Partida Rol por web

-Es una buena idea-dijo asintiendo con la cabeza- pues vayamos a la cantina entonces. Encontrar al único de su especie en todo el planeta no debería ser difícil-los dedos de su mano izquierda rozaron la funda de su pistola para asegurarse de que seguía ahi. Una pequeña costumbre y luego empezó a caminar en dirección al local. Mientras iban hacia el lugar habló con Ray.

-Mantente alerta pero si no abren fuego no hagas nada, no quiero asustar a nadie si no es necesario y tu eres nuestro elemento sorpresa ahí dentro. No mostremos nuestras cartas demasiado pronto-le dijo con una sonrisa.

-De acuerdo.-mintió con una sonrisa tranquilizadora.

Si les abrian fuego, no se iba a quedar de brazos cruzados, eran como una segunda familia y ya había visto a demasiados morir.

Me mantuve en silencio, como era normal en mí, andaba con tranquilidad escuchando lo que mis compañeros decían, y aunque según mi expresión parecía que no prestaba atención a mi alrededor mis Montrals me advertían de cada presencia y objeto a mi alrededor. 

-Opino como el señor Garbar -Dije con voz suave y tranquilizadora. - Es mejor mantenerse juntos, nuestro número disuade a los posibles rateros y delincuentes... 

Cerré mis ojos con una sonrisa placida. 

-Si no encontramos al señor Raalo en la cantina solo tendremos que volver a este lugar. -Mire con media sonrisa el cartel de su puerta, creativo y directo.- Al fin y al cabo ya todos saben de nuestra presencia aquí, no tardara en saberlo, y es el quien nos necesita. 

Mis ojos se enfocaron en Ayuz'bepa, y asentí con una sonrisa siguiéndola. 

 - Pues vayamos a la cantina, pues. Será mejor irnos cuanto antes, no vaya a ser que un grupo numeroso como este, parado aquí, pueda llamar la atención de los lugareños. - Comenté, mientras continuaba mirando a mi alrededor, buscando cualquier cosa o persona que pudiera llamar mi atención o que pareciera demasiado interesado en nosotros.

Decidiendo ir en busca de Raalo en vez de quedaros a esperarle, dais la media vuelva y volvéis a andar por las arenosas calles de Mos Eisley, llegando poco después a la cantina en cuestión. Al ingresar en el local, de inmediato sois asaltados por la estridente y movida música de un cuarteto de biths, los cuales no son los mejores que habéis escuchado pero cumplen con su trabajo de amenizar el ambiente de la cantina.

Una vez que vuestros ojos se adaptan a la poca iluminación del lugar, comenzáis a buscar a Raalo con la mirada aunque al haber tanta gente y de tan diversas especies os resulta bastante difícil así que recurrís al hosco cantinero, el cual sin pronunciar una sola palabra os señala hacia una mesa que hay en el otro extremo el local. Luego de avanzar entre la gente con sumo cuidado para así evitar cualquier problema con algún parroquiano bebido o en busca de pelea, llegáis al extremo opuesto de la cantina y mientras Ray ocupa un lugar vacío en la barra, el resto os acercáis a la mesa en cuestión.

Ante vosotros se encuentra un neimoidiano alto y algo flacucho de rostro serio, con las manos cruzadas detrás de la cabeza, los pies sobre la mesa y una bebida a su lado. Aunque sus vestimentas son sencillas, hay dos detalles que os llaman la atención: la pistola blaster que descansa en su cadera y un casco del tipo abierto que le da un aspecto cómico y algo ridículo. Los que habéis visto de cerca las Guerras Clon reconocéis que el casco es idéntico a los que usaban los Guardias neimoidianos, un grupo de soldados que solían usarse como guardaespaldas o como reemplazo de los droides cuando no era aconsejable usar estos.
A menos que haya más de un soldado veterano neimoidiano en Tatooine, está claro que os encontráis frente a Sude Raalo.

Al percatarse de vuestra presencia, Raalo os da un rápido vistazo antes de hablaros.

-Si estáis aquí para hacer negocios, podéis sentaros -os dice el neimoidiano- Si no, correos del medio que me estorbáis las vistas.

Hizo un gesto al camarero para que llenara una copa, mientras con discreción observaba la escena. No habló con nadie, y se mostró esquivo como la mayoria de parroquianos, tratando de mimetizarse con el ambiente como uno más que no busca problemas pero que te los puede dar si le buscas las cosquillas.

El equilibrio perfecto para observar en paz sin ser molestado.

Ayuz se sentó frente al Neimodiano.

-¿Las vistas a que? ¿A un montón de tipos borrachos escuchando un grupo de mierda en medio de un montón de arena?-le preguntó con una sonrisa afilada- No vendríamos hasta aquí si no fuera por negocios, Raalo. Me llamo Ayuz'bepa y si no me equivoco puede que tengas trabajo para nosotros si la recompensa está a la altura. ¿Es así? - Levantó la mano para pedir algo de beber ara ella y sus compañeros mientras observaba la reacción de Raalo.

Ayuz se enfrente de manera chulesca al neimodiano, seguramente sea lo mejor para tratar con tipos así, para no darle demasiado tiempo a reaccionar yo también me sumo a su esfuerzo.

- No es que no disfrute de este agujero perdido de la galaxia, pero hemos venido a por un trabajo y tener a un grupo tan bueno como el nuestro parado no es productivo, así que cuanto antes sepamos de que se trata antes podemos empezar.

Dicho esto miro con cara de aburrimiento a los alrededores, seguramente este tipo tenga guardias cerca o no se mostraría tan abiertamente, no está de más vigilar.

 Me senté a un lado, en silencio, con la capucha puesta sobre la cabeza, mientras esperaba a que los demás comenzasen a realizar a Sude Raalo las preguntas y presentaciones pertinentes, aunque la verdad es que todas ellas me parecían que estaban dejando mucho que desear. ¿Donde habían aprendido diplomacia y protocolo básico?. ¿En una arena de combate?. No me sorprendería si el neimoidiano decidiera pasar de nosotros, al menos que estuviera muy necesitado de ayuda.

Kimbria entró con los demás, sin mirar siquiera a Ray y se acercaron a la mesa. Dejó que las impetuosas Nina y Ayuz se presentaran ante nuestro contratante sin abrir la boca, observando las reacciones de Raalo. Parecía dominar la escena, pero esa más una pose estudiada que otra cosa, incluso aunque jugara en casa claramente estaba exagerando la actuación.

-Si estáis aquí para hacer negocios, podéis sentaros -os dice el neimoidiano- Si no, correos del medio que me estorbáis las vistas.

Ante estas palabras Kimbria se volvió con calma sobre sí misma, como mirando qué podía estar tapando. En realidad examinaba los alrededores aprovechando la excusa tan buena que le había dado Raalo. No habría venido aquí solo así que quería ubicar a cada uno de sus guardaespaldas o secuaces, lo que hubiera.

A medida que los fuera descubriendo se lo comunicaría con un susurro a Ray quien esperaba hubiera ocultado su comunicador cerca de su oreja.

Después ocupó uno de los sitios alrededor de la mesa y esperó a que el neimoidiano contestara.

no me acerco a la mesa, porque no soy muy diplomático, por eso me acerco a la barra y evito la mirada de los demás clientes, pero gracias al a fama de los bothan parece que juega a mi favor, ya que se alejan un poco de mi, pero solo me preocupo en observar a mis compañeros con el neimoidiano, desde la distancia, me fijo de que Ray esta en una situación similar, hago una seña al camarero, y mantengo mi mano en mi pistola, intentando que no se vea, solo para que nadie de problema.

Mientras os vais acomodando en la mesa, el neimoidiano os dedica un vistazo a cada uno antes de responderle a vuestra compañera twi’lek.

-Cada uno se entretiene con lo que tiene. Si fuera por mi estaría en una playa junto con unas bailarinas que me bailen bien cerca mientras toco el valacordio pero lamentablemente tengo que conformarme con este desierto interminable y con cantinas de mala muerte -le responde Raalo a Ayuz mientras este baja los pies de la mesa- ¿Sabes que, muchacha? Me caes bien así que iremos al directamente al grano. Sin embargo, antes decidle a vuestro compañero que se reúna con nosotros, ya sabéis a quien me refiero, al humano que está en la barra y que intenta hacer como si no os conociera. Además, también avisadle al bothan, que prefiero comentarle el trabajo a todos en vez de perder tiempo repitiendo lo mismo.

Acto seguido y para que no le neguéis lo evidente, Raalo se arremanga la manga izquierda y comienza a presionar unos botones en el ordenado de muñeca que lleva. En pocos segundos, en la pantalla holográfica se forma una imagen y luego de que el neimoidiano os la muestra os dais cuenta de que se trata de un justamente de la imagen de una cámara de seguridad en la que aparecéis todos vosotros, incluido Ray, cuando estabais enfrente de la tienda. Claramente Raalo es más precavido de lo que parece.

-Y por si eso es lo que os preocupa, no cuento con ningún guardia escondido entre la multitud, conmigo mismo me basto. Después de todo, no serví como Guardia neimoidiano porque simplemente le caí simpático a los superiores -agrega Raalo.

Aunque no estáis del todo seguros, diríais que el neimoidiano dice la verdad ya que no solo parece sincero sino que no veis nada sospechoso en los alrededores.

Ayuz no dijo nada a sus compañeros. No era el Neimodiano quien le preocupaba y prefería tener unos ojos que vigilasen el lugar no fuera a llevarse una puñalada por la espalda. 

-Tranquilo, déjales que beban ya les contaré el plan luego-le respondió la piloto mientras se acomodaba en el asiento- bueno, ¿que podemos hacer por ti?-le preguntó- no veo que puede necesitar un veterano de las guerras clon en un sitio como este. Por lo que se ve la tienda te debe ir bien.

Como nadie le comentó nada, siguió disimulando creyendo que todo había ido bien y el contacto no había detectado la cautelosa interpretación que estaba haciendo.

Se sorprendió al ver al Bothan de la misma guisa que él, ya que no recordaba que lo hubiera comentado. Aunque no le molestaba, de hecho le parecía bien, pero las sorpresas rara vez le gustaban.

Calentaba bastante el vaso. No es que por 4 o 5 copas ya fuera tocado, pero prefería  estar al 100% por lo que hacía, asi que solo bebía cuando alguna mirada de suspicacia se cruzaba con él.

Al ver que ellos ya estaban hablando y parecía que el contacto estaba relajado y no iba a haber problemas, empezó a fijarse en los feligreses. Aunque el neimoidiano fuera legal con ellos, nada indicaba que un metomentodo no fuera a liarla. Desde la barra pudo vigilar quién se acercaba demasiado a las mesas.

Kimbria siguió escuchando, sin dejarse impresionar por las precauciones de Raalo (claramente mucho mejores que las que habían tenido ellos mismos).

EL neimodiano era bueno, no habían caído en el truco de las cámaras, pero ahora tenían que negociar y seguro que sería un duro oponente.

- Buen truco el de la cámara, nos has pillado, y ahora dinos de que se trata ese trabajo misterioso que no puede hacerse con la gente local, seguro que es muy interesante.

Espero a que el resto del grupo estuviera cerca y supieran de que iba el trabajo.

 Mientras Raalo hablaba, yo permanecía en silencio, escuchando en silencio. ¿Un veterano de las guerras clon?. Yo no podía decir lo mismo, ya que fue en mi primera misión cuando se promulgó la Orden 66 y era un niño sin experiencia cuando me convertí en fugitivo. La verdad, si había sobrevivido tanto tiempo había sido más por voluntad de La Fuerza que por mi propia pericia o habilidad...

permanecí en silencio hasta que me menciono el neimoidiano, y ver como Ray se acercaba, me acerque en silencio y me senté, estaba claro que el no era de los que dejan pasar los detalles, así que no dudo en hacer lo que dice y escuchar, "soy todo oídos ha lo que digas" le menciono a Raalo.

Tras resolver el asunto de vuestros compañeros en la barra, el neimoidiano vuelve a hablar.

-La tienda va bien pero puede ir mejor. Y no os confundáis, no sois los primeros que vienen por el trabajo, hay gente capaz en este planeta pero lamentablemente no todos cumplen con los requisitos o no son muy dignos de confianza… -le comenta Raalo a Ayuz y a Nina para luego dirigirse a todos vosotros- En fin, el trabajo que ofrezco es sencillo: saquear un antiguo crucero separatista que va a la deriva o dicho más directamente, hacer de carroñeros. Después de las Guerras Clon, innumerables naves de ambos bandos quedaron destruidas y a la deriva y por eso, para así evitar chocar contra ellas, el Imperio remolcó las más grandes fuera de las rutas hiperespaciales aunque no se tomó la molestia de saquearlas antes. De vez en cuando, contrabandistas y piratas se topan con algún navío medianamente entero y mientras la mayoría aprovecha para saquearlos, otros se dedican a vender su localización para que un tercero lo haga. Así es como me llegó la información sobre el “Gusano estelar”, una nave de batalla clase Lucrehulk, cuya localización me fue vendida por un contrabandista llamado Vordell, un viejo conocido mío -os relata el neimoidiano- Por eso, los únicos requisitos que pido son tener como mínimo un carguero ligero, el cual creo que tenéis ya que dudo que todos hayáis llegado a Tatooine en cazas, y contar con trajes espaciales aunque estos los podréis comprar en algunas tiendas de Mos Eisley. Además, os ofrezco un pago de 4200 créditos y un 25% de todos los bienes que consigamos recuperar, con excepción de un objeto en particular que solo será para mí, nada que debáis preocuparos, solo unos procesadores para droides -agrega Raalo con voz seria- ¿Qué opináis? ¿Aceptaréis el trabajo? Os recomendaría que os dieses prisa ya que conozco a Vordell y lo más probable es que también le haya vendido esta información a algún otro.