Partida Rol por web

Solo con palabras termina nuestro altercado con Rorsa, se había evitado el derramamiento de sangre. Pero no todo eran buenas noticias, con sus palabras de despedida nos avisa que tenemos mas compañía. De entre las brumas de las tierras enlutadas nueve enemigos nos rodean. - Joder, de la sartén a las brasas. Embrazo el escudo y me coloco preparado para la batalla, son las palabras de un enemigo que no se muestra la que nos ofrece nuestras escasas opciones, entregar el esquema o morir defendiéndolo. 

Es Alhandra la que decide por nosotros, sacando el esquema y entregándoselo a los no muertos que conforman el grupo que nos amenaza. - Sea pues, tenéis lo que habéis venido a buscar. Aquí, ya no se nos ha perdido nada.

- Obráis con inteligencia...- La voz cavernosa del vampiro os llega fría y profunda.- Dejad ahora el esquema en el suelo para que uno de mis sirvientes lo recoja.

Alhandra recoge el esquema y, separándose del círculo de seguridad que forman el resto de vosotros, lo deposita con cuidado en el suelo. A pocos pasos de ella un esqueleto permanece impasible. Su descarnada calavera carece de toda expresión humana. Tan sólo una profunda maldad puede intuirse en ese rostro blanquecino.

Cuando la Cannith se retira el esqueleto se mueve con tal rapidez que no podéis evitar poneros en guardia y alzar vuestras armas. Sin embargo no sobrepasa la altura del esquema el cual lo recoge del suelo con una agresividad total. Con la misma energía y un caminar artificial se da media vuelta y desaparece entre las sombras un poco más al sur de vuestra posición. Al poco regresa y escucháis de nuevo la voz del vampiro...

-¡Si!- exclama con ansia-. Una sabia decisión. Contáis con la gratitud de Garrow y la Orden.

La mujer extraña que estaba a vuestra derecha se retira en dirección a la sombra. Los cuatro soldados de la garra y los cuatro esqueletos permanecen alrededor de vosotros.

Escucháis un ruido de galope y de repente llega la última palabra del vampiro; más fría y terrible por su significado que por la maldad con las que las pronuncia.

-¡Matadlos! 

A pesar de haber entregado el esquema, los soldados se quedana a entablar combate. Hubiera sido extraño algo diferente. Desde un inicio estaba claro que tendríamos que pelear, pero gracias a haber entregado el esquema, el vampiro, más peligroso que el resto, salió al galope y no tendremos que enfrentarnos a él.

Saqué la espada y me dispuse al combate.

Como era previsible el vampiro no nos iba a dejar vivos pudiendo llevarse todo, toca pelear y mas vale que seamos hábiles o no saldremos de aquí con vida.

No puedo decir que me sorprenda que nuestro traicionero atacante haya decidido enviar sus fuerzas contra nosotros a pesar de haber accedido a sus demandas. Lo que sí reconozco es que la situación me preocupa. Parte de sus efectivos se van con él y eso alivia en cierta medida la presión sobre nosotros, pero seguimos estando en una tesitura más que complicada.

Si Rorsa y su manada no hubieran huido cobardemente... Hubieran sido unos efectivos de lo más valioso en estos momentos.

El mayor problema del inesperado ataque es que yo funciono muy bien cuando tengo ocasión de elaborar un plan consistente pero mis infusiones resultan muy poco ágiles a la hora de afrontar imprevistos. Es como una versión todavía peor de lo que sucedió en el viaje marítimo, así que no me queda más remedio que tirar de nuestros preciados recursos para tratar de equilibrar una situación que juega claramente en nuestra contra.

Rebusco en la mochila de Elaydren los tres viales de agua mágica y le entrego a Failin y a Shanna uno a cada uno, mientras que yo me quedo con el tercero.

—¡Arrojad los viales a los no-muertos! —indico a mis compañeros— El resto, acabad primero con los tiradores.

Les habíamos entregado el esquema, y con eso todo debía haber acabado, pero no fué así. A una voz de su líder, los esqueletos y los tiradores cierran el cerco sobre nuestra posición, no quieren dejar cabos sueltos. Tendríamos que matar y rematar para salir de este entuerto.

- Nada, que ya no te puedes fiar de los asaltantes. Sujeto bien la espada y cargo contra uno de los tiradores, como bien nos ha recomendado Alhandra. - Voy a sacar el precio de ese esquema de vuestras entrañas.

Una vez iniciado el combate me dejo guiar por mis instintos más primarios y libero mi rabia interior mientras cargo hacia el rival más cercano acompañada por Sombragris.

Hay que acabar con este rival rápido para ir a por el siguiente antes de que dañen a los demás, pienso en el último momento antes de centrarme sólo en la espada y el rival que tengo enfrente mientras el frenesí del combate me embarga.

¡Pero... será rastrero! ¡Habían hecho un trato! ¡Un trato! Debió suponerlo: no cabía esperar honor de un vampiro. ¡Y lo peor no era eso, sino que había oído cómo el mensajero partía al galope! Al menos tenían un nombre: Garrow, perteneciente a una Orden. ¡Pero ya habría tiempo de indagar quién demonios les había quitado el esquema! Ahora tenían un puñado de esqueletos y varios tiradores cercandolos. Estaban en serios problemas. ¿¡Qué hacer!?

"¿Lo-los viales?" ¡¿Pero cuál?! ¿¡El de ácido y fuego o el de agua bendita!? B-bueno, eran no-muertos ¿no? ¡El de agua bendita debía ser!

Decidido a vengarse por la traición Raith se lanza gritando contra uno de los soldados. Sorprendido el soldado de la garra esmeralda no puede evitar que su ballesta vuele de sus manos hecha astillas cuando la espada de Raith se la arranca de las manos. El golpe ha sido tan contundente que el filo ha hecho un corte en ambas piernas.

Shana arroja uno de los viales que le ha entregado Alhandra contra el esqueleto que ya avanzaba contra ella. El no-muerto estalla en llamas cuando el líquido inflamable lo engulle por completo. Sus quebradizos huesos estallan por el intenso calor. Failin, al ver la determinación de la princesa arroja él mismo otro frasco contra otro de los esqueletos. Su disparo , no obstante, queda corto y la llamarada tan sólo ennegrece parte de los huesos del no-muerto.

Khala ve a uno de los esqueletos  moverse rápidamente hacia ella y decide adelantarse. A la carrera prepara su arma y golpea con su espada en la base del cráneo despellejado de la criatura. Su calavera sale dando giros en el aire mientras el resto del cuerpo lanza estocadas sin sentido hasta que se desmorona en el suelo.

Cerca de ella Alhandra intenta enmendar el error en el tiro de Failin. Arroja otro  de los frascos al mismo esqueleto pero el disparo esta vez se pasa de largo. Las llamas vuelven a acariciar los huesos del no-muerto sin destruirlo a pesar de que el fuego ha prendido sus escasas ropas.

Edirel se acerca a la princesa para darle protección. No en vano han contratado sus servicios para defenderla y piensa hacer honor a su nombre. El estoque de Edirel pasa limpiamente entre las costillas del no-muerto. El esqueleto parece sonreír cuando golpea con su cimitarra. Un terrible tajo aparece en el rostro del espadachín cortando su nariz y labios hasta el hueso...la sangre cae a chorros a sus pies.

Teméis que Failin corra la misma suerte pero consigue esquivar la cimitarra del esqueleto parcialmente chamuscado. Threkor también consigue esquivar una flecha. Pero suerte parece correr Raith. El soldado sin ballesta extrae un mangual al mismo tiempo que uno de sus compañeros lanza su propia ballesta para cargar contra el guerrero. Raith se defiende como puede de la lluvia de golpes pero no consigue que dos de ellos le golpeen en la mandíbula y en una rodilla. El habitual sabor metálico de la sangre acude a la boca de Raith una vez más.

El que está situado más hacia el oeste apunta con su ballesta a la cannith y dispara una saeta. Pasa justo encima de la cabeza de Alhandra puesto que el guerrero buscaba la cabeza para matarla cuanto antes... rabioso por su fallo extrae su mangual y se dirige a la cannith...

-¡Zorra!

Elegí a aquel que estaba más cerca a mi. No tenía tiempo de llegar al lado de Raith para ayudarle, así  que dejé que Shana y Alhandra que estaban más cerca se ocuparan.

A pesar de que los dos enemigos más importantes habían huido, nos superaban en número así que debíamos ser precisos y contundentes en nuestros ataques.
 

La diferencia numérica no resulta tan significativa como nuestra incompetencia a la hora de combatir. Maldigo mi mala puntería al ver que he desperdiciado uno de los viales de agua bendita del mismo modo que ha hecho Failin. Menos mal que Shanna ha conseguido acertarle de lleno.

Las pociones curativas deberían resultar tan dañinas para los muertos vivientes como el agua bendita pero me resisto a malgastar tan preciados recursos a pesar de que la situación promete ser complicada.

Hay un ballestero disparándome y ciertamente temo por mi vida, pero temo más por la de Failin, que es el único capaz de sacarnos de este territorio de pesadilla. Así pues, me lanzo en su ayuda contra el no-muerto que le acosa en estos momentos. Armada con mi maza, golpeo con saña a mi esquelético oponente confiando en poder reducir a astillas su cuerpo reanimado.

Los primeros momentos nos son propicios pues conseguimos destruir muertos vivientes sin perder efectivos nosotros, pero las tornas pueden cambiar rápido y tenemos que seguir presionando.

Khala carga hacia el que amenaza a Alhandra de ese lado sólo están la Cannith y Failin que no son luchadores y no aguantarían mucho, le dará una preocupación mayor.

- Yo soy tu enemigo cobarde!

No esperaba que estos mercenarios respondieran tan bien a mi ataque, sus golpe me dejaría una fea marca en la cara ... no es que fuera una belleza, pero no me gustaba que me aporrearan la cabeza.

- Deberíais haberos ido. Levanto el Tangat sobre mi cabeza y lo dejo caer sobre el mercenario que ya había probado mi filo. - Hubiese sido mas fácil para todos.

Mi golpe no es ni por asomo bueno y en cualquier momento podrían rodearme cosa que sería un desastre, retrocedo para ponerme mas cerca de Failin.

Raith sale de la lluvia de golpes dando un ágil paso hacia atrás al tiempo que lanza una estocada que se pierde en el aire. Choca con Failin el cual tiene la cara desencajada. El mal de las Tierras Enlutadas y los días de penuria parecen haber desatado su ira interior.

-¡Vamos, vamos!- reta a uno de los soldados de la garra que han golpeado a Raith. Mantiene su daga en posición de ataque frente a su cuerpo.

Khala ve a uno de los soldados moviéndose a su izquierda. Se desliza hacia él en rápida carrera y le golpea con fuerza. El soldado ,sorprendido por este ataque, tan sólo puede intentar detener el golpe con el mangual. Varios de sus dedos saltan por el aire cortados en el encontronazo de las armas. Tal es la sorpresa que el soldado se desequilibra retrocediendo de aquella mujer.

Threkor avanza con paso decidido hacia otro de los soldados. Su forma de caminar parece descuidada, llena de confianza. El sectario de la garra , confiado, intenta descargar un golpe con todas sus fuerzas. Pero el exceso de potencia va acompañado de lentitud. Justo lo que esperaba el elfo quien con un rápido movimiento se acuclilla y apuñala con los primero veinte centímetros de su espada el estómago de su enemigo.  Pero Threkor no ha acabado aún. Al mismo tiempo que se levanta gira con todo el cuerpo convirtiendo a su brazo y espada en un veloz látigo. Esta vez son suficientes tres centímetros de su hoja para realizar un preciso corte en el cuello...Una cortina de sangre espesa y humeante caen por el pecho del soldado de la garra esmeralda justo antes de desplomarse.

Alhandra ve peligrar el flanco de Failin. El esqueleto chamuscado se dirige hacia él con su sonrisa macabra dibujada en la calavera. Un certero golpe de su maza es suficiente para quebrar gran parte de sus costillas y, a medida que el golpe desciende, su pelvis. El no muerto cae al suelo al perder su equilibrio óseo. Un polvo blanco se deposita en el rostro y en el pelo de la cannith.

Edirel, terriblemente asustado y cegado por la sangre, no consigue dañar al no-muerto. Su estoque atraviesa ahora una de sus cuencas oculares sin causarle ningún daño. El esqueleto aprovecha para acercarse más al espadachín sin importarle que el fino estoque recorra su calavera hasta tocar contra la pared interior del cráneo. Apuñala el estómago de Edirel con saña y retuerce la hoja en su interior. La sangre del espadachín baña el suelo a sus pies...

Las cosas no están mejor para Raith. Los dos soldados de la Garra parecen no estar dispuestos a dejar que el guerrero se escape de su intento de flanquearle. Le siguen en su desplazamiento al tiempo que lanzan certeros mazazos contra él. Uno de los manguales impacta contra su costado. La armadura se hunde rompiendo varias costillas y yendo más allá. El otro golpe le impacta directamente en la parte alta del yelmo. Algunos de sus dientes se quiebran y su cráneo cruje terroríficamente. La sangre cae ahora, espesa y caliente, por el interior de su yelmo y por el exterior de su placa pectoral.

-¡Yaaaaaaa!

Failin, al ver cómo golpean a Raith, se lanza gritando contra uno de ellos. Pero su corta daga no encuentra el hueco entre los contundentes y violentos movimientos de aquel soldado de la Garra.  

Aunque entre unos y otros hemos acabado con la mitad de las fuerzas enemigas sin que se produzcan bajas en nuestro bando, parece que esa situación no vamos a poder mantenerla mucho tiempo. Edirél está en apuros y, lo que a mí me preocupa más, mi amigo Raith también lo está.

No dudo en usar mi magia para reforzar sus defensas con la esperanza de que consiga aguantar con vida hasta el final del combate.

Shanna y Edirel están en peligro, de echo puede que Edirel no salga de esta, dado que el soldado puede que se lo piense para atacarnos, retrocedo con precaución y me lanzo a por el esqueleto que les amenaza, de paso me quedare cerca de Raith para darle apoyo, con eso deberíamos controlar el centro y poder seguir presionando.

- Aguantad! Shanna una poción para Edirel rápido!

Un golpe tras otro lanzan los asaltantes sobre mi, aunque intento interponer tanto el escudo como el tangat para desviar sus golpes estos llegan certeros sobre mi. Un golpe de mangual contra mis costillas, hace que un sabor metálico suba hasta mi boca. El dolor y el cansancio hace que se haga mas difícil a cada momento seguir los movimientos a mis contrincantes, muestro los dientes ahora marcados por la sangre y lanzo una estocada, hoy no moriría sin luchar.

- Venid por vuestra porción de gloria bastardos. 

Failin se coloca a mi lado para combatir, nunca lo hubiese pensado del carretero, no sabría cuanto duraría su bravata y temía que mis compañeros pagaran por ello. Entonces, un ligero brillo aparece recorriendo mi armadura, debía saber que Alhandra no me abandonaría en este momento de necesidad. 

Raith se revuelve. Incapaz de detener los golpes decide pasar a la ofensiva. No ha llegado hasta aquí tras todo este tiempo como para dejarse asesinar por aquella banda. Lanza su tangat con más fuerza y valor que precisión. Por suerte la fuerza bruta no siempre es inútil si procede de un corazón noble. El extremo de su tangat impacta contra la axila del soldado que se encuentra a su derecha seccionando piel y vasos sanguíneos. Una palidez extrema acude al rostro del soldado y sus piernas flaquean. Failin ve su oportunidad e intenta ganar la espalda de soldado herido pero este aún tiene fuerzas suficientes como para impedir que la daga del carretero acierte en su costado.

Raith siente como alguien posa su mano en su espalda. Es Alhandra. El guerrero casi puede sentir el esfuerzo de concentración de la cannith y sabe que está ayudándole con alguna de sus artes de artífice. Alhandra modifica la estructura de la armadura de Raith confiriéndole mayor protección. Sin embargo, no necesita ser una artífice para percibir el temblor del enorme cuerpo del guerrero tras el castigo recibido.

Una poderosa vibración llega hasta Alhandra a través del corpachón de Raith. Ha sido un nuevo golpe sólo que en esta ocasión ha podido sentir la violencia del impacto. Consternada siente, y luego ve, como Raith cae de rodillas delante de ella cuando aún ni siquiera había retirado su mano... 

El otro soldado que asediaba a Raith , al ver caer al guerrero, golpea con fuerza a Failin. Su mangual impacta contra el hombro del carretero emitiendo un sonoro y doloroso "¡crack!". Failin palidece del tremendo golpe. 

Un grito anuncia la carga de Khala contra el esqueleto que intenta masacrar a Edirel. Su espada doble golpea uno de los brazos del no-muerto convirtiéndolo en una nube de restos óseos y de calcio reseco. El esqueleto gira su cara hacia ella, con la cuenca ocular aún ensartada, y abre su mandíbula emitiendo un siseo que le hiela el corazón a todos aquellos que pueden escucharlo. 

Edirel no consigue extraer su estoque del cráneo podrido del esqueleto. Es un error que el no-muerto aprovecha de forma cruel para hundir y retorcer su gruesa cimitarra en el estómago del espadachín. Edirel ni tan siquiera emite un gemido...cae de rodillas resbalando su cuerpo del ensangrentado arma del esqueleto.

Contemplando la brutal escena el elfo, Threkor, se dispone a ayudar a sus compañeros. Tal vez sea por eso que no ve llegar a uno de los soldado que carga contra él golpeándole en la cadera con el mangual. Por un momeneto el elfo cree que le ha roto la espalda pero tras recular un par de pasos sabe que aún podrá acabar con el bastardo aquel...

-¡Raith!¡Edirel!

El grito roto de Shana llega hasta todos vosotros con claridad. Las lágrimas recorren las mejillas de Shana al ver a sus compañeros cayendo con los ojos en blanco entre charcos de sangre. Por un momneto no comprendéis que hace allí aquella que dice ser princesa. La veis con su vestido roto y sucio, fiel reflejo del sufrimiento que habéis padecido durante este tiempo, y no sabéis que hace allí. Contemplarla así os llena de tristeza porque , en el fondo, tampoco sabéis que hacéis vosotros en ese lugar intentando luchar para no ser asesinados. Todo esto..¿ha servido para algo? 

 Entonces la veis. Shana se remanga su vestido y corre como una suicida hacia Raith. Sin duda el soldado de la garra la ve venir y de ahí que sonría con una mueca al ver el apetitoso bocado que va a caer en sus manos. Pero la princesa se detiene junto a Raith, aún de rodillas. El rostro del soldado deja de sonreír y cambia  a la sorpresa al ver la poción que la princesa empieza a vertir en los labios del guerrero...