Rik asistió boquiabierto a la increíble historia que aquella humana les relataba, observando con atención las diferentes reacciones de sus amigos.
Tras la dramática explicación, no pudo menos que sonreír. - En sssssserio? Ossss creéisss essstass paparruchasss? Claaaro...y yo ssssoy un famossso general Ithoriano..pfffff...- se burló.
Pero fuera quien fuera, sus amigos parecían dispuestos a ayudarla, y de paso, meterles a todos en aquel berenjenal, fuera el que fuera, por lo que no quedaba más remedio que hacer de tripas corazón y ayudar.
- Peeeeeeeeero...¿y qué ganamos nosotros ayudándola? - pensó el lagarto estelar. Nadie sería capaz de evitar que Rik, que llevaba toda su vida trapicheando para salir adelante, no lo hiciera ahora. - Ejem...¿Y qué ganamossss nosssotrosss por ayudarte? Comer cuesssta créditossss...y yo quiero comprarme una nave, no sssson baratasss. - le preguntó a aquella humana con ojos bonitos, al fin y al cabo, eran del mismo color que la piel de Rik, y Rik sabía que era muy atractivo.
Con Assid, Rik había tomado una política de no contestar cuando parecía que estaba estresada o loca...o con aquello que los humanos llamaban periodo. Un amigo le había contado que las mujeres se volvían locas cuando les pasaba eso, y él no se lo había creído...pero viendo el comportamiento de Assid, empezaba a pensar que igual su amigo no había exagerado, por una vez en la vida.
Móvil, no puedo negritas...sorry.
Así está la pobre ahora, verás que triste cuando encima se entere de que el General Anakin Skywalker es ahora Darth Vader. |
![]() |
(Continua texto anterior incompleto) ... Zeva le ofrece entonce su cantimplora a a Maeli mientras que le dice:
- Por favor amiga bebé un poco de agua, que tee propone Kael puede ser buena idea ya que tu nave quedo estropeada, pero por favor cuentanos que paso con el o los pilotos que te derribaron ... te escondiste en esta cueva porque crees que te pueden perseguir? ¡Quienes son ellos? - Mientras que la piloto en ciernes deja de mirar con admiraciòn a la padawan Maeli Tana, no por su belleza o por ser parte de la orden de los Jedi, sino porque ella es la piloto que volaba con el caza destartalado que dejaron atrás ... quisiera aprender todo lo posible de ella acerca de pilotear en el espacio, una vez que la ayude a recuperarse ... por supuesto que entendía y normalmente estaría de acuerdo con la lógica de Rik, pero para ella tener la oportunidad de coincidir y poder aprender de una piloto espacial era todo lo que necesitaba por ahora, así que se giró hacia Rik y le susurró:
- Entiendo tu punto de vista amigo Rik, pero por el momento dificilmente conseguiras de esta acciòn una recompenza mayor de lo que nos encontramos atrás, pero estoy de acuerdo de que si hay una posible recompenza o premio eso nos motivará mas a ayudarte y tengo una idea que no te parecerá mala para ello ... enseñame cuanhaya posibilidad a mejorar mis habilidades para pilotear una nave espacial por favor -
Todos hablaban con la piloto, Len y Kael mirándola embobados como tontos, hombres eran todo galantería cuando les convenía, aquella piloto llamada Maeli reveló ser padawan una aprendiz de jedi, todos se negaban a creerlo.
Todos se ofrecieron a ayudarla, Kael era todo sonrisas y amabilidad y Len más de lo mismo, incluso aquella sabandija de Rik se mostró complaciente y servil con esa desconocida.
-Bueno bueno, y yo era la loca,¿no?, te felicito Kael tienes una nueva compañera de juegos-, miré a Maeli,-aunque es verdad esas heridas hay que tratarlas, habrá que buscar un doctor pero yo no tengo mucho sentido común para hacerlo-dije a todos ellos sacudiendo las manos -uff uff que Assid esta loca ¿a que si?, no te ofendas Maeli pero son hombres todo amabilidad cuando ven una cara bonita, si has embrujado a ese alinígena, se llama Rik mira te lo presento, el no parece querer decirme nada y nadie se cree eso que has dicho, pero sabes Maeli yo si te creo, sostuve que te estrellaste aquí y eras una jedi, pero....ah no no claro estoy loca y claro eso no podía ser.... Me detuve en una pausa dramática-y ahora viene lo mejor, ¿no te lo dije Kael y lo negaste, "¿tu dijiste no no creo que fuera una jedi?", ¡y tu tampoco lo crees verdad sabandija servil del demonio!-estrellé mi puño contra una roca haciendo un agujero allí donde golpeó mi prótesis de lommite sin hacerse un solo rasguño conocido aquel metal por su dureza-tenía razon yo Kael... te lo dije, tenía razon yo Rik te lo dije....nunca hay que dar por sentado cosas pero como Assid esta loca....¿ves Len?, la loca luego soy yo y siempre tengo razón-dije, Luego miré a Zeva-....¡vuesta diva Asidd a vuelto a acertar en sus deducciones y vosotros insultáis su inteligencia os lo dije ahora y os lo restriego por vuestra jeta!-dije -¡tenia razón tenia razón tenia razón,! hale- me cruce de brazos-voy a ver si veo a alguien que pueda ayudarnos quedaros con vuestra preciosa piloto, os informaré si veo a alguien que pueda ayudarnos pero os lo dije tenia razón y todos estabais equivocados menos yo.
-Bueno Deto vámonos que ellos se sobran y yo aquí sobro también ¿porque estoy loca? ¿sabes Deto?, si estoy loca-dije mientras me dirigía a la salida-además me sentará bien un poco de aire, veré si Deto puede escanear algo-mis ojos relampagueaban de dureza y furia y desaparecí con Deto en mi hombro por unos matorrales cercanos.
El discurso prometidoXDDDD Assid ya lo dijo.
Os lo dije os lo dije, para todos había que como Assid esta locaXD ¿ahora quien rie?XD
El aire de la cueva era denso, cargado con el calor de los cuerpos aglomerados en el espacio reducido. Maeli parpadeó varias veces, sus ojos verdes reflejando la luz tenue que apenas iluminaba la cámara. Su cuerpo aún dolía, cada músculo protestaba ante la más mínima intención de moverse. Trató de incorporarse, pero apenas consiguió apoyar los codos antes de que el mareo la obligara a quedarse quieta.
Miró a su alrededor, observando los rostros de los niños que la rodeaban. Algunos expectantes, otros preocupados, otros simplemente fascinados. Su mirada se posó en Zeva, quien le ofrecía una cantimplora. Con un gesto agradecido, tomó el recipiente y bebió pequeños sorbos, sintiendo el agua refrescante aliviar su garganta reseca.
Escuchó las preguntas que brotaban a su alrededor como una cascada imparable.
—¿Dónde estamos? ¿Dorvalla? —repitió, mirando a Kael, que parecía casi embelesado con su presencia. Luego frunció el ceño. —Entonces he caído más lejos de lo que creía…
Su expresión se endureció cuando Zeva preguntó sobre la Orden 66 y los Sith. Sus labios se apretaron por un momento antes de responder.
—Los Sith son… los enemigos de los Jedi. Son usuarios del Lado Oscuro de la Fuerza. Durante siglos han permanecido ocultos, pero el Emperador… Palpatine… él es en realidad un Sith. Su verdadero nombre es Darth Sidious, y fue él quien ordenó nuestra exterminación. La Orden 66 fue su decreto para eliminar a todos los Jedi. Los clones que antes luchaban a nuestro lado nos traicionaron en un instante. La mayoría murió ese día… incluidos muchos jóvenes como vosotros.
Su voz tembló un poco al recordar la matanza. Tomó aire antes de continuar.
—Como decía... mi maestro, Rahm Kota, logró que huyéramos. Nos ocultamos un tiempo… hasta que nos atacaron en Sluis Van. Nos teníamos que reunir en Dxun... No sé cómo sobreviví al impacto, pero…
Se detuvo, cerrando los ojos con un gesto de frustración.
—No puedo moverme bien. No puedo luchar. Y si ese aprendiz sigue con vida, tarde o temprano vendrá a por mí.
Fue entonces cuando Rik habló, con su escepticismo descarado. Maeli lo miró con una expresión impasible, aunque en el fondo, la duda del reptiliano no la sorprendía.
—No espero que me creas —dijo simplemente—. Pero lo que os he contado es la verdad.
Cuando él preguntó qué ganarían ayudándola, ella suspiró.
—No tengo créditos… ni posesiones. Solo mi vida. Si eso no es suficiente para ayudar a alguien, entonces no sé qué lo es.
Se encogió apenas cuando Kael se acercó a ofrecerle su brazo. Su entusiasmo la tomó un poco desprevenida, pero su sonrisa le pareció sincera. No obstante, negó con la cabeza.
—No… no puedo. Es mejor que me quede aquí oculta hasta que me recupere. Por favor, marchaos. Volved con ayuda cuando sea posible, traedme comida y medicinas, por favor… pero no le habléis de mí a nadie.
Su mirada recorrió los rostros de los niños, buscando asegurar su comprensión.
—No… no puedo ir a la ciudad —agregó, con firmeza—. El Imperio y los Sith tienen ojos y oídos por todas partes, no puedo arriesgarme a que me vean o acabaré muerta. No puedo ni andar ni luchar. Id… traed ayuda, por favor…
El silencio se hubiera apoderado de la cueva tras sus palabras. Pero Assid no paraba de parlotear como poseída por un arrebato que mezclaba celos con un irredento empecinamiento. Maeli parecía mirarla un tanto confusa...
—Eh… ¿está bien vuestra amiga? —preguntó, dubitativa—
Fuera como fuera, la decisión sobre qué hacer con Maeli y como proceder a continuación ahora recaía en ellos.
...incluso aquella sabandija de Rik se mostró complaciente y servil...
Joder, ahora recibe el lagarto Juancho también, que ni se cree que sea una Jedi la chavala XDDDD
La muchacha abrió los ojos y Len se quedó anodado mirándoselos. Un suspiro profundo salió de su boca y se quedó atontado mirándola. Apenas prestaba atención a lo que decía el resto. Sólo prestaba atención a lo que la chica decía aunque sonara raro o no lo entendiera. Si lo decía ella, tenía que ser cierto. Oía un ruido de fondo constante de una voz aguda, pero era imposible dejar de dedicar su atención completa a aquella chica que había, al parecer, vivido tanto en casi la misma edad que él.
Una mujer de verdad. Otro suspirito se le escapó, incapaz de contestar, incapaz de decir nada por ahora, más que observarla.
Post, rápido, a ver si mañana levanto cabeza.
Kael continuó observando a Maeli con fascinación. Era sin duda alguna la chica más increíble que había visto nunca. De hecho, empezó a pensar que la estaban atosigando con tanta tontería así que intentó poner orden. Maeli era una dama, no se merecía eso. Una dama en apuros, además.
—Debería daros vergüenza. ¿Pero qué os pasa? Zeva, la señorita ahora no te va a dar clases, está malherida y necesita nuestra ayuda, no al revés. Cuando cumplas 18, te conseguiré un profesor de vuelo si quieres, pero ahora no te dejarían ni pilotar una lanzadera repulsora porque eres una niña pequeña… y tú, Rik, ya te vale… ¿te parece que es una millonaria? — bufó con cierto malhumor y le dio un empujón en el hombro al reptil. Quizá no es que Kael fuese exactamente generoso, más bien es que el dinero no le preocupaba mucho, porque tenía de sobra. O eso pensaba él —Que quieres una nave… pues ya puedes empezar a ahorrar para cuando seas adulto. — meneó la cabeza, negando, y chasqueó la lengua, como hacía su madre cuando le regañaba —Tcht, tcht, tcht. Estos niños… ¡Cómo son! Lo siento mucho, señorita — Kael sonrió a Maeli, dándoselas de mayor. Ahuecó un poco la voz y sonrió, imitando el estilo de su padre, el gobernador. —Por supuesto que te creo. Todo lo que dices. Y lo de esos sith, también. — Mientras pueda seguir mirando esos ojos verdes me creeré cualquier cosa que me digas. Hasta que puedes mover cosas con la mente o cualquier otra fantasía.
Entrañable. Caballeroso. Casi seductor… si no fuera un crío de 12 años, claro.
Escuchó lo que dijo Maeli que necesitaba y arrugó el ceño, pensando.
—Está bien. Comida y medicinas. Quizá algunas mantas, en esta cueva hará frío, sobre todo por la noche. — Kael rebuscó en sus bolsillos y miró su chip de créditos. Se lo enseñó a Maeli —Es lo que tengo, aunque podría conseguir más créditos. Dime lo que necesitas, señorita. Puedo… podemos bajar a buscar cosas a la ciudad. Y las traeremos. No le diremos nada a nadie, será nuestro secreto, ¿verdad, pandilla? — el joven noble miró a los demás y levantó la mano con los dedos del anular al índice juntos y extendidos, como si formulara un juramento solemne. —Y quizá conozca un médico de fiar. O podríamos traer uno de esos droides que curan…
Assid soltó un torrente casi inagotable de quejas, protestas, invectivas, reproches y te-lo-dijes. La niña casi se quedó sin aliento, pero aun así no se callaba. Golpeó la roca con su ciber-brazo y se largó, muy indignada. Kael la miró, más resignado que sorprendido. Respondió a Maeli:
—Ahh, sí está bien… creo. Seguro que le ha sentado mal el almuerzo. Ya decía yo que estaba poco hecho. No te preocupes, señorita. Es solo uno de sus cabreos vespertinos. Assid es un poco… errrr… temperamental.
No como tú, Maeli, que eres un dulce ángel…
¿Qué tirada sería necesaria para conocer a un sanitario discreto, de fiar? O alguien al que pueda convencer (Persuasión), presionar (Mando). O traer a un 2-1-B, aunque Kael piensa (y con razón) que los droides son unos bocazas. ¿O solo quiere medicinas pero no un doctor?
El discurso del te-lo-dije, muy bonito, yo me lo he leído, pero creo que Kael no se ha enterado mucho. Estaba mirando a Maeli. XD
Por ahora, la padawan no necesita ningún truco mental jedi para dominar la voluntad de Kael XD
- Lamento mucho como te hemos atosigado viendo tu situación Padawan sobreviviente, de hecho creo que ni siquiera nos hemos presentado correctamente ... - Debia reconocer que en el momento del primer contacto con la chica quien había reaccionado mejor, aunque un poco embobado era Kael, así que asintió aceptando su regaño está ocasión un poco sonrojada y nerviosa
- Mi amiga, que ciertamente parece un poco más loca que de costumbre se llama Assid, el par de chicos galantes y un poco atontados se llaman Kael y Len, el interesado chico verde se llama Rik, mi pequeño robot se llama D3-T0 y yo me llamo Zeva y un día conoceré como tú la galaxia piloteando una nave espacial ... Pero ahorita yo creo que si no es buena idea que te llevemos con un médico, tampoco creo que sea buena idea que te quedes aquí ... Ya que si 5 chicos sin entrenamiento como nosotros te encontramos ... Ese Sith aprendiz no tardará en encontrarte siguiendo los mismos rastros que nosotros ....
Maeli, aún pálida y con evidentes signos de dolor, había permanecido en silencio unos minutos tras las respuestas de todos. Su respiración era pesada, su cuerpo tembloroso. Cuando Zeva terminó de hablar, la joven padawan bajó la mirada, sus labios temblaron un instante y, sin poder evitarlo, las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas sucias de hollín y sangre seca.
—Tienes razón… —susurró, con la voz entrecortada, mirando hacia el suelo de piedra de la cueva—. Si habéis conseguido encontrarme, no tardará mucho él… ese aprendiz del lado oscuro. Me derribó… me cazó. Y si me encuentra… estoy acabada. No puedo luchar… no puedo ni andar…
Contuvo un sollozo, cubriéndose el rostro un instante con una mano temblorosa. Kael había sido amable. Zeva, comprensiva. Incluso Rik, aunque interesado, no la había rechazado. Pero la verdad era dura. Y escucharla en boca de Zeva le dolía aún más porque sabía que era verdad.
—No puedo ir a la ciudad —repitió con determinación, secándose las lágrimas con el dorso de la mano—. El Imperio y los Sith tienen oídos en todos lados. Hay inquisidores, droides espías, informantes… si me ven, si alguien me reconoce… no solo yo moriré, vosotros también.
Hizo una pausa, respirando con dificultad, como si hablar la agotara más que las heridas.
—Pero no quiero morir aquí… no sola… no esta noche. Por favor… no me dejéis sola.
Sus ojos verdes buscaron los de Kael y Len mientras decía estas palabras.
—Si conocéis a alguien de confianza… alguien que pueda venir aquí, que sepa de medicina y no hable más de la cuenta… tal vez alguien pudiera traerlo. Podría quedarme un tiempo escondida si hay un lugar seguro, lejos de la ciudad. ¿Conocéis algún sitio así? Un viejo refugio, una granja olvidada, una base minera abandonada… cualquier cosa que no esté en los mapas del Imperio…
Se apoyó como pudo en una roca, el rostro bañado en sudor frío, pero ahora con algo más de esperanza en los ojos.
—Os lo ruego… traedme medicinas, agua, comida… mantas si es posible. Pero no le habléis de mí a nadie más. Nadie. No sé cuánto aguantaré si viene ese… ese monstruo. Os juro que si salgo viva de esta, encontraré la manera de pagaros. Pero por favor… no me dejéis.
En ese momento, todos sintieron el peso de la decisión.
¿Volver a la ciudad? ¿Buscar a alguien que pudiera venir aquí? ¿Dónde esconderla después? ¿Quién podría ayudar sin delatarla?
Y entonces, entre las sombras, alguien recordó algo. O a alguien.
Rik, quizás tú, con tu red de contactos, recuerdes aquel médico itinerante... el que ayudó a tu primo con una infección grave sin hacer preguntas, a cambio de un par de componentes antiguos. Se decía que no se llevaba bien con el Imperio. ¿Seguirá por la zona? ¿Tendrá deuda contigo o con alguien de tu familia? Podrías intentar localizarlo discretamente…
Ahora el tiempo apremia. La noche caerá pronto. Y Maeli no podrá pasarla sola. ¿Se quedará alguno de vosotros aquí con ella? ¿Quién baja? ¿Cómo vais a protegerla?
Es el momento de trazar un plan y decidir que hace cada uno de forma coordinada.
Kael respiró aliviado cuando Maeli entendió que no debía permanecer en esa cueva. El noble ya se lo había dicho antes y menos mal que Zeva insistió e hizo cambiar de opinión a la piloto. Demasiado cerca de la nave accidentada, demasiado fácil de rastrear, demasiado fácil de… erradicar. Maldita Orden 66. ¡Vaya historia!
Kael resopló un momento, puso cara de pensar muy fuerte y miró a los que tenía alrededor. Como si fueran un grupo de soldados clon de esos de los que habló Maeli, en una arriesgada misión de rescate. Solo que en realidad eran un grupo de niños, pero no cabía esperar más ayuda. La natural vena impulsiva y caballeresca del niño se impuso al miedo sin problemas.
—Muy bien, escuchad. Lo vamos a hacer así: Zeva, en la ciudad compra agua, mantas y comida. De lo que comprarías si te vas de excursión. Di que lo pongan en mi cuenta, ya lo pagaré cuando pueda. Recuerda que Maeli es humana, no como tú. No vayas a comprar… no sé, bocadillos de lo que sea que comes cuando no miramos ni un montón de chucherías… — señaló a Rik —Tú, Rik; busca a alguno de tus amigos de esos chungos que siempre andan escapando de los polis de mi padre. Uno que sepa de medicina y que te deba un favor. Y que sepa tener la boca cerrada, por la cuenta que le trae… Averigua si tiene medicinas y esas cosas para atender gente herida, y si no tiene, compra. Toma mi chip de créditos. Pero recuerda, medicinas. Llévate a Assid, se supone que es lista para estas cosas y puede que sepa lo que hay que conseguir.
Miró a Len y le palmeó un hombro. Len era fuerte.
—Tú y yo llevaremos a Maeli a un nuevo escondite. Entre los dos creo que podremos cargar con ella. La llevaremos a… mmmm… A la mina abandonada de aquel viejo, el sullustán ese al que no se le entendía nada cuando hablaba. La que cerraron hace años porque se arruinó, donde jugamos a veces a escondernos. — observó a todos de nuevo, uno a uno —Nadie puede saber esto. Es un secreto. Así que nada de ir contándolo por ahí, ¿vale? Bien, nos reunimos en la vieja mina en… — miró su cronómetro y calculó un tiempo razonable para las tareas que tenía cada uno —¿Alguna pregunta? ¿Sí? ¿No? Pues venga, en marcha.
Se acercó a Maeli y dijo con toda la amabilidad que pudo:
—Yo me quedaré esta noche contigo, si no te parece mal, señorita.
Me imagino que su Ventaja de Riqueza Menor puede hacer que le fíen o tenga cuenta en esos establecimientos para comprar. Vamos, que saben que tiene dinero y que después siempre paga.
Rik sólo oía "bla-bla-bla, cuánto sufro, que poco me quejo..." y similares... hasta que escuchó la frase que le puso totalmente en alerta y que hizo que por su cuerpo recorriera a una gran velocidad una oleada de felicidad y emoción, a partes iguales.
- Os juro que si salgo viva de esta, encontraré la manera de pagaros -
Los dos ojos de Rik se fijaron en la "Jedi" con una intensidad y seriedad inusual en él, que siempre parecía que estaba medio despistado, aunque en realidad no fuera así la mayoría de las veces. No sobrevivías en las calles si no estabas muy atento a lo que sucedía a tu alrededor.
Uno de sus ojos se movía por cuenta propia, mirando a su amigo el ricachón mientras hablaba y se ponía a dar instrucciones como si fuera el profesor de la clase, mientras el otro no quitaba ojo, nunca mejor dicho, de la muchacha malherida. Con cuidado y muy despacio, acercó su dedo meñique derecho al de la muchacha, y con un diestro movimiento, lo entrelazó con ella. - Hasss jurado por tu vida...ahora tenemossss un trato...y Rik sssssiempre cumple susss tratossss - dijo con voz solemne.
Asintió con decisión y pronto se relajó de nuevo, adoptando su talante despreocupado y bromista de siempre. - Ssssiiii....tengo a alguien asssí en mente...¿sssabesss ssseñor Dorn? Ya lo tenía antesss de ponerte en plan capitán dagobah...pero sssí, esss una buena idea. - con un rápido movimiento cogió el chip de créditos y antes de que se pudieran dar cuenta, ya no estaba a la vista. Tan rápido, que alguno podría pensar que no se lo había dado.
- Necesssitaré un par de esosss componentesss que hemosss....mmm...cogido pressstadosss. Es jusssto que sssirvan para sssalvar la vida de la chica..mmm...jedi. - dijo, esperando que sus compañeras le tendieran las piezas más valiosas. - Osss tengo dicho que lasss cosasss no ssssalen gratissss...y menosss si queremossss disssscreción. -
Motivo: Tasar
Tirada (2d6+1): [2], 5 + 1
Dificultad: 0
Resultado: 8 Éxito
Hago una tirada de Tasar para ver si consigo separar las piezas de mayor valor, aunque Rik aún tiene que entrenar esa habilidad. :P
—Muy bien, escuchad. Lo vamos a hacer así: Zeva, en la ciudad compra agua, mantas y comida. De lo que comprarías si te vas de excursión. Di que lo pongan en mi cuenta, ya lo pagaré cuando pueda. Recuerda que Maeli es humana, no como tú. No vayas a comprar… no sé, bocadillos de lo que sea que comes cuando no miramos ni un montón de chucherías…
- Muy bien mi noble amigo y autonombrado líder Dorn, creo que puedo conseguir lo que me pides a tu cuenta, absteniendome de comprar canapes con insectos, más a mi gusto, pero creo que puedo aportar algo de igual o mas utilidad para desplazar a nuestra bella y enigmática padawan, como un transporte prestado de la flota de mis padres junto con D3-T0, para que no lastimen sádicamente a nuestra invitada herida cuando traten de moverla hacia la mina abandonada ... mientras que tu la cuidas tal vez yo recomendaría que nuestro habil y experto explorador Len tratara de cubrir o confundir el rastro que dejo nuestra piloto al escapar de la nave .. por cierto y a todo esto ... ¿Cómo te llamas nueva amiga padawan? - Con cierta ironía Zeva acepta las indicaciones de Kael Dorn, propone un par de ideas que le parece útil en las que Len y ella pueden participar y finalmente recuerda que hasta el momento ni la padawan se ha presentado, ni nadie le ha preguntado su nombre, entonces aunque no le agrada la idea le entrega los componentes prestados a Rik y Assid para que consigan lo mas valioso posible por ellos en el mercado negro cercano del pueblo, que conocen mejor que los demás.
Zeva conseguirá un transporte para traer las cosas junto con D3-T0, pasar por Maeli Tana y los chicos reunidos de vuelta, para levarlos a la mina abandonada, mientras que cada quien cumple su tarea
Deto está conmigo máster ya que salí primera y Assid lo llevó para escanear la zona, así que aclaro que Assid no está en la cueva ni Deto tampoco, en cualquier caso han de buscarme y está vez no va a resultar sencillo.
¿En serio quieres hacer eso, no esperar fuera y ya está? Me parece que ya están más bien saturados del espectáculo attention whore y van a pasar de buscarte, pero si quieres hacerlo yo digo en el off topic o aquí cuando conteste a la escena que has desaparecido sin dejar rastro... pero no creo que a nadie le importe mucho teniendo en cuenta que tienen que ayudar a la jedi... la verdad.
Bueno cada cual ha de pensar como crea llamaron loca a Assid pues es hora de hacer locuras....
Además ya justifiqué como le ha cambiado el carácter a Assid después de " lo sucedido" en Descripción e historia en Diario de Assid.