Partida Rol por web

Hasta este momento pude concluir que los habitantes que quedan en este planeta se dividen entre mutantes agresivos con inteligencia limitada y una raza social basada en una religión. Por lo que parecía solo debíamos temer a los primeros, pero nunca me he fiado demasiado de sacerdotes o sectarios, suelen tener dos caras.

En este caso el que parecía el líder nos ofrecía una ayuda que no podíamos rechazar, teníamos que curar a la Doctora principalmente pero también a todos los heridos, antes de que fuera tarde.

Apremié a Sirril, no quise ser brusco pero empezaba a impacientarme.

Ven Sirril, que nos lleven a ese pozo sin dilación, habrá tiempo de parlamento.

No teníamos otro remedio que confiar con la esperanza que su ayuda curase nuestras heridas y eliminase esa infección que nos atacaba. Así que me guardé la extrema curiosidad y fascinación de entablar conversación con esa raza, tan solo seguí al resto, entrando por el umbral del que habían anulado el escudo de energía.

Un comentario me extrañó y sin pensar respondí a aquello que había preguntado quien estaba al mando. - ¿Una lagartija?. Tal vez se refiera...es una criatura terrestre, muy pequeña e inofensiva.- Me dió por pensar que tal vez metía la pata y el traductor no había funcionado bien. 

Sirril asintió ante la premura solicitada tanto por el extraño ser como por el comandante, la doctora parecía empeorar por momentos y a saber cuanto tiempo podían mantenerse en pie ellos mismos.

Mientras seguía a los anfitriones Sirril observaba todas las estructuras y tecnologías mientras intentaba comprender donde se encontraban y su cometido.

- Bueno, al menos la fortuna nos da un respiro. Ahora podremos recuperarnos y seguir con nuestra misión.

Me acerco a la doctora, y le tiendo la mano para levantarla y acompañarla al pozo curativo.

- Vamos, matasanos, ahora estamos a salvo y es momento de que le curen. Estos chicos tan simpáticos quieren ayudarnos

De todas las palabras que escuchó Diane de esos extraños guardianes, solo una frase alcanzó verdaderamente su cerebro, provocando una réplica instantánea e instintiva a pesar incluso de su estado. -¿Un pozo que puede sanar enfermedades incurables de ningún otro modo? Si no es un mito y, por lo tanto, sobrevivo, necesitaré una muestra para llevarla de vuelta a la nave y analizarla de inmediato... aunque, con nuestra suerte, será un lugar sagrado para el que cualquier intento de investigación sea sinónimo de profanar.

Sin embargo, la pregunta acerca de la lagartija la sobresaltó bruscamente, obligándola a volver a levantar dificultosamente la cabeza para mirar al recién llegado fijamente... al menos, durante unos instantes. ¿Cómo podía conocer el nombre de una criatura que no existía en su mundo? ¿Le había leído el pensamiento?

Quiso decir algo pero, ni tenía fuerzas, ni quería arriesgarse a ofender a sus salvadores hasta haberse recuperado. Únicamente significaba que tendría que controlarse para no pensar nada inapropiado, del mismo modo que podía controlar su voz o su rostro. No es que estuviera en muchas condiciones de pensar, en cualquier caso.

Descargando su peso nuevamente en el piloto, volvió a tambalearse en su intento de caminar, mientras le advertía con un susurro exhausto. -¿Matasanos?... Espero... no... enferme.

- Muchas gracias. Entonces es una criatura pequeña. Interesante. Descuide señorita, su traductor funciona perfectamente. Usted hizo su trabajo de forma correcta. - comenta el sacerdote agradecido por la explicación de Aleksandra. – Ahora síganme por favor. Los escoltare al pozo de curación – entonces el sacerdote despide a los guardias, que vuelven a la tarea de custodiar la entrada, y comienza a guiar al grupo hacia el interior de las instalaciones subterráneas.

Tras caminar por un túnel por algunos minutos y bajar un par de escaleras los presentes llegan a una amplia sala que a simple vista es la parte más profunda de la enorme pirámide, desde luego vista desde su interior.

Un gigantesco cristal de dilithium se encuentra en el medio del recinto sostenido por gruesas columnas cuya inclinación alcanza los cuarenta y cinco grados.

El cristal, cuyo tamaño es de dos o tres lanzaderas, recibe energía desde un pozo que no tiene fondo y en respuesta el cristal se torna rojizo para luego emitir pulsaciones como si un corazón se tratase.

Es increíble que ustedes hayan llegado a tiempo para la ceremonia del Gran Espíritu que habita en la joya. Por favor continuemos, el pozo de curación se encuentra cerca. – dice el sacerdote al presenciar el resplandeciente cristal.

Y tras avanzar otro poco mas los tripulantes llegan a un subsuelo donde una recamara poco iluminada contiene una pileta con un líquido resplandeciente de color similar al emanado por el cristal de Dilithium.  Varias maquinas zumbantes se encuentran cerca de la piscina y muchos de sus cables terminan dentro del foso luminoso. Todo allí, como el resto de las instalaciones dentro de la pirámide, se encuentra en completo estado de abandono. Tal vez por falta de mantenimiento.

Hemos llegado. Es aquí. – indica el sacerdote, que con ayuda de Lightman meten a la doctora dentro de las aguas radiantes.

Walker es depositada en una zona del foso donde es poco profundo. El “agua” es agradable, en temperatura y confortable en cierta manera, produciendo una agradable sensación de paz a medida que sus heridas comienzan a sanar. Entonces la pileta comienza a soltar vapor en cantidad, llenando por completo la estancia al punto de anular la visión en la distancia a medida que las antiguas maquinas zumban cada vez más fuerte hasta alcanzar un momento en el cual se silencian por completo.

En ese momento, mientras la niebla del vapor se disipa, la doctora Walker sale del foso caminando...

- ¡Eh, eso es genial!- espeto al ver como la doctora sale del pozo, completamente recuperada y con muchísimo mejor aspecto.- Vosotros sí que lo tenéis bien montado, ¿eh?- guiño un ojo al tipo todo blanco - ¿Puedo meterme yo también? También he sido herido y aunque voy aguantando, me noto un poco pachucho.

La doctora parecía recuperar las fuerzas al entrar en contacto con el agua y el color de su piel volvió a ser el característico rosáceo de su especie.

Al fin una buena noticia, el vulcano se acercó al devoto haciendo una reverencia con la cabeza en señal de gratitud.

Os agradecemos vuestra ayuda, pero nuestra nave se encuentra en grave peligro con más de 70 personas a bordo y el tiempo apremia. La nave esta siendo atraía por una especie de rayo tractor proveniente de la pirámide sino hacemos algo rápido la atmósfera acabará con ellos. ¿Podéis liberar nuestra nave?

Cuando el alienígena habló de las mencionadas lagartijas por un momento una extraña sospecha cruzó mi mente.- A los gorns les habíamos llamado lagartijas... ¡Nada, tonterías!.- Pero no le dí importancia y me permití olvidar el asunto.

Caminé maravillado con lo que los habitantes de B-Sygnus habían construído en el subsuelo. Pero la sorpresa fue mayor al ver la rápida recuperación de la doctora, todo indicaba que volvía a estar al 100% y eso me tranquilizó, llegué a estar realmente preocupado por ella.

-Vaya Doctora, me alegro de que se encuentre mejor. Ese pozo es realmente milagroso.

Cuando Sirril pregunto por el rayo recordé que se dejaba algo en el tintero:

- Cierto, es importante desactivar ese rayo pero también olvida el motivo de nuestro viaje. Hemos venido aquí a encontrar supervivientes de la Valiant, una nave accidentada cuyos restos aún se pueden ver en la superficie ¿han visto antes a alguien más como nosotros?

Los minutos que transcurrieron desde su entrada en el complejo hasta que fue depositada en el pozo fueron como un confuso sueño para la doctora o, más bien, una terrible pesadilla especialmente en cuánto se refería a las descendentes escaleras. Sin embargo, casi en el mismo instante en que su cuerpo entró en contacto con el cálido líquido, sus pensamientos comenzaron a aclararse y una extraña sensación de placidez y bienestar, mezclada con una buena dosis de asombro, la envolvió. -Esto... esto es realmente maravilloso...- Recalcó, incrédula, viendo como tanto su enfermedad como sus heridas desaparecían de un modo que rozaba la magia -Aunque, por supuesto, la magia no es más que el nombre que los supersticiosos ofrecen a una ciencia aún por descubrir... Y sin tan solo pudiéramos descubrir esto, la medicina daría un salto solo comparable al viaje espacial de Cochrane...

Sin embargo, su mente se despejó lo suficiente como para comenzar a hacerse cargo de la situación en la que se encontraban y, luchando consigo misma, se puso en pie para salir del "estanque", estremeciéndose casi de inmediato por el contacto de temperatura. Con curiosidad científica, examinó sus propias ropas comprobando si acaso esa sustancia se comportaba como el agua frente a la materia inorgánica y, todavía sin podérselo creer, pasó una mano por su brazo herido comprobando que estaba realmente en perfecto estado.

-Ciertamente, es casi un milagro. No es que me encuentre mejor, es que me encuentro perfectamente- Secundó el comanterio de Jankowski, antes de añadir, formalmente aunque con auténtica sinceridad, tanto a sus compañeros como a los nativos de B-Sygnus -Realmente, me habéis salvado la vida, lo agradezco de veras.

No añadió más, no por falta de gratitud, sino por pragmatismo: de nada le servía que la hubieran rescatado de los túneles si perdían la nave, por lo que no deseaba desviar la conversación de los temas que habían sacado a colación sus compañeros. Ya habría tiempo de hacer melodramas una vez que su billete de vuelta a casa y las vidas del resto de los tripulantes estuvieran todas a salvo.

Y, si todo acababa bien, tenía que tener una larga charla acerca de ese pozo.

Era demasiado mágico como para ser cierto. Verla salír de una pieza, como si nunca hubiera estado tan enferma u herida era cuanto menos inquietante. ¿Cuanto de cierto había en todo ello?.

Nos habían prohibido llevar y usar armas, pero un tricorder era un aparato de análisis inofensivo que además esperé a usar en el momento oportuno, cuando no fuera tan evidente mi desconfianza, Mientras el ser de tez blanca atendía las palabras y peticiones de los demás miembros del grupo.

- No le molestara que le haga un rápido chequeo..No era una pregunta, ni esperaba su aprobación así que estaba ya en ello. Me pregunté si realmente era ella o si de alguna forma quien había salido de las aguas era un ser clonado. Uno mas simpático y agradecido a juzgar por sus palabras, lo que me hacía desconfiar mas.

Luego que la doctora sale de pozo completamente curada el timonel pregunta por ser el siguiente. Sin esperar el sacerdote responde a Johnny – Por supuesto. Todos pueden pasar, siempre de uno a la vez y recibir la gracia del Gran espíritu. –  entonces el timonel se convierte en el segundo en probar las aptitudes del sitio curativo.

El proceso con el alférez es el mismo que antes. Las mismas sensaciones y experiencias dentro, al igual que la niebla y zumbido de maquinas resultante.

En esta ocasión el alienígena toma distancia del pozo para de ese modo responder adecuadamente las inquietudes de los demás. Específicamente el Devoto se ubica de pie junto a la salida de la recamara.

Primero responde al comandante y al oficial científico, cuyas preguntas eran similares. - Disculpen pero no entiendo sus preguntas. ¿Qué es un rayo tractor? Nuestro refugio sagrado nos protege del exterior y de las criaturas que acechan afuera. Muchas generaciones atrás el Gran espíritu creo la pirámide para salvar nuestra raza de la gran guerra. Solo los fieles se salvaron, dejando el destino de los impíos a mano del Gran espíritu.  Lamento que vuestro viaje haya sido en vano ya que ustedes son los primeros en visitarnos; pero lo menos que podemos hacer por ustedes es curar sus heridas e invitarlos a la ceremonia de adoración de la joya sagrada. En poco tiempo comenzará. – las palabras del Devoto terminan en una amplia sonrisa al hablar sobre la joya y la ceremonia.

Finalmente el sacerdote responde a las palabras de la doctora, que sorprendida por su curación da las gracias. – Es un milagro por la voluntad de la joya sagrada y el Gran espíritu. Habéis pasado la prueba y el premio es la sanación. –

Al salir Johnny del pozo el devoto cruza el umbral y se despide por un breve periodo de tiempo – Debo atender la preparación de la ceremonia. En mi lugar un suplicante los guiara a sus habitaciones y responderá sus dudas. Hasta pronto. – y con paso decidido el sacerdote se aleja por un pasillo.

En compensación a la salida del Devoto una mujer en apariencia y vestimenta llega por el otro lado del pasillo y hace su presentación para todos. – Buenos días. Soy la guía, quien los guiara a sus habitaciones y responderá sus inquietudes. -  Con paso temeroso la mujer camina hasta el interior de la cámara sin alejarse mucho de la entrada. No es necesario ser telepata para saber que ella se encuentra muy incómoda entre los recién llegados.

Haría falta un tricorder medico para saber con precisión de la condición de la doctora pero el análisis inicial no revela nada extraño. Quizás lo único llamativo es la carga residual de partículas en estado cuántico. El mismo resultado lo tienen los objetos que han sido transportados, y es residual porque a los pocos segundos la carga residual desaparece sin dejar huella en la materia.

Las sospechas de Sirril se hicieron realidad al escuchar al devoto... sin duda la pirámide era producto de otra civilización mucho más avanzada y anterior tomándolos por dioses por esta raza menos evolucionada que ahora habita en ella...

Agradezco vuestra hospitalidad, pero ya tendremos tiempo de descansar más tarde. ¿Podrías enseñarnos las instalaciones de la pirámide? ¿quizá alguna sala con muchas luces en el centro?

Si eran fanáticos tendrían que andarse con cuidado pues podrían considerar sagrado todo aquello que su conocimiento no llegará a comprender.

Doctora es bueno verla otra vez de píe. Alferez, busque el origen de la fuente de energía de la pirámide con el tricorder e intentemos trazar un mapa interno e intente abrir un canal con la excalibur. Señor Jankowsky, señor Lightman mantengan los ojos abiertos.

A la respuesta afirmativa del ser blanquecino, me sumerjo en el pozo, notando sus poderes curativos al instante. Salgo del foso completamente renovado, sin ningún vestigio de las heridas y la incipiente fiebre.

- Uau, es una sensación genial. ¡Me siento de maravilla! - me giro al sacerdote o lo que sea - Muchas gracias, realmente lo necesitábamos.

Luego, lo que parece una chica nos pide que la sigamos, parece que nos llevan a algún tipo de aposento, pero ya está el vulcaniano chafando esos planes. Aunque tiene razón, tenemos que parar el rayo tractor antes que sea demasiado tarde, y el tiempo apremia.

Me fijo en la chica, si no fuera tan y tan pálida, incluso sería guapa. Eso me hace pensar en Blake, y que está en la nave, y que la nave cae... Saco también mi tricorder, quiero ayudar a encontrar el foco de energía que genera ese rayo mortífero.

- Justo estaba en ello. Aunque los resultados esta vez son cuanto menos contradictorios. De tal forma que me crean muchas incógnitas.  ¿Puede echar un vistazo y así darme su opinión?. Me acerqué a Sirril para pudiera ver a que me refería, apartándonos así del grupo que seguía a nuestra nueva guía en el lugar.

- Escuche bien. Me puede llamar desconfiada, pero analicé a la doctora justo cuando salió del pozo sagrado. Y aunque no encontré nada fuera de lo obvio que es que esta totalmente sana, si que hubo un detalle que suscitó esa desconfianza.

Una carga residual de partículas en estado cuántico. El mismo resultado lo tienen los objetos que han sido transportados, y es residual porque a los pocos segundos esa carga residual desaparece sin dejar huella en la materia. ¿Curioso no cree?. Bajé la voz,  me pegué a el, y en esa distancia corta un tanto indiscreta el estar pendiente del tricorder me servía para susurrar muy cerca de su oido.

La doctora estaba tan sorprendida como nosotros con las capacidades milagrosas de aquel pozo. Hasta se había permitido el lujo de ser amable.

-Doctora nuestro mérito solo ha sido traerla hasta aquí pero el milagro lo ha obrado este lugar.

Aunque me encotraba perfectamente decidí entrar también en el pozo. Parecía un acto de gratitud que nos brindaba nuestro anfitrión y no quería ofenderle, así pues me dejé bañar y me sentí relajado, incluso había desaparecido la fatiga de la caminata. Sonreí solemnemente al sacerdote y hablé con Sirril.

Es como si desconocieran lo ocurrido en la superficie, míreles bien puede que nunca hayan salido fuera.

Sirril tenía razón, debíamos contactar con la Excálibur e informar, además desconocíamos su estado actual. Aleksandra parecía haber dado con algo y estaba consultando al científico, esa cosas prefería dejarlas en sus manos por lo que me hice a un lado. Vi como Thunder le echaba una mirada a la extraña mujer.

Vaya Johny, parece que no pierdes el tiempo.

De pronto todos estaban buscando la forma de contactar con la Excálibur y consultando sus tricoders.

Señores, ¿y qué tal si vamos a la superficie de nuevo? Desde aquí la señal está claro que será peor. - me dirigí a la guía - Oiga sería posible que nos indicara como salir al exterior, necesitamos comunicarnos con nuestro transporte.

Ante el aluvión de preguntas por parte de los invitados la Suplicante retrocede un par de pasos, como si algo la abrumase de forma enérgica. Su mirada se dirige un instante  al suelo, tratando de evitar cruzar su mirada con los demás.

Entonces responde a los presentes manteniendo la mirada en cualquier sitio menos en los invitados. – P…Puedo enseñarles las instalaciones pero las áreas sagradas se encuentran prohibidas para todos, incluyendo a mi casta. No conozco salas con luces salvo el gran salón de la joya sagrada, que ahora emite su luz divina. – luego las palabras del timonel crean algo de rubor en el rostro de la Suplicante, a lo cual esta pregunta con timidez a Lightman – ¿Quién es Blake? –

Más tarde las palabras de Jankowsky provocan temor en la Suplicante, haciendo que la mujer lleve sus manos a su boca horrorizada. Tras unos segundos ella contiene sus emociones para responder muy atemorizada - ¿Superficie? No, la superficie es mala. Es muerte. – Dejando una pausa para ordenar sus pensamientos finalmente contesta – Solo hay una entrada y no sirve de salida. Aquí adentro estamos seguros. ¿Para qué salir si allí afuera acechan los infieles transformados en bestias? -