Partida Rol por web

Nosotros nos encargaremos de generar el alboroto, pero tu amras deberás llevar acabo el asesinato, ten en cuenta la cantidad de guardias personales que tendrá.

Nicolas y yo tenemos algunas granadas incendiarias con las que podríamos llamar la atención de diferentes puntos de la plaza para que se genere más movilización.

Sería bueno incentivar a un grupo local de que hagan un ataque, alguien había hablado de un grupo en contra del gobernador?

Es hora de poner en marcha esto, ahora que nos separaremos será bueno fijar una hora para el inicio del alboroto, por mi parte buscara a los rebeldes y tratare de incentivarlos a hacer alguna movida el día de hoy durante el evento en la plaza y que estos funcionen como chivo expiatorio.

Dicho esto comenzó una  leve risa.

Así que sin más me retiro y espero todos cumplan con su tarea, por cierto propondré que esperen la señal de nuestra “célula rebelde” que será la granada incendiaria de Nicolás.

Quedo un poco asombrado al ver que Wen'zi abandona la estancia, dispuesto a elaborar algún plan que tal vez sea mejor no saber.

- Espero que no nos meta en un lío... tal vez deberíamos seguirlo y comprobar que no hace ninguna locura...

Pero el tiempo apremia y no parece que mis compañeros les importe lo más mínimo que uno del grupo haya abandonado a los demás.

- Ya aparecerá, tenemos que centrarnos en la misión. - digo desechando el plan de seguir a Wen'zi.- Tendremos que hacerlo sin él.

Escucho a los dos compañeros que quedan, y me parece bien el reparto de funciones.

- De acuerdo, crearemos una distracción, pero tendrás que actuar rápido y ser eficiente, no creo que tengamos una segunda oportunidad. Quedamos en una hora en la plaza dónde se hará el discurso.

Mercado de Neemara
Mediodía, día 1 desde el inicio de la misión

La plaza era de forma ligeramente rectangular, extensa y rodeada casi en su totalidad por edificios de poca altura de color arena clara. Los tenderetes ocupaban prácticamente la mitad del lugar y estaban seguros de que si no fuese por el discurso el número de tenderetes sería aún mayor. Los personajes estaban ataviados con prendas típicas de la zona, adaptadas a sus propósitos y túnicas bajo las que esconder sus intenciones oscuras.

El cordón de seguridad era competente, por lo que descartaban la opción del asalto suicida discreto. Podían hacer el plan de las granadas y el del disparo letal, pero tenían que jugar con el terreno. Dulack sabía que los rebeldes iban a atacar de manera casi certera. Las palabras de uno de sus oficiales y la meditación habían dado frutos.

Llegaba el momento de la verdad.

Wen´Zi la vió allí en el mercado. La muchacha caminaba distraídamente mirando tiendas, y revolviendo los objetos que los vendedores volvían a acomodar cuando se iba. Él la siguió. Visitó los mismos lugares que ella, y cuidadosamente preguntó por información a los vendedores. Quizás aquella chica era una conocida, su nombre, lugar donde vivía. Algo.

Se acercó a uno de los vendedores que había visitado la joven, y con el que la chica se había quedado hablando más tiempo. Wen´Zi se apoyó sobre el mostrador como un viejo amigo y habló.- Hoy tenemos a ese idiota del gobernador de Neemara por acá dando vueltas, no? Que fastidio.-  le preguntó al hombre, fingiendo ser un colega del mercado.- El día de hoy fue un desastre, todos miran, y nadie compra nada. Insoportable.- miró a los ojos al alien y luego se giró para ver a la joven que se alejaba. Tenía que ir al grano si no quería perderla de vista.- Como esa chica que está yendo ahí. Menudo culo tiene, pero ví como te desarmó la tienda. Esas son las peores, nunca compran nada.- dió un resoplido cansado.- pero como te dije, tiene un lindo culo. La conocés? El nombre o algo?- lo miró con intensidad casi visible, pero bien disimulada.

Repitió aquel modus operandi con todos los vendedores que hablaron más que un minuto con ella.

" Si este plan no funciona puedo simplemente llevarmela por la fuerza hacia un callejón, cuando esté cerca de uno, y torturarla allí mismo a un costado. La otra es seguirla hasta su casa, pero si se queda para el discurso de hoy estaré en problemas."

Me despedí de dos otros 2 esperando que hiciesen bien su misión y marché en dirección al escenario donde iba a dar el discurso, aunque en realidad quería ir un poco más lejos, para poder hablar con alguno de los guardias a solas.

Si todo iba de acuerdo al plan y la información que teníamos era correcta no me costaría mucho encontrar el grupo de guardias escolta. La cosa era saber si me creerían cuando tratase de aislar a uno. He encontrado a un rebelde, necesito ayuda. No, eso atraería a más de uno. Hay una amenaza de bomba… no, con eso evitamos que me lleve yo solo al objetivo… Creo que he visto algo sospechoso en uno de los edificios… bueno, igual esto valía, pero ya improvisaría algo cuando llegase al lugar.

El mercader miró a Wen'Zi, ataviado con su túnica oscura, su expresión seria e intimidatoria y sin embargo mantuvo la mirada para responderle:

- Bueno, no es de mis favoritos, pero al menos ayuda a los humanos como vosotros. En un planeta donde son una minoría eso siempre es un añadido que da votos. Aun así, pese a que me aburren los discursos reconozco que atraen a mucha gente y eso se traduce en ventas. Suele pasar, jóvenes, alborotan mucho y compran poco, pero suele venir a comprar a mis tiendas. Se llama Fabia, no sé mucho de ella salvo que viene a comprar casi a diario para su jefe.

Amras se acercó a uno de los guardias que parecía tener algo de mando y tras exponerle que creía haber visto a alguien sospechoso en uno de los edificios le prestó atención:

- Oh, tu debes de ser Aramis u otro de los contratistas de Aramsec que el jefe mandó a supervisar la seguridad sin uniforme. Gracias por el aviso, mandaré a alguien a chequear el edificio contigo. 

El tipo da un par de instrucciones por el pinganillo de su oreja:

- Ron, soy Auckland, uno de los contratistas de Aramsec dice que ha visto a alguien entrando con aspecto sospechoso en uno de los edificios, por favor acompaña a este contratista hasta el lugar y dame un informe de situación. Andando.

El tipo volvió a mirar a Amras:

- Perfecto, Ron estará en un momento aquí con nosotros y le acompañará a revisar el edificio. Yo soy Morgan Auckland, uno de los jefes de seguridad del Gobernador ¿Y tu?

A la hora acordada llego a la plaza. Oteo para ver si localizo a mis compañeros, o al menos a Dulak, ya que ambos debemos de crear la distracción para que Amras pueda ejecutar el mortífero plan. Me voy moviendo con cautela entre los tenderetes, acercándome al lugar dónde se celebrará el discurso. - ¿Dónde se han metido esos dos? - mascullo para mi.

Por mi parte y aprovechando que aún queda tiempo para el comienza de la misión e iniciar la distracción, voy en busca del grupo rebelde que está en contra del Gobernador para tratar de persuadirles (mintiendo) para que hoy en la plaza durante el discurso traten de asesinarlo, lo que creo será una excelente distracción.

Por lo que me encuentro cerca del mercado por donde escuche antes rumores sobre la existencia de este grupo, me mueve entre los tenderos observando y buscando a alguien que me pueda llevar a este grupo

Wen escuchó con cierta prisa a aquel hombre. Cada palabra que decía lograba que su presa se alejara más y más, y cuando estuvo a punto de despedirse, le revelaron el nombre de la muchacha. "LO DEBERÍAS HABER DICHO ANTES, BASTARDO!". le sonrió con malicia, y observó como la joven se alejaba.

- Con eso bastará, te lo agradezco.- "ESTÚPIDO, LA MATASTE!".- supongo que nos estaremos viendo en el discurso del gobernador...- tras decir aquello se fue caminando un poco apurado y sin comprarle nada a su informante.

Siguió a la muchacha hasta que pensó que las calles le resultaban favorables y procedió con su pequeño e improvisado plan.

- Oye, tú. Flavia verdad?- dijo apresurado, y momentos antes se había mojado la cara con un poco de agua de la calle para simular transpiración.- el jefe me mandó a llamarte, no tenemos mucho tiempo. Por aquí.- y sin esperarla, comenzó a caminar apurado hacia uno de los pasillos. En uno de esos despoblados pasillos la amordazaría, si. La golpearía un poco, mmmm. No puede esperar.

La chica se giró extrañada, evaluando con la mirada a su interlocutor. Una vez Wen'Zi la miró de cerca se percató de lo joven que era y de su apariencia atlética. Se paró en seco:

- ¿Quién eres? Y... ¿Y qué pretendes? - Su voz traicionaba que estaba intimidada, no esperaba a nadie y menos desconocido.

-Encantado Morgan, yo soy Jhon, Jhon Solo. - mierda, espero que esto no sea muy largo, no es que tenga tiempo para idioteces - Menos mal que aquí hacéis las cosas rápido, en otros sitios casi ni se preocupan por este tipo de avisos y luego pasa lo que pasa. Ya no se ni para que nos llaman ja ja ja

Puede que tuviese que estar charlando con el un poco más, igual podía sacarle algo más de información.

-Oye, necesito revisar la ruta de escape una vez más, ha habido un pequeño problema y habían cambiado un par de cosas, nada importante, pero queríamos asegurarnos de que todos estaban al tanto.- mentí. Aunque bueno, más que mentir me gustaba llamarlo ocultad la verdad.

- Que, que pretendo?- fingió estar aturdido.- El jefe me dijo que eras paranoica, pero no pensé que tanto. Vamos, no tenemos mucho tiempo! Soy alguien que lo protege desde las sombras, no puedo decir más.- le mintió.- No hay mucho tiempo.- la sujetó del brazo y la arrastró hasta el pasillo por la fuerza.

"Es más difícil de lo que pensé hacer esto a las apuradas. No puedo perder siempre los estribos de esta forma, tengo que mantenerlo controlado!" pensó, pero en realidad todo era parte del plan de los Sith, que sin duda se habían dado cuenta de sus tendencias psicópatas, y querían tenerlo en sus límites para ver como afectaba esto al plan. Le habían impedido que saciara sus oscuros deseos todo este tiempo.

Dulack consigue una charla con un contacto de la Resistencia Humana. Aunque la cosa no acaba de congeniar entre ambos, le explica que es bastante probable de que se realice un ataque, pero no hay confirmación o información extra. Con esto en mente, ambos tenían asegurado una más que probable pantalla de masilla rebelde a la que culpar del ataque y que usar como escudo viviente.