Partida Rol por web

Seguía allí, oteando el camino cuando escuchó una voz serpenteante que reconoció como la típica de la especie thandoshana. Se giró para ver qué ocurría y en cuanto vio que Marc era quien iniciaba la conversación sonrió algo aliviada pues confiaba en su compañero y conocía que las palabras eran lo suyo, habiéndoles sacado de más de un apuro en diversas ocasiones. 

Aún así estaba preparada por si debía sacar su arma, pues nunca podía saberse cómo podían reaccionar o si tenían algún interés oculto.

Mientras ella permanecía como lo que era, una oteadora que estaba comprobando el mejor camino a seguir. 

El trandoshano, quizá aturullado por la verborrea de Marc, acabó asintiendo tras soltar un gruñido. Os dirigió una última mirada antes de añadir.

—Bien, bien. Comerciantess, chatarreross.. —señaló el lugar de dónde venían —. Ess el puessto de Hadisshka, él compra y vende. Tened en cuenta esso.

A pesar de lo que podría ser una oferta, no es que fuera el tipo de persona a la que pondrías al cargo de un establecimiento. Hizo una señal a su compañeros de la barricada, que relajaron sus posiciones y se dispuso a marchar junto a sus compañeros si ninguno más le preguntaba algo.

A vuestro alrededor nada nuevo sucedía, ni tampoco había ninguna presencia extraña en la cima de chatarra que teníais enfrente.

—Que tenga buen día— se despidió la sanadora como si no ocurriese nada antes de añadir—Lo tendremos en cuenta, nos pasaremos cuando terminemos.

Cuando los trandoshanos se alejaron lo suficiente, la mujer comenzó a caminar. El tiempo avanzaba rápido y ellos tenían una misión que cumplir. Mientras caminaban Isakaly miró hacia sus compañeros antes de bajar la voz.

—Sería buena idea que cojamos algo a la vuelta para disimular.

Fillon hizo un gesto con la cabeza en señal de asentimiento hacia el trandoshano y comenzó a caminar junto a Sakal. No habló hasta que no estuvo seguro que no podría oírle.

— Con un poco de suerte encontraremos lo que hemos venido a buscar y no volveremos a saber nada de esos tipos. Esta gente del Sol Negro no me gusta nada... Tendremos que estar atentos por si nos ponen a alguien para vigilarnos. No me fío un pelo. —

Miró entonces a Thea.

— Por la derecha entonces... ¿Verdad?

Miró a Fillon y asintió.

- Si, creo que es el camino más posible. Me refiero, de haberse estrellado y que es difícil dar con su paradero, aquella zona podría ser la más probable para su accidente. Pero, tener en cuenta que será un terreno algo complicado pues es una zona de difícil acceso. 

Observó al resto de sus compañeros sin decir nada sobre el encuentro con los trandoshanos.

- Seguiré buscando la mejor ruta.

Rebuscó entre sus cosas hasta sacar un cuchillo que parecía tener diversos aparatos y utensilios que le permitirían buscar los mejores caminos. 

Tras sacarlo, continuó moviéndose hacia el camino de la derecha. 

Lo tendremos en cuenta. Hadisshka. Entendido. - Tras eso con tranquilidad y como si no pasara nada deje que los demas se pusieran en marcha, quedandome yo el ultimo antes de tomar el mismo camino que los demas.

Sol Negro. - Aunque estoy de acuerdo contigo Fillon y me encanta esa posibilidad, no estaria de mas que si encontramos o veis algo interesante lo dijerais, como ha dicho Isakaly. Si al volver nos preguntan mejor tener algo que mostrarles, ya sea para comerciar como para intercambiar por salir de esta Luna sin que nos maten.

Mire de reojo hacia la colina donde habia visto a esa persona. - Andare al tanto, pero esta claro que como minimo tenemos un interesado en nosotros, si acaba siendo mas de uno, la cosa puede complicarse y no me apetecen problemas con Sol Negro.

El tono dejaba claro que preferiria que no, pero que si habia que liarse a tiros, pues no me echaria atras.

Te seguimos... - Por el momento me quedaria algo mas atras, por si acaso.

Dejando atrás el puesto del Sol Negro, vuestro avance por el sendero de la derecha no os deparó ninguna otra sorpresa imprevista. Quizá eso era buena señal, o quizá el supuesto espía del que había avisado Marc estaba haciendo bien su trabajo. El camino pronto desapareció en favor de un campo de túmulos de chatarra, sembrados de droides y chatarreros humanos en aquella febril competición por encontrar al premio gordo que les permitiera abandonar la luna.

Era complicado fijar un rumbo, ya que las vagas indicaciones de Vindar solo abarcaban una parte de una luna que, a pesar de no ser grande, no dejaba de ser lo suficientemente grande como para pasarse semanas buscando. Llevaríais cerca de una hora de camino y el paisaje tumular fue allanándose cual calma antes de una tormenta, pues frente a vosotros se alzaba una suerte de cordillera. Pero esta vez, eran genuinas montañas de roca y tierra, aunque debidamente rebozadas de restos de todo tipo.

Y lo que era más importante, el sensor que os había dado Vindar pareció resucitar de entre los muertos en las manos de Thea. La señal provenía de esas montañas.

—No parece que haya mucha gente por allí. Todavía pueden quedar piezas buenas— puede que fuese novata en aquel tipo de trabajos, pero Isakaly no era ninguna estúpida y sabía que era mejor disimular y no animarse en exceso ante la señal del sensor.— ¿Os parece que vayamos por allí?

Mientras hablaba, lanzó una mirada a su alrededor, como examinando el entorno, aunque en realidad buscaba alguna señal del tipo que había visto antes Marc.

- Esa zona parece idónea, después de todo el camino es complicado y quizás encontremos piezas a las que otros no han podido o no han querido acceder.

Contestó respondiendo a la frase de Isakaly, después de todo su argucia era buena y podría funcionar si realmente había alguien siguiéndoles.

- Voy a adelantarme solamente un poco para comprobar el terreno e intentar continuar por el camino más sencillo y que presente menos obstáculos y mayores premios... 

Comenzó a utilizar también los artilugios de su cuchillo para ver de orientarse mejor. 

Seguimos el trazado del camino de la derecha.

Lo primero que llego a mi campo de vision fue un poco mas de esta Luna, chatarra, chatarreros y aquellos enormes droides. La pelea por la forma de supervivencia mas simple. Quien encontrase el premio gordo podria salir de esta luna, el resto vivirian y moririan bajo esta atmosfera toxica o bajo un alud inesperado de metal y piezas de naves viejas.

Segui observando a nuestro alrededor, caminando tranquilo pero atento a nuestro compañero visitante, el que no se habia vuelto a dejar ver.

Me detuve y mire hacia atras una ultima vez, mas como un reconocimiento rutinario que por otra cosa. - Por mi bien... si ademas de salir de este estercolero pillamos algo bueno, mejor que mejor. - El hecho de que el sensor se hubiera activado decia bastante. Que lo hiciera fuera de las zonas de chatarra, llamaba la atencion pero si era lo bastante vieja esa nave, quizas habia acabado en algun profundo agujero mas que debajo de toneladas de chatarra.

Al ver a Isakaly mirar hacia atras, no lo hice yo, fijandome mas hacia delante. Asenti aunque no me viera Thea. - Entendido pero siempre a mi alcance... - Estaba claro que habian depredadores en la Luna, no queria problemas. Movi el rifle para explicar mejor a mis compañeros a que me referia.

Fillon observó a sus compañeros. Con gusto se quitaría el casco para fumar algo, pero aquel olor... sería mejor esperar. Miró hacia el cielo y suspiró; quizá recordando algo; puede que simplemente contemplando el cielo.

Thea se adelantó medio centenear de metros hacia las montañas tratando de focalizar la señal, así como encontrar un camino practicable para el grupo. Desafortunadamente la irregular orografía de la luna, los desperdicios acumulados y el persistente hedor no eran el mejor caldo de cultivo para una exploración óptima. Pero quizá había otras opciones, Thea pudo localizar un pequeño campamento donde se apiñaban un grupo de tres chatarreros, uno de ellos un crío, que parecían estar descansando.

El resto del grupo permaneció vigilante, pero no apreciaban mayor actividad que el zumbido cercano de los caminantes y el rugir de las ocasionales naves que volaban sobre vuestras cabezas. Algunos dirían que demasiada tranquilidad, pero también, ¿por qué no podía ser solo tranquilidad?

- Mierda... Este sitio me vuelve loca... No sabría por donde podríamos ir con mayor seguridad... Lo lamento. Aunque quizás podamos pedir indicaciones o algo... Mirar allí

Les señaló hacia el lugar en donde parecía haber un pequeño campamento con tres personas que parecían chatarreros, uno de los cuales parecía ser un niño y que estaban descansando.

- Aún así... No me gusta.. Está todo demasiado tranquilo...

Realmente se la veía algo apurada y afectada por no haber sido capaz de encontrar un camino que resultara fácil y sencillo para sus compañeros y que, al mismo tiempo, les acercara a su objetivo... Por eso mismo, no dejaba de prestar atención al dispositivo que el jefe les había facilitado. 

Me acerque a Thea mientras la escuchaba. Era raro que ella dijera eso, pero tambien era consciente de que el entramado de este lugar no era natural, sino una mezcla de natural y artificial junto con los detritos de años de chatarra por lo que el paisaje no cambiaba de una forma convencional y eso podria ocasionar mas de un problema a la hora de orientarse.

Observe a donde apuntaba nuestra explorador. El trio... o la pareja con el niño. Torci levemente el gesto, mire a los demas y vi la atencion de Thea para el dispositivo. - Centrate en tu instinto, centrate en el entorno...

Mire a mi alrededor. - Esta demasiado tranquilo...

Comprobe el rifle, unicamente pasando la mano por el, mientras comenzaba a perfilar el perimetro, el horizonte de chatarra buscando cualquier signo de movimiento, el reflejo de una mirada, el movimiento de un emboscador impaciente, cualquier cosa que dijera que el cuadro de la "familia" descansando no era mas que una treta.

Mis manos cogieron el rifle, dispuesto a defender y matar si era necesario.

— Vamos chicos, acabamos de llegar, no nos persigue nadie. Y esos chicos del Sol Negro parece que han entendido nuestra postura. Creo que es mejor que esté todo tranquilo. ¿No? —

Sonrío y miró hacia donde señalaba Thea.

— Bueno, son dos adultos y un niño, no creo que aunque fueran peligrosos fueran a ponernos en muchos problemas. ¿No? —

Fillon se fue a rascar la cabeza, pero se topó con el casco del traje... joder, le faltaba más bien poco para quitarse el casco y poder fumarse un cigarro. Se llevó las manos a la cintura y trató de ver aquello que tan preocupados parecía tener a sus compañeros...

— ¿Tu que opinas Sakal? — Dijo mientras observaba — ¿No crees que es mejor un poco de tranquilidad? —

—Esperad aquí un momento — Sakal no dijo nada más, simplemente se aproximó al campamento con paso tranquilo. Sabía que su presencia no solía infundir miedo, ni por lo tanto, recelo. No era más que una mujer con años suficientes para haber pasado la edad de cometer locuras, lo que hacía que los desconocidos, en el peor de los casos la ignorasen y en el mejor la escuchasen cortesmente. Claro, que aquel lugar no era como otros que había conocido. 

Pero que avanzase con relativa calma no implicaba que no se fijase bien en donde ponía cada uno de sus pasos ni en los lugares donde podría esconderse si había una emboscada. No se cumplían años siendo una ingenua. Además de a los peligros, Isakali iba atenta a aquel pequeño grupo de chatarreros para, en el caso de que la mirasen, levantar la mano a modo de saludo.

Aunque no lográsteis ver nada inusual o llamativo, la sensación de amenaza seguía anegando vuestros sentidos. Había algo que no iba bien, pero no sabíais de qué se trataba. El campamento, si era apropiado llamarlo así, había despertado su interés en vosotros y los dos adultos se alzaron con cautela al ver que Isakaly se acercaba.

Se trataba de una quarren y un moncala, oriundos del mismo planeta de origen, pero muy lejos de su mundo acuático. Los dos mostraban laceraciones, heridas en la cara y abrasiones de distintos grados, su piel grisácea que denotaba que su salud no era la mejor. El niño mostraba cuernos en la cabeza, por lo que uno deduciría que se trataba de un zabrak, este parecía desnutrido y también castigado por los rigores de aquel mundo enfermo.

—¡No tenemos nada de valor! —alzó la voz el moncala mostrando las manos desnudas, lo mismo hicieron la quarren y el niño zabrak —. No queremos problemas. Por favor..

Sin duda la llegada de Isakaly no es que la pudieran percibir como una amenaza, pero el aspecto de Marc y Thea era otro cantar al ver claramente sus armas.

Fillon suspiró.

— Solo son unos pobres diablos castigados por algún cacique del planeta... o por esos tipos del Sol Negro. —

Se hubiera acercado, pero decidió dejar a Isakally seguir con el acercamiento que llevara en mente. Para Arcos había quedado claro que no eran una amenaza, así que, sin alejarse demasiado, decidió trepar hasta la cima de alguno de los montones de chatarra y sacar sus macrobinoculares a ver que veía mientras tanto.

— Voy a echar un vistazo. No me alejaré, no os preocupéis —

Thea percibió las miradas sobre ella, por lo que se colocó en una posición nada agresiva y se centró en el dispositivo que llevaban, en el aparato que Vindar Den les había entregado para encontrar la nave.

Por tanto, dejó de prestar atención al campamento y se movió con cuidado por la zona, sin alejarse apenas de sus compañeros, pendiente del aparato y del terreno, intentando volver a encontrar una posible vía que seguir.

También miró a Marc con una calmada sonrisa, expresándole que debían llevar cuidado y haciéndole un gesto hacia el campamento pues sabía que su compañero tenía buena labia. 

Algo en su mente se despertó y sus mejillas se sonrojaron mientras negaba con la cabeza y apartaba tímidamente la mirada de Marc. 

—No os preocupéis, no venimos buscando problemas, de veras, estamos buscando suministros— Isakali sonrió, de forma amistosa y se fijó que las miradas se dirigían a las armas— Es por nuestra protección, nada más; no vamos asaltando a nadie. Simplemente queríamos saber sí...

La sanadora iba a preguntarles si habían visto mucho movimiento por la zona, pero entonces se fijó en el aspecto demacrado del niño y en las heridas de los adultos, algunas antiguas, algunas no tanto, además de las abrasiones, probablemente producidas por estar en un entorno especialmente hostil para las especies acuáticas. Dejando de lado lo que iba a preguntarles, Sakal procurando no parecer amenazadora, se agachó para estar a la altura del niño para observar mejor el aspecto de su piel. 

—¿Me permiten? Quizás pueda ayudarles con estas heridas, no tengo muchos suministros médicos, pero quizás pueda ayudarles —explicó, aprovechando para deslizar la pregunta inicial— Han tenido problemas recientemente, ¿no? ¿Mucha gente malintencionada rondando?