Partida Rol por web

Entonces, la puerta de la casasalta en pedazos.

Atravesando la nuve de astillas y trozos de madera aparece un hombre rubio, alto, y de rasgos hyborios. Lleva una armadura plateada y sostie una espada de guerra y un escudo. (Tristhan)

Tras él, entran tabién una mujer de cabellos cobrizos, vestida con escuetas piezas de maya metálica para proteger las zonas mas vulnerables, y otro hombre, fuerte como un toro, de negros cabellos y ojos grises, que viste un jubón de cuero y sostiene con fuerza una espada con las dos manos.

En el interior de la casa, justo a los pies de los que acabn de irrumpir, se encuentra un cadaver reciente, todavía sangrante por las enormes heridas que preseta.

Un gran charco de sangre se estiende por la casa, pues hay dos cuerpos mas en el suelo, a unos metros del primero.

Y entre ellos una figura, de un hombre moreno y músculos de acero. Está agazapado, como una fiera salvaje cuando es rodeada, enseñando garras y dientes. Sostiene una gran hacha teñida de rojo por los desgraciados que yacen en el suelo a los que acaba de aniquilar. (Publius)

Junto a él, veis como hay una trampilla en el suelo, abierta, dejado entrever un pasadizo que desciende por unas escaleras hasta un sótano.

La trampilla estaba oculta bajo uno de los muebles del salón, como podéis imaginar al ver uno de los muebles volcado, apartandolo así de su lugar original.

Qué hacéis?

 Thristan entraba rapidamente y con firmeza, no habia tiempo para pensar y en cuanto se adentro con violencia, manteniendo el escudo al frente y la espada preparada para asestar un fuerte golpe, notaba que en el interior no habia una emboscada como creia. 

Alli ante los ojos de Thristan habia un escenario en donde seguramente, alguno de ellos se quejaria por llegar tarde a la matansa, pero tambien habia un gran hombre cargando un hacha en sus manos. Tambien habia una especie de puerta trampa y seguramente, el sitio por donde aquel hombre intentaba escapar.

No te muevas si no quieres terminar mal rufian! Dinos que sucede aca y que asuntos tienes en este sitio, somos de las Compañias Libres y exigimos respuestas!!

LE espetaba sin dudarlo metiendose en su nueva profecion y hasta incluso, dando un paso mas hacia adelante sinser intimidado por la imponente figura del extraño. Claro que la seguridad de Thristan no era solo en su fuerza o por ser el mejor -Gladiador del Foso, sino porque atras tenia apoyo.

Parece que los que acompañan al hombre rubio no dicen nada. Prefiere esperar a ver que dice o que hace el Cimmerio

Publius sabe que no puede permitirse luchar cuando se encuentra en inferioridad. Emite un gruñido y se levanta.

Brrrfff

Se acerca a una de las sillas rotas. Se agacha mientras mira a los hombres que acaban de aparecer de la nada. Es cuestión de décimas de segundo, pero sabe que puede actuar.
Como un felino tira las piezas de la silla a los hombres y abre la trampilla. Se mete dentro y cierra la tapa tras de si.

-SEGUIDLE!

No da mas tiempo de reacción. Algo muy extraño esta pasando en esa casa, pero lo único que ahora esta claro es que Publius ha matado a tres personas y se da a la fuga.

Para esclarecer esto, tendréis que capturarle primero e introduciros en las entrañas bajo tierra de aquella antigua casa.

-Jajaja, esto se pone por fin interesante!!!

Moghcorb corre hasta la compuerta, la abre y espera a que pasen Thristhan y Dulcea y bajar con ellos.

Solo es uno.

Tenerius y Gálacus entran por las ventanas.

Nosotros nos quedamos  aquí para asegurar esto. Si hay problemas, avisadnos.

Gálacus asiente en silencio mientras descendéis por las escaleras tras la trampilla y cierra la puertecilla.

-Vamos a tener que limpiar esto un poco, como venga la guardia nos cargarán a nosotros los muertos.

 Al  escuchar a Dulcea el cuerpo de Thristan se movia solo antes de comprender lo que paso, no espero una reaccion por parte de aquel hombre salvaje, pero la unica forma de saber que sucedia, era capturarlo e interrogarlo.

A por el!!!

Afirmaba adelantandose para terminar siguiendo el camino de Pubilos, estaba dispuesto a abrirse paso usando sus musculos, nada lo detendria de cumplir su objetivo y no soo por su orgullo. Debia demostrarle a Dulcea que era un buen elemento, como tambien tenia otros asuntos pendiente que compensara cuando gane mas reputacion.

Publius cierra la puerta con cualquier trozo de madera o piedra que tenga a mano. Se da la vuelta y corre como una gacela cimmeria por el pasillo con la espada en mano.

Publius ha escapado por la trampilla y ha bajado las escaleras. El sótano está oscuro, pero sus ojos acostumbrados a la noche le han mostrado lo que sus perseguidores ven con ayuda de la antorcha que lleva Moghcorb lleva.
La pared del sótano ha sido trabajada con pico, martillo y cimbel, hasta abrir un pasadizo en la roca y la tierra que lleva al alcantarillado.

La persecución ha pasado ahora al subsuelo, muy ajustada. Publius corre tan rapido como puede pero necesita mantener el sigilo y no alertar a nadie.
Los miemros de las Compañías libres desconcertados por el entorno y el olor fecal de toda la ciudad pueden rastrearlo a duras penas.

De pronto llegas a un lugar que para nada esperabas encontrar aquí. Es una sala que no parece pertenecer a las alcantarillas, sino mas bien, a unas antiguas ruinas. Puede que una parte avandonada de esta ciudad hace años, sepultada bajo una tormenta de arena hace siglos y sobre la cual se ha edificado la ciudad actual.
En ella, una veintena de siluetas humanas, vestidas con túnicas andrajosas grises y marrones se reunen frente a un altar. En el altar, una muchacha, vestida con pequeñísimas piezas de piel de animales, muy bien peinada, maquillada y con joyas. Está sentada en el altar con los ojos cerrados en alguna especie de trance.
Sabiendo que te persiguen, y que no tienes escapatoria, decides esconderte.

Los trés seguís al sospechoso, su hacha ensngrentada dejaba claro que había matado él a aquellos hombres de la casa. Seguramente esté relacionado con los asesinatos del burder, y en algún modo, con Perla.
De pronto una luz rojiza de antorcha os llega desde el otro extremo del tunel que recorréis.
Dulcea ordena a Moghcorb apagar la antorcha y os encamináis con cuidado.
De pronto llegais a un lugar que para nada esperabais encontrar aquí. Es una sala que no parece pertenecer a las alcantarillas, sino mas bien, a unas antiguas ruinas. Puede que una parte avandonada de esta ciudad hace años, sepultada bajo una tormenta de arena hace siglos y sobre la cual se ha edificado la ciudad actual.
En ella, una veintena de siluetas humanas, vestidas con túnicas andrajosas grises y marrones se reunen frente a un altar. En el altar, una muchacha, vestida con pequeñísimas piezas de piel de animales, muy bien peinada, maquillada y con joyas. Está sentada en el altar con los ojos cerrados en alguna especie de trance.
No véis al sospechoso por ninguna parte.

Agazapado en un oscuro rincón, lejos de la luz de las antorchas de los sectarios, puedes ver como tus tres perseguidores llegan a la misma sala que tu. Aun no te han visto, y han apagado su antorcha. Están tratando de esconderse y observar el ritual sin ser vistos.
Están de espaldas, Podrías acabar con uno de ellos facilmente, pero seguro que los otros dos se defenderían, y alertarías a todos los sectarios. O puedes tratar de comunicarte con ellos.

Hace muchos años es posible que la sangre derramada sobre sus brazos animaran a Publius a saltar como una gacela sobre sus tiernas piezas. Pero hoy en día no. Tras años viviendo con esos monjes aprendió que la estrategia del valiente es sobrevivir para seguir luchando otro día.

Así que Publius se agacha y espera oculto entre las sombras a que los hombres se alejen o en su defecto a que se dispersen y pueda atacarlos por separado.

La mujer se tumba en el suelo para tratar de no ser vista por los sectarios que están delante suya, a solo unos 10 metros, ocultándose tras unas rocas.
-Maldita sea! Está ciudad está llena de sectas y dioses diabólicos.
Donde se ha metido el tipo del hacha? Será uno de ellos?
se detiene un instante a pensar y observa el ritual.
Esa de ahí debe ser el próximo sacrificio. Dice refiriéndose a la mujer que está en trance. Tiene la piel morena y rasgos orientales. Parece Estigia.

 Thristan seguia aquel rastro y apresuraba sus piernas todo lo posible, no podia dejar que aquel hombre escapara, estaba su orgullo en juego nuevamente y dos veces no sera herido. De todas formas cuando llegaban a lo que parecia ser una oscura sala, el no se tiro al suelo hasta que no vio como reacciono Dulcea, solo le quedaba esperar que ella no lo viera.

No debemos dejar que la sacrifiquen.

Replicaba Thristan con determinacion en su voz susurrante, el sujeto del hacha era importante pero si alli estaban sacrificando a alguien para fortalecer a otro ser, no era bueno que aquello pasara. Ademas los sectarios que tan fuertes podian ser, ellos tenian buenas armas y seguramente eran mas fuertes.

Los cultistas seguían con su ritual.
Los encapuchados, de rodillas en el suelo, cantaban y emitían gruñidos de animales salvajes o monstruos, mientras la mujer, el sacrificio, cada vez en un trance mas profundo y frenético oscilaba y movía los brazos espasmóticamente mientras se despojaba de la poca ropa que tenía y con una daga empieza a hacerse cortes en los brazos, de los que salen pequeñas fuentes de sangre que mancha las piedras del subsuelo.

Si no actuáis YA, la chica acabará desangrándose, aunque lograseis evitar que se apuñalase a si misma, cosa que hará dentro de poco.

Tenemos que actuar ahora o la matarán. Como atacamos?