Partida Rol por web

Las luces nos rodeaban, habia lo que se podia considerar un jercito completo de Sith delante nuestro, pero eso era completamente absurdo por que mandar un ejercito para acabar con 4 como nosotros, no eramos mas que niños para ellos, podrian matarnos en segundos si quisieran, estaba claro que habiamos perdido, pero aun asi teniamos que presentar batalla aunque fuera la ultima batalla.

- Pegaos los unos a los otros- dije uniendome a Bislara y Lekar

Daesha se quedaba quieta, veía como sus compañeros sacaban el sable pero ella no lo hacía, no veía el motivo, no eran soldados que morirían luchando, eran padawans que pudieron haber terminado como caballeros Jedi.

-Debimos haber hecho caso al maestro y haber desaparecido... no debimos haber venido aqui...- murmuró para sí misma y alzó la mirada hacia el agujero que habían dejado arriba, pensando en escapar en el ultimo momento de un salto.

El techo está bastante alto, de hecho bastante más de lo que pareció durante la caída.

Los sith os continúan mirando sin moverse, pero notáis como os vais agotando a un ritmo alarmante, vuestra actividad física decrece a pasos agigantados como si estuvieseis entrando en un estado de sopor.

Ni siquiera van a molestarse en matarnos con la hoja-pensó Lekar con amargura con la espalda bien pegada a la de su compañera y el laser aún activado. Finalmente bajó el laser y trató de relajarse para poder hablar con serenidad se dirigió a los sith.

-Bien. Esto ha acabado para nosotros....pero no para la orden. Podeís estar seguros. Tardará en recuperarse pero lo hará

¿Cuantos mas supervivientes habrá?... porque de Datooine solo eramos nosotros y vamos a morir aquí... no debimos venir... - Se lamentó  y miró a todos los sith, debía morir pero con la cabeza bien alta.

- Estoy seguro de que la orden Jedi no caera nunca y menos a manos de ellos - no retorcedo ni ago nada, seguramente moririamos en segundos, pero si podia y conseguia estar en pie les plantaria cara.

-Ya no existe vuestra orden, habéis caído, solo un grupo de siete padawans escapó de Dantoine, dos murieron allí, y aquí estáis cuatro, porque la primitiva gungan era la otra que quedaba. Un único aprendiz sin forma de aprender no será cazado sin ningún problema. - Responde uno de los siths.

Lekar miró con ojos relampagueantes al sith.

Sere primitiva pero se de numeros. Siete menos dos son cinco, mas uno seis. Estamos cincho aquí, si...pero hay más jedis por ahi. Y la orden volverá...aunque tengan que pasar treinte o cien años para que se recuperé, al final hallará el equilibrio. Haced lo que queraís con nosotros. Estamos preparados para aceptar nuestro destino.

A pesar de la debilidad y de la falta de fuerzas Lekar volvió a alzar el sable laser. EL agujero estaba muy arriba...pero Bislara y Daesha eran ligeras...

Si tan solo pudiesemos lanzarlas hacía arriba...

Los minutos pasan, uno a uno, nadie mueve un músculo, nadie habla, a penas respiran.

Bislara simplemente cae al suelo sin sentido sin que nadie la haya tocado.

Daesha mira hacia donde proviene la voz de aquel sith que los sentencia a muerte, había sido un gran error haber venido, no podía dejar de repetirlo una y otra vez hasta que vio a Bislara caer de forma rotunda al suelo, seguramente había sido victima de los poderes de uno de los sith que la rodeaban.

Estaban muertos, si... así que no importaba ya lo que hicieran, no tenían salvación, así que tomó nuevamente su sable.

- Siento mucho haberos fallado maestro. - murmuró hacia sus adentros, recordando las últimas palabras de su maestro antes de fallecer delante de ella y Zakarías. A continuación corrió hacia la masa de sith que había delante de ella para luchar hasta el final.

Bislara cae al suelo y tengo claro que mi final no sera muy diferente, ya casi me preparo para una muerte inminente pero entonces veo a Daesha que salta contra los Sith, morir luchando, es un buen plan dado que agamos lo que agamos moriremos de todas las formas, al menos asi moriremos presentando batalla.

La imito y me lanzo contra los Sith dispuesto a morir enfrentandome a ellos.

A pesar de la herida y del dolor que la provocaba, Lekar se abalanzó tambien sobre los sith. Si estaban alli era por culpa suya. Al final su maestro iba a tener razón. Era una inconsciente...igual que él.

De todos modos la joven gugan decidió no abalanzarse a ciegas, sino de forma que pudiese proteger a alguno de sus compañeros del primer golpe, aunque lo recibiese ella. Ella estaba herida, no saldría nunca de ahi...pero con un poco de suerte... La joven esperó sentir el golpe ardiente del sable mientras se abalanzaba contra sus rivañes