Los discursos se sucedían. Sólo serían 3 Consejeros, pero hablaban como si fueran cincuenta. Y todos comenzaban los discursos de la misma forma: Agradecemos la ayuda que nos brindan, pero...
La lista de peticiones era interminable. In-ter-mi-na-ble. De vez en cuando había comunicaciones entre la FarStar y el destacamento de tierra, pero parecía imposible quitarse de encima a esos políticos sin provocar un incidente.
El hombre llamado Kausse volvió a tomar la palabra.
- Así pues, entienda que necesitamos formalizar ciertos aspectos de la integración de Kolatill con un representante plenipotenciario de la Nueva República. Estas acciones deben ser tomadas cuento antes, en tanto en cuanto nos encontramos, como puede apreciar, en una situación de carestía absoluta que impide el autoabastecimieno y la autodefensa efectiva ante cualquier fuerza hostil. Es imprescindible que la integración ocurra de la manera más rápida posible, porque si bien la victoria de la Nueva República es completa de facto, sólo la pertenencia a ella de iure garantizará nuestra superviviencia.
Los tres Consejeros esperan la respuesta del Sargento con miradas de aprobación.
- ¿Accederá, pues, su Capitán a firmar un acuerdo con nosotros, en dichas condiciones?
¿Eh?
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¿Para qué te crees que sirven los Droides de Protocolo?
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Vamos, que no entiendo que tengo que hacer yo aquí...
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Tu, como en todas las escenas, tienes la oreja pegada a todo. Puedes hablar con el Sarge, si quieres...
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