Partida Rol por web

Aakesh calla durante unos segundos, le parece oír algo proveniente del techo

¿Voces?

Una de la voz es familiar

¿La capitán?

Está con la vista fija en el techo cuando una trampilla se abre y la comodoro cae cerca de él

-¡Erika! pero....

Calla unos segundos

-Comodoro, ¿que hacen aquí?, pensaba que estaban intentando salir del edificio.

 Quizás un poco hastiada del timonel baja del conducto tras saltar con una agilidad cuasi felina, demasiados años practicando artes marciales le daban ese tipo de movimiento que lejos estaba de ser ruidoso. 

Una vez que apoyó sus pies sobre la mesa recorrió con la mirada cada rincón de la Sala descubriendo quienes se encontraban allí mientras los de arriba continuaban con la conversación, Erika al no poder escuchar se había arriesgado para asegurar la salida viable al resto. 

Por un instante la mirada fue primero hacia el vulcano, al parecer estaba sin heridas aparentes, algo que no se podía decir de Aakesh. - Oficiales.  -  saluda tras dar un salto aún con la barra de metal, momento en el cual se dirige hacia el cadáver para chequear su pulso y al notar que está muerto, revisar por arriba. Reconocía el uniforme, quería saber si también el rostro. 

- Necesito saber como está la situación aquí, de momento estábamos yendo a la Sala de Control pero aquí en la sala contigua hay una salida al exterior que nos asegurará la supervivencia. La primer planta está en las mismas condiciones que abajo, desde los conductos mucho no se puede oír...  Si hablasen menos los que me acompañan, hubiese ayudado. -pensó tras dejar el cuerpo para mirar la herida del hindú. Estaban discutiendo los oficiales pero no iba a entrar en tema, no si permanecían callados dado que el tiempo apremia. 

- ¿Estás bien? No sé ve agradable esa herida. -  comenta al revisar en donde es y posiblemente vendar si fuese necesario. - Sirril, lo escucho. -  afirma al dedicarle una mirada al vulcano, al menos un breve resumen de lo que sucede allí le vendría muy bien a la Comodoro. 

Jankowsky oyó lo que el guardia le dijo a Unger. Al no obtener respuesta de Lightman fue hacia el Maco.

-Mierda, ese conducto acaba de absorber a a Johny, espero que esté bien pero no dio respuesta.- El guardia buscaba a un oficial de rango superior. Jankowsky lo saludó con un movimiento rápido.- Aún no habia llegado la capitana cuando se desmadró todo. Dígame, ¿A donde van esos conductos? Acabamos de perder a un hombre en ellos. ¿Por cierto tienen armas para dejarnos? si los atacantes están armados estaría bien tener algo con que defendernos.

Aakesh se sentó y dejó que la comodoro examinase la herida

-Gracias comodoro, es una herida fea pero puedo moverme, aunque con dificultad. Si me permite, le haré el resumen. Este guardia nos atacó nada más vernos, hiriéndome. el señor Sirril lo dejó inconsciente

Calló unos segundos antes de proseguir, mirando al vulcano

-Y luego acabó con él para garantizar que no nos volvería a atacar. El señor Sirril cogió su pháser, y ahora estaba pidiéndole que me lo diese. Dado mi estado y que no podré atacar cuerpo a cuerpo, lo mejor era que me encargase yo de cubrir al señor Sirril y él atacar directamente, aunque espero sin acabar con el enemigo.

Miró de nuevo al vulcano antes de proseguir

-Matar a sangre fría......en fin, por muy enemigo nuestro que sea no hay excusa para hacerlo, además, necesitamos saber que pasa. Como puede ver lleva uniforme de la Flota.

Calló de nuevo

-¿Y la capitán?, me ha parecido escuchar su voz antes de verla caer, comodoro.

Como si Diane no estuviera ya preocupada de por sí al comprobar que se encontraban bajo el ataque de un enemigo desconocido y, lo que era mucho peor, interno, la llegada del comandante acabó por someterla en un estado de tensión. -¿Cómo se las han arreglado para superar la seguridad y herir a un Almirante?- Pensó, debatiéndose entre la irritación que le suponía pensar que la Flota hubiera sido negligente y el temor a que sus rivales, fuesen quienes fuesen, les superasen técnicamente de aquel modo.

-Diane Walker, oficial médico de la Excalibur.- Se presentó escuetamente ante los dos heridos, a los que se acercó nada más observar su pobre estado. Visto lo visto, se ahorró la molestia de preguntarle como se encontraba. -Una herida de pháser, ¿no es cierto?- Diagnosticó lo evidente nada más lanzas una ojeada. Chasqueó la lengua, disgustada por la ausencia de material médico que había en aquella habitación. -Almirante, si me lo permite, debe detener esa hemorragia inmediatamente o corre un riesgo de desangramiento.- Indicó, con cierta brusquedad pero manteniendo el protocolo, mientras buscaba por todos los medios una alternativa aunque fuera momentánea. Se volvió hacia el único de los recién llegados que se encontraba medianamente entero (a pesar de las intenciones del orionita) para comentar -Estos hombres necesitan atención médica urgente. Imagino o, más bien, espero que si lo supiera no estaría aquí pero, ¿tenemos alguna opción de llegar hasta una enfermería sin cruzarnos con estos infiltrados?

El vulcano miró hacía arriba al escuchar el murmullo, al instante la comodoro hizo acto de presencia con una perfecta maniobra. Quizá era un buen momento para aquella interrupción después de todo.

Este hombre nos atacó sin mediar palabra y pago las consecuencias de sus actos... Sirril miro al primer oficial mientras seguía hablando una vez más he salvado la vida de un humano y tan solo despreció es lo que recibo, el no hubiera dudado en rematarle. terminando de hablar Sirril entregó el arma al primer oficial y sin más volvió su mirada a Erika para atender su requerimiento.

Creo que tenemos la planta bajo control, con el ruido de los disparos y la pelea si hubiera alguien más su tiempo de reacción ya sería excesivo. En el cuarto de seguridad puede haber armas, comunicadores o cámaras que nos den una visión más amplia de la situación.

La mirada de la Comodoro se entrecerró ante las palabras de Aakesh mientras bajaba la cremallera de su uniforme para cortar un trozo de su camiseta y así vendar como pueda el brazo del hindú. 

Atenta a lo que decían ambos oficiales, cortó definitivamente la tela y tras relucir su vientre blanquecino, subió con rapidez el cierre atenta  a la situación en si. Al parecer el Vulcano había reflejado una actitud llamativa para la Comodoro pero no dijo nada al respecto, pensando en qué hacer de ahora en más. 

- Lo comprendo oficial Mukherjee, ha sido una situación límite y a veces las acciones no son las esperadas. Ud se encuentra con vida y es lo que debe tener en cuenta. -  responde al hindú tras dedicarle una mirada plagada de determinación. Después tocará hablar al respecto. 

Tras decir aquello, desvío sus profundos ojos azules hacia el Vulcano.  - No se sienta intimidado, es hora de actuar.  Aquí en la sala contigua (301 A)  se encuentra una ventana que da al exterior... Oficial Mukherjee dirija a la Capitán y al resto que se encuentran en el conducto,  hacia ese lugar para mantenerlos a salvo, al fin de cuentas son tripulantes de la Excalibur y se necesitan para la próxima misión. Sirril y yo iremos a la Sala de Control, al parecer esta despejado y no es conveniente encerrarnos todos allí dentro. Somos muchos. - propone esperando respuesta de ambos oficiales, no quería alertar al enemigo en cantidades y manejarse de a par seria lo mejor. 

- Bien, capitana, ¿qué hacemos ahora? - digo a de Alba después que la comodoro desapareciera por el conducto. - Seguimos a la gran jefa, o volvemos con los demás a la sala de conferencias?

Giro la cabeza hacia el conducto por dónde se oye a Ollander.

- Este aúlla como un lobo con la pata atrapada por una trampa. ¿Le decimos algo antes de que alerte a toda la base?

¿Intimidado? el vulcano no sabía a que se refería la comodoro pero desde luego Sirril no sentía aquello. El oficial se limitó a asentir a las intenciones de la comodoro y se dispuso a seguir en dirección a la sala de control.

Era de suponer que la capitana seguía dentro del tunel en busca de una salida.

Al ver que el Vulcano está de acuerdo con lo requerido por la Comodoro,  Erika decide indicarle a Aakesh donde está el resto de la tripulación antes de seguir los pasos de Sirril. - Oficial, desde el acceso donde he bajado puede hablarles y dirigirlos hacia el exterior ya que esa puerta los lleva hacia la sala donde tiene la ventana. No es momento de tomar demasiados riesgos. -  termina por decir sin darle demasiado tiempo al Primer Oficial de hacer mucho debido a que el Vulcano emprendió la marcha hacia la sala de control y la pelirroja seguía sus pasos de cerca. 

Cristina simplemente se quedó con cara de besugo cuando vio todo lo que pasó en apenas unos segundos y sin tener tiempo de réplica alguna. Por un lado el timonel... lejos de actuar con lógica y atenerse a seguir los consejos que le estaban dando sus oficiales superiores, saltó con uno de sus episodios de rebelde sin causa y cabreó a la Comodoro. No entendía porqué su tripulación... o al menos sus oficiales, tenían que tener la insufrible manía de hacerse los héroes y hablar siguiendo exclusivamente sus principios, sin pararse a pensar que formaban parte de algo grande, que todos tenían obligaciones y que los que tenían el mando no daban órdenes por mero capricho. 

- Ligthman... - comenzó a decir para reprimir al timonel siendo interrumpida por Erika que pese a todo pronóstico prefirió no discutir con Johny y pasarle la patata caliente a ella devolviéndole la autoridad... ¿Cómo si alguna vez lo hubiera tenido con aquellos hombres? y no contenta con eso, salió de las cañerías sin dar explicación dando al traste el plan que iba detrás del original que era el de salir de allí por el acceso más cercano. 

De Alba enarcó la ceja izquierda... estaba molesta, muy molesta... ¡Cómo se notaba que ella y Muk eran amigos!, la nuevamente ascendida a capitana, miró a Johny con evidente enfado, él se iba a llevar todos los platos. 

- Señor Ligth... - volvió a intentar decir cuando fue interrumpida por otra voz, en aquel caso por su ingeniero favorito... - ¿Señor Ollander? - dijo soreprendida, pero en aquella ocasión gratamente, seguía muy agradecida con Jack por el enorme trabajo que realizó en la Excalibur y la proeza de haberle extirpado el dispositivo del cráneo. 

El guardia observa como el ingeniero de la Excalibur comienza a arrastrar su cuerpo al interior del conducto de ventilación, y con gran incredulidad responde – No tengo idea sobre el destino de esos conductos. Supongo que deberemos preguntar al personal de mantenimiento. – luego ante la solicitud de armas el hombre se encoje de hombros y muestra sus manos vacías – lo siento, solo llevamos la pistola reglamentaria y nada más. No se supone que el interior del complejo fuese atacado. Nos han tomado por sorpresa. – responde con absoluta sinceridad ante el hecho impensable que acaba de suceder.

Si necesitan algo para defenderse pueden coger los extintores de incendio que hay aquí, o desmantelar las cortinas y utilizar las varas de metal. – agrega al examinar la sala.

Luego la pregunta de Diane saca de sus pensamientos al guardia, que de inmediato responde. – El edificio de enfrente posee las instalaciones sanitarias. En el edificio donde nos encontramos solo hay botiquines de primeros auxilios en la sala de control de vigilancia. La misma se encuentra en el nivel inferior. En el primer subsuelo, casi justo debajo de nosotros. – 

Y las opciones del agente de seguridad eran escasas. Intentar salir al exterior o llegar al nivel inferior por un botiquín…

El almirante se queja y por poco pierde el conocimiento durante las curaciones de la doctora que hace todo lo posible para detener la hemorragia. Si pronto no recibe atención médica adecuada el almirante podría morir. De igual manera acepta la ayuda de la joven doctora con una pequeña sonrisa.

Entonces Leonard llama con su mano al comandante con la intención de hablar de cerca, ya que su voz ahora es un débil susurro por sus fuerzas menguantes y su rostro pálido.

Jankowsky automáticamente se acerca para intentar oír lo que el almirante tiene para decirle, y un momento después el hombre pierde el conocimiento tras soltar algunas palabras para el comandante y dejar algo en sus manos. 

Con un débil susurro el almirante Leonard advierte a Eduard al entregarle en mano un chip de datos encriptados. – b…busca a De Alba…es imp…portante. – luego el almirante se desmaya irremediablemente.

La comodoro examina cuidadosamente el cadáver del guardia abatido y sus conclusiones son evidentes.

El uniformado que yace allí no pertenece al destacamento permanente en los cuarteles. Jamás había visto a ese hombre en todos sus años de carrera y cientos de entrevistas a la sección de seguridad.

Es posible que el guardia sea un traslado reciente de la estación Júpiter o del complejo warp 5, pero aun así debería haber pasado por la oficina de Schmidt.

También es extraño que el guardia no posea ningún parche distintivo, ni siquiera galones o tarjeta de identificación. El uniforme es autentico, y todo lo demás cuestionable…

Aakesh tuerce el gesto pero no dice nada ante el silencio de la comodoro respecto a la actuación de Sirril. Entiende que es un momento comprometido, pero Aakesh no puede evitar sentir cierto recelo

No es una actitud lógica en un vulcano

Ante las palabras de la comodoro, Aakesh se dirigire hacia la trampilla y va a comenzar a hablar a la capitán cuando se detiene

-Comodoro, no puedo subir para hablarles por la herida, pero si les hablo desde aquí, ¿no hay peligro de que alguien más me escuche? Además, ¿por qué no activamos la alarma?. Es evidente que alguien, aunque sea de la Flota, la está atacando, ¿no sería lo más lógico?