Partida Rol por web

Assim salió a ver que pasaba ¿que podía querer la Decarquia con su expedición? Miró las velas y pensó las opciones que tenia, no eran muchas y ninguna válida. No poseía el poder para manipular el viento, pero disponía de un don interesante.

—Puedo llevarnos a un grupo hasta la caldera y sacarnos de ahí —sugirió. —Solo si se acercan con malas intensiones claro.

Esperaba no tener que combatir tan temprano en la expedición, pero llegados a esa situación.

Dio parece temerle a la Decarquía, verlo así es un regalo de los espíritus que no tiene desperdicio, aunque su temor parece fundado. Acaso entre los invasores hay unos peores que otros o todos buscan dominarnos a su manera? Lo cierto es que la Compañía Azul me resulta más agradable... sacando a Dio y a Reik. 

Algo de todo eso me parece gracioso, Vivianne era de la Decarquía y le han contado todos los planes de la Compañia, su objetivo, su destino, para luego dejara ir como si nada. Por qué les sorprende que la Diablo Durmiente nos siga si ya deben saber todo sobre esta misión? Dio es tan ingenuo que si no lo odiase me daría ternura.

Me voy con Zagran a un camarote, desde ahí se escuchan gritos que se pierden entre las paredes de madera, algo acerca del viento primero y de un rumbo después, nada relevante seguramente.

Los Arcanistas propusieron sus ideas ante la atenta mirada de la tripulación y su capitán que los observó con un semblante pensativo.

Los crujidos de las jarcias fueron durante un instante el único sonido a bordo.

¡Capitán! ¡La Diablo inicia rumbo de intercepción! ¡La bandera de la Decarquía ondea a sotavento! alertó el vigía con tono temeroso.

A lo lejos, una columna de humo negro comenzaba a surgir de las tres imponentes chimeneas y el contorno borroso del casco negro del navío se hizo más definido. En la lejanía del puerto, el segador parecía girar para tener a tiro con sus bombardas a la embarcación rebelde mientras el zafiro ya se encontraba en rumbo de intercepción.

¡Hombres! ¡Preparad la armas! ¡Todos a sus puestos de combate! bramó el primer oficial Leto al ver el semblante sombrío de su capitán. Sin embargo Dio le detuvo agarrándole el antebrazo.

Señores, ignoren esa orden. Los arcanistas prepararán sus artes de combate... ¡El resto a sus puestos y listos para pasar por la Sombra de Ulquos! ¡Arriad las velas! ¡Timonel! ¡Todo a estribor! ¡Si quieren jugar, nosotros elegiremos el tablero! ordenó con el desafío destellando en su voz con la fuerza de un alfange.

Al acercarte a la cubierta para ver un poco mejor, ya acostumbrado a la claridad observas que el segador encadenado, esa imponente nave que seguramente sea la más grande del puerto, está haciendo señas usando el lenguaje de banderas. Sin embargo, no eres capaz de ver bien cual es el mensaje.

Al acercarte hacia la popa para ver mejor la situación observas que el Segador Encadenado, ese enorme galeón de aspecto infame, está usando lenguaje de banderas en vuestra dirección. Entornando los ojos, descifras el sencillo mensaje.

El ... Navegación Prohibida

Voy en su auxilio

Maniobren a Babor.

Parecía que intentaban decirnos algo desde la nave que nos perseguía, pero era incapaz de descifrar esos movimientos de banderas arriba y abajo

¿A que mente se le ha ocurrido algo así?

Me giré hacia la tripulación e intenté hacer me oir por encima del ruido de los hombres yendo de arriba para abajo.

¡¡¡¡¡Capitán Dio!!!!! En la embarcación que nos persiguen hay un marinero haciendo señales con banderas. Supongo que vosotros entenderéis qué intenta decirnos.

Señalé en dirección donde estaba la "Segador Encadenado"

Escuché al compañero arcanista mencionar las señales del hombre y me acerqué a borda para poder divisarle, capaz pudiera comprender el mensaje. Alcé una mano sobre mi frente buscando al curioso individuo y sus señas - ¿Dónde marinero? - Dije sin saber sí con el ruido de abordo sería capaz de escucharme. 

Me asomó para fijarme en el panorama de lo que nos espera y consigo vislumbrar el mensaje mientras dejo que la tripulación se encargue de su trabajo.

Sin embargo llegan las ordenes del capitán y suspiro y le corto el paso con mi lanza sin apuntarle ni amenazarle. Simplemente delante para que pare de andar.

- No voy a entrar en discusión de como tiene que dirigir a sus hombres, como intenté dejar claro en su camarote. Usted dirige a sus hombres para ir a donde yo le digo y todos felices.- comento rápidamente, a la vez que Traek grita lo del mensaje.- Pero como acaban de gritar el Segador Encadenado se está comunicando con nosotros. El mensaje es algo así como: "El navegación prohibida.Voy en su auxilio.Maniobren a babor".- una vez aclarado eso retiro mi arma.- ¿Aún con esa información prefiere ir a estribor? Si es así adelante...

Assim había escuchado todo el asunto y todavía no sabía si estar listo para un combate o para un rescate. Con todo eso mente, tampoco quería combatir con personas.

Se limitó a apartarse, dejando que los que entendían esas señales de banderas decidieran si debían hundir o no el otro barco.

El camarote resulta ser un lugar bastante íntimo ahora que estoy sola con Zagran. Es blando, habla con demasiada amabilidad, en las islas no va a durar mucho si sigue así, pero yo voy a durar menos en este barco si continúo de este modo, tal vez no esté tan errado.

- Te sigo - lo miro con el rostro mas relajado, no es lo mismo tener un arma apuntandome a la cabeza que escuchar palabras suaves, por más empalagosas que me parezcan - Pero no veo el punto a dónde quieres llegar -

- Mira, tienes razón, fui una estúpida al creer que este insensato sería un buen Capitán. El viejo me advirtió que Reik no era ningún tonto y debí darme cuenta que si al Secretario no le caía bien Dio era por algo. Pero lo bueno es que cuando vuelva al muelle podré alcanzarlos con otra embarcación más decente - si es que la Compañía aún sigue interesada en tener una Augur a bordo. 

-Dudo que vayamos a poder cambiar de embarcación- dijo el mercenario meneando levemente la cabeza -A lo que voy... que tenemos que comenzar a hacer alianzas entre nosotros, o quienes las hagan antes caerán sobre los lobos solitarios- se acercó un poco más a la joven.

-No sé específicamente qué te trae a esta misión, excepto el diario que parece que a más de uno le generó curiosidad- hizo un gesto con su rostro que daba a entender que ella era una de esas personas -Y no voy a negar que a mí también- se encogió de hombros -Pero sé que no tengo algo en contra de los Medh, y que están recibiendo la peor parte. Sé que en ti puedo tener un punto de apoyo, porque no tendremos intenciones contrarias, pero para realmente sentir confianza, tendrás que tener más cuidado con tus reacciones. De nuevo, aquí no se le tienen tanta estima a los nativos-

Estar en el camarote a solas con la bella muchacha, con la adrenalina de un combate en ciernes... se podía decir que Zagrán bien podría demorarse un poco más en salir de allí.

Lo miro fijamente, tiene razón, jamás me darán otra embarcación sólo para mi, hacerlo supondría una fortuna en gastos y la Compañía se dedica a ganar dinero, no a perderlo. Eso complica un poco las cosas.

Podría mandar al diablo a Dio, a Reik y al anciano, ni ellos ni yo hemos perdido nada, el espejo no cuenta porque es el costo de la humillación que sufrí. Pero Zagran vuelve a estar en lo cierto, el diario no puede quedar en sus manos. Empiezo a mirar al arcanista con un poco de interés.

- Confianza? De qué me sirve tu confianza? Y qué me importa lo que piensen de los nativos los tripulantes de este apestoso barco? - respondo con sequedad. Cómo sé que sus intereses no van en contra de los míos, ni siquiera conoce lo que me propongo hacer! Todo me suena a habladurías y palabras dulces como las de Reik, eso me empalaga y me da náuseas.

Pero le concedo que ha hablado con sabiduría, ha sido amable y encima asegura no tener nada contra los nativos, ningún otro extranjero hizo algo similar. Tal vez por eso hago una excepción y estiro mis dos manos para tomar entre ellas la suya - Mira, valoro lo que haces, aunque tal vez debas elegir mejor a quien te acercas, en este barco está mal visto tratarme bien - le sonrío luego, con complicidad. 

La tensión en sus sonrisa se hizo más pronunciada al escuchar las palabras de la arcanista.

¡Recibido señor Traek! ¡Le recomiendo que se agarre a un cabo si tiene mal equilibrio! respondió señalando la precaria posición en la que se encontraba el arcanista.

Arcanista Veilmond continuó sin girarse agradezco sus consejos pero si nos desviamos a babor el navío negro nos alcanzará antes que el Segador. Y si la compañía no ha hundido todavía esa nave es porque tiene inmunidad diplomática... en otras palabras: si nos atrapan estaremos a su merced.

El marinero al que preguntaste te señala las diminutas banderas amarillas que se agitan en patrones desde la proa de la embarcación.

Sin embargo, algo más urgente llama tu atención. La Pinta está siendo arrastrada por una corriente más fuerte que la del estrecho que separa la bahía de mar abierto.

Una corriente que lleva directa a las rocas de la escarpada costa.

La Pinta Escarlata comenzó a cabecear con fuerza en cuanto las velas arriadas perdieron el impulso del viento.  La embarcación, que hasta ahora se había impulsado grácilmente, se agitaba ahora arrastrada por las corrientes en dirección a la costa.

Tras ella, la figura negra de la Diablo Durmiente se divisaba acercándose a gran velocidad a juzgar por la columna de humo que surgía de sus cuatro chimeneas.

Entonces un estruendo rompió la calma de la bahía y el disparo de advertencia de la bombarda mayor del Segador Encadenado impactó a medio camino entre ambas embarcaciones.

Me encogí de hombros ante la respuesta del capitán.

- Lo dicho, yo solo indico destino el como lleguemos es cosa suya.- por lo demás hice un gesto a mis subordinados para que estuvieran preparados, para un posible abordaje. Que no llevarán ni un hora de viaje y ya tuvieran este encontronazo indicaba que había mucho más intereses que un descubrimiento arqueológico o incluso filones de material. Sin dudas nuestro predecesor estaba tras algo grande y al menos dos de las mayores fuerzas del mundo estaba tras ello.

Un sonrisa se dibujo en mi cara sin poder evitarlo, cada vez tenía más ganas por descubrir el misterio y luego ya vendría la decisión de si adoptaba la vena de mi familia y me lo quedaba para mí misma o mantenía el trato actual con la Compañía...

Hice caso a las indicaciones del capitán y me cogí a la primera cuerda que encontré para mantener el equilibrio. No sabía como me había dejado convencer para iniciar aquella misión sobretodo si tenía que adentrarme en el mar.

Yo soy un tipo de tierra firme. De cementerios, de osarios. El mar es para los piratas.

Pensando en lo que me depararía aquella situación, empecé a convencerme de que tendría que usar mis dotes mágicas para poder librarnos de esos barcos que nos seguían.