesa. Eso era algo, pero aún teníamos que acabar con esos sujetos.

-Tal vez si intentamos flanquearlos -dije mientras me colocaba al lado de Kyra, aprovechando que Mercy ya había elegido el lado opuesto- Entonces tendrán que entrar para poder pelear.

Entonces saqué uno de mis pergaminos y comencé a recitar la escritura mágica. Copos de nieve comenzaron a revolotear alrededor del papel y un rayo blanco azulado salió de él en dirección al kobold que había atacado a Umber

En medio de todo aquel caos generado en un santiamén, Pailys se mueve rápidamente con intención de intentar interponerse entre la mesa con la que estaba protegiéndose aquella muchacha con la cara cubierta de suciedad, y los kóbolds. Asía su escudo deslizando su mano izquierda por las enarmas del mismo.

Al colocarse a la altura de Umber, mueve su pierna derecha hacia atrás, y adelanta la izquierda, preparándose para intentar interceptar algún proyectil; con su mano libre desenvaina su espada.

Qualion se mueve hasta colocarse al lado de Kyra, en ese momento saca un pergamino que tiene en la mochila y comienza a leerlo, pero el jaleo que hay en la taberna hace que no pueda concentrarse y no le salga el hechizo.

Mercy repara en que el morral está en el suelo y se apresura a cogerlo antes de que lo haga alguien más, el morral parece estar vacío, pues no pesa nada. Mercy dejando a un lado el morral y concentrándose en la batalla lanza una explosión sobrenatural sobre el forjada, el rayo de energía le golpea de lleno, lo hiere aunque no lo suficiente para matarlo.

-Necesitarás algo más para acabar conmigo sucia carne -dice el forjado

Umber ignora su escudo que yace en el suelo para lanzarse contra el kobold más cercano, pero las prisas nunca fueron buenas y su sed de sangre hicieron que diese un mal tajo que fue fácil de esquivar para el kobold.

Paylis saca su espada y su escudo y protege la mesa que queda en su espalda de cualquier proyectil que vaya en esa dirección.

Uno de los kobols que quedan se acerca a la muralla humana que hay, pero en vez de atacarlos a ellos, se gira para atacar con su honda a Qualion, la piedra pasa rozandole el hombro, apenas le hace daño.

De repente una bruma se comienza a crear donde está el forjado, impidiendoos verlo, pero con toda seguridad el tampoco puede veros a vosotros

Khala dispara a los kobols que han entrado para librarse de ellos, hoy esta inspirada y las flechas vuelan cortando el aire. Pero puede que esas insidiosas criaturas le den.

Khala saca dos flechas, las pone en su arco y con gran rapidez ambas flechas salen volando, cada una va hacia un kobold, ambas impactan en la cabeza de su correspondiente kobold matándolo al instante. Solo quedaba una amenaza, el forjado

Al haber caido todos los Kobolds Pailys se llena de alergía por ya quedar casi nada de ese pequeño grupo.

Sin bajar un ápice su guardia, se dirige hacia la capa de niebla sin llegarse a internar en ella

¿TE VAS A ESCONDER TRAS UNA SIMPLE CAPA DE HUMO, VILLANO? ¡SAL Y LUCHA!

La niebla ocultaba a nuestro oponente. No tenía medios mágicos para disiparla, pero podía tratar de bordear el problema a base de pensamiento lateral. Traté de sentir la magia fluir, notarla a mi alrededor... localizar cuantas fuentes fuera posible... Mi intención era no solo la de tratar de localizar al forjado, sino cualquier posible salida que escapara a la simple vista.

"¿Está bien, Milady?. ¿Alguna herida?" -inquerí con genuina preocupación. "¿Conoce alguna salida alternativa de la taberna? ¿Por cocinas, quizás...?"

-¡Cobarde!¡No te escondas! -dije al ver que el enemigo se había ocultado tras una niebla, que no podía estar allí por mera casualidad