Partida Rol por web

Thea corre, buscando esquivar los obstáculos e incluso intentando facilitarles el camino al resto. 

La criatura me ignoro, y quizas por eso funciono la locura que habia planteado. La punta de la pica de fuerza se clavo antes de que un movimiento del..."cazador de jedis" la arrancase de mis manos.

Note las manos ligeramente entumecidas, los musculos tensos por la fuerza aplicada. Joder. Era suficiente. No necesitabamos mas. Ademas... ¿Como matas a algo que caza guerreros de leyenda?

Escuche a Fillon, note el gesto de Isakaly y me di la vuelta. Si Thea no se ponia en movimiento, la engancharia de la mano y correriamos detras de los otros dos. No habia muchas opciones.

No mireis atras, Fillon estamos en tus manos.

Viendo que la criatura era bien capaz de seguir adelante a por vosotros, aun con la herida propiciada por la maniobra de Marc, emprendisteis una huida con el fin de rodear a la bestia. No os resultó complicado alejaros inicialmente de la criatura, ya que había quedado aturdida después de la descarga de la pica de energía.

Aun con la huida, ninguno dejó atrás a nadie, y es que el que más dificultades presentaba era Fillon que, quizá debido a su edad, le estaba costando tomar ritmo. Marc y Thea demostraron que eran los más entrenados en esas lides, tomando un buen ritmo, pero Isakaly, fiel a sus principios, disparó a terentatek con el fin de resguardar el avance.

Por su parte, la criatura había permanecido aturdida, pero empezaba a centrarse y fijar una mirada llena de ira hacia el cuarteto rugiendo pavorosamente.

Thea se movía como lo haría alguien entrenada para correr, esquivar y moverse por terrenos poco fáciles y en situaciones de combate. Aunque, su cabeza siempre miraba atrás pendiente del resto de sus compañeros por si alguien necesitaba que le echara una mano o le cubriera en su retirada. 

Thea se movía rápido y con agilidad por aquella estructura, con su bláster en la mano y dispuesta a disparar o cubrir a quien pudiera quedarse atrás.

Sabía que Marc, como ella, no tenía problemas para moverse y correr en aquellas circunstancias pero quizás Fillon e Isakaly no lo tendrían tan fácil por lo que si veía que necesitaban apoyo, se lo daría sin dudarlo. 

Aunque el terentatek le pisaba los talones, la médico no se olvidaba de sus compañeros. Había visto que Fillon tenía problemas para correr. De hecho, desde que le había visto y se había enterado de sus circunstancias, sabía que habría cosas que le iban a costar después de tanto tiempo en aquel agujero.

—Vamos— jadeó agarrándolo para que cogiese de nuevo el ritmo que parecía haber perdido.

El terentatek les pisaba los talones e Isakaly no hacía más que maldecir mentalmente su actitud en los barrios donde vivía. Se había preocupado tanto por la salud de sus vecinos que había desatendido la máxima que constantemente les daba a ellos. Si salía de aquella, se prometió, dedicaría más tiempo a su propio estado físico y al menos trataría de entrenar un poco su cuerpo. De forma instintiva, agarró a Fillon para ayudarlo a avanzar más rápido. No podía quedar ninguno atrás.

Fillon estaba mayor, de eso no había duda ante semejante espectáculo de carrera, pero es que además llevaba demasiado tiempo encerrado y sin hacer más ejercicio del que les permitían. Cuando escuchó las palabras de Marc parece que se motivó algo, era su vida lo que estaba en juego... O se le salía el corazón del pecho o se lo sacaba aquella criatura. Se la jugaría entonces a que no se le saliera...

El entrenamiento de combate era constante en mi persona. Correr esquivando obstaculos no era un problema, aunque anadirle un bicho de esas caracteristicas pegado a tus talones motivaba y bastante a lanzarse a una carrera superior, sin embargo no debia olvidar a mis companeros.

Estaba claro que no saldriamos por la fuerza bruta de esta situacion y por ende, debia asegurarse de que todos aquellos capaces de acometer acciones tecnicas sobreviviesen, si o si, algo que ademas formaba parte de mi forma de ser.

Vamos... vamos... que no se va a quedar todo el dia parado. Fillon la respiracion es mas importante que otra cosa, aun no sabemos si sera un sprint o una maraton. Isakaly un poco mas de velocidad. Elegid un camino y no dudeis. - Me asegure de que ambos avanzaran lo mas rapido posible, echandoles una mano en caso de ser necesario mientras esperaba que Thea abriese camino.

Emprendisteis la huida con la criatura pisándoos los talones. Todo había cambiado, el silencio abisal que os había estado acompañando hasta ese momento fue sustituido por un estruendo de metal, rugidos y gritos. La colosal mole diabólica os perseguía de tan cerca que sentíais su hedor a muerte en cada metro recorrido. Sus garras intentaban alcanzaros, pudiendo sortear por la mínima sus ataques.

Fillon estaba al límite, dudabais si el viejo hacker iba a morir por las garras de la bestia o por un ataque al corazón, y es que aun con la ayuda de Isakaly, que hizo que frenara un poco el ritmo, no parecía claro que pudieran salir ilesos de la persecución. Los dos militares, Marc y Thea, más acostumbrados a esos ritmos, cubrieron al monstruo con disparos de cobertura para confundir su avance.

Tras unos espantosos e inquietantes minutos llegasteis al pasillo de servicio por el que habíais entrado al Imperialis. Fillon fue el último en llegar, el quiebre que practicasteis fue tan brusco que la criatura pasó de largo y, al intentar partir por la mitad al técnico, perdió el equilibrio estampándose contra la pared de la nave haciéndola temblar como si de un terremoto se tratase.

Aunque el pasillo estaba roto, hábil para que el monstruo pudiera perseguiros, teníais unos valiosos instantes para seguir huyendo lejos de la bestia que rugía furiosa por haber perdido la presa.

El exterior estaba a escasos pasos de vosotros.

—Cuid... salir— advirtió la mujer, con las mejillas rojas por el esfuerzo, a los exploradores, reduciendo la velocidad para reponerse. La mujer hizo un gesto con el bláster para que la entendiesen mejor. Tenían que salir de allí, pero no podían descartar que hubiese algo o alguien esperando a que saliesen. Normalmente no hubiese pensado así... pero ¡Había un maldito terentatek y se habían librado de sus primeras embestidas! Al lado de eso, una emboscada no era imposible. El corazón le latía a toda velocidad y no se atrevía a mirar el camino que habían dejado atrás. Había que seguir sin pensar en lo que había delante. Afortunadamente, Mark y Thea eran más que capaces de enfrentarse a lo que hubiese fuera, si es que había algo.

—¿Estás bien?— la médico miró a Fillon. Se habían librado de milagro. Además, si ella estaba hecha trizas no quería ni pensar como estaba él, al fin y al cabo la cárcel no era el mejor lugar para conservar la salud. La mujer le ofreció la mano, para forzarle a seguir corriendo más. —Solo unos metros más

Correr, buscar coberturas, correr, disparar y seguir corriendo mientras controlaba la respiración, mientras mantenían los nervios bajo mínimos y mis sentidos se centraban en cada rincón.

Mis piernas se movían con facilidad, acostumbrada a las sesiones de maniobras y a las misiones en plenas batallas y si algo debía agradecerle a la guerra, era su mejora en sus capacidades físicas.

- ¡Vamos, vamos!

Dijo a sus compañeros mientras les cubría con los disparos de su bláster, atenta especialmente a Fillon por si este caía y debía ser trasladado o movido con rapidez.

Esperó a que Fillon e Isakaly pasaran, que salieran de los primeros mientras ella y Marc cubrían su huida. Los ojos de la exploradora buscaban algo que pudiera entorpecer aún más la persecución de aquella criatura. Una plancha de metal suelta, unas cajas... Cualquier cosa a la que pudiera disparar o pudiera mover para obstaculizar a aquella cosa. 

Habia ido muy justo, realmente muy justo. Ese ultimo giro habia facilitado las cosas pero era consciente de que la espalda de Fllon seguia entera de puto milagro. Medio segundo mas y seguramente lo habria abierto en canal desde la espalda. Los blasters no parecian hacerle mella, quizas como mucho molestarle pero incluso eso era muy relativo.

Con el blaster aun apuntando en la direccion de la criatura, le di un suave toque en el hombro a Thea. El mensaje era claro, en marcha y buen trabajo. Tu eras la exploradora, Fillon el tecnico, debiais ir delante por si habia alguna forma de cerrar compuertas o similares, porque seguramente el viejo podria encargarse.

Vamos viejo, respira mientras corres o tendre que cargar contigo y no te gustara la experiencia. - El tono era cargado de humor, buscando la risa, romper la tension de lo que acababa de pasar, mientras seguiamos en marcha. La slaida, la salida estaba justo ahi, no podiamos detenernos.

En cuanto recuperaron un poco la respiracion. - Fillon, una forma de bloquear puerta o similar, quizas lo retrase a las malas, usare la granada en la salida, para que los escombros colapsen sobre la salida.

Fillon no hablaba, solo respiraba de alguna forma instintiva, tratando de llenar sus pulmones del aire que le facilitaba su traje. Hizo un gesto con la mano y con la cabeza, indicando que estaba bien. Tenía el corazón a punto de salírsele del pecho y realmente no era consciente de lo cerca que había estado.

— Sal... sal... gamos de... aquí —

Fue lo único que se aventuró a decir mientras recuperaba el aliento. Solo quería alejarse de aquella nave. Tenía la sospecha de que una vez salieran y quizá se alejaran, la criatura los dejaría tranquilos.

La carrera de vuestras vidas, podría definirse así, os iba alejando cada vez más de la bestia que os pisaba los talones. La afortunada idea de Marc estaba frenando a la criatura, pues la pica de energía la atoraba, por lo que pareció detenerse rabiosa para quitarse el arma incrustada en el cuerpo. Un tiempo precioso que os permitió tomar la directa para escapar del Imperialis, pero fue salir del fuego para caer en las brasas.

En el claro exterior os estaban esperando. Quizá la intuición os sugirió que se iba a tratar de los criminales del Sol Negro, pero las armaduras blancas de los soldados de asalto os reveló algo muy diferente. Lo que Marc y Thea podían contar como un par de escuadras de soldados imperiales, estaban apostados frente al Imperialis. Una ametralladora pesada E-Web apuntando a la abertura por la que habías salido de aquel infierno metálico y, frente a la tropa, una figura encapuchada en una túnica negra con reflejos rojizos.

Cuando salisteis del Imperialis, los soldados imperiales os apuntaron de inmediato. La criatura del interior de la nave pareció intuir el peligro, y dejó de perseguiros silenciando sus rugidos. La figura encapuchada alzó la mirada, era una mujer de rasgos humanos y ojos ambarinos, sonrió de forma malévola.

La mujer extrajo un aparato cilíndrico de su cinturón, lo dejó en su mano, en reposo, mientras os analizaba uno a uno.

—Se acabó la aventura, carroñeros. Habéis elegido mal vuestro premio —dijo con voz tétrica, extendió la mano abierta hacia vosotros —. Dadme el holocrón, no os pertenece.

La soldadesca imperial estaba apostada, estaba claro que os habían estado esperando. Al mencionar sus palabras, se escuchó una cacofonía de armas apuntando y cargándose.

—¿Holocron?

Isakaly sintió una fuerte punzada en el pecho al ver a aquella mujer y el ruido de las armas cargándose. El miedo le invadió, pero trató de sobreponerse. No sabía a que se refería, pero no le gustaba nada su tono. Y aquel cilindro... era parecido al que había visto en los grabados. Intentando no pensar en ello, finalmente se decidió a hablar. 

—¿Un holocomunicador quieres decir?— el tono de voz de la mujer era tranquilo. Estaba acostumbrada a tratar con mafiosos y normalmente conseguía llegar a acuerdos con ellos, evitando violencia. Pero nunca se había sentido tan incómoda e indispuesta negociando con ellos como con esa mujer— Vimos uno, pero no le cogimos. Estamos más interesados en cosas que se puedan vender, como esa pica.

Isakaly señaló con la cabeza la pica que llevaba Fillon antes de extender las manos, tratando de no parecer agresiva en ningún momento, alejando la mano del bláster.

—No queremos problemas, os indicaremos donde está el holocomunicador, pero no disparéis, ¿vale?

Isakaly no dijo nada del monstruo que les había perseguido. Sospechaba que ya sabrían de su presencia, si no era su mascota, y en todo caso, aunque no deseaba mal a nadie, no quería ni siquiera mencionarlo. Prefería ver como iban las "negociaciones" primero.

Correr, correr y escapara de aquel ataúd de hierro era lo primordial y principal para Thea, así como lograr que todos y cada uno de sus compañeros salieran indemnes de aquel lugar también.

Apoyó, dirigió y se mantuvo vigilante hasta que finalmente dejaron a la criatura atrás pero, antes siquiera de poder respirar y decir algunas palabras de ánimo la imagen que se mostró ante ella nada salir al exterior fue casi peor que lo que albergaba el interior de la nave.

Su cuerpo se congeló, su cuerpo tembló ligeramente y el miedo volvió a apoderarse de ella. No, no podían estar allí por ella, no podían haberla encontrado, no deberían... Ella era una más entre cientos, nadie importante y aún así, estaban allí...

Quizás fuera las palabras de aquella extraña mujer, quizás el desconocimiento de lo que decía, fuera lo que fuera pareció tranquilizar a la joven soldado.

- ¿Holocrón? - Su voz estaba cargada de duda y desconcierto, claramente no tenía ni la más mínima idea de lo que hablaba aquella extraña mujer. 

Miró al resto de sus compañeros y a su compañera, como esperando ver si alguno de ellos sabía a qué podía referirse, después de todo ella no había cogido nada y lo único que habían cogido, o eso creía ella, era aquel cilindro de datos.