Partida Rol por web

La comunicación no es muy fluida me temo, esperemos poder arreglar eso al reiniciar la computadora. Mukherjee cree que el dispositivo que bloquea la comunicación podrían ser similares a los que vio en operación, pero la prioridad ahora sería el nucleo y la computadora. nos solicitan que vovamos lo antes posible.

Ambos volvieron a sus trajes EV por precaución. Según el informe de La princesa de nueva Orleans no era peligroso pero ante la insistencia del androide más vale prevenirse.

James utilizando su escáner personal examina el área por delante a explorar, trazando un mapa rudimentario para no perderse en la inmensidad de la sección de proa. El pasillo conduce a la sección y las luces de señalización acaban ahí, frente a la puerta.

Ellen con su habilidad activa la energía auxiliar en esa área, permitiendo avanzar otro peldaño en dirección al puente y el núcleo de la computadora. La meta es el extremo de proa y aún resta camino por explorar.

Al abrirse la puerta una sala circular y giratoria representa el centro de la parte frontal de la sección, donde la gravedad es generada por la rotación de la sala. Si bien ella había estudiado esto en la academia nunca había llegado a ver una sala como esta porque actualmente todas las naves poseen gravedad artificial inducida por mecanismos.

Cuando las luces comienzan a encenderse, al igual que los computadores auxiliares y sus muchas estaciones de trabajo distribuidas por la estancia lo primero que ven es varios destrozos en algunos controles importantes y dos robots de seguridad despedazados frente a una puerta que conecta el puente de mando con la sección actual.

Los robots han sido destruidos a golpes y sus extremidades arrancadas por alguna fuerza imposible. Las estaciones de trabajo también presentan el mismo síntoma. Aplastadas hasta su inutilidad.

El acceso al puente ha sido sellado por una soldadora de fusión industrial, fundiendo todos los mecanismos de la puerta para que esta jamás vuelva a utilizarse. El paso hacia el puente queda vedado por este lado, solo pudiendo llegar hasta allí por un túnel de mantenimiento en donde una persona de menor porte que Ellen y James podría avanzar arrastrándose. Tal vez desde el otro lado sea posible utilizar el mecanismo de manivelas para abrir la puerta y permitir el acceso.

Finalmente otro descubrimiento pone en alerta a los dos. En esa área están las capsulas del personal de la nave, aquellos encargados de los turnos semanales de pilotaje, mantenimiento y control de la nave. Los mismos utilizan cámaras de estasis menos complejas que las que se encuentran en la parte posterior de la nave y que sirven para largos viajes sin interrupción. La media docena de cámaras de estasis solo tiene dos ocupantes y uno de los ocupantes ha muerto hace centurias. Un esqueleto uniformado lo atestigua.

En cambio la otra cámara de sueño ahora comienza a fallar, porque la energía auxiliar ha provocado un desperfecto cuya reparación llevará más tiempo del que dispone el ocupante de la cámara de estasis.

Las malas noticias parecieron llegar junto con las buenas, la pericia de la ingeniera hizo que la energía auxiliar volviera a entrar en funcionamiento pero aquella cámara traía una imagen intranquilidad irá como poco.

La puerta de acceso había sido sellada como si una bestia estuviera del otro lado al igual que los signos de violencia de la cámara.

Mientras examinaba las cámaras de hibernación llamaron la atención del oficial una de ellas comenzó a emitir algún tipo de sonido que sin duda indicaba ir algo iba mal.

Johnson, ayudeme con esa cápsula no aguantará mucho

Un montón de información sobrepasó mis sentidos. Curiosidad, temor, adrenalina, entusiasmo, todo se mezclaba en mi interior como un agridulce batido de emociones.

-¿Qué diablos pasó aquí? -dejé escapar en un susurro de mis labios, más un pensamiento en voz alta que un comentario a Stevenson.

Miré al comandante con el ceño fruncido luego de identificar los destrozos en los robots de seguridad, los computadores dañados y la puerta del puente bloqueada.

-Vayamos por partes -respondí, ignorando entonces la puerta que nos conduciría al puente y a un potencial peligro. Teníamos que resolver primero lo que teníamos delante.

Me aproximé a la velocidad de un par de zancadas hasta la única cápsula de hibernación que tenía un tripulante. Tomé mi escaner y corrí un análisis inicial.

-Comandante, quizá sería más provechoso que fuera ingresando a los computadores de la nave, accediendo a las bitácoras y notas del personal -dije, señalando uno de los teclados que se habían activado con el regreso de la energía-. Y si pudiera escanear uno de esos androides también lo agradecería. Tenemos que apresurarnos.

Era conciente que la capitana esperaba que volvieramos pronto, y si Stevenson me ayudaba con algunas tareas para recabar información podríamos hacerlo mucho antes.

Una vez terminado el diagnóstico inicial, retiré uno de los paneles laterales de la cámara. Tenía que revisar los mecanismos internos, solucionar el cortocircuito que se había generado por la reconexión eléctrica y activar los protocolos de liberación del tripulante.

Los arcaicos circuitos de la cámara de estasis estaban más allá de cualquier posible reparación, solo pudiendo Ellen activar la secuencia de reanimación antes que los mecanismos dejarán de funcionar.
Entonces una serie de sonidos y luces fueron el espectáculo previo a la apertura de la cubierta de cristal que daba paso al féretro blanquecino donde el tripulante despertaba poco a poco.
El vapor del hielo y el resto del gas refrigerante se disipa lentamente y provoca una pared tenue de niebla.

Parece que el tiempo en su eterno letargo le ha robado años de su vida, justo cuando ese proyecto al fin de cuentas era la única posibilidad para dar un paso más allá. Es que sin pensarlo el hecho de someterse al destino, en sí a la inmensidad de un espacio que jamás tiene un camino señalado, la obligó a someterse al infortunio que la apagó por un tiempo en la lejanía del olvido, de un sueño que la consumió completamente. 

Sólo que inesperadamente dentro de aquel sueño inducido, algo salió mal y tras abrir los ojos es una espesa niebla la que en parte la mantiene alejada de lo que se encuentra alrededor. El oxígeno comienza a escasear, todas las funciones de la cápsula advierten del peligro potencial y al ser una Doctora, no le cuesta en absoluto comprender su situación a nivel salud porque es capaz de leer todo lo que se refleja. 

Y esa sonrisa, una que siempre llevaba como estandarte de buen rollo, de comunión con los demás, se apagó ante la incertidumbre, ante el naufragio de un despertar en la soledad. Hasta que las voces se hacen escuchar, y ella imagina en la misma quietud de su lugar que son alucinaciones, imaginaciones vagas que lejos de ser una realidad, terminan siendo un anhelo que jamás concretará. 

No es capaz de hablar, es que tampoco es consciente del tiempo que ha pasado, pero al menos intenta mover su cuerpo, reconocer el movimiento por más reducido que se encuentre. No estaba tan mal, no a simple vista, aunque como siempre tenía que salir de allí. La cuestión es cómo. 

La capsula dejo ver a una joven que después de todo estaba viva, había corrido mejor suerte que el ocupante de la capsula de al lado.  Sus movimientos lentos y su desorientación eran claros sintomas de la hibernación y necesitaría su tiempo para recobrar la consciencia.

Esta bien Johnson yo me ocupo, inicie las secuencias de la computadora.  Sea lo que sea lo que haya hecho eso es mejor estar aquí lo menos posible.

James tomo la mano de la mujer para que notará el contacto y eso le ayudará a conducir su mente a la realidad y dejar atrás el soport.

¿Puede oirme?

dijo James con un tono suave

Ha estado en una capsula de hibernación mucho tiempo, tomese su tiempo.

La mirada caoba de Clementine se centra en los ojos de James desde esa desorientación que lejos de mermar, se incrementa al descubrir que sigue allí mientras su memoria un tanto fraccionada, no se atreve a revelar recuerdo alguno del episodio pasado. Solo un breve paisaje de aquellos retoños se hallan en su inconsciente, pero latente absolutamente nada. 

Dispuesta a caer en esta realidad de la cual ahora es partícipe, sujeta la mano de aquel hombre desde una suavidad que refleja su confusión con el entorno y lo que intenta unir, sin hallar respuestas. - Estoy bien, mis signos vitales reflejan que la frecuencia cardíaca es normal, solo con una ligera variación en la pulsación, pero solo es al proceso del despertar. - responde en un tono suave, melodioso pero que impregnado de conocimiento, poco tarda en darlo a entender. 

Y mientras intenta salir, revelando un traje de color blanco ajustado, completamente cerrado, donde sus curvas se remarcan sin caer en el exceso, flaquea al querer mantenerse en pie. Solo que sonriendo, le indica al oficial que aguarde para poder lograrlo sin mayores problemas. Dando la impresión de conocerse tanto así misma y lo que sucede luego de la hibernación, al punto de lidiar sola con ello. 

- Vaya, soy Clementine. No conozco ese uniforme... ¿De dónde proviene? ¿De la tierra? - pregunta un tanto curiosa, buscando alguna señal en lo que veía para comprender un poco más. Lo bueno es que ya podía moverse bien, incluso su sonrisa siempre permanente desde que tiene uso de razón, allí estaba buscando iluminar en la oscuridad donde se encuentra. 

Las palabras de la mujer dejaban entrever algo de información, y parecía que formaba parte de la tripulación.  Con delicadeza acompaño el movimiento de su mano para ayudarla a incorporarse suavemente.

Somos de la Tierra, aunque quizá no de la que conoce... ya habrá tiempo para eso.  Veo que conoce bien los efectos de la hibernación en el cuerpo, ¿es médico o ingeniera, esa es su función en la nave? 

James invitó a levantarse levemente a la mujer para que probará sus propias fuerzas, siempre atento por si tambaleaba quien sabe cuanto tiempo llevaba en esa capsula... pero a juzgar por el esqueleto de la capsula de al lado habían sido sin duda muchos años.

Cuando la mirada de la mujer se percató del destrozó y la puerta reforzada James aprovecho para lanzar una segunda pregunta.  

Ha estado en esa capsula mucho tiempo, la nave esta dañada y la hemos encontrado por casualidad.  ¿Recuerda que sucedio?

Ante la pregunta de aquel hombre, Clementine deja escapar un suspiro de alivio porque al menos era capaz de responder aquello sin tener una nube de bruma en su mente o recuerdos que inconexos no armaban una historia que contar, menos explicar. 

- Soy médico, neurocirujana en realidad. Y esto parece ya escrito por el karma, tantos años estudiando el cerebro y ahora mismo soy la que no puede hilar un poco de mi pasado. Seguramente he perdido la memoria en el proceso o gran parte de lo vivido por la hibernación.- responde amable, risueña pese al estado de confusión que reina en su mente.

No obstante algo recuerda pero en si no encaja con lo que puede observar, había una guerra, en sí la Tercer Guerra Mundial y ella había escapado de aquella situación para enviarla al espacio. Aunque no explica mucho el asunto de aquel uniforme, no conocía algo semejante. 

- ¿No estamos en 1984? ¿Tercer Guerra Mundial? Hm... ¿Van Halen sacó al final el disco que tanto había promocionado el demo Jump? - pregunta un tanto preocupada, quería creer que al menos era 1985/86. - Y no, no tengo idea... No recuerdo nada de nada. Es decir, evacuamos hacia el espacio. - responde al encogerse de hombros. No tiene idea de nada, lo cual era bastante desconcertante. 

- ¿Cuantos meses han pasado? - pregunta un tanto preocupada. 

Fruncí el ceño ante las palabras de la médica que acababa de salir de la cápsula.

-¿Seguro que no recuerdas nada? -pregunté con notoria desconfianza. Me puse de pie y me encaminé al teclado más próximo, disponiéndome a consultar la bitácora y los sistemas de la nave.

No tengo mucho para postear, a parte de seguir al resto y mirarlo todo con desconfianza.

¿Puedo postear? (Si hay oportunidad, claro).

No parecía que aquella mujer fuera a aportar nada de información. Habían pasado algo más que meses y aunque verdaderamente la noticia de que todos sus conocidos estarían ya muertos poco importaba cuando la realidad era que su propia Tierra había sido aniquilada, pero era mejor dosificar la información poco a poco.

Tómatelo con calma, responderemos a tus preguntas pero ahora lo prioritario es reiniciar la nave y arreglar la fuga de radiación.  Quizá puedas echar una mano a Ellen si conoces la nave o su funcionamiento.  Iré a comunicar la situación con nuestra nave.

James, volvió sobre sus pasos hasta encontrar una ventana hacía la D5 esperando la respuesta a su anterior pregunta y comunicando la nueva situación.

Reinicio computadora en marcha, una superviviente. Rastros de violencia en el interior de la nave de procedencia desconocida ¿Cual es la situación en la D5?

- Claro que no recuerdo nada. ¿Qué necesidad tengo de mentir cuando me ha sacado de un proceso de hibernación y la nave está a la deriva? ¿Qué gano engañando? - pregunta un tanto perspicaz, sin poder creer que aquella mujer sea capaz de dudar en su estado. Más aún cuando las respuestas no llegan a ella, no cuando estando en aquel letargo que ni siquiera ha entendido de tiempo, son años sin ver absolutamente nada, apagando una vida para luego ser reiniciada ahora mismo. 

- Puedo ayudar, aunque soy médico y no tengo mucha idea de los sistemas. - termina por decir tras encogerse de hombros, ya que esto desde sus recuerdos había sido una evacuación y el haber quedado en el espacio debe haber surgido por algún fallo en la nave, dando un resultado catastrófico. - No sé su nombre. - indica a James. - ¿Son Oficiales Rusos? ¿De USA? Al menos, dígame en qué año estoy. - agrega un tanto preocupada, sin saber bien qué más decir al respecto, necesitaba saber la verdad. - ¿Fuga de radiación? ¿Dónde están los trajes con oxígeno? Esto puede ser letal para nosotros. 

Mi nombre es James Stevenson comandante de la flota estelar.

Despúes leyo el nombre de la oficial médico en la capsula, la miró a los ojos por un instante.

Se que eso le llevará a más preguntas Clementine, al igual que cada una de mis respuestas.  Ellen le dirá como puede ayudar y no se preocupe la radiación no es letal en cortas exposiciones.  Le prometo que contestaré a sus preguntas cuando estemos a salvo.

-¿Flota estelar? - pregunta mentalmente sin decir una sola palabra, demasiado sorprendida para siquiera simularlo en cada expresión de su rostro. No obstante tal cual ha mencionado James, eran demasiadas las preguntas y cuánto más se hable, se aumenta la curiosidad, al igual que la incertidumbre al no tener correlación con lo que ella recuerda y las palabras de aquel oficial. 

- Un placer, le agradezco su explicación cuando sea conveniente. Cuento con ello. -responde amable, es muy natural en ella serlo e incluso da la impresión de ser una buena persona. Sólo está algo desorientada y perdida en una realidad que no se asemeja en absoluto a lo que ella ha vivido, no cuando hay un tramo importante que se ha perdido en medio de la hibernación. 

- Pues manos a la obra. - termina por decir, aguardando paciente mientras intenta hacerse una imagen de lo que recuerda y lo que ve ahora mismo. Existía una diferencia radical, dejando un panorama más que devastador a simple vista, donde sin entrar en detalles o siquiera preguntar, se sabe perfectamente que han muerto la mayoría y posiblemente sea la única sobreviviente. 

Por un momento James se alejó de la antesala del puente para volver al pasillo central que se encuentra antes de la puerta de seguridad.

Al llegar a la puerta nota que la misma se encuentra cerrada y que sus mecanismos de apertura han sido inutilizados desde su lado. Si no encuentra otro camino los tres quedaran encerrados en la proa de la nave y con el correr de las horas la radiación podría hacer mella en la salud de todos.

Las estaciones de trabajo son completamente inútiles sin el ordenador central. Al estar fuera de línea solo es posible acceder a los datos redundantes de la memoria virtual de cada estación. Tomando el tiempo en cada puesto Ellen reúne los últimos datos de telemetría y sistemas primarios para recrear un informe minúsculo de la nave antes que el computador central dejara de funcionar.

La última fecha estelar data del año 2359 y su posición exacta se sitúa a dos años luz de aquí. La dirección de vuelo coincide con la posición relativa de la Tierra. El margen de error en los datos es del quince por ciento.

Levanté ambas cejas ante la sorpresivamente efusiva defensa de la médica.

-No tendremos más información hasta no reiniciar el núcleo o acceder al computador central -dije, señalando la puerta sellada que llevaba al puente-. Y definitivamente no me traje mi cortador de fusión como para abrir esta puerta...

Hice una pausa, mientras echaba un vistazo alrededor.

-¿Quieres ayudarnos? -miré a la recién descongelada- Podrías colarte por ese conducto e intentar abrir la puerta desde el otro lado. Es lo único que veo viable.