Partida Rol por web

Tras haber pulido los daños visibles, seguramente sería la escuela de la seda lo más practico, crear unos anclajes y esperar a llegar a una aldea. Se sentó resignado al lado de la rueda mirando el cielo.

- Conocidos en todo el mundo ¿eh? - ¿alguien que vagaba sin rumbo podía pedir tanto? No era un mago tan poderoso después de todo, su errático camino le llevaba a buscar la mejoría y sutileza de sus habilidades ayudando de forma desinteresada.

- no creo que ganar fama mundial dependa de una sola villa, pero sin duda te lloverá el éxito, las estrellas vaticinaran en tu favor,... - no quería decir cosas como que su padre le acompañaría en alma en ese laúd, no necesitaba emociones innecesarias, aunque cualquier artesano, presumía de incluir parte de ellos en sus obras. Teniendo en cuenta que la magia dan esa oportunidad, no dudaba que los artesanos incluyeran su vida poco a poco hasta morir, incapaces de recuperar su ánima por no poseer las enseñanzas recibidas por los magos.

- ¿nunca has pensado en seguir el camino de tu padre? ¿Que te hizo decidir seguir un camino musical?

En algún momento Samayoo pensó en si la escuela de la seda podría usarse en el caso de un músico, por la habilidad de interactuar a distancia ¿podría llevar su melodía más allá de lo habitual? ¿U ofrecer algún sentimiento melódico?

Tampoco es que tenga mucho sentido vivir sin un objetivo, no espero llegar a ser conocida por todos, pero es la dirección en la que he decidido viajar.

Todos tenemos que viajar en alguna dirección si no queremos morir donde empezamos. Hacia un objetivo. Mi padre no quería ser artesano, él amaba la música, pero decía que no tenía talento como para ganarse la vida con ella, así que dedicó su vida y alma a hacer las herramientas para que otros si pudieran hacerlo.

El quería que yo un día usara sus instrumentos, no que los construyera. Por eso lo hago, y lo seguiré haciendo mientras sea capaz de emocionar a otros con mis notas.

En ese sentido creo que yo fui la dirección del viaje de mi padre.

Sonrió, no esperaba esa respuesta.

- entonces ese instrumento estoy seguro de que tiene vida propia, unir en él el sentimiento de dos personas debe ser semejante a mi magia, no importa si el método es diferente, se muy bien que seguir un camino nunca es fácil, es bueno ver que tienes el tuyo tan nítido, y me alegra ver que no se basa como en el caso de muchas personas en el deseo de huir de sus raíces. He visto a demasiada gente así y es un poco triste.

Miró hacia la tienda y se sentó en el suelo - ¿te apetecería practicar?

Pedirle una canción no sería típico de él, le gustaba demasiado que todo el mundo tuviera libertad como para hacerlo, pero si ella quería practicar tampoco se lo impediría.

- Quizá más tarde. - pasan unos minutos de silencio algo tensos hasta que vuelve a hablar - ¿Y qué hay de ti? ¿Por qué no construirte una torre o un castillo y ser un rey o algo así?

No pasa mucho hasta que Diavorai aparece.

- Aquí tienes, yo solo consigo lo mejor de lo mejor, eran los que más corrían - Diavorai se acerca volando con tres liebres sujetas por las patas. Con una forma de algún tipo de ave oscura que al menos tú no has visto nunca antes, aprovecha para molestar a Aura acercando las liebres a su cara. Y esta aprovecha la cercanía para agarrar a Diavorai, que empieza a agitarse y decir todo tipo de amenazas adorables. Las liebres caen al suelo.

Sonríendo ante los actos infantiles de su compañero, recuperó su ánima para sueño golpeara con aquel tampaño aumentados a Aura por accidente.

Se acercó a la cabaña tomando las liebres por las orejas, ofreciéndoselas a la muchacha - ¿te ayudo a limpiarlas? - preguntó.

¿Por que no ser un rey? ¿Asentarse en un lugar concreto? - hay demasiadas cosas que desconozco - dijo sin ofrecer una respuesta demasiado amplia - ¿Diavorai que era ese ave negra? - poder conocer nuevas cosas, era uno de los motivos de su viaje, conocimiento es poder le decían, era un buen modo de mejorar sus aptitudes sortilegas.

Pero no le gustaba dar respuestas a medias, y amplió su respuesta.

- igual que dejo que Diavorai vuele libre, me gusta la sensación de libertad, quedarme quieto en un sitio, estancaría mis conocimientos, y me haría difícil ayudar a quienes se cruzan conmigo, y es en esas circunstancias que me gusta intentar potenciar mi ánima. No creo que forzarla ayude a avivaría, algo así como darle aire al fuego, ayudando para mantener los pies en el suelo, libre al aire y adaptándome como el agua a los contratiempos.

Buscar ser como los cuatro elementos era su método para mejorar como mago, ser errante, no era una falta de objetivo, si no todo lo opuesto, era su forma de ser.

- He ido cambiando para volar mejor donde me hacía falta - parece que Diavorai ha sido capaz de optimizar partes del cuerpo que no son a partir de otras especies - ¿A cuánto ascendía la recompensa por la tarea? Prefiero en salchichas, aunque puedo aceptar otras formas de pago que se puedan freír y estén crujientitas.

- Yo me apaño bien con las liebre, no son muy grandes - dijo con el tono suficiente para que Diavorai lo escuchara, aunque sí que lo eran. Y cuando el familiar puso una cara ceñuda impropia de un pájaro, Aura no pudo evitar sonreír.

- Pienso que tras la siguiente aldea podríamos ir al norte. A unos días llegaríamos a Ágestar, que aunque es una ciudad pequeña dicen que todas sus casas tienen grandes ventanas con cristales de colores. Y me encantaría ver algo así. También dicen que tienen las mejores zanahorias y tartas de zanahoria. Y hay suficiente tráfico de gente como para poder sacarnos más monedas de lo habitual

- ¿Puedo comer tarta? También acepto tarta como pago - te preguntas cuánta gente debe de envidiar una vida de glotonería sin preocupaciones por el cuerpo o la salud como la del pequeño familiar.

A veces incluso él envidiaba eso de tener un estómago sin fondo.

- para ganarte una tarta, nos falta una aldea de pore medio, pero no te preocupes tu vista no necesita de zanahoria extra. Pero si los críos te ven achuchable seguro que te dan algún trozo.

Su familiar le parecía adorable, quizás lo mimaba demasiado, pero no le parecía mal, era amable con todo el mundo mientras que no le robaran su comida.

- en fin, 2 a favor de ir a Ágestar, y un voto neutral, así que podríamos ir supongo, mientras la carreta aguante.

Tras un rato, Aura tiene listas las tiras de carne y las pincha para ponerlas junto al fuego, han salido diez, y diez no es divisible entre tres. Ves venir un nuevo enfrentamiento antes de que comience. Mientras Aura cocinaba, has recogido tus cosas y las has subido al carro.

- ¡Espera a que estén hechas, enano! - es cierto que Diavorai se acerca más de lo que debería, pero sabes que en realidad es porque le gusta oler, sabe que tiene que esperar porque crujiente le gusta mucho más.

- Pues tu eres deforme, cara de cabra - y aquí empieza...

- ¿Tu me llamas a mi deforme, monstruito?

- Si, pero yo lo soy por elección, tu no puedes hacer nada para dejar de ser deforme - un día más en los caminos.

Samayoo viajaba con poco equipaje, pues parte de su entrenamiento se basaba en utilizar su poder para mejorar. Un petate con un saco de dormir porque no le gusta pensar en mantener la concentración mientas duerme a menos que sea necesario. Además de algunas monedas que reúne de aldea en aldea y algunas especias para la comida.

- ¿sabéis esa frase que dicen algunos críos? Como era... "Quienes pelean y pelean se desean?" - porque negarlo meterse un poco con ellos era distraído - y antes de que os deseéis demasiado... 3 y media para cada 1.

Tras comer un poco más para partir con fuerza volvéis al camino.

Los árboles que forman el bosque del Valle de Nil están bastante separados y hay muy pocos arbustos altos por lo que es muy fácil viajar por él a pie. Sus copas suelen estar unidas unas a otras y apenas se ve el cielo. Por entre las ramas entra la luz del sol que junto a los arroyos, hacen sentir una gran calma. Diavorai suele sobrevolar los árboles para asegurarse de que seguís en la dirección correcta y que puedas comprobar la distancia que falta.

Cortáis algunas setas y recogéis bayas por el camino. Viajar con el carro es bastante lento, pero en su estado preferís no forzarlo. Sabes que pasaréis una noche en el bosque hasta llegar a Nil, y eso te preocupa. Con la magia viajar de noche no suele ser un problema: luz, calor y protección contra los depredadores hacen que cualquier viaje resulte bastante tranquilo, pero en el Valle de Nil es otra historia.

Conoces Nil, el pueblo que da nombre al valle, o que lo toma de él, no lo sabes seguro. Es conocido por todos los magos por ser un lugar en el que detestan la magia, y con razón, así como por ser uno de los lugares menos visitados por los mercaderes. Podría decirse que el valle se transforma, es completamente distinto viajar por él de día a hacerlo de noche.

Según los libros que has leído y las historias que te han contado, el duque que regía el valle hace algo más de un siglo quería obtener el Ánima a cualquier precio, pero es difícil comprar a un mago cuando éste lo tiene todo. Al  no poder comprarlo con oro optó por una idea diferente. Durante su vida hospedó en el valle a distintos magos con la esperanza de ganarse su confianza, pero sin resultado. La gente del valle estaba contenta en cualquier caso por poder contar con ellos allí para ayudarles y comprar sus artefactos (que hacen la vida del aldeano medio mucho más llevadera). Esta actitud hacia la magia cambiaría radicalmente.

Todos los magos obtienen su poder gracias a Gaia. El Ánima es un regalo, pero no respetar ciertas reglas suele terminar en que Gaia recupere lo que es suyo, dejando al desgraciado en el mejor de los casos con la vida que tenía antes de recibir el Ánima, pero si éste había vivido más de su propia esperanza de vida gracias al Ánima, lo único que quedaría sería un cadáver momificado.

Hubo un mago que consiguió romper el vínculo con Gaia. Ésta ya no lo protegía, pero tampoco podía quitarle el Ánima. Debió parecerle una gran idea, pero no lo fue en absoluto. Todos los magos recibieron la tarea de cazarlo a través de su vínculo con Gaia, todos pusieron rumbo al Valle de Nil donde se había ocultado. Cuando llegaron él se había esfumado, pero todos los adultos del pueblo los esperaban. Habían sido masacrados y reanimados con la escuela del Aliento. Atacaron de noche, no consiguieron hacer ningún daño a los magos, pero tampoco era ese su propósito. Gaia ordenó destruir el Ánima que sostenía estos cuerpos a costa de perder un tiempo precioso persiguiendo al culpable. Consiguió escapar y no se supo nada de él. Quizá aún ande por ahí. Los magos eliminaron a la mayoría, pero no pudieron encontrarlos a todos. Aún hoy buscan a viajeros por la noche, y también por eso la aldea de Nil es una de las pocas que mantiene una empalizada con la altura de varios hombres, grandes portones y vigías. También detestan la magia, pues la mayoría son nietos o bisnietos de los niños que quedaron entonces.

Quien quiera visitar la aldea de Nil sabe que debe llegar antes de que caiga el anochecer. Si acampas puedes tener suerte y que no ocurra nada, pero también puede que te conviertas en uno más de estos acechadores nocturnos.

Has decidido no preocupar a Aura con esto, pero estás alerta y tus protecciones permanecen activas todo el camino.

Cuando lleguéis a Nil, será mejor no mencionar la magia ni que habéis acampado en el bosque.