Partida Rol por web

Samuel sufre un breve temblor antes de que todos los bellos de su cuerpo se pongan de punta.

Algo malo ha ocurrido abajo... hay... muertos...

Pero lo peor es que hay algo, como un poso de aceite en agua que impide que tu efecto llegue mas alla sin mancharte... y por miedo prefieres no ir mas lejos...

Eso si.

Pese a la muerte que ronda hay un ser vivo dentro.

Un Despertado como vosotros...

La gruta es lo suficientemente ancha como para que tres personas normales como vosotros puedan avanzar sin problemas.

Pese al tamaño, no parece natural... es como si un enorme gusano hubiera atravesado el suelo...

A lo lejos escuchais un continuo goteo... cliinc cliiinc

Me quedo mirando al agujero. Hay gente muerta. Recuerdo a aquella chica y se me hace un nudo en la garganta casi instantáneamente:

Hay algo muy chungo ahí dentro... -empiezo a inquietarme cada vez más, y resulta evidente que me tiembla el labio inferior. De hecho, de puro miedo, doy un paso hacia atrás.

Narel tiene que apartarse a un lado antes de entrar, llevándose una mano a la boca, para reprimir una arcada.
- Joder, joder, joder... - musita para sí nerviosa.

El pulso le tiembla tanto que no atina a encenderse un cigarro hasta el octavo intento. Mira suplicante a sus dos acompañantes.
- ¿No hay otra alternativa, verdad? - parece no terminar de creerse que tengan que meterse ahí, con todos esos cadáveres - ¿Quién va a ser el valiente que vaya delante, chicos? ¡Y que a ninguno de los dos se le ocurra hacerse el gracioso con eso de las damas primero! - termina añadiendo casi al borde de la histeria.

Una oleada de algo maligno, indescifrable, os inunda.

Notais como intenta succionaros la Quintaesencia, pero los amuletos que llevais de momento lo impiden....

Avanzais con paso poco decidido pro la gruta.

Apenas podeis pensar... es como si algo tratase de destrozaros por dentro... devorandoos... pero no termina de conseguirlo.

Llegais a una gran sala.

Varias salidas emergen de ella, pero parece que es al principal.

Parece construida hace mucho tiempo, por el desgaste de la construccion en la roca, similar a la sala de un templo egipcio.

En el centro veis una docena de cuerpos recientes desperdigados... parecen muertos...

-¿Que demonios es esto? ¿Quien lo construyó? ¿Hemos entrado en un Reino de la Umbra?-Dice Geist deprisa, visiblemente nervioso. Está claro que no tiene ninguna lógica y lo peor es que parecen estar entre la espada y la pared.

Geist trastea con sus aparatos intentando captar algún tipo de indicio, ya sea materia viva, inerte o algún tipo de energía para saber a que se están enfrentando.

Lo sientes... todos podeis sentirlo... desde arriba.... casi no se ve... algo... succiona... os exige...

Un enorme ente de energia, como un agujero negro, se haya sobre vuestras cabezas...

¡Estais en medio de un nucleo de poder! ¡por eso todo confluia aqui en vez de manar! ¡Eso lo esta succionando!

De una de las puertas emerge una figura.

 Es un hombre, de metro ochenta vestido con una enorme tunica que arrastra.Su cara carece de expresion y de ojos. Al veros sonrie.

¡Bienvenidos a mi morada! ¡Al fin habeis llegado! Sois lo ultimo que necesitaba para alimentar a mi señor y pueda venir... ¡es tan pesado usar estos canales! ¡la vida tiene mas energia! ¡¡MORIREIS!

El cigarrillo de Narel casi cae al suelo debido a su sorpresa al ver aparecer a este hombre ahora, en medio de aquellos extraños corredores y rodeado de muerte.

- ¿Qué? ¿Quién eres? ¿Qué es esto? – la voz le tiembla comenzando a ser presa del pánico – Mira que la violencia no conduce a ninguna parte. ¿No podríamos hablarlo?

Geist no le gustaba ni un pelo todo aquello, lógicamente ese tipo era una especie de psicópata en el mejor de los casos, un posible magos oscuro en el peor. Lo más probable es qu no atendiera a las razones de Narel, pero tampoco pretendía matarlo, ya que podrían saber más sobre los extraños sucesos que estaban ocurriendo últimamente y apenas alcanzaban a entender.

Levantó la mano y silbó una rápida palabra de poder hermética, rápidamente el aire hormigueó y las nanomaquinas, invisibles para el ojo humano, se pusieron en marcha.

Al llegar, empiezo a plantearme cómo demonios me he metido de pronto en algo tan oscuro. Sin embargo, sabía que algo así acabaría llegando, después de todo, la Ascensión no es un camino fácil, y más aún después de la derrota. Decido dejarme por completo de tonterías, puesto que esto ya pasa por mucho de castaño oscuro.

Suponiendo que no hay mucho tiempo para hablar o intentar razonar con la person que ha orquestado todo lo que está pasando con los Magos más poderosos que conocemos, busco por el suelo cualquier cosa que me pueda servir como arma improvisada, mientras me concentro en mi espíritu. Recordando cómo soy capaz de sacarlo por momentos de mi espíritu, cierro los ojos, acordándome de todas las uniones que he tenido con las que han sido mis compañeras, preparándome para lo que espero conseguir una vez tenga el arma.

Narel intenta dialogar mientras Geist se queda mirando los cuerpos. Parecen muertos... mas que muertos. ¿que les habra pasado?

Mientras, Geist trata de derribarlo pero parece que tiene un efecto defensivo que ignora su poder.

Alzando la mano y rociando el suelo con un extraño liquido negro, el tipo empieza a cantar... levantandose dos de los muertos.

En su mirada perdida no veis mas que odio... arrojandose contra vosotros a gran velocidad. Los teneis casi encima.

Mientras, desde arriba notais una fuerza como la gravedad que trata de succionaros... pero no vuestro Yo fisico, sino vuestro Yo magico... ¿os convertireis en vegetales como los que os habeis encontrado por el camino?

¡VOSOTROS SOIS LOS ULTIMOS QUE NECESITABA! ¡ÉL PODRA VENIR! JA JA JA rie mientras

-¡Mein Gott!- Se le escapa a Geist que no pasa por ser un tipo demasiado piadoso. La facilidad con la que ha ignorado su efecto le ha dejado boquiabierto. -¡Tenemos que hacer algo rápido!¡Puede que el portal sea la fuente de su poder, tenéis que sellarlo! ¡Yo me ocupo de estos lo-que-sean!-

Se pone en guardia y comienza dar rápidas ordenes en un latín que apenas entienden sus compañeros. El poder se arremolina en el aire, oliendo el aire a algo metálico.

- ¡¿Cómo quieres que cierre esa cosa?! ¡No tiene cables ni chips!

Empieza a trastear con la PDA cargando programas a lo loco, confiando en que la Fortuna, la Suerte, la Entropía guiará su mano para provocar el efecto más útil para el momento.

Al formarse el rayo de energía láser, la cara de la joven Adepta se vuelve una O enorme, sin entender en absoluto que ha provocado.