Partida Rol por web

No tenían ni idea de dónde estaban o qué había pasado, pero abrieron los ojos. Arion y Lyna seguían con vida, a pesar del terrible ataque que habían sufrido.

¿Qué estaba pasando? Al mirar alrededor sólo pudieron ver una sala desconocida para ellos, hecha de piedra y cerrada por completo. Había raíces en sus paredes y no parecía haber respiraderos, con lo que el ambiente estaba muy cargado. No había ventanas, sólo dos puertas herrumbrosas de metal, que estaban cerradas. Todo estaba iluminado por pebeteros que ardían con suavidad, y el calor era tremendo.

Los dos padawan se levantaron casi a la vez, preguntándose quién les habría llevado allí, y dónde estarían sus maestros y el resto de alumnos. ¿Habrían muerto? No tenían respuesta para ello. Se miraron el cuerpo, pese al dolor de cabeza que tenían, y comprobaron que estaban a salvo. Además, no les faltaba nada, ni su equipo, ni sus sables láser. Todo estaba en su sitio. Aquello era muy extraño, pero lo que estaba claro era que se encontraban en un planeta desconocido, y que además estaban solos por primera vez.

Un dolor de cabeza tremendo azotó mi mente durante unos segundos. Pero qué... por todos... - Eché mi mano instintivamente al sable láser, pero la solté rápidamente. -¿Dónde diablos estamos... ? -Digo, mirando a Arion. 

Mi estómago ruge sensiblemente, ante el hambre, mientras me acerco a los portones de hierro, tratando de escuchar algo a través de ellos.  

-Te dije que moriríamos... ¡Tenía un presentimiento! Seguro que ahora somos una especie de juego para los sith... 

Me encojo de hombros, con una expresión indolente: -Beh, te dije que mi maestra era una torpe. 

"Esta oscuro. Y me laten las sienes... Uhggg"

Arion se incorporó, sentandose en el frio suelo, mientras se agarraba la cabeza con las manos. Un bronco lamento se extinguia lentamente en su boca.

Por fin, pudo abrir los ojos, a medida que el dolor se retiraba. Giro la cabeza hacia la voz que oia, mientras parpadeaba para acostumbrar los ojos a la iluminación...

"Jolin... que trompazo... ¿Estamos bien, Lyna? ¿Y los demas?"

Lentamente, el muchacho se levantó palpandose en busca de heridas que no hubiese notado. "Vaya... Parece que estoy bien... Pero ¿que ha pasado?" Arion frunció el ceño, ante la perorata de Lyna.

Notó como la irritación crecia en su interior y como un grito se formaba en el interior de su garganta, para instarla a callar... Sin embargo... "Arion. Tienes miedo."-Se dijo a si mismo- "Recuerda las enseñanzas del Codigo Jedi... El miedo conduce a la ira... Seguramente Lyna esta tan nerviosa como yo y tan preocupada por los demas... A pesar de lo que dice de su maestra"

Lentamente, el padawan recupera la compostura y la sonrisa. Con cautela, se acerca a las puertas del fondo, mientras vigila las paredes, buscando alguna indicación, algún signo... algo que le sirva para saber donde estan y porque.

"Tranquila Lyna. Seguro que estan bien- dijo, con voz mas insegura de lo que pretendia. Sin embargo, el aplomo se reforzaba minuto a minuto-Es posible que seamos un juego o un experimento... pero no creo que sea para los sith. La maestra mencionó el reverso tenebroso, no a los sith... No son lo mismo, por mucho que se empeñen..."

Arion se acercó a su compañera y le puso una mano en el hombro tratando de confortarla. "¿Crees que podras abrirla?"

Lyna se aproximó a las puertas y colocó el oído en ambas, tratando de distinguir algún sonido al otro lado. Pero no escuchó nada en especial. Lo único que podía oírse era el crepitar de las llamas, rítmico y sosegado, que provenía de los pebeteros de la sala. Aparte de eso, todo estaba en completo silencio.

Pego el oído a la pared, y meneo la cabeza... - Aquí no hay nada. -Intento abrirla de un empujón, usando mi propia fuerza. Si no, siempre podría usar el sable láser.

-Me caes bien Arion. Cúbreme las espaldas y yo te cubriré las tuyas. Quizás podremos salir de esta con todos los órganos vitales en nuestros sitios. - Ceso en mi empeño un momento, y le miro: -Hay algo diferente en ti, compañero...  Sinceramente, no sé que demonios hacemos aquí, pero me alegro de que al menos esté contigo. -Sonrío ligeramente y añado- ¿Cuánto tiempo piensas estar ahí ? ¡Venga, ayúdame a empujar!

Arion sintió como enrojecia por momentos, una experiencia para la que su maestro, Sem-Tar Rotwan no lo habia preparado. Todo lo que pudo hacer fue sonreir estupidamente y pasarse la mano por la nuca.

"Gra.. Gracias, Lyna."- Respondió, nervioso.- "Por supuesto. Juntos saldremos de aqui."

Sin embargo, Lyna cambio de marcha de nuevo, descolocandole con su petición de ayuda...

"Dame un segundo."- dijo Arion-

El padawan cerro los ojos y se concentró... Abriendo los ojos a los pocos segundos.

"Intentemoslo por las buenas"- dijo el muchacho, guiñandole un ojo. Acto seguido se apoyo en la herrumbrosa puerta, no muy convencido... "Confia en la Fuerza"

Los dos padawan empujaron con fuerza la puerta herrumbrosa, pero esta no se movió. Tenía todo el aspecto de estar atrancada desde el otro lado. Podían probar a intentar abrir la otra puerta, pero lo más probable era que también estuviera cerrada.

Esperemos que no puedan sentir esa alteración... -Digo, encogiéndome de hombros, mientras desenvaino con un gesto elegante el sable láser, y me dispongo a hacer un boquete en el otro portalón.

"Espera, Lyna"- dijo Arion entre dientes, alzando la mano para contener a la impulsiva padawan.- "Los maestros dijeron que en el planeta se realizaban experimientos con la Fuerza, ¿verdad?"- El padawan se giro hacia la puerta situada a su izquierda.

Tenia una forma regular, casi cuadrada, con el mismo aspecto vieja y polvoriento que la otra. Con mucho cuidado, apoyo las puntas de su mano izquierda sobre la rugosa superficie. Lentamente, empezó a moverla sobre ella, deslizando las yemas por las imperfeciones.

"Quizas sean... susceptibles a las formas de la Fuerza"- Arion miro a los ojos de su amiga, antes de cerrar los suyos y concentrarse en lo que sentia.

Arion se esforzó hasta sentir cómo se cansaba en percibir la Fuerza a su alrededor, tanto para captar señales de sus maestros o compañeros, como para descubrir si aquellas puertas entrañaban algún secreto no identificable a simple vista.

Pasados unos segundos, se dio cuenta de que no había ni rastro de los demás padawan, ni tampoco de ninguno de los seis maestros que les habían acompañado. Se desanimó un poco al percibir esto, pero entonces se dio cuenta de algo... La puerta reaccionaba a sus intentos de escrutarla. Podía percibir la Fuerza actuando en ella.

Arion no sabía muy bien de qué manera, pero quedaba claro que aquella puerta estaba de algún modo influenciada por los poderes de alguien que dominaba los caminos de la Fuerza. Eso podía ser muy bueno... o muy malo.

Arion separó su mano de la puerta lentamente, dedo a dedo. Su rostro estaba ceñudo, perplejo por lo que acababa de descubrir.

"Vaya... Esto si que es raro... No hay ni rastro... Y, sin embargo, esta por todas partes... Maestro... No me preparaste para estas circunstancias"

El joven padawan tragó saliva antes de volverse hacia su compañera de aventuras.

"No se como explicarlo, Lyna"-dijo el muchacho-"No percibo rastro del maestro Sem-Tar ni de ninguno de los demas... Sin embargo, este lugar emana tanta Fuerza, que es posible que mis percepciones sean erroneas. Seguro que están bien"-añadió, mas para tranquilizarse a si mismo que para tranquilizar a Lyna.

Arion dio un paso atras, meditabundo... "No tengo ni idea de como afrontar esto... Pero, quizas Lyna si pueda..." El muchacho dirigió una mirada calculadora a la padawan y la espada laser que empuñaba. "De una forma u otra"

Una sonrisa sincera suavizó los rasgos del muchacho.

"Tengo la impresión de que esta puerta se abrira si usamos la Fuerza con ella, mejor que si usamos la violencia..."- dijo Arion, con cierta duda en la voz- "¿Crees que podrias emplear tus poderes con ella"- El padawan señaló a la puerta con un gesto.- "No se muy bien como o por que, pero se trata de algún tipo de prueba... Como uno de esos puzzles de la Academia, que habia que resolver sin tocarlos con las manos" -Un cierto grado de frustración tiñó aquella última frase

Sonrío irónicamente, cuando Arion menciona eso de que todos están bien. 

En cualquier caso, parece saber de lo que habla.

-Si, bueno... Mi anterior maestro no era muy amigo de andar con puzzles de la academia, pero lo que dices tiene bastante sentido; algo de agradecer en esta situación, que no la tiene.

Crujo los huesos del cuello y de los nudillos y guardo el sable láser. Estiendo la mano izquierda y, mirando a Arion digo:

A la de tres, ¿vale?

Una... Dos... ¡Tres!

Lyna se concentró en la gruesa puerta de metal que les encerraba. Habían centrado su atención en la puerta de la izquierda... ¿quizá la voluntad de la Fuerza? En cualquier caso, lo único cierto fue que cuando Lyna forzó a la puerta a abrirse, esta respondió al instante.

Con un quejido prolongado, que les hizo pensar que era tremendamente vieja o que algo atascaba los rieles, la puerta se abrió lentamente, pero sin ofrecer resistencia. Habían superado ese escollo.

La puerta llegó hasta la altura del dintel y se quedó fija con un fuerte chasquido, revelando un largo pasillo apenas iluminado, de igual configuración que la sala en la que se encontraban. No se veía a nadie en él, ni se oía ningún ruido. Había antorchas dispuestas por las dos paredes, iluminando todo con una luz mortecina. Hacia la mitad del pasillo, podían distinguir una bifurcación hacia la izquierda, como otro corredor que desembocara ahí. Y al frente, al final, veían que el pasillo se dividía en dos, tomando direcciones tanto a izquierda como a derecha.

Un leve escalofrio recorrió la espalda del joven aprendiz mientras la puerta se abria, revelando una nueva estancia. Con un mudo asentimiento cruzo el umbral tras su compañera, haciendose a un lado para que su cuerpo no escudase la luz y llenase la habitación de sombras. Como medida de precaución, desengancho su espada laser, presto a encenderla en cuanto el peligro que intuia se hiciese real.

"Este sitio es muy extraño... La Fuerza esta por todas partes... pero eso no puede ser, porque la Fuerza emana de todas las cosas vivas y esto... esto es... ¿Piedra?"

Arion avanzó un par de pasos, manteniendose cerca de su camarada, pues sospechaba que era mejor que él manejando el sable de luz. Mientras trataba de identificar las formas que se adivinaban en el pasillo que se extendía ante ellos, el padawan pregunto a la aprendiz.

"Lyna ¿Sientes eso? Parece como si todo estuviese... mas vivo..." -Tragó un poco de saliva- "Me parece que a la izquierda hay una puerta o un pasillo y que, al fondo, puede haber una habitación estrecha u otro pasillo... ¿Hacia donde vamos?"

Miro a Arion, con una expresión interrogante. Me temo que no. -Lyna adquirió una expresión mucho más seria, y incluso fue un paso más allá: encendió el sable láser - Templa tus sentimientos Arion. -Esta vez parecía que no estaba bromeando, y aunque el terror destilaba pequeñas gotas en cada sílaba, sus palabras tenían cierta consistencia reconfortante -El miedo lleva a la ira. 

Cúbreme la espalda -Digo, haciendo un gesto de silencio 

Con la refulgente hoja azul de su sable guiando su pasos, Lyna puso un pie fuera de la estancia en la que tanto ella como Arion habían despertado. Dio un par de pasos, prudente y tratando de pasar desapercibida sin hacer el menor ruido. Arion la siguió. Caminaron despacio, fijándose bien en todo lo que les rodeaba y atentos a cualquier sonido que pudieran detectar. Sin embargo, nada ocurrió, y lo único que pudieron oír fue el crepitar de las llamas de las antorchas que iluminaban el corredor.

El pasillo que se dirigía a la izquierda estaba cerca ya, y al fondo continuaban pudiendo ver la bifurcación a derecha e izquierda. Debían decidir cuál sería su siguiente paso.

Hago un gesto con la cabeza indicando que giremos a la izquierda.

Primero asomo la cabeza, prudentemente, y después examino la superficie, por si hubiese algún tipo de resorte o trampa.

Lyna se asomó con toda la prudencia de que fue capaz, esperando ver algo amenazador o a alguien que les pondría en problemas, como un guardia o centinela... pero no vio nada de eso. En lugar de algo así, lo que descubrió fue un corto pasillo que llevaba hasta una estancia ancha e iluminada por pebeteros. Estaba tan vacía como aquella en la que habían despertado, pero tenía tres puertas muy juntas entre sí, de metal y cerradas.

Arion y Lyna cada vez tenían más la sensación de que estaban en un lugar abandonado, y no tenían ni idea de cómo habían llegado hasta un sitio en el que no parecía haber ni siquiera mobiliario ni lugares para descansar. ¿Quién podía habitar un lugar tan desangelado como aquél? En cualquier caso, no tenían respuesta y seguían sin encontrar a nadie. Debían seguir moviéndose o pensar qué hacer...