Partida Rol por web

Decididos a descender de nuevo por el hueco del ascensor, la vuelta estuvo rodeada por un silencio tenso. Si la criatura que acechaba en la cubierta inferior estaba ahí, lo estaba haciendo realmente bien. Uno a unos llegasteis a la cabina del turboascensor, en ella pudisteis ver las marcas de las garras que la bestia había dejado no hacia demasiado.

Enfrente estaban las puertas abiertas de la bodega, a vuestra izquierda el camino de vuelta y a la derecha la prolongación del pasillo circular que unía la nave. Todo parecía dispuesto para un nuevo pasaje tenso, pero nada más cruzar el último de vosotros la trampilla superior del ascensor a la cabina, escuchasteis el desagradable gruñido de la criatura. Hubierais jurado que aquel gruñido iba acompañado de una risa macabra, una inhumana parodía de la carcajada.

Nada más terminar aquella inquietante bienvenida, el chirriar metálico de sus garras arañando las paredes se propagó por todo el Imperialis. El reverberar de aquel desagradable sonido era aturdidor, venia de todas partes a causa del eco, impidiéndoos ubicar con exactitud dónde se encontraba la bestia.

Miedo, miedo era lo único que parecía existir en estos tensos momentos, un miedo de esos que helaba la sangre y paralizaba, un miedo que podía significar la muerte y la pérdida de quienes más apreciábamos... 

Thea miró a Marc, buscando en él aquello que siempre había estado ahí, fuerza y valor. Él había sido siempre su mayor apoyo, el que había estado a su lado y había calmado sus pesadillas y ahora ella debía ser la que estuviera ahí para él, para todos quienes se habían aventurado en aquella tétrica nave. 

Observó las marcas de aquellas garras, analizando su entorno y su profundidad, intentando discernir si era capaz de averiguar o conocer una mínima parte de lo que pudiera causar aquellos cortes. Mientras lo hacia escuchó aquel sonido, uno que volvía a helar su sangre y a paralizar su mente pero esta vez respiró profundamente, tomó aire y asintió más para ella misma que para alguien. 

Se quedó de pie, cerró los ojos y puso toda su atención y todos sus sentidos en intentar discernir de dónde podía venir aquel sonido e incluso, intentar percibir ese aroma característico del exterior de los restos, algo que le permitiera volver a guiarlos por el camino seguro y correcto. Confiaba en ella, en sus instintos y en sus compañeros y debía dejar que todo aquello se convirtiera en su guía y en su pilar.

El ruido le sobresaltó como pocas veces lo había hecho en su vida. Los ecos, los malditos ecos le hacían mirar a todas partes, como una rata buscando a su depredador. Con los nervios a flor de piel, la mujer apretó la culata del blaster, luchando contra el reflejo de sacarlo y disparar a todos lados sin pensarlo.

—No tengo claro si nos espera o si solo quiere intimidarnos— Isakali hablaba en voz alta, más para si que para sus compañeros. No tenía sentido ese ruido si quería matarlos en el ascensor.— O ambas cosas. Miedo... el miedo le da fuerzas

En aquel momento, la mujer pareció centrarse. Tenía ya muchos años para comportarse como una niña o como una jovencita, y no estaba dispuesta a dejarse dominar por las emociones. Recordaba muy bien los consejos de su mentora, que se había esforzado en enseñarla a mantener la calma durante las más complicadas operaciones. La calma, decía, era lo más importante para poder detener una hemorragia mientras los disparos silbaban a tu alrededor. Según Gnar, había que alejar los láser mentalmente, alejar el olor del humo y los gritos. Ser solo médico y paciente, olvidarse de uno mismo y entonces, el mundo se disolvería a tu alrededor. Exageración o no, lo cierto es que las técnicas funcionaban. Haciendo los ejercicios mentales y respiratorios que había aprendido, relajó la mano.

—Sigamos— la voz sonaba extrañamente calmada, aunque no podía discernirse si era fachada o si había conseguido controlar el temor.

Lo que tenga que ser, será

El ultimo de nosotros cayo al suelo del turboascensor y en ese momento, un gruñido que parecia mas una risa malevola y cruel se extendio por el lugar.

Esta jugando con nosotros. Si ese lugar de ahi arriba le ha nublado la mente o se la ha "infectado" de alguna forma puedo comprender que este asi de desquiciado. Miedo. Panico. Eso provoca errores. Los errores causan bajas y las bajas dolor.

Mire como Thea me miraba y sonrei tras la escafandra, adelante un paso y coloque mi mano en su hombro, para tranquilizarla y relajarla.

Mire a los otros dos detenidamente. - El miedo juega en su favor. El miedo acelera el cuerpo, restringe la capacidad de raciocinio y provoco vision de tunel por la falta de respiracion. Es una mierda, lo es, pero tenemos que mitigar nuestro miedo para poder centrarnos en salir de aqui. Cada uno somos bueno en lo suyo, asi que hagamos justamente eso mismo... ser buenos no, los mejores en lo nuestro, entre los cuatro saldremos de aqui.

Mire a Thea pero ya estaba a lo suyo, buscando identificar de donde venia el sonido. Levante la palma para que los otros dos se quedasen quietos y asi la exploradora pudiera centrarse.

Avance unicamente un paso, para poder cubrir mejor la zona, esperando las palabras de Thea, tras que estas llegasen o indicasen algo mas, hablaria. - Thea, Fillon, Isakaly. Yo ire el ultimo.

El rifle en mis manos, anulada la posibilidad de aturdir, estaba listo para disparar a matar si esa cosa aparecia. Dudaba hacerle excesivo daño, pero sacaria de aqui a The,a costase lo que costase. Mis dedos rozaron la granada del clon.

Fillon guardó como pudo el arma que había tomado de la sala de mando y sacó su bláster. Estaba más cómodo con él en la mano... y desde luego sabía mucho mejor como funcionaba que aquella pica. Asintió a las palabras de Marc. Ahora era mejor confiar en alguien que estuviera más acostumbrado a aquella situación; y Fillon hacía años que no disparaba un arma. Demasiados años.

Después de toda esa puesta en escena, uno podría esperar que el ataque viniera de sorpresa. De una forma implacable y brutal, pero no fue así. Aunque enseguida comprendisteis porque no hubo tal ataque, mientras avanzabais hasta la salida vuestras escasas luces lo alumbraron. Su aparición fue tan brusca que, incluso estando atentos, fue un sobresalto, ya que no esperabais que se mostrara con tanta naturalidad.

Era una criatura que medía los tres metros, con una cresta de tres grandes cuernos y otros muchos de más pequeños. Su piel escamosa parecía pulida, negra y limpia como obsidiana, y las garras hacían justicia a los indicios que habíais estado viendo durante todo vuestro trasiego en el Imperialis. Por si no fuera suficiente, la presencia de aquella bestia evocaba un aura de terror directa, una maldad que trascendía la propia naturaleza animal que debiera asociarse a una criatura así. No, aquel monstruo no era natural, y cuando mostró su dentadura pudisteis apreciar una escalofriante galería de colmillos del tamaño de cuchillos de combate.

Nada más se le iluminó, la bestia rugió, dispuesta a cargar contra vosotros. Se encontraba entre vosotros y la salida.

El camino a la salida estaba ahí, a solamente unos pocos pasos, el camino a la salvación... Y entonces, entonces apareció...

El cuerpo de Thea se quedó congelado mientras sus ojos observaban a aquella criatura, un ser que jamás había visto y que desprendía un mal palpable, una sensación que la joven había creído dejar atrás en los tiempos anteriores a cuando Marc y su equipo la salvaron... 

Y de pronto, aquella cosa se preparó para cargar... 

Nos tiene por seguros...

El monstruo había aparecido con total y absoluta normalidad haciendo que el corazón de la sanitaria se detuviese unos segundos antes de latir más rápidamente de lo que lo había hecho nunca. Aquellos cuernos, aquel cuerpo alargado, aquellas garras capaces de arañar el metal...y ese ¿aura? Era aterrador, sí, pero no era tan terrible. Ahora estaban cara a cara. Y por mucho que exhibiese esa sonrisa previa al ataque que solían tener los predadores, ya no era lo que acechaba en la oscuridad. Isakaly miró directamente al monstruo sabiendo que iba a saltar contra ellos.

Thea se preparó para moverse hasta buscar una posible cobertura, para una vez posicionarse en ella apuntar su bláster hacia aquella criatura y después disparar hacia ella pero solamente si nadie cometía el riesgo de ponerse en cuerpo a cuerpo contra ella.

Con mi mirada puesta en la retaguardia y mi atencion alli, esperando a que ese cabron que parecia dedicarse a jugar con nosotros apareciera no fui consciente de que ocurria hasta que sin darme cuenta, choque levemente con Isakaly.

Suspire y me gire, tenso por la posibilidad de que eso utilizara cualquier instante para saltar sobre nosotros, hasta que fui consciente de la tension en el cuerpo de Isakaly. Me movi levemente para ahora si, encontrarme con la criatura que nos habia estado acechando.

Depredador. No. Era mas que eso, ese aura no era la de un cazador... era algo peor... no sabia por que, pero podia sentirlo. Era algo malo, realmente malo. Se preparo, fui consciente de que venia a por nosotros... sin ninguna duda.

La mano sobre el mango del arma se tenso, mientras sabia lo que tenia que hacer.

Apartar a Isakaly, Fillon y Thea, para ponerme delante. Coger la pica de fuerza que tenia del principio (no me quedo claro si al usarla para abrir el turboascensor se perdia su carga, de ser asi la habria cambiado, pero lo dejo a tu eleccion)

Al tiempo que gritaria. - Fillon, la pica de fuerza, conmigo. Los demas atras y cubridnos.

Usarla para que cuando cargue contra nosotros, se la coma entera. Es decir, usar su fuerza y potencia contra ella. Pica de fuerza cogida con las dos manos, el tope del mango apoyado contra el suelo para que este se use de punto de presion y a sostener el peso de la misma mientras se busca algun punto debil en su cuerpo, de no encontrar ninguno iria a por la parte superior del torso.

Fillon observó aquella criatura agarrando su blaster con fuerza. Sintiendo el frío metal que lo componía y el suave gatillo. Un leve toque y el disparo saldría directo hacia aquella criatura. Un leve toque de cualquiera de los presentes y aquello se volvería una locura... no, ya era una locura. 

Fillon respiró, tratando de analizar la situación lo mejor que le permitía el momento. Susurró.

— Tenemos que salir de aquí... Hay que escapar —

¿Porqué la criatura no había salido de la nave? Quizá la luz exterior le molestara... puede que aquella sala de las columnas tuviera una poderosa influencia sobre ella... fuera como fuera tenían que escapar.

Fillon lo tenía claro. No estaba allí para enfrentarse a una bestia con garras y colmillos. No había salido de aquella prisión para morir allí tampoco. Y tenía cierta certeza de que si lograban salir de la nave y alejarse quizá pudieran dejar atrás a la criatura.

Centrado en escapar Fillon buscó un posible camino para salir al exterior... Si podían escapar... tenían que intentarlo. Igualmente sabía que sus compañeros abrirían fuego, aunque más enfocado en encontrar una ruta de escape su disparo impactó en el maltrecho techo del pasillo, justo encima de la criatura...

—Es...Es un cazador de Jedis... Ni ellos podían vencerlo. Su piel es impenetrable— murmuró aun más asustada que antes. No había jedis en el grupo, pero no había duda que era una noticia espantosa. Si unos guerreros mágicos legendarios no habían podido vencerlo, ¿Cómo iban a poder ellos? Solo podían huir. Entonces recordó la granada de Marc— ¡Marc abre otra salida! Disparadle a los ojos

Siguiendo su propio consejo, Isakaly se adelantó dos pasos y disparó a la bestia. Nunca había sido una gran tiradora y solo llevaba su arma para evitar que la atacasen, más que para defenderse, pero aquella ocasión era diferente. No podían librarse sin unos disparos. Sorprendentemente no había buscado cobertura contra la bestia...de hecho se había puesto justo delante de una pared. No solo porque a pesar del riesgo el ángulo de disparo era mejor, sino también con la esperanza de poder esquivar, preparando todo su cuerpo para hacerlo si llegaba y hacer que el monstruo se golpease contra la pared.

Vuestra reacción fue veloz, lejos de paralizaros por el miedo, enfrentasteis a la bestia con determinación de forma dispar. Marc se posicionó enfrente del terentatek dando órdenes al grupo.

—Fillon, la pica de fuerza, conmigo. Los demás atrás y cubridnos —dijo mientras afianzaba su posición con la pica de fuerza, presto a empalar a la bestia nada más cargara.  

Isakaly, que había disparado su arma errando el objetivo, se posicionó en un lateral del pasillo.

—Es...Es un cazador de Jedis... Ni ellos podían vencerlo. Su piel es impenetrable —murmuró la médico asustada, miró a su compañero, tratando de armarse de valor ante la amenaza e indicó con renovada determinación —. ¡Marc abre otra salida! Disparadle a los ojos —recordando la granada que había conseguido antes de los cadáveres.

Thea tomó posiciones en otro lateral, no es que hubiera ninguna cobertura digna de ser llamada cobertura. Siguió las indicaciones de Isakaly, apuntó a los ojos de la criatura y, aunque impactó, el arma no fue capaz de encontrar un punto sensible y sus duras escamas no recibieron más que una leve quemadura.

Fillon, bastante más preocupado de salir de allí que de dispararle, buscó alternativas al enfrentamiento. Su disparó se desvió al techo, pero recordó que la disposición del pasillo de la cubierta era circular. Con un poco de suerte, podrían rodear a la bestia mientras les perseguía y alcanzar la entrada por la que habían llegado que estaba al otro lado.

El terentatek se había tomado su tiempo, confiado en sus gruesas escamas para protegerse. La bestia pareció oler algo en el aire, y entonces fijó su atención en Isakaly. Ignorando a Marc, la criatura cargó contra la médico rugiendo pavorosamente, eso fue un grave error de la bestia. Marc logró su objetivo, incrustó la pica de fuerza profundamente en la piel escamosa de la criatura cuando cargó enfervorecida contra Isakaly. Aunque la pica se quedó profundamente clavada en el terentatek, un movimiento salvaje de la criatura le arrancó de las manos el arma a Marc.

La bestia se retiró por el momento, habíais ganado un poco de tiempo.

— Intentemos dar la vuelta ahora que está aturdida. Por aquí llegaremos a la salida. ¡¡ Vamos !! —

Fillon se lanza a la carrera aprovechando el aturdimiento de la criatura para intentar ir por el camino que lleva a la salida.

Isakaly no había movido un músculo mientras la bestia se abalanzaba sobre ella, sin embargo, no parecía estar paralizada, sino en tensión. Y es que su plan era apartarse en el último momento para que la bestia se estampase contra la pared. Afortunadamente, gracias a la rápida acción de Marc no había tenido que correr aquel riesgo.

Nada más quedarse atontada la bestia, echó a correr, dando un pequeño golpe a Marc en el hombro para que siguiesen a Fillon en su carrera. Tenían que salir de allí...aunque empezaba a pensar que no tenían que haber entrado y, por alguna estúpida razón, comenzó a preguntarse que demonios habían recogido.

La médico trató de correr detrás de Fillon, pero su agilidad nunca había sido la mejor y la edad no perdonaba, de modo que comenzó a notar que se iba a quedar bastante atrás. Suponía que Marc intentaría ayudarla, pero sabía que eso solo proporcionaría un bocado doble a la bestia si les alcanzaba. Y eso era algo que no pensaba permitir. 

Ni corta ni perezosa, después de trastabillar, con un grueso cable que había en el suelo y darse de bruces, se giró y disparó varias veces hacia el techo para hacer caer piezas que dificultasen el avance de la criatura cuando se recuperase de su estupor. Dolorida, se levanto y volvió a correr lo más deprisa que le permitía su cuerpo.

La respiración de Thea se cortó en cuanto vio como aquella criatura se dirigía hacia Isakaly aunque se quedó bastante aliviada cuando la maniobra de Marc dio resultado, alegrándose por su compañera y agradeciendo la presencia y la experiencia de él. 

La criatura se había quedado aturdida y parecía que era el momento de salir de la nave. Aunque seguramente aquella cosa les seguiría y seguiría intentando darles caza en el exterior, pero allí les resultaría más sencillo a ellos, pues dispondrían de mayor terreno para actuar y moverse.