Partida Rol por web

Las ideas bullían por la cabeza de Fillon, tenía que avisar a su contratante como fuera para que les ayudara. En cuanto escucharan el ruido podrían intentar refugiarse cerca de la nave... pero no demasiado claro. El corazón todavía le latía a toda velocidad cuando empezó a sacar cosas.

— Oiga... no, no tengo ni idea de lo que es un holocrón. Casi morimos allí dentro tratando de escapar como para habernos fijado en nada. Solo pudimos saquear... — Hizo un ademán con la pica que dejó caer al suelo. 

— Y chatarra para intentar vender por algunos créditos — Siguió sacando cosas, con la idea de activar el comunicador al dejarlo en el suelo, pero entre los nervios y un pequeño parraque le dió el corazón, quizá por el sobreesfuerzo reciente, se le cayó de las manos directamente al suelo... rodando a un par de metros de sus pies. 

Suspiró.

— De verdad... allí dentro... no es normal. No se lo que buscan, pero no les recomiendo entrar. —

Fillon miró hacia atrás, con temor en su rostro. No solo por la criatura, sino porque le reconocieran...

Sali el ultimo para... encontrarme frente a dos pelotones de fusilamiento y una mujer con cara de muy pocos amigos, por no decir ninguno. Escapamos de las garras y el estomago de esa cosa, para acabar directamente en un juego de haz diana. Cojonudo.

Imperiales. Putos imperiales en serio. Ademas quien cojones es esa mujer... Hablo y aquello tenia cada vez menos sentido. Holocron. Que cojones es un holocron? Porque un holocomunicador aun, pero un holocron ni puta idea...

Un breve instante de miedo, justo antes de centrarme y buscar una solucion aunque mis colegas ya estaban en ello. Estaba claro que no era el unico con problemas de conocimiento.

Con mucho cuidado movi el blaster para colocarlo de forma que mirase al suelo, inofensivo y sin ningun tipo de postura amenazante. Lo que menos necesitabamos ahora era que en un acto reflejo nos volasen en pedazos.

Somos carroneros, si, pero ni idea de lo que es un holocron. - Senale a Fillon. - Como ha dicho hemos conseguido sacar alguna cosa, pero no demasiado porque algo enorme y con garras se nos ha lanzado encima como si le fuera la vida en ello. Asi que lo que hemos hecho ha sido correr...  y ... joder... se ha quedado mi pica de fuerza... - Un gesto de fastidio. Realmente me gustaba esa cosa. - Pero en serio no sabemos que es lo que estas buscando... y sin duda no queremos problemas ni contigo, ni con el Imperio...

Vi a Fillon y mire de reojo hacia atras, yo tambien.

Aquella mujer rezumaba un aura oscura que recordaba la del interior del Imperialis. Os miró con abierto desprecio, escuchando vuestras respuestas apretó los dientes molesta, casi furiosa.

—No juguéis conmigo —gruñó prendiendo el aparato cilíndrico de su mano. Un chispazo brotó de la punta, y una hoja carmesí emergió tras esto. Quizá algunos de los presentes reconocieron el arma, un sable de luz —. Si no tenéis el holocrón, da igual. Me haré con él. De una forma.. u otra..

Aunque, milagrosamente, los nervios que habían traicionado a Fillon, la mujer no pareció percatarse de la treta que había tras ello. Pero la justificable inquietud que generaba le impidió activar el comunicador. Parecía que iba a dar la orden de que los soldados de asalto os fulminaran cuando, de repente, todo se fue, literal y metafóricamente, a la mierda para los planes de vuestra misteriosa interrogadora.

El rugido del sable de luz fue respondido por el de la bestia que ya bien conocíais, el Imperialis empezó a temblar sonoramente mezclándose furiosas zancadas con metal romperse. El instinto os aconsejó apartaros de alguna forma, pues para cuando lo hicisteis, la mole diabólica de la criatura que moraba en la oscuridad del Imperialis emergió en un alarido bestial. La mujer no pudo reaccionar a la carga de la criatura, que la embistió lanzándola directamente contra el cañón E-Web derribando el arma y la dotación.

—Ma.. maldito.. seas.. —gruñó dolorida, aunque la bestia no dio descanso, y siguió cargando contra la mujer que se preparaba para responder al ataque —. ¡Matad a esa cosa! ¡Matadlos a todos! ¡Ahora! ¡Ya!

Al activar el cilindro el corazón de Isakaly se saltó unos cuantos latidos. Aunque nunca había visto un arma como aquella lo reconocía perfectamente y sabía que podía fundir el metal como si fuese mantequilla. Estaba claro que no iban a salir de aquella... En aquel momento un estremecimiento en la médula le hizo reaccionar y apartarse empujando a uno de sus compañeros hacia un lado*. El terentatek apareció y se lanzó contra la mujer con una rabia descomunal. Si hacía caso a lo que sabía de aquella bestia, las cosas empezaban a estar claras, aunque no entendía que tenía que ver el Imperio con los guerreros de la fuerza.

Así que es una usuaria de la fuerza

En cualquier caso, aquella era una oportunidad que no podían desaprovechar. Tenían que salir corriendo de allí; ya pensarían después como esconderse de un maldito ejército comandado por una guerrera de la fuerza. 

—Corred...

Asegurándose de que sus compañeros se pusiesen en marcha, Isakaly los siguió corriendo. Aquel era sin duda el momento más terrorífico de su vida. Pero tenía que salir de allí. Levantando el arma, disparó sin pensar ni mirar a los soldados que se interponían entre ellos y el camino, antes de saltar detrás de una puerta de un speeder para cubrirse las espaldas y cubrir a sus compañeros.

Con mi maniobra busco cobertura para dar negros si me disparan.

Con mi acción disparo al grupo de soldados que esté en el camino para poder huir, para así poder ir despejando el camino para el resto de compañeros que deben huir con nosotros. Al coste de 2 de tensión apunto también para obtener un azul. 

El sonido de aquel cilindro, aquella luz roja que provocó un recuerdo fugaz y aterrador en la joven soldado - Inquisidora... - Un ligero temblor que se vio interrumpido por la carga de aquella cosa que avanzaba sin piedad hacia aquella mujer y sus músculos reaccionando ante aquel peligro... Correr, correr y cubrir la huida del resto de sus compañeros... 

Mis ojos fueron a aquella... "espada de luz" abriendose ligeramente, por la sorpresa. No tenia mucha idea de que podia ser, pero si tenia clara una cosa, debia doler de la hostia.

Vale... vale... no se ha tragado el rollo de que buenos que somos... asi que ahora...

Mis pensamientos quedaron cortados cuando fui consciente de que lo que habiamos dejado atras venia con ganas. Me movi sin saber siquiera como pero consiguiendo apartarme de enmedio de la carga de esa cosa, que fue directa a por nuestra amistosa anfitriona.

A tomar por culo.

Las palabras ya fueron dichas, asi que no hacia falta repetirlas. Ni deseaba ni queria ver el combate, solo queria salir de alli.

Encontrar la cobertura mas cercana y al mismo tiempo alejada de la criatura, buscando usar el comabte en si como "cobertura para los soldados que esten en el otro lado del mismo.

Una vez en la cobertura, buscaria el mas cercano de los enemigos y le dispararia, fijandome con antelacion en esos cincos que estaban en mitad del camino.

Si esos cinco estan mas o menos agrupados de forma que una granada podria caer en medio de ellos y matarlos o derribarlos... pues alla vamos :P

Fillon, al igual que sus compañeros, invirtió un par de segundos en observar el imponente arma. Solo eso, un par de segundos... Miró hacia el suelo y rápidamente recogió el comunicador, dejando el resto atrás... No tenía tiempo que perder y el núcleo de datos de la nave no lo había soltado en ningún momento.

Al igual que el resto de sus compañeros solo pensó en apartarse de aquella bestia y de la mujer del sable de luz...

En su cabeza estaba todo muy claro. Agacharse para recoger el comunicador, buscar un punto de cobertura hacia el que correr y protegerse de los disparos y llamar a toda velocidad a su contratante para que fuera a buscarlos... Ahora solo faltaba que no le hicieran un agujero en el pecho.

La repentina aparición del terentatek desorganizó a la soldadesca imperial. Desde luego no esperaban encontrar a un monstruo enorme en el interior del Imperialis, y mucho menos que poseyera una fijación tan particular por su líder. Los soldados imperiales empezaron a disparar sobre la criatura y sobre vosotros, pero la sorpresa había hecho que sus disparos se convirtieran en una cortina láser mientras avanzabais.

Isakaly había sido la primera en darse a la carrera, buscando abrirse camino por las posiciones imperiales. La experimentada sanadora no atinó con los disparos, al fin y al cabo lo suyo era curar, pero pudo encontrar una cobertura lo suficientemente sólida para resistir la respuesta imperial.

Marc, por contra, tomó una iniciativa más expeditiva. Echó mano de la granada lanzándola al parapeto imperial, la habilidad del soldado quedó demostrada, ya que consiguió colar el explosivo justo en el centro del núcleo de la posición enemiga. La explosión lanzó por los aires a tres soldados de asalto logrando abrir una generosa brecha para poder huir. Por desgracia para Marc, el frenesí del combate le impidió encontrar cobertura quedándose expuesto al contraataque imperial.

Fillon avanzó rápidamente hacia una cobertura, no sin antes recoger el comunicador y empezar a pedir ayuda por él. La urgencia de la situación impedía esperar si había alguien al otro lado, y con el zumbar de los disparos láser cayendo por todas partes las posibilidades auditivas no mejoraban.

Como su compañero, Thea hizo gala de la razón por la que había sido también elegida para esta misión. La joven exploradora avanzó en retaguardia asegurando los disparos acertando a los dos soldados de asalto restantes que os cerraban el paso. Había posibilidades de poder huir, pero aunque la respuesta imperial quedó en agua de borrajas aun quedaban enemigos presentes y no sabíais qué os podríais encontrar más adelante.

Por su parte, la inquisidora se encaró al monstruoso terentatek. El haz rojizo de su sable láser hendía el aire chocando con las endurecidas escamas de la criatura, la mujer gritaba furiosa, rezumando ira en cada golpe. A pesar de los esfuerzos de la mujer, poco a poco fue teniendo que tomar una posición defensiva ante los ataques salvajes del terentatek. No tenía buena pinta para la Tercera Hermana.

Expuesto. Primera regla. Sobrevivir para poder seguir luchando. Estaba por completo expuesto. La granada casi me habia sacado un grito de victoria, pero la certeza de que los dos soldados que quedaban iban a coserme a tiros, la diluyo. Mi mano se tenso, debia ir rapido a por mi arma... debia...

Dos disparos casi simultaneos derribaron a los soldados mientras sus disparos pasaban desviados. Observe como la salida quedaba expedita, clara y franca, para salir cagando hostias de alli y no mirar atras.

Aun asi... mire, para ver a Thea y su arma. Una sonrisa, un guiño de ojo  y levante el pulgar de mi mano derecha, como unico mensaje. Alto y claro. Le debia la vida.

Vamos, vamos... moved el culo. Salgamos de aqui, a menos que querias disfrutar de la compañia reptil de la zona... -  Apremie a mis compañeros, para que se pusieran en marcha mientras yo hacia lo mismo, ahora cubriendo la retaguardia para no sufrir percanes, la exploradora debia abrirnos el camino de vuelta. Esto aun no habia terminado.

En cuanto nos pusimos en marcha, no dude en buscar romper la tension de lo ocurrido. - El proximo trabajo con arena y agua, una buena playa y los reptiles en pinchos morunos... para disfrutarlos... no para ser su cena...

El rifle en las manos, preparado y listo por si salian mas complicaciones.

El dulce sonido de la explosión reveló que Marc había vuelto a hacer uno de aquellos magníficos tiros que le caracterizaban, uno que había provocado que varios soldados cayeras perdiendo el equilibrio pero entonces se fijó, el muy tonto había quedado expuesto...

El gatillo se movió rápido y en apenas unos segundos más soldados estaban en el suelo, de nuevo había protegido aquel firme culito.

Le devolvió el gesto mientras con la cabeza le instaba a moverse rápidamente y ella se posicionaba en la delantera. Ya conocía el método, ahora de nuevo debía marcarles el camino, uno rápido y seguro. Por lo que Thea se adelantó y comenzó a hacer lo que mejor se le daba hacer, guiar por los senderos.

Su arma permanecía en su mano pues no se sabía cuándo podría hacer falta, especialmente si aquel pelotón decidía seguirles. 

- Hablando de culos Marc... Tu bonito trasero está a salvo, ya me lo compensarás. 

La exploradora iba pendiente de cada piedra, de cada giro... Pendiente de encontrar el camino más rápido. 

—¡Thea!— Isakaly jadeaba ligeramente agarrando a Fillon para que corriese a su mismo ritmo, que tampoco era muy alto— Otro...c...Otr... mino

La médico tosió con fuerza y volvió a coger aire para hablar con la mayor normalidad posible. Había algo que la empezaba a venir a la cabeza y no le gustaba en absoluto.

—¿Viste otro camino para llegar? Debemos evitar huir por la zona del campamento— Puede que tuviesen una misión, pero Isakaly no estaba dispuesta a pasar de nuevo cerca de aquella familia y arriesgarse a que les hiciesen daño ¡Había un niño! Antes correría camino a la nada que llevar a aquellos imperiales al hogar de esa pobre gente

Al igual que el resto, Fillon corría. No había permanecido con vida en aquella prisión para ahora palmarla a manos de más imperiales. No señor. En cualquier otra situación habría hecho que Isakaly la soltara, pero estaba realmente hecho puré. La carrera de la nave, los disparos, la carrera para escapar de los imperiales. Estaba mayor para tanta mierda.

Volvió a revisar el comunicador.

— Estamos sin imperiales por ahora y tenemos lo que hemos venido a buscar. Necesitamos extracción inmediata. Mando nuestra localización en tiempo real. No tardéis joder... —

Tenían que escapar de allí cuanto antes. Y la forma más fácil era sin duda que los fueran a recoger...

A la pregunta de Isakaly la respuesta era bastante sencilla, y descorazonadora, ya que la otra ruta de acceso al claro que estabais abandonando lo cruzaba al otro lado, y justo en medio se estaba desarrollando la batalla campal entre el monstruo y los imperiales. Los disparos láser y el rugido de la bestia se propagaban por el desfiladero, y mientras no parabais de avanzar pudisteis escuchar un potente rugido y, luego, el silencio.

A su vez, Fillon intentaba ponerse en contacto con el Bakurano. Tuvo unos segundos de tenso silencio, pero entonces el comunicador crepitó y la voz de Vindar afloró al otro lado.

—Aquí Vindar, recibido. Activo la nave. Estad preparados —la voz fría y marcial del chiss no parecía alterada, ¿había algo que fuera capaz de alterar un chiss? Pero al menos habíais encontrado una respuesta por parte de él.

Pero los problemas no os iban a abandonar aun, nada más llegar a la base de el camino de ascenso visteis vuestro avance cerrado. Tres transportes de tropas imperiales estaban parados a modo de bloqueo, una escuadra de diez soldados de asalto estaba apostada custodiando vuestra ruta de huida. Por fortuna, no parecían haberos visto aun y pudisteis parapetaros detrás de los restos de un speeder de cuando el maestro Yoda era joven.

Miró a sus compañeros con cierta frustración.

- No me gusta pero no creo que podamos pasar sin que nos vean y nos detecten... Si queremos mantener la seguridad de aquel asentamiento deberíamos dejarlos inconscientes... Si ponemos nuestras armas en aturdir podríamos minimizar los daños. 

Aún así miré al resto, esperando por alguna sugerencia por parte de alguno de sus compañeros. 

Fui el ultimo en conseguir cobertura, con el rifle en la mano.

Mire lo que teniamos delante y escuche las palabras de Thea. La granada ya la habia utilizado para salir de la pelea de ahi arriba y ahora... esto. Mire a mi alrededor.

Tres transportes. Diez soldados. Los transportes tenian una torreta de apoyo para la infanteria. - Siguen siendo diez soldados y nosotros cuatro, dos de cuales no son soldados, sin mencionar que cada transporte tiene una torreta fija Thea. - Era un punto importante, esa torreta bien podia destrozar nuestras coberturas sin despeinarse apenas.

Rebusque entre mis cosas, recordaba tener un comunicador*. Lo señale a los demas. - Probamos suerte a ver si se desvian o toca pasar desapercibidos... - Mire a Fillon. - O esperamos a que llegue nuestro patron...