Partida Rol por web

S T A R   W A R S

“Las Tinieblas de la Fuerza”

 Tras un periodo de esplendor para la República, durante el cual los hechos dieron paso a las leyendas, la situación política se ha vuelto inestable y muchos sistemas están al borde de la separación.

La Senadora Kira Caliban, representante del Sistema Corelliano, de gran talante negociador y unificador, ha sido recientemente elegida como nueva Canciller Suprema de la República para intentar mantener unida a la República, pero el número de sistemas insatisfechos va en aumento, representados sobre todo por los Senadores Nasham Boscossuro, del Sector Corporate, y Damus Sardum, de Malastere.

Al mismo tiempo, la corrupción crece alrededor de la Canciller. Muchos Senadores de sistemas del Anillo Exterior son sobornados por los Hutts para disminuir la presencia de la República en dicho sector y no dificultar los negocios ilegales.

Por si esto fuese poco, en los bordes exteriores se están produciendo incursiones de origen desconocido sobre bases y planetas, creando una situación inestable. Alarmados, los gobiernos planetarios han solicitado ayuda.

Sin saber nada de todo ello, un pequeño grupo de contrabandistas va a dirigirse hacia el centro del conflicto, ignorando los peligros con los cuales van a encontrarse.

La nave se desplazaba a la monótona velocidad hiperespacial, aproximándose a su destino sin que sus ocupantes se diesen cuenta. La Lightsaber no era un carguero rápido, ni tampoco elegante. Era el único que tenían y solo por ese motivo, valía mucho más que cualquier otro.

Mientras las luces de las estrellas se veían como finas líneas brillantes desde la cabina, en el resto de la nave, cada uno de sus ocupantes ocupaba el tiempo en sus propios asuntos.

También estabais acostumbrados tanto a discutir como a ignoraros durante los viajes. Siempre existían razones para gritar antes de despegar y antes de aterrizar, pero el resto del tiempo... la tranquilidad, uno mismo y poco más. Y para colmo en aquel viaje llevabais a alguien que no esperabais, un maldito invitado. ¡Lo que os faltaba!

Pero para eso estabais allí. Viajabais en aquella nave porque teníais un trabajo que, como siempre, esperabais no fuese más complicado de lo que esperabais, sino mucho más sencillo. Total, ¿qué peligro podía había en llevar una carga ilegal? No era la primera vez que lo hacíais y  no sería la última. 

En todo caso, recordabais perfectamente cómo los Hutt os habían, de nuevo, empujado a hacer algo que no queríais. 

Dos días antes

El palacio de los Hutt no era elegante ni reflejaba la riqueza de sus ocupantes, pero sin duda, dejaba claro que Hootaa el Hutt era el más poderoso de los líderes de contrabando de aquella región.

En el interior había un pequeño ejército preparado para casi cualquier contingencia, además de un hangar en el cual se encontraban varias de las naves más perseguidas de toda la galaxia, incluida la vuestra. Cuando entrasteis en el salón, Hootaa, inconmensurable en su tamaño, como todos los Hutt, estaba todavía tragándose un pequeño sapo que masticaba mientras el pobre animal aún respiraba, pero no tardó en volverse hacia vosotros aún con una parte sin masticar para prestaros toda su atención, al son de una música difícil de describir.

¡Aaaaah! Mwa Pateesa! Chowbasa! Je hagwa stuka che porkman, Yakootah! Hava sa ma teesaw?

Llevo poco tiempo en esta tripulación, así que... no tengo clara cual es su relación con los Hutt... se, como el resto de la gente que tiene orejas -o algo similar- en todo el Sector, que... cuanto más lejos mejor: si haces negocios con ellos, te intentarán trampear, para que termines siendo, literalmente, suyos; y si no haces negocios con ellos, les molestará, y descuida, que ya encontrarán la forma de que tengas que negociar algo con ellos, incluso tu propia vida; es mejor mantenerse un tanto a distancia de ellos, y si hay negocios de por medio..., que sean rápidos y sin pringarse demasiado...

... y lo mismo nos hemos pringado demasiado de baba de Hutt...

... o mejor dicho, me he pringado de baba de Hutt en el momento en que me incorporé a esta tripulación de locos..., pues hace nada me he enterado, de que tienen algún tipo de deuda con esta babosa venida a más...  Tal vez por eso se refiere a la nave en esos términos...

"Empezamos bien... tu, hazte el tonto, y sólo dedícate a lo tuyo, llevar una nave del punto A, al B"

- Bo shuda Hootaa. Mee pankpa... - Sonreí de medio lado. -  Mee pankpa doth luto, um fa dayan paupe hataw...¹ - Respondí con agilidad al Hutt en su propio idioma. Si había algo que le encantaba, era demostrar hasta que punto nos tenía a todos cogidos por las pelotas, pero le pasaba como a los demás, que en el momento de soltar la pasta para algo de "su propiedad", esta solía dejar de serlo. - Y como es tu propiedad, pagas tú. - Continué hablando con una sonrisa en el lenguaje común, ante el silencio de los demás.

Pero había algo más que les gustaba a aquellas babosas gigantes, y era admirar el cuerpo de las mujeres. Daba igual la especie, siempre que tuviesen sinuosas curvas que les pareciesen excitantes. Así pues, nuevamente, como hacía cada vez que teníamos que ir a negociar con él, me arreglé para sus asquerosos ojos y de paso para darle un poco en los morros a Hersk.

En esta ocasión, elegí un vestido color marfil que mostrase mis musculadas piernas, así como un escote pronunciado, que dejase ver un poco de más. Los hombros y la espalda quedaban cubiertos con una especie de caqueta corta, hecha con pelaje de ¿ewok?. La verdad es que nunca me preocupó mirar de que criatura se había extraido la piel para hacer aquello, pero sin duda era suave y fascinante al tacto.

Recuerdo aún cuando comenzamos a viajar como pareja, Marcus y yo. Como al venir a este lugar, le quitaba importancia al hecho de tratar con un Hutt, aún sabiendo como eran. ¿Cuántas veces le ofrecí trabajos mejores e incluso establecernos con mi ex-jefe antes que seguir tratando con aquel ser? Pero siempre encontraba excusas y me daba largas...

Hasta que le gané la mayor parte de la nave y me convertí en su capitán, descubriendo con desagrado el interminable trato que tenía con Hootaa y su enorme deuda, la cual pasó casi en su totalidad a mis manos y que me hacía prisionera de la babosa gigante. - Pero creo que no estamos aquí para discutir sobre las mejoras de la Lightsaber, ¿verdad? - Pregunté mostrando un lado coqueto y seductor, tratando así de hablandar al Hutt en lo que quisiera de nosotros. No me gustaban sus tratos ni peticiones, siempre salíamos perdiendo con ellas y me daba en la nariz que aquel día, no sería muy distinto a los anteriores. Dibujé una sonrisa en mi rostro, sabiendo que, si no fuese por mi deuda contraída con él, seguramente sería una de sus muchas esclavas que lució a su lado durante el tiempo suficiente hasta que se cansó de ellas y... No quiero saber lo que las ocurrió después.

Cuando entre en esta tripulación no sabia que la nave perteneciera a Hootaa el Hutt y nadie creyó necesario comentármelo... por algo seria supongo.. pero tampoco hubiera importado demasiado porque esta nave es mi primera nave y es como si ya fuera algo mio .Paseo la mirada por la estancia ignorando a los seres vivos y prestando atención a la maquinaria del lugar .En algo habré que entretenerse hasta que pueda volver a la Lightsaber a continuar con las reparaciones tan necesarias .Ayer escuche un par de ruidos que no me gustaron nada y tengo que conseguir algunos repuestos
La capitana se enzarza en una conversación con nuestro patrón y seguro que es de lo mas interesante pero sigo pensando en todas las cosas que tengo que hacer .Chasqueo las labio haciendo una gesto de fastidio y resoplo esperando que esto no se alargue demasiado .¿Por qué diablos es necesario que vengamos todos a estas reuniones ?pienso mientras juego con con la bota dibujando círculos en el suelo .

Su nave...eso era ahora SU nave, la que tanto esfuerzo, sudor, peligro y persecuciones me había costado mantener entera, en la que tantos créditos me había dejado mejorándola y aunque desde el primer momento cuando adquirí aquella deuda con Hootaa era consciente de que tardaría mucho en que fuera mía realmente, pero por mi estúpido orgullo y prepotencia la había perdido ante ELLA. Si, Yakootah aquella mujer despampanante que llevaba un vestido que remarcaba cada una de sus tremendas curvas y de las que tanto disfrutaba aquel asqueroso y rechoncho gusano.

La miraba de reojo con ojos tensos, ahora ella era la capitana y yo su simple subalternos, aquello me repateaba inmensamente pero es lo que había, aquella nave era mía por derecho, sobre el papel sería de Yakoo, pero ella no entendía lo que significaba para mí aquella nave y por ello más aún disfrutaba viendo como me jodía aquella situación, pero no me arrancarían de esa nave, solo cuando fuera un fiambre tendido en el suelo...-Boska bu pankpa dayan tam bahceuoy, bouih bla da jeejee doth bu Yuna du tah hotpaka-*dije con una sonrisa llena de seguridad elevando una de mis cejas, para luego echar una fugaz mirada de soslayo a Yakoo.

-Como dice mi.... capitana-dije ésa última palabra con la mandíbula tensa-Si nos has llamado no será para invitarnos solo a una copa de leche de Bantha, eso seguro..- contesté colocando mis pulgares en el cinto dónde tenía mi blaster.

La risa de Hootaa resonó por todo el salón y fue rápidamente acompañada por otras, más estridentes y claramente falsas, de todo su estrafalario séquito.

Uba doth vee cuanu. Uba doth ree nyowkee. Whao uba cha bacaka mi, Jee boya uba bai tikha bu donkd¹. Jee gee naa uba heoi pee jee gee wa becmi hotpaka che uba². Fa baa ata vehpobaee bai nakiheu wa kaae shlon che mi an jee bla uba doth hatkocanh bai woy fa³.

El maldito gordinflón alargó su rollizo brazo para agarrar otro pobre sapo que había en un recipiente que rápidamente uno de sus sirvientes se apresuró a acercarle. Pudisteis escuchar como su carne era triturada entre sus dientes y removida dentro de su boca durante unos segundos antes de descender por su garganta.

Um whao uba chawaha tee bai woy fa jee bimapa meecooda boonowa andoba heee bai yoieu mah moulee rah... bacaka dwana bu pankpa an uba che bpuoiaee.⁴

Y entonces Marcus tuvo que hablar. ¿Cuántas veces le tenía que decir que no se metiese en las negociaciones y que no abriese aquella bocaza? Trataba de bajar la deuda con aquella babosa gigante y sus intervenciones no me ayudaban en nada. Menos aún cuando le daba por repetir como una cotorra lo que yo iba diciendo. Le lancé una mirada fulminante antes de volver a hablar. Verdaderamente esperaba que pillase aquel gesto, pero una mente tan simple y primitiva como la suya complicaban que lo lograse. Aún así, aquello no era excusa para que no guardase silencio. - ¿No puede hacer como los demás? - Me pregunté mirando a los otros dos tripulantes de la Lightsaber, que guardaban silencio y mantenían la compostura.

Eso me llevó a hacerme otra pregunta. - ¿Qué hacen los dos aquí? - Volví a mirar a Marcus. - ¿No les habrás invitado en otra de tus brillantes ideas? - Le pregunté mentalmente a aquel hombre venido a menos, sabiendo que así no obtendría respuesta alguna. En cambio, el repulsivo Hutt, después de su risa y la del cínico coro que le acompañaba, nos dedicó unas pesadas palabras. - Tú también tienes suerte de caerme bien. - Respondí no sin cierto descaro a aquella babosa gigante. - Sino no me vestiría así, solo para ti. - Le dije de forma coqueta, dibujando una sonrisa en mi rostro. - Que nos diga ya que quiere, antes de que vomite.

Entonces fue cuando le dio por comerse otro sapo, algo que  me hizo dar un paso atrás, chocando con Marcus en aquel desplazamiento.  No dije nada. Me quedé quieta y casi firme, viendo como la enorme boca del Hutt destrozaba a su pieza mientras nos hablaba. - Vender la nave... - No era mala opción. Me dejaría sin nada, ni deuda... y simplemente no tenerla era la mejor noticia que podía recibir. Pero lo de vendernos como esclavos... - Como has dicho, o gran Hootaa, estamos más que deseosos de cumplir el encargo, pero quiero recordar que la deuda es solo sobre la nave. Ninguno de los presentes estamos incluidos en su precio... y no tenemos propietario. De hecho, si quisiera tener uno, me hubiese casado hacía tiempo. - Bromeé guiñando el ojo al Hutt, para luego reír sobre aquello.

Miro a John; me estoy empezando a perder con tanta historia... esto iba a ser recoger un encargo, que nos diesen un destino, y poco más... y están hablando de... si, hombre, vendernos como ganado; no escapé de trabajar como minero, como para ahora, después de experimentar la libertad del espacio, acabar como mano de obra esclava....

Casi hubiese sido mejor quedarse en la nave, con todo listo para salir disparados si la cosa se ponía mal, y ahora, no se por qué, nuestro propio futuro se pone en tela de jucio por unas deudas de uno de la tripulación..." Mierda... ¿es que no hay gente medianamente normal, como yo, por ahí? "

Poco puedo hacer, salvo escuchar por si se dice algo que nos interese realmente, y asistir al espectáculo... por lo que he viajado, se cuando los humanos se ponen vestimentas pre-apareamiento, y esta parece una de esas situaciones, "pero no entiendo por qué la capitana se pone la ropa de ligar para el sapo baboso este... lo mismo tiene gustos extraños"... Echo un vistazo a Marcus... pues yo que pensaba que entre estos dos había temita, y resulta, que lo mismo esto pasa a ser un triángulo... y ahora que lo pienso... "los Hutts... ¿como saber si son macho o hembra? ... mierda... esto se complica"

Pues nada... los dos pringaos de a bordo, haciendo de combinado de piedra, ante una situación que ha pasado de ser la recepción formal y normal de un encargo de transporte, lo más normal del mundo de los contrabandistas, a ... yo que se... una humana ligando con un, o una, Hutt, delante de su ex, y no se lo que va a pasar aquí...

A los Hutt se les daba de fábula amenazar y siempre resultaba efectivo, sobre todo porque nunca solían ir de farol, si decían que te lanzaban a las fauces de un Rancor sino cumplías, no era en broma, lo podrían hacer sin inmutarse riendo a mandíbula batiente mientras eras masticado en vida. Siempre me había preguntado cómo aquella raza de gusanos sebosos sin piernas podían haberse hecho tan poderosos en el Borde Exterior, pero así era y nuestra vida dependía de sacar adelante los trabajos que nos encargaban, al menos hasta pagar nuestra ingente deuda.

Mi mente divagó unos instantes hasta que Yakoo se me quedó mirando de forma reprobatoria ¿Por qué lo hacía? ¿A caso por ser ahora la "capitana" de MI nave se creía con el derecho de decir cómo debía de comportarme ante los Hutt? Yo sabía tratar y negociar con ellos tan bien como ella, enseñar muslo y tetas no lo era todo. Maldita sea ¿Por qué tuve que jugarme la nave con ella? Había cometido muchos errores en mi vida, pero aquella partida de sabacc con Yakoo fue peor que endeudarme con los Hutt.

-Vendernos como esclavos sería un desperdicio y lo sabes, hay muchos contrabandistas, pero muy pocos tan buenos como nosotros, nunca te hemos fallado- contesté con un gesto chulesco levantando la barbilla y con una sonrisa confiada. ¿Que sólo se vestía así para él? Maldita embustera, yo le pagué ese vestido que llevaba. Ese y muchos más...

-¿Qué tipo de cargamento es, armamento militar, alguna persona "de interés"?- pregunté remarcando con mis dedos unas comillas imaginarias. Fuera lo que fuera, de sencillo no tendría nada, nunca lo era..

Vendernos como esclavos sería un desperdicio 

Al escuchar decir eso a Marcus  me doy cuenta de que esto puede acabar muy mal  si alguien dice algo que no debe  o simplemente si ese  sapo grande  decide que  así debe de ser.Aprieto los puños  e intento calmarme ...En cuanto salgamos de aquí , si salimos  , tenemos algunas cosas que discutir  y habrá que tomar decisiones .

Hasta ahora solo me había interesado en la maquinaria  pero ahora me sorprendo buscando una salida de escape, quizás  una puerta  o una ventana.Sé que soy rápido y se me da bien trepar pero dudo que sea mas rápido que los disparos .No , eso tampoco parece factible ..solo queda esperar que todo vaya  bien  o que no vaya demasiado mal .

El Hutt no se inmutó ni tampoco varió su discurso, pero volvió a reírse una vez más con el comentario de Yakootha. Su gutural risa era casi tan desagradable como su lengua.

Uba baciya mi. Fa doth bo dee mayan peoi dotke uba bancaie jeday. Da... an mee gusha¹. 

Por fin, Hoottaa se puso serio. Si hubiera podido levantarse, lo habría hecho, pero su enorme cuerpo grasiento no le permitía más que deslizarse y solo hacía eso cuando era imperativo. 

Jee gee wa shlon che uba. Jee dayan uba bai nakiheu bai bu danko Bengoar doieka bu cokhaua pankpa, an jee canta uba doth bu yuna boua bai woy fa.² Uba gee ata bai paknee ata bu shlon, nagey che wa coy see hou... an fa doth fa³. Kaae can... lhonu chaweka⁴.

No puede evitar llevarme la mano a la cara y negar con la cabeza cuando escuché a Marcus abrir aquella enorme bocaza suya y hablar de nuevo. Sobretodo por aquel tono tan chulo propio de él. Me sorprendía que el Hutt no le hubiese arrancado ya la cabeza de un mordisco. Aunque claro, para eso la babosa gigante tendría que moverse, algo que no estaba en su diccionario precisamente.

Al menos Hootaa ignoró por completo a Marcus y solo se centró en mí. Por muy bien que dijese que le caíamos, podría estar mintiendo, igual que yo con toda aquella farsa y ridículo coqueteo. Pero si tanto el Hutt como Marcus se lo tragaban, me volvería más que satisfecha y orgullosa a la nave. Y parecía que si funcionaba, otra vez. - Hombres, son todos iguales...

- Antes de marcharnos y cumplir con tu encargo, oh sabio Hootaa. ¿Me resolverías una duda? - Caminé hacia delante, contoneando mis caderas de manera descarada. ¿Crees que la Lightsaber ha ganado con el cambio de capitán? - Sonreía a aquella babosa gigante antes de guiñarle un ojo, para luego girarme y mirar descaradamente a Marcus. Me moría de ganas por ver su cara al escuchar la opinión del Hutt. Con eso esperaba dejar al "piloto" en su puesto de una vez por todas.

Y es que no necesitaba más. El poco esfuerzo y mucho beneficio era para él mismo, puesto que de ese trabajo no veríamos nada tampoco, ni menguar la deuda un 0,001%. Nada. Ese era el problema con los Hutt. Solo un descerebrado como Marcus había sido capaz de picar con ellos y ahora me tocaba a mí pagar sus errores... y arreglarlos.

Cuando escuché a Yakoota hacerle esa pregunta a Hootaa le lancé una mirada furibunda llena de rabia ¿cómo se le ocurría decir eso? ¿es que no tenía bastante con haber robado mi nave y tenía que restregarme en cada momento que ahora ella la capitana? pues claro que sí, disfrutaba con ello casa segundo que lo hacía. Clavé mis ojos en ella como si fueran dos dagas envenenadas y apreté los puños con fuerza conteniendo mi lengua a duras penas. Tenía que haberme largado de aquel pub de mala muerte donde me encontré con ella en cuanto entre, me habría ahorrado tantísimos problemas....

No pensaba montar una pelea de gallos delante de Hootaa, pero cuando llegásemos a la nave, iba a tener unas palabras muy serias con ella, se las daba de lista tratanto con los Hutt. Si, eran muy peligrosos y sí, te endeudabas con ellos, llegando a perder la vida, pero era mejor estar de su lado que contra ellos, seguíamos ganando dinero y aún más importante, viviríamos más...

"-Por todos los Dioses habidos y por haber.... que dejen de meterse puyas y volvamos a la nave, recojamos el paquete, vayamos al sistema Bengoar, y busquemos otros negocios más "honrados""

... pienso, pues esta escena de tipo Pimpinela se les puede ir de las manos (que nunca he entendido esta expresión que he oído a algún humano... un droide archivero me comentó una vez que se trataba de un arcaicismo de un subclan del planeta natal de esta gente rara..)

... Por unos momentos, empiezo a temer que, a la vuelta a la nave, se encierren en alguno de los habitáculos para tener una escabrosa discusión, pues se que en tales ocasiones, estos seres terminan arrancándose la ropa y terminando en un frenético cuerpo a cuerpo... En fín.... bárbaros... Tendrían que aprender de las civilizaciones avanzadas como la mía, tan mesurada y poco problive a las aventu... ah, no, que ya no es así, que ahora hay sullustanos como yo que nos metemos en los mismos fregaos... En fín... con salir con vida de esta, me conformo...

Si conocieran mis expresiones faciales, sabrían que estoy exasperado y deseando volver a la nave

Sonrío con amargura   al darme cuenta de que si  hasta ahora  pensaba que mi condena era severa  y que el exilio era lo peor que podían haberme hecho  estaba muy equivocado ..Lo peor de mi castigo era tener que vivir entre estos lunaticos ..Mierda de murciélago ...hasta entre la gente de  Pakuuni , que eran piratas , contrabandistas y  asesinos  , era mas fácil encontrarse  gente mas  equilibrada que estos dos ..

Ya un poco cansado de todo esto me acerco y  digo en voz alta  .Si le parece a nuestro patrón  me voy a preparar la nave  para poder  salir  sin perder ni un segundo ..Pero no puedo evitar murmurar entre dientes antes de retirarme ..Idos a alguna habitación o mataos de una vez pero  dejad poner  nuestro cuello en peligro .

Dos guardias armados se interpusieron en el camino de Galt antes de que pudiese dar dos pasos. Estaba claro que si él Hutt no quería, nadie saldría de allí.

Mientras eso sucedía, Hootaa adoptó un aire pensativo durante unos breves instantes. La pregunta de Yakootha le había hecho rememorar los tiempos en los que su nave estaba bajo las órdenes del atrevido Marcus.

-Marcus doth koumi jahke ai uba, um jee hatkocanh chawaha bai gee uba ata che mi hahahahahahaha¹. Um goo pankhai bo yae cua dan. Woy uba dayan paupe yauma?²

Por suerte, no esperó respuesta, sino que decidió ir finalmente al grano. Para Hootaa el Hutt el trabajo, o más bien, los beneficios, eran siempre lo primero.

-Jot ten woy tah. Jee gee wa rulya shlon um baw wah Bengoar Mayetka. Uba katka geeb fa du dopa hou, du tah bekia. Fa baa wa lhonu banba, hee jee bakanu uba tee bai flunka mi. Jee cha bacaka bai eeth wa che copah che mee kloonkee.³  Hee jee dotmay uba tee bai yoieu pauay heoi pee Jee paknee ata bu jedahag see banba kaee cay uba. Tah doth Aloora. Ua hatkocanh doneha pityee bai yoieu gahke da tytung kahe... cahwapkeu⁴

Tras decir eso, apareció desde detrás de Hootaa una hermosa joven Twi'lek, que prácticamente llegó hasta vosotros bailando.

-Saludos. Soy Ree Aloora -os dijo, cuando se colocó delante vuestra, con su aspecto sensual y provocador.

Mi señor me había dado la señal para moverme y aparecer delante de aquellos contrabandistas y había sido muy específico, como siempre. Después de dejar que su lengua me recorriese todo el cuerpo, obligándome a darme una ducha triple para quitarme toda su asquerosa saliva, volví a la realidad. Mi seguridad dependía de mi capacidad para hacer lo que Hootaa me dijese y tenía un cometido muy específico.

Saludos. Soy Ree Aloora -dije, cuando me presenté. Eran un grupo extraño, pero ya había oído hablar de ellos. Hootaa tenía de una buena cantidad de contrabandistas y asesinos, pero pocos, muy pocos se atrevían a aventurarse en los Bordes Exteriores o en los territorios controlados por la República. 

Pero esos Yakootah y Marcus sí. La tripulación era buena y si había alguien capaz de hacer aquella entrega, eran ellos y nadie más. Sonreí. La vida había unido a un grupo totalmente disfuncional... pero capaz de funcionar como los engranajes de una nave estelar.

-Si me seguís, os conduciré al hangar. El cargamento os está esperando.

Miré a Galt con mirada reprobatoria ¿cuántas veces le había dicho que ante los Hutt había que mostrar respeto y gratitud por mucho asco que les tuviéramos?-Galt vuelve a tu sitio, no hasta que el gran Hootaa haya terminado-dije escueto y con voz autoritaria. Escuché las primeras palabras y forcé una sonrisa, aquel apestoso gusano diciendo que yo era menos inteligente...maldito sea..

-Ua ah kaae kai, um dobra cat uen bai yauma uen (1)-dije con una sonrisa prepotente mirando de nuevo a Yakoota, pero cuando escuché que iba alguien con nosotros puse una cara desconfiada.

-Cha donee, mee shlon doth banbonzay cay ten an bauiakiy cay nobata chaduae (2)-comenté con voz tranqulizadora, iba a comentar que no hacía falta que viniese nadie con nosotros pero entonces ví a la impresionante Twi'lek de piel azulada, con curvas pronunciadas y bailando de manera sinuosa y sensual. No pude evitar repasar todo su cuerpo de arriba a abajo sonriendo con amplitud, para luego quedarme mirándola con fijeza, cuando estaba con Yakoo me controlaba pero ahora...era muy diferente.

-See pacmhanaduee lhonu Hootaa fa baa wa cuova gee wa tam kacdy bacaka uen du mah... tee crue, uba don´t dabobaha fa, jee sanuba (3)-dije centrándome en la belleza azul.

-Un placer Ree Aloora...haremos que te sientas cómoda en la nave, no tiene grandes lujos, pero..es cómoda-dije mirándo su redondeado culo mientras la seguíamos hasta el hangar.