Partida Rol por web

Con la bestia fuera de combate, nuestros protagonistas deciden cambiar de objetivo. El peligro es inminente y deben salir de ahí lo antes posible. El tren es su única salida. Sin embargo, son cosncientes de necesitar la tarjeta que da acceso a la puesta en marcha del tren. Uno de los soldados debe ser el poseedor.

Mientras salen corriendo hacia el transporte, el otro grupo de presos lleva ventaja y cruza la zona de penumbra. Como era de esperar, un alarido confirma otro ataque con funesto final. El forajido puede localizar claramente el rifle blaster de uno de los soldados caídos. Durante el movimiento de aproximación puede hacerse con él. El soldado aislado, sabe que su situación es trágica y decide rendirse alzando las manos mientras entra en el vagón container.

En el momento de entrar, otro preso es atacado y podéis ver con pavor cómo es despedazado por tres de esas criaturas en cuestión de segundos. Thanik localiza un rifle blaster junto a la puerta de acceso y Kendra le quita al soldado el rifle con pocos modales. A parte de vosotros y el soldado rendido, tan sólo han sobrevivido Thanik y el wookie, que ruge mezcla de de rabia y miedo.

El soldado, da un paso atrás cuando la cazarrecompensas se acerca - No me matéis. Yo tengo la tarjeta. Si me perdonáis la vida meteré el código para que este trasto regrese - Dice con voz temblorosa consciente de que defender el acceso a la prisión no tiene importancia. Allí seguirán vuestros problemas en cuanto os identifiquen visualmente.

Thanik mira un segundo a los dos soldados caídos que no han desaparecido en la oscuridad y luego a vosotros...

- Se me ha ocurrido una idea. Quizá estemos pensando lo mismo... -

Porthos se acerca al rifle blaster tirado en el suelo y lo coge apuntando al soldado de asalto que tenga más cerca.

- Acerquémosnos a la luz del vagón y quítate el traje por favor ...

- No me matéis -exclama el soldado alzando las manos a modo de rendición cuando la cazarecompensas alcanza su posición-. Yo tengo la tarjeta -prosigue con voz temblorosa al tiempo que la chica, con cara de pocos amigos y sin mediar palabra, le quita el rifle blaster-. Si me perdonáis la vida, meteré el código para que este trasto regrese.

- Tú vete metiendo el código -le responde tajante ella al tiempo que cuelga el rifle en su hombro y comienza a inmovilizarlo al vagón con sus esposas-. De lo otro... ya hablaremos.

Sin un segundo más que perder, la cazarecompensas se gira y, apartando su melena pelirroja de la cara con un rápido gesto de cabeza, acomoda el rifle en su hombro izquierdo, ajustando la mira para disparar.

- No sé cómo vamos a salir de ésta -dice para sí-. Habrá que intentarlo al menos. Vamos allá...

Intentando mantener a raya a las bestias arácnidas, aunque sin saber su posición exacta, la cazarecompensas comienza a disparar a discreción hacia la oscuridad, trazando arcos rápidos de un lado a otro de su campo de visión entre descarga y descarga. La tenue luz generada por éstas le ayuda a intuir mejor su posición, aunque también su número, lo que no le sirve de consuelo precisamente.

- Se me ha ocurrido una idea -dice de repente Thanik señalando a los dos soldados imperiales caídos en combate y cuyos cuerpos permanecen aún a la vista-. Quizá estemos pensando lo mismo...

Con un rápido ademán, la cazarecompensas busca y dirige la mira de su rifle hacia la posición señalada por Thanik, para acto seguido volver a apuntar y seguir disparando hacia la oscuridad.

- Arriesgado -jadea extenuada-. Muy arriesgado -una nueva descarga láser se pierde en la oscuridad-. Sin embargo, no creo que tengamos otra opción si queremos sobrevivir allí arriba. Yo os cubro -propone a sus 3 compañeros al tiempo que dispara una vez más-.

El wookie arrastra con facilidad a los dos soldados de asalto caídos hasta el interior del vagón. Thanik asiente complacido. Parece que la bestia peluda ha recordado el plan trazado. Mientras el forajido se hace con el rifle y apunta al único soldado en pié, solicita que se despoje de su traje. Kendra también apunta al imperial y exclama: - Tú vete metiendo el código - Y le esposa convenientemente al soldado una vez éste introduce el código y ella hace uso de la tarjeta.

Pero el peligro aún no ha pasado y el tren no ofrecerá mucha protección durante mucho tiempo.

La pelirroja comienza a descargar su arma contra la oscuridad que reina a pocos metros de su posición. - No sé cómo vamos a salir de ésta -dice para sí-. Habrá que intentarlo al menos. Vamos allá... A pesar del ruido de su rifle, puede escuchar a los arácnidos sisear de furia. Con la tarjeta y el código activados, el interior del vagón cobra vida con una hilera de luces a lo largo del perímetro del techo.

- Arriesgado -jadea extenuada-. Muy arriesgado -una nueva descarga láser se pierde en la oscuridad-. Sin embargo, no creo que tengamos otra opción si queremos sobrevivir allí arriba. Yo os cubro -propone a sus 3 compañeros al tiempo que dispara una vez más-.

Thanik pulsa entonces el accionador de la puerta y ésta cumple su función pesadamente. Justo cuando se cierra, las arañas salen de la oscuridad para atacar el fuselaje.

- Wroaaaarrrrrrr... -  Ruge el wookie como respuesta. - Tranquilo compañero, no pueden con el grueso metal. Bien, ahora viene la segunda parte de nuestra fuga - Con el rifle en su mano, aprovecha a apuntar a la cabeza del soldado desprovisto de su blindaje y disparar por sorpresa a éste. El soldado cae quedando tendido en el suelo con las manos esposadas. No hay buena gente en Kessel. - Poneos la protección. Tendremos una oportunidad hasta que puedan comprobar lo ocurrido -

El tren avanza inexorablemente y no queda mucho para que llegue a la terminal. Thanik, colocándose la protección del antebrazo expone: - En cuanto lleguemos, tendremos que ir rápido por el pasillo hasta la gran puerta. Allí hay una lanzadera de carga. Es nuestra única vía de escape. Confío que podramos llegar lo más lejos posible antes de que tengamos que disparar. Si la alarma se activa antes de llegar al acceso de la lanzadera, ésta se bloqueará y quedaremos atrapados. Poned vuestra cabeza en funcionamiento. Cualquier propuesta para acceder a esa nave será bienvenida. Nunca está de más un plan B por lo que pueda ocurrir -

El tren avanza inexorablemente y no queda mucho para que llegue a la terminal. Thanik, colocándose la protección del antebrazo, expone:

- En cuanto lleguemos, tendremos que ir rápido por el pasillo hasta la gran puerta. Allí hay una lanzadera de carga. Es nuestra única vía de escape. Confío que podamos llegar lo más lejos posible antes de que tengamos que disparar. Si la alarma se activa antes de llegar al acceso de la lanzadera, ésta se bloqueará y quedaremos atrapados. Poned vuestra cabeza en funcionamiento. Cualquier propuesta para acceder a esa nave será bienvenida. Nunca está de más un plan B por lo que pueda ocurrir.

- Entiendo -responde la cazarecompensas mientras acaba por colocarse la última parte de la armadura que le quedaba-. Tengo una pregunta: ¿se puede hacer que este tren pueda volver de forma autónoma abajo una vez lleguemos arriba? Si hacemos eso, podremos retrasar que descubran lo que ha pasado ahí abajo, ¿no? -pregunta dubitativa sujetando el casco imperial entre su antebrazo y su cintura en una posición que la delata como mujer-. Tendrán que llamarlo para que vuelva a subir y eso nos dará un par de valiosos minutos más, ¿me equivoco?

El vagón traquetea conforme avanza hacia su destino. Los gruesos muros de metal otorgan una falsa sensación de seguridad, pues su verdadero problema se presentará en cuanto lleguen a la prisión. Y será en poco tiempo.

Tras la exposición de Thanik, la pelirroja sugiere: - Tengo una pregunta: ¿Se puede hacer que este tren pueda volver de forma autónoma abajo una vez lleguemos arriba? Si hacemos eso, podremos retrasar que descubran lo que ha pasado ahí abajo, ¿no? -pregunta dubitativa sujetando el casco imperial entre su antebrazo y su cintura en una posición que la delata como mujer-. Tendrán que llamarlo para que vuelva a subir y eso nos dará un par de valiosos minutos más, ¿me equivoco? -

El reo se rasca el mentón y durante unos instantes reflexiona. Después opina: - Uhm no es mala idea, nos dará unos minutos ya que las comunicaciones con los niveles de excavación no son claras con tanto bloque de piedra. Sin embargo... - Dice mirando el accionador de puesta en marcha - Esto no tiene posibilidad de programación. O se queda alguien a la reactivación o tendremos que piratear el panel - Dedica unos instantes mirandoos a los ojos. - Algún voluntario? -

Mientras termino de ponerme el traje observo como el "jefecillo" Thanik apunta con el rifle al desprotegido soldado de asalto y de la forma más humillante lo mata disparándole en la cabeza.

- O es un sádico asesino o es tonto y no sabe que el blaster tiene una opción de aturdir -pienso mientras una arcada está a punto de hacerme vomitar por el acto recien observado- en ambos casos, es una mala compañía, sin duda.

El reo se rasca el mentón y durante unos instantes reflexiona. Después opina: - Uhm no es mala idea, nos dará unos minutos ya que las comunicaciones con los niveles de excavación no son claras con tanto bloque de piedra. Sin embargo... - Dice mirando el accionador de puesta en marcha - Esto no tiene posibilidad de programación. O se queda alguien a la reactivación o tendremos que piratear el panel - Dedica unos instantes mirandoos a los ojos. - Algún voluntario? -

Con la práctica de muchos años y toda la velocidad de la que soy capaz, apunto con mi rifle a Thanik mientras digo:

- Se me ocurre uno ... suelta tu arma inmediatamente Thanik -miro de soslayo al wookie- y tú, si apruebas el innecesario y cobarde asesinato que acaba de cometer tu compañero haz lo mismo.

En caso de que no intenten ponerme a prueba, esposo a Thanik (y al wookie si quiere seguir su causa) y los mando de vuelta hacia abajo. Cuando el transportador esté alejándose pero al alcance de mi arma, realizo un único disparo apuntando, al motor del mismo para dejarlo "colgado" en el sitio.

- ¿Ocurre algo? -preguntan al grupo un par de soldados tras mirarse extrañados por la llegada del tren a la superficie antes del fin de la jornada-.

- Porthos, por todo lo que más quieras, baja el arma -Kendra suplica en voz baja a su compañero mientras ve cómo los dos soldados comienzan a recorrer los escasos 10 metros que los separan-. El wookiee está algo nervioso por el ataque -les responde con la característica voz metálica que proporciona el casco imperial-, pero ya está todo bajo control -los dos soldados terminan por llegar hasta el tren-. Ha sido devastador. Nos hemos visto rodeados en segundos y no ha quedado apenas nadie. Hemos podido sobrevivir de milagro -continúa explicando gesticulando e intentando parecer algo inquieta-.

Giro levemente el ángulo de apunte de mi blaster y apunto al wookie mientras espero a que los soldados lleguen a nuestra posición.

- ¡Hola compañeros! -saludo a los soldados- hemos tenido problemas de nuevo en las minas y hemos perdido a varios prisioneros, sólo ha sobrevivido el wookie ... esposadle y trasladarlo mientras nosotros vamos a informar de lo ocurrido al puesto de mando. Yo he perdido mis esposas en el fragor de la batalla...

La puertas del vagón se abren tras un sonoro aviso y puede verse la escena que está a punto de convertirse en un polvorín, pero ésta parece truncarse cuando haccen acto de presencia dos soldados de asalto que custodian el acceso en la prisión.

Nuestros protagonistas reaccionan lo mejor que pueden, dejando el conflicto del interior del vagón para más adelante. A la pregunta de los dos imperiales de si todo estaba en orden, son Kendra y Porthos los que tratan de salir del paso con una argucia.

- Porthos, por todo lo que más quieras, baja el arma -Kendra suplica en voz baja a su compañero mientras ve cómo los dos soldados comienzan a recorrer los escasos 10 metros que los separan-. El wookiee está algo nervioso por el ataque -les responde con la característica voz metálica que proporciona el casco imperial-, pero ya está todo bajo control -los dos soldados terminan por llegar hasta el tren-. Ha sido devastador. Nos hemos visto rodeados en segundos y no ha quedado apenas nadie. Hemos podido sobrevivir de milagro -continúa explicando gesticulando e intentando parecer algo inquieta-.  El forajido continúa la interpretación aportando su papel.

- ¡Hola compañeros! -saludo a los soldados- hemos tenido problemas de nuevo en las minas y hemos perdido a varios prisioneros, sólo ha sobrevivido el wookie ... esposadle y trasladarlo mientras nosotros vamos a informar de lo ocurrido al puesto de mando. Yo he perdido mis esposas en el fragor de la batalla... -

Los dos imperiales parecen un tanto contrariados por la expresión de confianza que ha lanzado Porthos, pero sobrevivir a un ataque de esos arácnidos puede ensalzar la euforia del superviviente. Y con razón. Así pues, los dos soldados alcanzan el interior del vagón y uno de ellos extrae unos grilletes, mientras el otro apunta al wookiee. - No sé si voy a poder colocarle a esta bestia los grilletes - Dice el imperial. - Deberiamos pegarle un tiro y mandar el tren de nuevo, allí se encargarán las arañas de él -

Vuestras miradas, tras el visor del casco se buscan, incluso con las de Thanik, confirmando que los dos soldados están ajenos al peligro que corren.

Los dos soldados alcanzan el interior del vagón y uno de ellos extrae unos grilletes, mientras el otro apunta al wookiee.

- No sé si voy a poder colocarle a esta bestia los grilletes -dice el imperial-. Deberíamos pegarle un tiro y mandar el tren de nuevo, allí se encargarán las arañas de él.

- Emmm... -interrumpe la cazarecompensas-. Perdonad, pero no creo que la mejor opción pase por deshacernos de una mano de obra tan competente como ésta -dice señalando al wookiee-. No creo que los de arriba lo vean con buenos ojos -prosigue intentando disuadir aún más a los indecisos imperiales-. Si queréis, nos encargamos nosotros de él.  Lo llevaremos a la enfermería e informaremos de lo sucedido. ¿De acuerdo?

Porthos calla y espera acontecimientos sin dejar de apuntar al wookie.

Mientras Thanik trata de adaptarse a la situación con un wookiee a punto de estallar y de echar al traste la actuación, el forajido se mantiene espectante y sigue con el rifle apuntando al peludo.

- Emmm... -interrumpe la cazarecompensas a los imperiales-. Perdonad, pero no creo que la mejor opción pase por deshacernos de una mano de obra tan competente como ésta -dice señalando al wookiee-. No creo que los de arriba lo vean con buenos ojos -prosigue intentando disuadir aún más a los indecisos imperiales-. Si queréis, nos encargamos nosotros de él.  Lo llevaremos a la enfermería e informaremos de lo sucedido. ¿De acuerdo? -

El soldado titubea un segundo pero su compañero le da con la mano en el hombro. - Bah, que lo lleven, esto no es asunto nuestro. Mejor que se encarguen ellos. Daos prisa, van a necesitar el tren ahí abajo dentro de nada y hay que despejarlo - Y se quedan en la entrada del tren custodiándolo a la espera que lo llamen desde las minas.

Cuando salís uno de los imperiales añade. - No vayáis por ahí con esa "cosa" sin los grilletes. He visto los problemas que pueden dar esas bestias -

- No vayáis por ahí con esa "cosa" sin los grilletes. He visto los problemas que pueden dar esas bestias -comenta uno de los dos soldados cuando el grupo abandona el tren-.

- Descuida -responde la cazarecompensas apuntando al wookie-. Seguro que no nos da ningún problemas. ¿Verdad, amigo? -dice girándose hacia el wookie al tiempo que guarda su rifle y saca de su cinturón unos grilletes. A continuación, Kendra se acerca lentamente a su inquieto y peludo compañero ante la atenta mirada de los dos soldados-. Tranquilo, sólo serán unos minutos... -susurra la chica intentando apaciguar al todavía enfurecido wookie-. Yo no soy tu enemiga... Déjame colocarte los grilletes y podremos salir con vida de esta cloaca imperial, ¿de acuerdo? -Tras advertir en el wookie un hilo de colaboración, Kendra le coloca los grilletes y exclama-: ¡Ya está! ¡Prosigamos!

Acto seguido vuelve a enfundarse su rifle y, en voz baja, se dirige a Thanik:

- ¿Y ahora? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es la salida?

- Seguro que no nos da ningún problema. ¿Verdad, amigo? -dice girándose hacia el wookie al tiempo que guarda su rifle y saca de su cinturón unos grilletes. A continuación, Kendra se acerca lentamente a su inquieto y peludo compañero ante la atenta mirada de los dos soldados-. Tranquilo, sólo serán unos minutos... -susurra la chica intentando apaciguar al todavía enfurecido wookie-. Yo no soy tu enemiga... Déjame colocarte los grilletes y podremos salir con vida de esta cloaca imperial, ¿de acuerdo? -Tras advertir en el wookie un hilo de colaboración, Kendra le coloca los grilletes y exclama-: ¡Ya está! ¡Prosigamos!

Comienzan a andar en dirección opuesta al tren dejando a los dos imperiales atrás. Una vez en el gran vestíbulo, la cazarecompensas, tras enfundar su rifle se dirige a Thanik:

- ¿Y ahora? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es la salida? - Éste señala hacia uno de los lados de la gran cámara, donde una gran compuerta blindada cierra el paso hacia el hangar de carga. - Maldita sea - Exclama Thanik al ver frustrados sus planes. - Alguien tendrá que acceder a la consola que abre la puerta -

Por encima de vuestras cabezas, Una cabina acristalada contiene la pequeña sala que controla el acceso al hangar. Está en un nivel superior al que se accede por unas escaleras que surgen de la pared de vuestra derecha. Thanik confiaba que la gruesa puerta estuviera abierta durante el proceso de carga de mineral, pero no ha sido así. Desde vuestra posición, podéis ver a un sólo hombre sentado allí arriba. - Yo subiré y me encargaré de abrirla. Con el wookiee llamaríamos mucho la atención. Es mejor que lo llevéis a la puerta como si fuera a ser trasladado. En cuanto la abra me reuniré con vosotros -

Así, el forajido se separa y no tarda en acceder a la sala de control, mientras os movéis hasta la puerta conscientes de que en cualquier momento podrían dar la alarma por lo sucedido en las minas. Porthos se ocupa del hombre de vigilancia en cuanto éste le abre la puerta dejándole k.o. y piratea la apertura. Tras unos minutos que parecen eternos, la gran puerta comienza a abrirse y podéis ver una nave de carga reposando a unos 30 metros. No parece haber nadie, salvo en la cabina. La rampa de acceso está bajada.

- Vamos... Ya casi estamos... - Susurra Thanik mirando al gran tubo vertical que hace de salida del hangar.

Tras unos minutos que parecen eternos, la gran puerta que da al hangar comienza a abrirse dejando ver una nave de carga reposando a unos 30 metros de distancia. No parece haber nadie, salvo en la cabina. La rampa de acceso está bajada.

- Vamos... Ya casi estamos... -susurra Thanik mirando al gran tubo vertical que hace de salida del hangar-.

Sin dejar de apuntar al wookie, la cazarecompensas asiente con la cabeza y comienza a andar hacia la nave.

- Lo de llevar al wookie a la enfermería ya no va a colar -comenta la chica en voz baja mientras se acercan a la nave-. Habrá que pensar en otra cosa... ¿Un traslado, quizás? -pregunta a Thanik-. Aún así, el de la nave lo comprobará, a no ser que acabamos antes con él. Si las cosas se ponen feas, habrá que actuar rápido -propone la cazarecompensas al wookie al tiempo que lo libera disimuladamente de los grilletes tras asegurarse de que ninguna cámara de vigilancia capta su acción-.

- ¿Qué pasa ahí abajo? ¿Va todo bien? -pregunta en alto el piloto desde la cabina al oír los ruidos ocasionados por el ataque del wookie-.

- Encárgate de él... -dice Thanik a la cazarecompensas-. Nosotros cubriremos la nave si la cosa se pone fea. No esperaremos mucho. Si tu amigo no llega rápido, despegaremos o no podremos salir nunca.

- De acuerdo -responde Kendra a Thanik-. Me desharé de él lo antes posible -dice mientras sube por la rampa con dirección a la cabina-.

Con la protección de identidad que le proporciona el blindaje imperial, la cazarecompensas se dirige con rapidez hacia la cabina portando en sus manos el rifle blaster, fijado en posición de aturdir. Una vez allí, se topa con el piloto que, al no obtener respuesta, había dejado su puesto con la intención de bajar a ver qué había sucedido. El piloto, sorprendido, se para en seco al ver a Kendra. Ésta, sin mediar palabra, efectúa un disparo limpio y certero, haciendo que el cuerpo del piloto se desplome inconsciente en el suelo.

- ¡Ya podéis subir! ¡Salgamos de aquí cuando antes! -exclama con su voz original tras despojarse del casco-.

Kendra asciende por la escalera que da acceso a la cabina cuando se encuentra con el piloto. Éste se muestra desconcertado, pero no es consciente de que el soldado de asalto que tiene ahora delante es nuestra protagonista. Con el arte embaucador que ha desarrollado con el tiempo, señala hacia el cuadro de mandos como si algo ocurriera. El piloto se gira y Kendra apunta con el rifle báster en posición de aturdir. El cuerpo cae a plomo sobre el metálico suelo.

La cazarecompensas se retira el casco dejando su melena peliroja reposando sobre la protección blanca y mostrando una sonrisa de satisfacción. - ¡Ya podéis subir! ¡Salgamos de aquí cuando antes! -exclama con su voz original tras despojarse del casco-.

Thanik y el Wookiee no tardan en subir cuando una tropa de soldados hace acto de presencia en la cámara central de la prisión. Uno de ellos señala a la gran puerta. Ésta no debería estar abierta y comienzan a correr hacia la nave...

En la salita de control, Porthos empieza a sentir la falta de aire. Sabe que no podrá zafarse de la garra metálica del droide. El sudor recorre su tez enrojecida y pronto perderá el conocimiento. Pero no será capturado y seguramente ajusticiado si tiene algo que decir al respecto. Con su mano enguantada coge el detonador que todo soldado porta en su cinto. Con su último aliento puede decir en un tono casi inaudible: - Voy a patear tu culo metálico... - Y activa la bomba para alojarla en una oquedad del torso del androide.

En la nave de carga puede verse a la tropa de soldados llegar al portón cuando una ráfaga luminosa sale de la sala de control para ser precedida de una onda destructiva que revienta el ventanal y derriba a varios de los soldados. En la confusión, Thanik tan sólo maneja la nave ya que ésta estaba prepara para partir en breve. Los repulsores se incineran y el transporte se eleva por el conducto.

Tras unos segundos que parecen eternos, finalmente la nave alcanza la superfície. El transporte despliega las alas. Podéis saborear la libertad, pero sois bien conscientes de que el peligro no ha cesado. La pantalla parpadea para mostrar varios puntos en las inmediaciones. Parecen ser cazas tie de corto alcance vigilando la zona. - Vamos amigo siéntate y empieza a calcular el salto - Dice Thanik al wookiee - El hiperespacio es nuestra única vía de escape - Y activa el generador del escudo protector. - Bien preciosa, vamos a necesitar que los mantengas ocupados hasta que podamos saltar. Sube a la torre de artillería -

Mientras la cazarecompensas se pone a los mandos de la torre, los ties comienzan a situarse en formación. En breve entrarán en rango de ataque.