Partida Rol por web

Una explosión llega hasta los oídos de la cazarrecompensas. Al ver a Thanik y al wookie entrar en la nave sin Porthos, la chica se teme lo peor.

- Bien preciosa, vamos a necesitar que los mantengas ocupados hasta que podamos saltar. Sube a la torre de artillería -propone Thanik a la confundida cazarrecompensas-.

- De acuerdo -responde algo apesadumbrada-. Voy para allá.

Acto seguido, la cazarrecompensas corre hacia la torre de artillería balanceándose de un lado a otro debido a los erráticos movimientos de la nave pilotada por Thanik. Una vez alcanzado su objetivo, toma asiento y, tras colocarse el intercom, activa rápidamente los sistemas de armamento pulsando una sucesiva secuencia de botones y palancas.

- ¡Lista! -exclama acercando el micrófono del intercom a su boca-.

La nave de carga se aleja del complejo minero y prisión imperial con sus ocupantes preparados para los próximos acontecimientos. - ¡Lista! - Exclama acercando el micrófono del intercom a su boca. En el horizonte, confundiéndose en la densa y deslucida atmósfera de Kessel, se forma una escuadra de naves imperiales dispuestos a darles caza. Sus órdenes son claras, de no poder recuperar la carga, evitar que sea robada. A cualquier precio. El transporte pilotado por Thanik no es tan rápido como sus perseguidores y la distancia comienza a recortarse.

La tarde ha dado paso a las sombras en Kessel y el carguero alcanza su velocidad máxima cuando los imperiales han entrado en el rango de ataque. Los atractivos párpados de la cazarecompensas se abren de par en par al vislumbrar a través del estrecho mamparo a sus enemigos. Tres cazas tie dan cobertura a otra nave de apariencia bicéfala. Pero no son dos cabinas, el otro módulo son las características toberas de un bombardero.

En la cabina, Thanik y Gruhnar observan en pantalla el aviso de estar siendo fijados por la telemetría del caza bombardero. Por el comunicador informa a Kendra: - No podré evadirme mucho mas con esta mole de metal. Vas a tener que quitárnoslos de encima - El reo sabe que su salida está en llegar al cinturón de asteorides que orbita Kessel. El casco del carguero es superior al de los cazas y evitarán seguirle. Después, saltarían al hiperespacio.

- No podré evadirme mucho mas con esta mole de metal. Vas a tener que quitárnoslos de encima -exclama Thanik-.

- De acuerdo. Haré lo que pueda -responde la cazarecompensas mientras dirige los cañones hacia el bombardero-.

El comando imperial va recortando distancia. La cazarecompensas aferra los mandos con fuerza y en cuanto el visor le indica que puede hacer tiro aprieta los pulsadores. Un par de ráfagas se proyectan con violencia cruzando la distancia que les separa. El piloto imperial no había tenido en cuenta que pudieran acertar un disparo desde tan lejos no ha reaccionado lo suficiente como para maniobrar una evasión. El impacto alcanza el fuselaje, pero lamentablemente, tan sólo crea un par de manchas negruzcas sobre el bombardero. Aunque la parte positiva, es que Thanik observa en pantalla que ya no están fijados.

Con una celebración a medias, apenas hay tiempo para el regocijo, pues los cazas tie responden con la fiereza habitual del Imperio. Una lluvia de ráfagas verdes os persigue y apesar de la pericia del preso, quizá por la inexperiencia en este tipo de transportes de respuesta lenta, os alcanza. Sin embargo, las pantallas han sido perfectamente orientadas por el wookiee y éstas absorven la energía lo suficiente como para que el grueso casco del carguero se encargue de aguantar el ataque sin sufrir daño. Un estruendo seguido de una sacudida se sucede con cada impacto.

La turbia atmósfera de Kessel va oscureciéndose a medida que salís de ella. Incluso puede distinguirse el famoso cinturón de asteroides que rodea el planeta. - Vamos sólo un poco más... - Deja escapar Thanik de su boca mientras se concentra en el pilotaje tratando de salir del ángulo de tiro, pero una vez más, la telemetría del bombardero fija su atención en el carguero.

La alegría de la cazarecompensas por el impacto realizado sobre el bombardero se torna en decepción al comprobar que la potencia de los láseres no es suficiente como para deshacerse del caza. Tras recibir sendos disparos, absorbidos por las pantallas deflectoras, Kendra se dispone a volver a disparar contra el bombardero.

- A ver si ahora hay un poco más de suerte... -murmura-.

La acción se reanuda, pues los cazas no van a dejar escapar la carga. La atmósfera da paso al vacío y a la oscuridad parcial. El campo de asteroides está casi al alcance. A toda la velocidad que permite el carguero, Thanik trata de evitar ser el objetivo de los ataques imperiales. Nuestra protagonista, pone todo su empeño en tratar de evitar que se acerquen. Vuelve a hacer uso de la torre de artillería contra el bombardero. Las ráfagas láser salen como una exhalación buscando su presa. Con el bombardero mas cerca es mas facil acertarle. Y vuelve a conseguirlo, pero esta vez con mejor fortuna, pues puede ver cómo una cortina de chispas se disipa en el vacío informado del daño causado en una de las alas. El bombardero, pierde la estabilidad e impacta con uno de los tres cazas de la formación. El tie es desviado de la agrupación por unos instantes dejándolo fuera de combate transitoriamente.

Pero dedicar toda la atención al bombardero permite que los dos cazas operativos descarguen su furia contra el transporte. Los haces verdes se proyectan con gran precisión y a pesar del esfuerzo de Thanik, golpean varias zonas del carguero. El manejo del wookiee de los escudos parece ser suficiente para el ataque de uno de los cazas, pero para el del otro resulta insuficiente y una pantalla pierde toda su efectividad. Para alvio de los pasajeros del transporte robado, la nave aguanta. - Mierda, no vamos a durar mucho mas si siguen pudiendo dispararnos. Kendra haz algo -  Exclama el preso perdiendo los nervios.

Vuelven a sentir otro impacto, pero no es de una descarga láser, es un pequeño asteroide, del tamaño de un puño, que avisa de la inminente entrada en su campo. En efecto, las distancias en el espacio pueden dar una visión errónea, al parecer los sistemas de colisión se vuelven locos ante la proximidad de múltiples objetivos a corta distancia. - Hemos llegado Gruhnar, muy atento ahora. Kendra vamos a movernos un poco -  A esa velocidad, es complejo evitar a los asteroides. Todos los pilotos saben de lo arriesgado que es llegar a Kessell por su cinturón de asteroides, es uno de los puntos fuertes de la prisión. 

Los imperiales no se van a amilanar tan pronto. Sus superiores no permitirán el fracaso y les temen más que a los asteroides. Aún así, aflojan el yugo ante la posibilidad del riesgo que supone seguir a los fugados a esa velocidad. El bombardero, visiblemente dañado, decide jugar su última baza antes de internarse en la marabunta de piedra y lanza su misíl contra el transporte. El wookiee grita y Thanik palidece consciente de que no podrá esquivarlo sin golpear con contra alguna roca. - Por todos los créditos de la galaxia Kendra, eres nuestra única salvación. Derriba ése proyectil! -

La cazarecompensas observa en su pantalla cómo el bólido luminoso describe movimientos curvos evitando los asteroides hasta tratar de llegar a vuestra posición. Por la frente de la joven puede verse caer una gota de sudor. Es consciente de que el misíl puede acabar con ellos...

- Por todos los créditos de la galaxia Kendra, eres nuestra única salvación. ¡Derriba ése proyectil! -exclama Thanik acompañado por el gruñido del wookie-.

La cazarecompensas observa en su pantalla cómo el bólido luminoso describe movimientos curvos evitando los asteroides hasta tratar de llegar a vuestra posición. Por la frente de la joven puede verse caer una gota de sudor. Es consciente de que el misil puede acabar con ellos...

- Vamos Kendra -se dice la chica a sí misma-. Derriba ese misil, derriba ese misil -susurra entre dientes las últimas palabras de Thanik al tiempo que intenta seguir al bólido en su trayectoria con el sistema de artillería-.

Tras dudar unos segundos que parecen minutos, la cazarecompensas aprieta finalmente el gatillo...

Los pequeños fragmentos rocosos van dando paso a grandes rocas cada vez mayores, hasta pasar por enormes asteroides que ridiculizan el tamaño del transporte de carga. Algunos orbitan entre ellos creando un movimiento aleatorio, una danza mortal de colisiones que hacen del pilotaje una tarea muy arriesgada. Thanik se emplea a fondo con el carguero, no piensa en reducir la velocidad, pues se pondría de nuevo a tiro para el bombardero. Además del peligro de merodear en el famoso campo de asteroides, una amenaza se suma, el misil lanzado contra ellos.

La cazarecompensas no puede negar que tiene un nudo en el estómago. Disparar contra una formación de cazas no es tarea sencilla, pero contra un objetivo tan pequeño que parece tener vida propia, sorteando los cuerpos rocosos, hace verdaderamente difícil predecir su posición para acertarle.

- Vamos Kendra -se dice la chica a sí misma-. Derriba ese misil, derriba ese misil -susurra entre dientes las últimas palabras de Thanik al tiempo que intenta seguir al bólido en su trayectoria con el sistema de artillería-.

Tras dudar unos segundos que parecen minutos, la cazarecompensas aprieta finalmente el gatillo. Una primera ráfaga sale de la torre, iluminando a los asteroides que pasan cerca, pero terminan impactando contra las rocas que se cruzan en su camino. El proyectíl acorca distancias como un depredador hambriento. En la cabina, la alarma de impacto se dispara y pueden ver que el misil se les ha echado encima. El wookiee aulla presintiendo lo peor y Thanik frunce el ceño con la impotencia de un condenado a muerte reflejada en su rostro. Cuando todo parece perdido, Kendra apura hasta el último instante para conseguir un tiro limpio y aprieta los gatillos. La torre vomita una nueva ráfaga que esta vez impactan al misil. Éste explosiona al instante produciendo una deflagración que devora todo aquello que está a su alcance. Las pantallas deflectoras caen y la nave de carga es zarandeada. En el interior, cortinas de chispas surgen por doquier y varios sistemas caen, pero seguís en pié. La onda expansiva desvía varios asteroides que terminan cerrando el paso de manera brusca e inevitable para el convoy imperial, que acaban impactando en una consecución de explosiones.

- Yiiiiiiiiihhaaaaaaaa! - Grita Thanik. - Bravo peliroja!! Te has ganado un trago de mi parte - Gruhnar gruñe de júbilo felicitando también a la cazarecompensas.

La nave, aunque maltrecha, termina saliendo del campo de asteriodes. Sin enemigos en las cercanías, tienen unos momentos para pensar en su siguiente movimiento. Kendra abandona el puesto de artillería para llegar a la cabina, donde hace uso de uno de los asientos. Thanik, tras volver a felicitar a la joven, expone las opciones:

- Bien, Gruhnar sugiere digirnos a Kashyyyk, donde su pueblo puede darnos refugio hasta que las cosas se calmen. Y no es mala idea, pero estamos hasta arriba de especia. Lo entiendes Kendra, estamos podridos de dinero si la vendemos. Pero debemos hacerlo ya o se terminará estropeando y no valdrá apenas unos míseros créditos. Conozco a alguien en Nar Shaddaa. Podría sacarla al mercado negro y no tendremos que preocuparnos de nada para el resto de nuestras vidas. Veo que eres una cazarecompensas por tu atuendo. ¿Sabes que hay protecciones de Beskar? El beskar es una rara aleación de manufactura mandaloriana, si es que has oído hablar de ellos. Ahora creo que ya están extintos, pero podrías tener el mejor equipo de la galaxia, incluso podrías contratar a esbirros y extender tu rango de capturas y fama. ¿Bueno... Qué prefieres? Rompe el empate - El humano y el wookiee se te quedan mirando esperando que tomes la decisión que ellos esperan.

La cazarecompensas respira aliviada al ver cómo, una vez más, esta vez por poco, logran escapar de la garra imperial. La nave, aunque maltrecha, termina saliendo del campo de asteroides. Sin enemigos en las cercanías, tienen unos momentos para pensar en su siguiente movimiento. Kendra abandona el puesto de artillería para llegar a la cabina, donde hace uso de uno de los asientos. Thanik, tras volver a felicitar a la joven, expone las opciones:

- Bien, Gruhnar sugiere dirigirnos a Kashyyyk, donde su pueblo puede darnos refugio hasta que las cosas se calmen. Y no es mala idea, pero estamos hasta arriba de especia. Lo entiendes Kendra, estamos podridos de dinero si la vendemos. Pero debemos hacerlo ya o se terminará estropeando y no valdrá apenas unos míseros créditos. Conozco a alguien en Nar Shaddaa. Podría sacarla al mercado negro y no tendremos que preocuparnos de nada para el resto de nuestras vidas. Veo que eres una cazarecompensas por tu atuendo. ¿Sabes que hay protecciones de Beskar? El beskar es una rara aleación de manufactura mandaloriana, si es que has oído hablar de ellos. Ahora creo que ya están extintos, pero podrías tener el mejor equipo de la galaxia, incluso podrías contratar a esbirros y extender tu rango de capturas y fama. ¿Bueno... Qué prefieres? Rompe el empate -El humano y el wookiee se te quedan mirando esperando que tomes la decisión que ellos esperan-.

- Emmm, chicos... ¿en serio queréis que sea yo la que decida el futuro de todos? -pregunta sorprendida reclinándose sobre el asiento-. En fin... -la cazarecompensas se cruza de brazos y, sin dejar de pensar en la información que debe pasar a la Rebelión, comienza a razonar en voz alta su decisión-. No creo que sea inteligente dejar escapar esta oportunidad de ganar algunos créditos extra. De hecho, ya solo por haber aguantado lo que hemos aguantado en las minas nos merecemos eso y más. Thanik... me has convencido -le guiña un ojo tras acomodar su melena pelirroja detrás de su oreja izquierda-. Pongamos rumbo a Nar Shaddaa -responde finalmente la cazarecompensas-.