Partida Rol por web

Dije que te ayudaría en la intervención y así lo haré dijo con determinación James mientras no quitaba ojo del monitor que mostraba las débiles constantes vitales de Cristina.

Lo peor había pasado per desde un nuevo paro podía acometer en cualquier momento y el cuerpo cada vez más debil de Cristina podía no aguantarlo.

Rápidamente logran estabilizar el débil estado de Alba, pudiendo a hora decidir qué hacer, si comenzar la intervención quirúrgica o iniciar el procedimiento de criogenia hasta disponer de mayor información. Cualquiera de las dos opciones deberá ser tomada sin pérdida de tiempo, porque cualquier demora acarreara un posible cuadro irrecuperable de salud.

No sin dificultades, pero gracias a la pericia de Clementine y Daniel las constantes vitales parecieron estabilizarse. Sin duda habían salvado una pelota de partido pero sin duda Cristina no aguantaría mucho más.

James miró a Clementine directamente a los ojos.

Confio en ti y en tu criterio, si crees que la criogenización es un riesgo y piensas que es mejor operar ahora te ayudaré.

- A sus órdenes Señor Comandante. Ahora era el tratamiento que le correspondía. Sería el comandante de la nave de manera accidental, pero lo era. Muchos ganan el mando así, y otros, a partir de ser el Segundo, ascienden para tomar puestos de mayor responsabilidad. Era el sino de la vida. Uno caen por el camino … otro siguen avanzando. - Tengo el Alta de enfermería. Quedo a disposición y esperando órdenes.

Se escuchaban sus pasos, recién salidos de la enfermería, y si saber exactamente donde dirigirse, el "piloto automático" de sus pies, le dirigían hacia el puente, aunque esperaba que le dieran instrucciones y fuera hacer algo de provecho.

-Aquí Mukherjee. Vamos a realizar una expedición al planeta donde hemos llegado. Puede unirse a nosotros o quedarse en la Discovery vigilando a la capitán. Usted decide Diana. Si se une a nosotros nos encontramos en la bahía donde se encuentra el módulo de descenso lunar y no olvide prepararse. Es posible que encontremos alguna sorpresa.

Los pasos dieron un taconazo. Incluso por intercomunicador se pudo escuchar el sonido de sus botas.

- Voy a prepararme Señor Comandante. En unos minutos estaré allí. Y antes de cortarse la comunicación se empezaron a escuchar sus pasos a la carrera. Además, tenía que hacer algo. Estar en la enfermería la desesperaba, y ver el estado de  la Señora de Alba, y no poder hacer nada, era más frustrante si cabe.

— Vamos a operar. No tenemos opción James. — responde sincera, cuando al mirar detenidamente al Oficial, no existe margen de dudas ni nada que refleje que esa decisión ha sido tomada por a la primera. No fue para nada fácil desde el lugar de Clementine, a sabiendas de que esa mujer es importante para su compañero y también para el resto de los hombres que estaban con ella. 

Y mientras acerca la mesa con toda la instrumentación, le hace un gesto a Daniel ya que también debe ayudar en ello así ante cualquier imprevisto, hay otro más con quien contar. — Esto puede ser difícil, si no puedes con ello me lo dices. Yo estoy acostumbrada, es lo único que hice en mi vida. ¿Vale? — afirma la Doctora Rusa dejando a Stevenson la posibilidad abierta de que si esto es demasiado, puede retirarse a esperar lo que suceda allí. 

Aún así, algo le dice que estará hasta que todo termine. — Vamos a comenzar. — termina por decir, cuando al coger esas lupas de doctores que se colocan en la cabeza, acomoda una de ellas y tras comprobar una vez más las constantes, agrega una pequeña dosis más de sedante por las dudas, así puede usar el bisturí y operar. 

La cirugía demora más de lo previsto para lo tan poco que se puede hacer, porque en primer lugar luego de la amputación del brazo izquierdo, y al abrir y realizar la exploración quirúrgica descubren que es prácticamente imposible remover los elementos ajenos que han ganado terreno en el interior del cuerpo de la paciente. Amputar las extremidades no la salvara del inevitable fin que sucede dentro de su organismo.

Esto indica que al menos es posible obtener datos exactos sobre la condición y el avance de las nanosondas invasoras. En menos de 96 horas los órganos principales ya no podrán continuar funcionando debido a la lenta e inexorable asimilación de los tejidos, y en aproximadamente 72 horas el cerebro quedara expuesto al ataque. Es muy posible que en 48 horas comiencen a fallar los músculos del sistema motriz, imposibilitando el andar por su propia cuenta.

El cuadro es general y sin entrar en detalles, porque ejemplificando a partir de las próximas 24 horas las dolencias no podrán ser combatidas por sedantes básicos, requiriendo drogas fuertes que generarán efectos secundarios adversos.

La paciente podrá recibir el alta bajo supervisión constante a partir de las siguientes seis horas gracias a los aparatos traídos de la Princesa de Nueva Orleans, cuya capacidad para regenerar el tejido lacerado es asombrosa desde la perspectiva de la medicina del Discovery. También el limitado abanico de drogas traídas de esa nave ha servido al momento de la operación y de la siguiente recuperación.

Al finalizar la operación la paciente duerme profundamente, con un pronóstico favorable por el momento y siendo necesario que continúe bajo sedación por al menos otras dos horas.

La sangre llenaba la mesa de operaciones como muestra de la complejidad de la operación... Quizá hubiera podido ir mejor pero aquel resultado probablemente era el mejor que cabía esperar con aquellos medios.

Aquella cosa no remitía en su empeño de acabar con Cristina, pero Clementine había conseguido alargar algunas horas la esperanza.

Has hecho un gran trabajo y le has dado una oportunidad.

Ahora el cuerpo de la capitán debía recuperarse del daño de la operación y afrontar así su última batalla donde era el todo o la nada

James se lavó una vez acabado sin hablar demasiado, los acontecimientos se habían disparado y no iban a frenar.

Las horas pasan sin más y Clementine ha trabajado con total fervor en pos de salvar la condición de aquella mujer, pero el panorama es complicado y bien sabe que no va a sobrevivir a ello. Por esa razón tras haber amputado el brazo, se dispondrá a analizar las muestras con lo que tiene en la Discovery mientras le da unas horas de paz que de alguna manera Cristina necesita y posiblemente James también. 

— Hubiera querido salvarla, pero el pronóstico es desalentador... En horas lentamente irá colapsando todo y es posible que no haya forma de revertirlo, lo he intentado. Lo siento. — responde cuando al dar un último chequeo, se dedica a suturar y así mantener todo en perfectas condiciones, al menos de cara a unas horas. — Me pondré a analizar estas muestras, quiero conocer el mecanismo de esto. Puedes quedarte con ella, sabes que no hay problema. — termina por decir, cuando al quitarse los guantes y tirarlos al cesto, se dirige con la muestra al microscopio para ver un poco más allá. Ha descubierto lo que genera en el cuerpo, ahora quiere conocerlo un poco más. 

Afortunadamente para la joven Cristina, aquella versión mayor de sí misma sí que estaba dispuesta a darle respuestas, lo que suponía un alivio pues ya bastantes rompecabezas y adivinanzas tenía que averiguar, como para añadir más.

-Sí, es correcto. Ese chip fue la única forma de viajar para evitar una catástrofe. En el intento por volver todos morirán. Todos menos tu. No deberías saberlo pero no encuentro otra forma de evitarlo. - advierte, con sincera pena. Sus recuerdos aun son muy poderosos, como si hubiese ocurrido ayer.

- En esta parte, coincides con la versión oscura...- dijo más para sí misma recordando la última vez que se las había tenido que ver con la insoportable Alba malvada.

-Me diagnosticaron una enfermedad incurable. Es por eso que jugué mi ultima carta al implantarme el chip modificado. Pero no importa, no me arrepiento de nada. Solo que no haber formado una familia en lugar de darlo todo a mi carrera. Somos gente solitaria y eso lo sabes muy bien… - añade.

- El brazalete... no tiene cura... y sí, la vida de un capitán es solitaria... Lo sé...- asintió en un suspiro bajando la vista, sintiendo por un momento vacío en el corazón... ella era humana, muy humana y descendiente de una familia donde lo principal era la familia, había sido educada para ser la continuadora de la estirpe y sin embargo había tirado por la tangente y optado por entregrarse a su carrera profesional... algo que al final sabía que le iba a pasar factura, en realidad ella no quería estar sóla pero los capitanes de la flota parecían compartir el mismo destino, pocos eran los que conciliaban vida personal y profesional y para ella... con todo lo que había de por medio, sería aún peor... aún así trató de consolarse recordando a Cayetana de Alba, la duquesa más famosa de su casa, que en su día retrató el gran Goya, famosa por sus extravagancias, su personalidad y su poder... era incluso más influyente y rica que la propia reina de España, a quien no dudaba en demostrarlo porque simplemente no le caía bien y podía hacerlo.

-Tu visita a mi presente tiene como propósito esto. Leelo y memorizalo, porque ahora no entenderás nada, pero en el momento oportuno estos cálculos serán la diferencia entre la vida y la muerte. -

Aquellas palabras cortaron su hilo de pensamiento anterior, dedicando nuevamente toda su atención a la mujer y al padd que le tendía. La capitana no dudó un momento en coger el padd y echarle el primer vistazo para leerlo.

Aquellas palabras cortaron su hilo de pensamiento anterior, dedicando nuevamente toda su atención a la mujer y al padd que le tendía. La capitana no dudó un momento en coger el padd y echarle el primer vistazo para leerlo.

La anciana de Alba guardo silencio antes de responder y continuar con el encuentro. Esperó a que su joven versión acabase la lectura y pudiera memorizar los cálculos, pero la lectura seria interrumpida por eventos fuera del control de ambas.

A punto de finalizar el estudio de los cálculos del padd Cristina perdió el control de su cuerpo, soltando el padd al suelo y posteriormente cayendo sin fuerzas hacia un costado del sillón donde cómodamente estaba. Posteriormente su visión se nubló hasta perder noción de donde estaba, de todo lo que la rodeaba y acabar por flotar inerte en un espacio vacío por una cantidad de tiempo difícil de medir.

¿Cómo cuantificar el silencio y la absoluta oscuridad?

Finalmente. Cristina despertó de su sueño, de su viaje o su alucinación. Se maldijo por apenas recordar la información del padd, sea real o no…

Y lentamente abrió los ojos porque aún continuaba bajo los efectos de los sedantes y las drogas…

El estudio de las nanosondas demoró un par de horas. Las suficientes para que de Alba despertara en su cámara de estasis, que pese a estar operativa y en pleno funcionamiento su efecto fue nulo para la mujer española. También las drogas suministradas luego de la operación tuvieron un efecto mínimo en su cuerpo, siendo esto un claro ejemplo del avance del organismo invasor y su creciente control sobre el huésped. Junto a ella James y Daniel aguardan pacientemente su recuperación.

Clementine, en ese momento, continuaba pegada al microscopio electrónico en pos de analizar el comportamiento de las diminutas sondas cuyo comportamiento se equiparaba al de los más temibles virus terrestres. Su velocidad de expansión y crecimiento no tenía igual, siendo inmunes a las drogas y al sistema inmunológico por su condición artificial y orgánica en parte.

Posiblemente un tratamiento agresivo, derivado de la quimioterapia o la radioterapia dirigida, podría enlentecer el avance a costa de daños colaterales en el huésped. Solo que luego de la operación era una opción arriesgada.

Existía un estudio sobre inmunoterapia avanzada pero al momento de la hecatombe nuclear en la Tierra ella no había llegado a leerlo. Siendo esta una opción remota.

Pese a la diferencia tecnológica para estudiar las nanosondas Clementine cree en la posibilidad de utilizar algún tipo de radiación de alta frecuencia, que no dañe a los tejidos blandos y afecte a las diminutas sondas mecanizadas. Y aquí, nuevamente, se hallaba frente a la barrera tecnológica y de conocimientos. La ingeniería física-atómica no era su especialidad. Si la medicina.

Los ojos de Cristina hicieron varios guiños al tiempo que el cuello de la capitana giraba a un lado y a otro hasta que finalmente abrió los ojos con un breve parpadeo cuando consiguió enfocarse y orientarse y reconocer los rostros que había a su lado soltó una exclamacion en español... "mierda" fueron sus palabras textuales. En el rostro de la española se adivinaba frustración, seguramente de no estar recién despertada habría soltado algún improperio más pero se conformó con respirar y tratar de centrarse.

A continuación, hizo un amago de incorporarse y ver mejor cuál era su situación actual mirando a sus hombres con el interrogante reflejado en su mirada.

Las horas pasaron mientras Cristina parecía estable en la cámara de recuperación, la operación quizá sirviera para ganar algo de tiempo pero no pudo curarla.

Una nueva estación par ala capitana con un alto peaje para seguir el viaje, un viaje a lo desconocido solo que no hay vía suficiente.

James permaneció en el puente vigilando los sensores y las comunicaciones con el equipo de tierra mientras pasaba el tiempo de recuperación para después acudir a la enfermeria al término del tratamiento.

Al fin Cristina pareció despertar, James se aproximó a la cápsula tratando de atrapar su mirada antes de que se diera cuenta de la ausencia de su brazo.

Hola, que tal te encuentras?

Clementine se encuentra observando aquella muestra mientras toma notas de lo descubierto, de momento no quiere interceder entre James y Cristina, eligiendo seguir allí un poco más alejada con el microscopio. Algunas teorías surcan en la mente de la Rusa, pero de momento prefiere pensar y continuar investigando, haciendo pequeñas pruebas que reflejen resultados más decisivos a la hora de proceder. 

Ya Cristina tendrá que lidiar con lo que tiene ahora mismo, no será fácil, pero allí está James para ofrecer su apoyo y cariño condicional. Cuestión que a fines prácticos, es la mejor medicina que se pueda encontrar. No obstante aún abstraída de la escena en general, realiza unas pequeñas pruebas con radiación sobre la muestra para ver su reacción. 

La capitana de la Excalibur fue poco a poco tomando consciencia de su cuerpo y de su situación, por efecto de los sedantes que le habían suministrado se encontraba somnolienta y algo dispersa, al escuchar a James contestó con voz pastosa.

- Rara... Me encuentro rara... ¿Qué...? ¿Qué me habéis hecho? -dijo al darse cuenta de que le faltaba el brazo sin poder evitar un gesto de terror y desconcierto al tiempo que miraba a Daniel-Daniel... -con aquella mirada lo decía todo, había conservado la esperanza de no perder el brazo y pensaba que no iban a hacerlo hasta tener su consentimiento ¿o lo había dado antes de dormirse? Ya no estaba segura de nada sólo que estaba jodida, que cada vez se le complicabam más las cosas, que no quería ser una jodida manca y que jamás tenía que haber cogido el puto brazalete lo que le hizo odiarse a sí misma por haberse jodido la vida por una tripulación que ya no sabía si mercería la pena sacrificarse por ellos, la desesperación y el hastío era lo único que podía sentir en aquellos momentos en los que su voluntad no debía flaquear pero que cada vez se le hacía más difícil... ¿Cómo iba a hacer frente a todo lo que se le venía encima sin el brazo? ¡Joder! Y sí había repetido aquella palabra como cuatro o cinco veces... Pero es no había mejor definición para como se encontraba.

-Tan... ¿Tan necesario era cortarme el brazo? ¿Lo próximo que va a ser? Antes de hacer de mi un Blas de Lezo prefiero un tiro en la cabeza y terminar con esto-y lo decía en serio