Partida Rol por web

El viaje por el hiperespacio resulta tranquilo y relajante. El estrés de los últimos días, el cansancio del combate y de la carrera han desaparecido casi por completo y poco a poco vais conociéndoos todos más de lo que ya lo hacíais. Aquel extraño objeto que recuperasteis ha permanecido inalterable durante todo el viaje, y aunque habéis podido hablar de él, nadie parece haber sacado nada en claro del mismo. 

Un aviso en el panel del control y de forma sonora por toda la nave indica que en breves saldréis del hiperespacio. Las agujas azuladas se van haciendo más largas y notáis la deceleración de la nave, suave como una caricia. Al hacerlo aparece ante vosotros el oscuro y negro espacio, libre de naves; y debajo vuestra el gran planeta helado de Hoth.

Un aviso de comunicación entrante salta en la pantalla principal.

- Atención, identifíquese o abriremos fuego, repito. Identifíquense o abriremos fuego, tienen 60 segundos - 

Aprovecho todo el tiempo que pasamos en el hiperespacio para recuperar mi voz y que los antiinflamatorios que hay en el botiquín de la nave hagan su trabajo para reducir el dolor de garganta. Paso el rato con ID-10 examinando el holocrón e intentando descifrar su estructura pero sin éxito y debatimos entre todos sobre lo que puede contener. 

Me tocaba el turno en cabina para cuando salimos del hiperespacio y alcanzamos la órbita de Hoth y un mensaje entrante apareció en pantalla:-Comando Daedar Korl. Codígo de indentificación Delta-01. Misión cumplida. Repito, misión cumplida. Solicitamos permiso para aterrizar y presentar el informe de misión. Cambio.-respondo ante la orden de abrir fuego sobre la nave:-Chicos parece que el comité de bienvenida no sabe que veníamos.-aviso al resto para que vengan a la cabina. 

Al oír la comunicación de Daedar, Trent se dirige a la cabina para ver cuál es la situación. Deberían estar en un lugar seguro donde poder entregar el objeto.

Esta es una base rebelde?  pregunta Trent a Daedar, una vez la radio no está comunicando.

Gial guarda silencio mientras espera que los rebeldes de la base no sean de gatillo fácil. Después de toda la tensión y sufrimiento para conseguir el holocrón, la llegada a la base de Hath debería de ser un mero trámite. Nada más. Confiaba en que el código recitado por Daedar fuera más que suficiente para que los recibieran con los brazos abiertos.

Habían tenido un viaje perfecto. Sin sobresaltos, sin sorpresas, sin estrés. Hubo tiempo de conversar de temas más y menos serios. La arqueóloga escucharía con curiosidad cualquier anécdota que contasen y ella misma también explicaría alguna propia, si se daba la ocasión. Estaba a gusto con sus compañeros, a pesar de haber vivido los últimos años en soledad y la independencia que ello conlleva. Además de charlar, pudieron descansar y recuperarse, y a estas alturas, todos sabían quién roncaba y quién no.

Sharene trató de hacer sentir cómoda a la soldado rebelde. La consoló cuando salió de la cabina con lágrimas en los ojos y luego estuvo pendiente de ella. Al igual que el resto, tuvo tiempo de examinar el holocrón, aunque sin éxito. Pensaba que si alguno de ellos lograba descifrar algo u obtener algún tipo de información, posiblemente sería Daedar, dadas sus aptitudes, y aunque por el momento aquel artefacto seguía siendo un misterio para todos, tenía la esperanza de que el iktotchi, tarde o temprano, terminaría por desvelar alguno de sus secretos.

Precisamente escuchó su voz en cabina. Corrió hacia allí y cuando llegó, en confianza apoyó su mano sobre el hombro de Gial mientras escuchaba con atención la respuesta de Daedar.

-Es normal, cualquier precaución es poca -respondió tranquilizadora, pensando que la amenaza rebelde solo era cuestión de protocolo.

Se acercó al radar para comprobar que todo estaba en orden y se aseguró de que el holocrón estaba de nuevo en la mochila. La cerró bien y la dejó allí, custodiada por todos. Luego miró a Trent, ya que su pregunta a Daedar le hizo pensar que estaba un poco nervioso. 

Pasaron unos segundos en silencio que parecieron minutos, pero finalmente la comunicación regresó.

- Bienvenidos a casa, es un placer escucharles Delta-01. La general les estaba esperando - 

Unas indicaciones acerca del hangar y alguna precaución por la climatología del planeta y no tardasteis en descender hasta lo que era un planeta totalmente blanco. Todo lo que alcanzaba vuestra vista, nublada por una fuerte ventisca de nieve, eran montañas nevadas. El vuelo bajo os permitió ver que la orografía era bastante accidentada, y finalmente ante vosotros aparecio una base rebelde consistente en varias torretas defensivas, unos cuantos generadores de escudo y una gran zona central perfectamente mimetizada con el exterior.

El aterrizaje fue tranquilo y sencillo a pesar de la climatología y nada más bajar fuisteis recibidos por dos soldados rebeldes que os saludaron con una sonrisa y un apretón de manos o un abrazo, lo que cada uno ofreciera.

- ¿Estáis bien? - Dijo uno de ellos. - ¿Solamente volvéis vosotros? - Dijo extrañado mirando el interior de la nave...

El primero en llegar a la cabina fue Trent, que preguntó si eso era una base:-Eso parece, yo habría escogido algo similar aprovechando al máximo clima del planeta.-dije mientras maniobraba, manteniendo la altitud y el resto entraban en la cabina. Y entonces llegó la respuesta esperada:-Recibido base. Gracias por la bienvenida, empezamos el descenso.-dije y empecé a ejecutar las maniobras adecuadas para el descenso hasta la base rebelde. 

Volar a través de ese clima fue algo más fácil de lo que pareció, gracias a las indicaciones desde la base. Ajusté la altitud y la potencia al entrar en el hangar principal de la base y posé la nave en tierra y me reuní con el resto en la rampa de salida. Allí nos dieron la bienvenida dos soldados con un apretón de manos:-Doloridos y magullados por el viaje y por los ataques del Imperio pero nada que no se cure con un descanso en un tanque de bacta.-respondí ante la primera pregunta:-Por desgracia. El resto se quedaron atrás combatiendo al Imperio para que pudieramos completar la misión. Puedes llevarnos con la general?-terminé preguntando al rebelde. 

El pirata informático abrazó a sus compañeros rebeldes apesadumbrado.

-Efectivamente, en esta nave solamente venimos cinco. Hemos conseguido completar la misión pero si no ha llegado ninguna otra nave, el precio a pagar ha sido altísimo. Espero que lo que portamos con nosotros valga el valor pagado por la Rebelión. -dijo apesadumbrado. -Imagino que si ya que nos hemos cruzado con Vader en dos ocasiones.

Seguramente cuando llegase el momento de reunirse con la General y el resto de mando de la Rebelión, sería el momento de emitir un informe más completo sobre lo sucedido. Por su mente pasó el recuerdo de lo sucedido en el interior del Templo. Había sido cuanto menos perturbador. Iba a ser complicado de explicar.

El hombre miró apenado a Galen y Daedar asintiendo con la cabeza y dando un largo suspiro. 

- Quizá vengan más tarde, puede que no todos hayan muerto - Un amago de sonrisa se le dibujó en su rostro.

- Os está esperando - Dijo al escuchar a Daedar preguntar por la general.

Sin perder más tiempo os condujo a través de pasillos en los que las paredes heladas se fusionaban con las placas metálicas que conformaban el complejo en el que os encontrabais. Cruzasteis varias puertas y descendisteis algunos metros por escaleras y más pasillos. El frío del exterior se notaba en el interior. Al hablar todos exhalaban vaho y no había nadie que no fuera bien abrigado. La primera parada de hecho fue para proveeros de las ropas necesarias para gozar de la confortabilidad que permitía aquel lugar.

Cada zona por la pasabais era muy similar a la anterior. Cajas amontanadas, mesas improvisadas, alguna era un pequeño centro de mando con pantallas e indicadores... otras estaban preparadas como zona común. Era una buena base, fría, alejada de todo y un poco caótica, pero sin duda era una muy buena base.

Finalmente el soldado que os guiaba se detuvo frente a una puerta y llamó. Abrió la puerta y se asomó. 

- Ya están aquí señora - Dijo. Asintió casi al momento con la cabeza y os invitó a pasar, quedándose el fuera y cerrando cuando todos estuvisteis en aquella sala.

La sala era grande, y parecía que habían usado la propia montaña para construirla. La zona por la que entrasteis era en su totalidad de metal y duro acero, pero conforme se acercaba al otro extremo cambiaba por roca grisácea de la que colgaban algunos carámbanos de hielo.

Las paredes estaban totalmente desnudas, bien fuera de piedra o de acero. No había sillas ni mesas de escritorio. Tan solo una especie de gradas de tres hechas con varias cajas y una gran mesa central con dos holoproyectores que mostraban alguna región del espacio que ahora mismo no erais capaces de identificar.

En su interior se encontraba una mujer, no muy alta pero si imponente. Dos moños decoraban su cabeza y como el resto llevaba ropa de abrigo que cubría la mayor parte de su cuerpo. 

- Bienvenidos - Dijo nada más veros, haciendo un gesto con la mano para que os acercarais. 

- Caballeros, seguiremos mañana. Hay asuntos más apremiantes que deben ser tratados con absoluta prioridad. - Los dos hombres que estaban junto a ella asintieron sin mediar palabra. Apagaron los holoproyectores y salieron haciéndoos un saludo con la cabeza.

- Bien - Prosiguió la general una vez la puerta se hubo cerrado y os quedasteis a solas con ella. - ¿Lo tenéis? - Dijo directamente.

Esta debe ser la líder de la Rebelión, piensa Trent, que no está demasiado informado en temas de política. Pero sin duda parece gente muy valiente para enfrentarse al Imperio como lo están haciendo y desde una base como esta. Trent espera que el objeto que traen pueda marcar la diferencia en la lucha.

Seguimos al los dos soldados a través de los pasillos de la base, el frío era más intenso de lo que había imaginado al ver el planeta por lo que le pedí una chaqueta invernal mientras nos movíamos por la base, lo mismo le ocurría a ID-10, tiritando de frío:-Cuando acabemos te haré una puesta a punto, de acuerdo amiguito? Recuerda tienes que saludar a la general-a lo que respondió con unos pitidos alegres.

Unos momentos más tarde llegamos a una sala repleta de oficiales y una mujer en el centro de todos ellos, al girarse todos siento el impulso de cuadrarme y hacer un saludo marcial pero espero a que la general nos haga una indicación para acercarnos y entonces lo hago:-Escuadrón Delta reportando General Organa. Tenemos el holocrón.-y saco el extraño objeto del bolsillo y se lo entrego:-He estado intentando descifrar la información que contiene pero la tecnología con la que está fabricado escapa a mis conocimientos. Cree que lo que contiene puede ayudarnos?.-añadí a continuación. 

Había escuchado hablar de la General Organa, y hasta ese momento jamás fue consciente de la importancia de la misión encomendada. Ser recibidos en persona por ella, indicaba que el holocrón recuperado era mucho más que un simple objeto, quizás podría cambiar el rumbo de la guerra y conseguir hacer caer el imperio.

Secundando las palabras de Daedar, Gial informó del detalle más importante de la misión, luego ya harían el informe íntegro.

-Muchos de los nuestros han caído por él, Vader en persona ha intentado acabar con nosotros. ¿Qué hemos recuperado exactamente?

Mientras Daedar hacía descender la nave, Sharene observaba el paisaje blanco a través del cristal. Ideal para tomarse un merecido descanso -pensó ironica mientras achinaba los ojos tratando de ver entre la fuerte ventisca que arreciaba. ¡Tenía frío incluso antes de bajar! De todos modos, había que reconocer que el lugar estaba sabiamente escogido.

Dos soldados rebeldes les recibieron. La arqueóloga asentiría con la cabeza a modo de saludo y estrecharía la mano si se la ofrecían. Su rostro, serio, contrastaba con las sonrisas de esos hombres. Sonrisas, que estaba segura no tardarían en desaparecer.

Miró a Daedar de soslayo, sorprendida con su primera respuesta, pues valoraba la sinceridad de su compañero, pero sintió cierta incomodidad al escuchar quejarse de las dolencias del equipo, especialmente teniendo en cuenta los cadáveres que dejaban atrás.

Aliviada por no tener que dar ella la mala noticia, avanzó junto al resto por lo que se le antojaba un laberíntico panal, tratando de trazar un mapa mental para poder orientarse, hasta que finalmente se detuvieron frente a una puerta y fueron anunciados.

La general era una mujer imponente. El hecho de que no se presentara y el trato que les daba, no daba lugar a dudas: estaba al mando y este asunto era tan urgente que dejaba en un segundo plano a todo lo demás. Sharene la observaba expectante, especialmente después de que Daedar le entregase el holocrón y Gial le preguntase acerca de él.

La general miró el holocrón, lo cogió y pareció examinarlo de forma minuciosa y en silencio. Dio un suspiro y lo dejó encima de la mesa de mando negando con la cabeza. 

- Si tan solo él estuviera aquí. Seguro que podría abrirlo, o ayudarnos al menos. - 

Fue un susurro, un pensamiento expresado en alto sin querer. Todos pudisteis escucharlo con mayores o menores dificultades, tampoco pareció molestarse en ocultarlo.

Levantó la mirada y puso su mano sobre el holocrón. 

- Esto - Dijo ahora si cogiéndolo de nuevo y respondiendo a la pregunta formulada por Gial - Es un holocrón. Una reliquia de tiempos pasados. Según tengo entendido eran usados para almacenar información, conocimientos, sabiduría y enseñanzas. Solo un jedi, capaz no solo de sentir la fuerza, sino de poder usarla en su beneficio es capaz de abrirlo.

Leia apartó el holocrón hasta una esquina de la mesa con cuidado y accionó la mesa, mostrando lo que parece una tablilla antigua con algunos caracteres ilegibles. 

- Hace un tiempo encontramos esto. Es un antiguo texto, escrito en piedra. En el se describe la ubicación de un artefacto con información detallada de lo que parece ser un arma. Esto es lo que nos dio la pista para llegar a la ubicación de lo que habéis recuperado.

- El texto no está completo, pero hace mención a una poderosa arma. No sabemos que puede ser, pero no solo no podemos dejar que caiga en manos del imperio. Debemos resolver el misterio y hacernos con lo que sea este arma - 

De un toque la quebrada tablilla desapareció, mostrando de nuevo la mesa sin más.

- Necesitamos encontrar a alguien capaz de abrir este holocrón lo antes posible - Dijo en voz alta. Mirando el artefacto.

Escucho con atención las respuestas de la general Organa y me siento un poco mal por no poder haber conseguido nada:-Creo que en eso puedo ayudar.-respondo casi sin darme cuenta al seguir la mirada de la general hacia el holocrón:-No me entienda mal, no conozco a ningún Jedi pero mi raza tiene una visión a través de la Fuerza durante el rito de madurez y es lo que define el resto de nuestra vida, de ahí que esté aquí y ahora.-comenté a continuación y parece que los ánimos se levantaban.

.-Lo bueno es que por alguna razón soy el único en toda nuestra historia que puede utilizar este poder una vez sale de nuestro planeta. Otra cosa buena es que no necesito recrear el ritual, tan sólo un sitio donde poder estar tranquilo y en silencio para poder concentrarme.-expliqué por último.

Gial escuchó a la General Organa y la posterior contestación de Daedar. - Si fuera un objeto relacionado con la tecnología estaría encantado de tratar de descifrarlo, costara lo que costara, pero por desgracia carezco de cualquier sensibilidad ante la Fuerza.

La general Organa asintió con la cabeza a las palabras de Daedar y le tendió el Holocrón. 

- Cualquier ayuda que podamos obtener será preciada. Mientras tratas de descubrir algo intentaré hacer averiguaciones por mi cuenta. Todavía hay alguien que podría ayudarnos pero no tengo la certeza de donde se encuentra exactamente. -

Repiqueteó con los dedos en la mesa entrecerrando los ojos, sumida en su propio pensamiento durante unos escasos segundos.

- Descansad hoy, os lo habéis ganado. - Daedar, trata de averiguar lo que puedas. Nos vemos mañana aquí a las 10:00.

Gial saludo con un gesto respetuoso a la General y abandonó la sala. El descanso era más que merecido y necesario, pero antes de ello no pudo evitar dirigir sus pasos al hangar. Una vez allí se interesó por si había retornado alguna de las naves que les habían ayudado en su huída de Darth Vader.

-¿Se sabe algo de las naves que están pendientes de volver?¿Es posible que hayan ido a otro destino o únicamente Hoth era la opción?