Partida Rol por web

Sean meneó la cabeza ante la presentación de Anzak, como siempre exagerado y un poco desubicado, algún día Red se cansaría y le comería la cabeza de un mordisco... esa imagen mental le hizo ampliar la sonrisa. Con esa sonrisa abierta y los ojos chispeantes saludó a los recien llegados con una leve reverencia, quebrando en parte la ilusión de dureza que pudieran haber creado las palabras de Anzak y su propio físico.

- Bienvenidos al crucero Centella, serviremos los aperitivos una vez dejemos la atmósfera de Coruscant. - dijo en un tono serio y formal que contrastaba con la risa evidente en sus ojos. Luego se apartó para dejar pasar a los pasajeros al área común. 

El maestro jedi, con sus manos aún asidas a su espalda, saludó con una leve inclinación de cabeza a todos y cada uno de los miembros de la tripulación. Le gustaba aquel grupo. Sin duda no era su primer rodeo y aquello era positivo. No es buena idea lanzarse a un largo viaje espacial con gentes que se acaban de conocer entre ellos. Los roces y los choques se suelen producir con mayor frecuencia.

-Encantado. Un placer. Saludos. Por nuestra parte, somos de más bien pocos lujos, señor O'Leannan. Con acceso a la Holonet para poder informarme bien del planeta al que nos dirigimos, será más que suficiente. Eso y un espacio donde pueda entrenar con mi padawan. Estoy seguro de que ya han llevado a miembros de la orden con anterioridad y no se escandalizarán por un poco de prácticas jedi...

Sean miró al maestro Jedi cuando escuchó su apellido, parecía ser que quería jugar con las cartas sobre la mesa. Quizá tenía un mensaje de alguno de sus antiguos empleadores. - Veo que ha hecho la tarea y se ha molestado en averiguar quienes somos. ¿O es quizá que tenemos algún conocido en común en el Senado? - Preguntó en un tono neutro que, sin ser agresivo, contrastaba brutalmente con el espiritu de chanza de su comentario anterior. 

-Mmm... ahora que lo dice, es cierto que no me ha mencionado su apellido. A veces me pasan este tipo de cosas. La fuerza en ocasiones me susurra detalles sobre la gente a la que conozco. Le pido disculpas si lo ha encontrado... incoveniente.

Anzak puso una mano sobre el hombro de su amigo Sean y le contestó dejando claro que no tenía importancia.

-Son Jedis, o lo saben por la información que els han pasado o te han leido la mente o la mía...espero que no, pues a parte que no está muy bien, el noventa por ciento es picante -comentó socarronamente contestando a Sean.

-No se preocupe por el acceso a la holonet. Cada camarote tiene un acceso privado. De hecho lo hemos instalado todo el sistema hace muy poco...de hecho sustituimos todo el cableado -exageró el contrabandista-. En cuanto a la zona para practicar sus...¿habilidades?, si quieren pueden hacerlo en la bodega de carga principal. Como ahora no transportamos mercancías pueden usarlo como quieran. Quizás a la vuelta esté lleno...quien sabe si encontramos algo barato que en otra parte esté más caro y sacar unos créditos...ya me entiende... -dijo guiñandole un ojo-. Por supuesto todo legal -se apresuró a decir pensado en que eran jedis y muy cercanos al consejo de la república.

Tom levantó la ceja cuando oyó que querían un espacio para poder hacer prácticas de Jedi. Eso le sonaba muy interesante y de algún modo tenía que estar presente y poder aprender de ellos. Le pareció raro que no hubiesen notado nada.

- Perdone señor - dijo - Pero ese punto me parece sumamente interesante, lo de hacer cosas Jedi en nuestra bodega. Me pregunto si no les importaría que estuviera presente, de hecho tengo muchísimas preguntas que hacerles.

Red seguió a la comitiva hasta llegar a la sala común. Allí tras ubicarles la ingeniero se quedó a la espera de si les hacían alguna pregunta técnica que pudiera contestar y así Anzak no tendría que inventársela. Aunque esperaba que no le preguntaran nada y poder marcharse para preparar el despegue y comenzar a meter los datos en la computadora de astrogración para calcular el salto que les llevara a su nuevo destino.

Al pensar en ello Red se dio cuenta de que lo había dado todo por hecho. Se suponía que ellos debían ir a un punto determinado del que no se había hablado ¿sería bueno comentarlo o lo dejarían por sabido? La medio arkaniana miró a su socio y levantó una ceja pensando en que sería mucho suponer, así que lo preguntó ella.

-Nos dieron un planeta de destino, pero querríamos saber de primera mano a dónde nos dirigimos. Y si pueden ser concretos mejor -preguntó Red mirando a Nayim que parecía ser el de mayor rango-. También si tenemos permiso de entrada al planeta y si es así el código y el motivo, que seguramente nos pedirán -dijo sin tapujos, como Red solía hablar.

Nayim, sin varias un ápice su expresión, asintió levemente.

-Es un largo viaje. Será un placer responder a tus preguntas y conversar con todo el que lo desee. Es natural tener curiosidad por la Fuerza.

Después, escuchó a la única fémina del grupo formular su petición. Nayim no tenía por qué contestar pero tampoco es que tuviera que ocultar nada, así que respondió con naturalidad.

-Nos dirigimos en misión diplomática al planeta Quermia para re-negociar un acuerdo mercantil. La república les compra a los quermianos grandes cantidades de productos médicos y el consejo ha tenido a bien confiar en nosotros para las negociaciones. La información técnica que requiere está en mi pad de datos. Si nos permiten instalarlos, lo conectaré y se los conseguiré.

Sean sonrió ante la respuesta de Nayim y ante el intento de su capitán de restarle importancia, ya aclararía los puntos más tarde.

Una vez pasaron a la sala común, y tras el intercambio de palabras entre Nayim y Tom, y Nayim y Red, Sean se acercó al Jedi, pero se dirigió en principio a su capitán - No te preocupes Anzak que ya me he cruzado con Jedis antes, más de una vez el Senado me ha llamado para hacer el trabajo sucio. Sólo tendré que recordar que debo cuidar lo que pienso cerca de ellos, algo que Jaleena me enseñó a hacer. - le palmeó el hombro a Nayim - Gracias por recordármelo, - le dijo - como bien dice el capitán de la nave suelo acondicionar la bodega para entrenamientos de combate, son bienvenidos cuando quieran... - miró a su compañero, era la primera vez que lo había visto emocionarse por algo que no fuera una botella de licor - y quizá de esa manera puedan hacer que Tom se interese en mantenerse en forma, en alguna forma.

Señaló luego las tres puertas que podían verse a la izquierda de la sala común - Cada camarote tiene su propio retrete y una ducha, podeis colocar vuestra propia clave de acceso en la puerta. Me parece justo que sepáis que aún así Red tendrá acceso a la misma en caso de que sea necesario abrir la puerta, pero entre tanto y salvando alguna situación de fuerza mayor vuestros camarotes serán tan privados como los nuestros. - luego señaló un par de puertos de conexión alrededor de la  mesa semicircular - Puede conectar el datapad en cualquiera de ellos, Red podrá decirle a donde tiene que transferir los datos.

Anzak. asintió a Sean sonriéndole. Si bien no habían hablado antes de sus trabajos "sucios", sí que le había cpontado que había trabajado para el Senado con lo que trato con los Jedis sí que sabía que lo había tenido.

Luego cuando hablo de Tom le dio un codazo a Sean hinchando la tripa y asintiendo nuevametne-. Es como yo, estamos en buena forma, redonda jajajaja -dió de buena gana.

-Como bien ha dicho Sean, las ocmunicaciones dentro de la nave se han mejorado mucho...al igual que la seguridad y privacidad de cada uno -intervino después de su amigo-. Invertimos muchos créditos en que la nave fuese segura y funcional, para que todo el que quisiera pudiera estar cómodo y seguro en cualquier punto de la nave.

-El hecho de que alguien guarde una clave maestra de todas las estancias es simplemente como sistema de seguridad. de hecho no sé si la tiene Red o la gauda un algoritmo la propia nave...aunque es Red la encargada de dicho algoritmo -dijo como de pasasda aunque sabía perfectamente quién tenía y dónde estaba esa clave.

Kewan permaneció en un discreto plano durante las presentaciones, dejando que su maestro tomará la iniciativa como debía ser.  Fue cuando la conversación pareció más distendida en la sala común cuando al fin abrió la boca.

¿Habéis estado ya en Quermia?¿Como es?

La voz del padawan denotaba cierta seguridad e incluso estusiasmo en su tono

Anzak, que estaba más atento de Nayim y de sus compañeros, escuchó una voz que hablaba. Al girarse vio que era el joven que acompañaba a Nayim.

Sonriéndole le contestó.- No, que va. Aunque la galaxia es muy grande, sé en todos los sitios en los que he estado...aunque no sé lo todo lo que he hecho en todos...hay partes que... -dijo levantando las cejas y volviendo a sonreir-, pero este no es uno de ellos, no he estado seguro -dijo volviendo a sonreirle-. ¿Es tu primera salida o ya llevas muchas más con Nayim? -le preguntó al joven padawan apra que se sintiera más cómodo y así entrara más en las conversaciones de todos.

He sido asignado al maestro Nayim recientemente, y esta es nuestra primera misión.

d​​​​​​​​​ddijo Kewan en respuesta de forma distendida.

No he tenido oportunidad de ver muchos mundos, pero seguro que este será el primero de muchos.

Cita:

- Vaya, pues ya verás como te gusta visitar otros mundos. Llenos de criaturas malignas que solo desean devorarte, o llenos de volcanes en erupción con un calor que te quema los pulmones, o tan fríos que para oír una conversación tienes que freír las palabras que salen de tu boca, o lleno de amazonas sedientas de tu cuerpo pidiendo placer hasta que te mueres de cansancio... oh, sí, hay muchos planetas aunque nos faltan vidas para visitarlos todos.

El maestro guardó silencio mientras observaba y escuchaba a Kewan departir con los contrabandistas. Nayim seguía con las manos asidas tras la espalda mientras su mirada acerada iba pasando de uno a otro miembros de la conversación como si estuviera viendo algo más de lo aparente.

Cuando acabó, su gesto se relajó y puso una mano sobre el hombro de su padawan.

-Tú quédate charlando, padawan. Mientras, haré como dicen nuestros anfitriones y conectaré el datapad al sistema. Mis huesos no son ya tan jóvenes como los tuyos y puede que me tome un tiempo para descansar, después.

Tras dar las indicaciones al Maestro Jedi, el cazarrecompensas salió del salón para preparar todo para el despegue, dos minutos más tarde se escuchó su voz por el sistema de altoparlantes. - Bodegas preparadas para el despegue, puedes elevar a la Centella cuando quieras Red. - unos segundos más tarde volvió a la sala y tras servirse un vaso de agua se sentó a la mesa. 

- Les recomiendo que se sienten durante el despegue, no sé si Red seguirá las rutas estándar de salida o se disparará directo a la atmósfera, en el segundo caso no querréis estar parados. - dijo a los presentes, aún recordaba su rodada la primera vez que la centella había salido de la atmósfera como si fuera un caza y no una nave de carga. Usualmente entrar y salir de Coruscant por vías oficiales tomaba media hora de una espiral de descenso o ascenso burocrática, sin embargo el hecho de llevar "Jedi" en tu manifiesto de carga te habilitaba a tomar una ruta directa, tanto de entrada como de salida... y Red no era amante de las colas de espera. Tomó un trago y se repantigó en el asiento, preparad para ver el espectáculo si alguno obviaba su consejo.