Partida Rol por web

Mowar se esforzó en apartar todo pensamiento que pudiera distraerla, relajando incluso la respiración hasta que casi pareció quedarse congelada en el tiempo. Alia no dijo nada que pudiera sacarla de aquél estado de trance, pero se sorprendió de la habilidad de su compañera para evadirse de la realidad hasta ese punto.

A los pocos segundos, difusas imagenes comenzaron a pasar por delante de los ojos cerrados de Mowar, quien veía en su mente todo lo que la rodeaba. Se obligó a concentrarse aún más, a llegar a un estado de iluminación mayor incluso que cuando practicaba con todas sus fuerzas para complacer a Imara. Al fin y al cabo, ahora se enfrentaba a un peligro real. Entonces pudo ver algo muy curioso.

La visión le mostraba la habitación en la que ella y Alia estaban, y se vio a sí misma meditando, igual que lo estaba haciendo en ese momento. Era como verse en un espejo dentro de su propia mente, pero al cabo de un momento, la Mowar de su visión abrió los ojos, sonrió y se dirigió a la puerta. Alzó una mano frente a ella e hizo un gesto, recurriendo simplemente a la Fuerza para abrirla como si moviera cualquier objeto en la sala de juegos de Templo Jedi. La puerta de la visión se abrió con suavidad, mostrando un oscuro pasadizo...

Y entonces la visión se interrumpió y Mowar volvió a la realidad. Estaba sudando, pero Alia seguía frente a ella, y la puerta real continuaba cerrada.

Mareada abro los ojos tras el esfuerzo y me levanto tambaleandome ligeramente. Los nervios me hacen soltar una risilla floja y miro a Alia cansada, pero satisfecha.

-Nosa...Nosotras estupidas-sonrió ligeramente. No es el momento de reir pero era tan obvio... Ahora es cuando entiendo a mi maestra cuando decía que abusaba de la fuerza para las cosas sencillas

simplemente-Hice un rápido gesto con la mano y la puerta se abrio lentamente, dejandonos ver un oscuro pasadizo tras ella.

-Debemos relajarnos- digo tras unos segundos recuperando el aliento y dejando mis pensamientos fluir de nuevo- No podemos bloquearnos con cosas tan sencillas

Respiro suavemente mientras observo a mi derecha y a mi izquierda.

Alia-susurro- hay dos puertas. Puede que nuestros compañeros esten detrás. Yo voy a la de la izquierda y tu a la de la derecha ¿vale?

Rapidamente me acerco a mi puerta y pego la oreja en ella tratando de escuchar algo

Camino toscamente y algo defraudada, estaba esperando una buena pelea al salir de la habitación, pero simplemente había sido tan fácil abrirla, aunque mi compañera era genial por su enorme capacidad de concentración, por unos momentos me pareció ver una maestra y no a una compañera padawan.

-Ya llegara el momento en que yo pueda demostrar de lo que soy capaz – Pienso mientras me posiciono al lado de la puerta.

Miro a mi compañera que intenta escuchar que hay del otro lado de la puerta, pero mi naturaleza tosca tan tosca me impedía ser tan suave para asuntos así, así que le doy tres golpes bien fuerte a la puerta con el puño.

-¡Eh! – Digo en voz alta - ¿¡Hay alguien aquí!?

Mowar y Alia salieron inmediatamente de lo que había sido su... ¿celda?, y se dirigieron a las puertas contiguas. Mowar trató de usar su desarrollado oído para escuchar a través, mientras que Alia aporreó la puerta con todas sus fuerzas para llamar la atención de los que pudiera haber dentro. Pero ninguna de las dos recibió respuesta.

Se miraron durante un momento, dubitativas. O no había nadie en las celdas, o era muy silencioso. En cualquier caso, miraron alrededor y observaron que había una puerta más en la dirección en la que Mowar había ido, y más allá un pasillo que se internaba en la más absoluta oscuridad. Hacia la derecha pudieron ver una esquina que giraba, ocultando lo que parecía ser un nuevo corredor. Pero lo más curioso era que en la parte superior de aquella esquina había una especie de pantalla, como los paneles informativos de un espaciopuerto. Estaba apagada y en silencio.

Miro preocupada a Alia

¿Se te ocurre algo? digo mientras abro con la fuerza la puerta por sí hubiese alguien inconsciente (o asustado y en silencio) Deberiamos seguir por el pasillo¿no crees?

Medito sobre lo que deberíamos hacer, decido no abrir mi puerta, pues si no respondieron a mi llamada entonces no hay nadie, o simplemente alguien que no quería salir. Miro a Mowar con algunas dudas en mis ojos.

-Yo creo… - Comienzo a decir – Creo que primero deberíamos ver que es eso.

Indico con mi dedo a la pantalla en la pared, si bien sabía que era una pantalla, pero podría indicarnos, o darnos alguna pista de donde estamos. Sentía un poco de ansias por salir de aquí, pero salir sin conocer nada de lo que me rodea era una decisión equivocada según mi punto de vista, mientras mas información se posea, más fácil es actuar.

No bien Alia hubo señalado la misteriosa pantalla en la esquina superior de la pared, esta se encendió con un leve resplandor azul y un zumbido de estática. Mowar y Alia se sobresaltaron un momento, pero luego se recompusieron y se aproximaron un poco, con cuidado de no exponerse.

La pantalla estaba indudablemente encendida, aunque no mostraba nada. Pero al cabo de unos segundos, una forma oscura se abrió paso entre las sombras filmadas y apareció en el monitor. Era el ser más aterrador que las dos padawan habían visto jamás, tocado con una capucha oscura y un horrible rostro de facciones robustas, surcado de arrugas y con una gran cicatriz en la barbilla.

El sujeto, que parecía ser humano, exhibía una cruel sonrisa en su rostro cuando habló con una voz envejecida y cascada:

- Buenos días, pequeñas... ¿Habéis dormido bien? -y se rió nada más preguntar aquello. Era obvio que se estaba divirtiendo de lo lindo-. Tenía muchas ganas de que os despertáseis. Incluso había pensado en bajar a ver qué tal estábais...

Sus dientes amarillos se torcieron en una sonrisa aún más siniestra mientras sus ojos observaban a las padawan con malicia infinita.

Intenté mostrarme tranquila y sin alterarme a pesar de que la sangre de los de mi raza es sangre guerrera(aunque no tanto como la de mi compañera). No obstante, nunca había dejado que las emociones me controlasen y aquel extraño humano no iba a cambiar aquella situación. Cerré los ojos estando de pie y trate de tranquilizarme

¿Donde estan nuestros compañeros?-la fuerza sería seguramente fuerte en aquel hombre, asi que traté de localizar si se encontraba por la zona, asi como de localizar la de cualquiera de mis compañeros, sin embargo los nervios me traicionaban ¿Que quieres de nosas?

-¿¡Si… que quieres de nosotras!? – Pregunto con voz amenazante completando lo que decía mí compañera - ¿Por qué nos has traído aquí?

Miro desafiante al sujeto pero sin perder la compostura, si bien no sabia quien era, presentía que el podía ser el responsable de nuestro accidente, y seguramente era un usuario de la fuerza… su mirada en si me inspiraba desconfianza, y mi instinto me decía que con el no se podía bromear, ni menos menospreciarlo.

El hombre que aparecía en la pantalla soltó una risotada al escuchar las palabras de Mowar y Alia.

- ¡Por favor, no os preocupéis! -dijo con saña-. Lo único que quiero es divertirme un poco, eso es todo... Me han dicho que los Jedi sois gente muy entretenida, y que sabéis hacer muchas cosas. Quiero proponeros un juego muy interesante.

Calló durante un par de segundos, y después continuó hablando con su voz cascada, sin perder su sonrisa.

- Os he traído hasta mi casa, porque no se debe entrar en la propiedad de las personas sin pedir permiso. Me temo que vuestros maestros no eran muy educados... -lanzó una nueva carcajada al decir aquello-. Pero vosotros aún tenéis una oportunidad. Os doy cinco horas para encontrar la salida del lugar en el que estáis. Si no lo conseguís... bueno, digamos que nadie volverá a saber nada de vosotras. ¡Mucha suerte... y que la Fuerza os acompañe!

Volvió a reír de forma descontrolada y cruel, y esta vez la pantalla se apagó y ya no mostró nada más.

Crucé la mirada con Alia.

"Vosotros aún teneís una oportunidad"-repetí- Eso quiere decir...-comencé a hablar pero las palabras no fuí capaz de articular ninguna palabra más. 

Se que tenemos poco tiempo digo mirando a la mandalore pero tengo que intentar contactar con ella para saber si estan vivos. Luego nos pondremos en marcha, para intentar salir de aqui...y encontrar al resto.

Me imagino que Alia este deseosa por salir, lo noto en su mirada y en sus movimientos, pero también espero que comprenda que cinco minutos de meditación pueden ser más útiles que horas de correr de un lado para otro. Nerviosa me sente en el suelo y respiré profundamente contando hacia atras para dejar mi mente en blanco. Cerrando los ojos traté de concentrarme y localizar las energías vitales de mis compañeros, centrandome especialmente en la maestra Imara. El esfuerzo era excesivo y mi cabeza me oprimía pero aún así trate de mandarlos un mensaje telepático "Alia y yo estamos bien"

Mowar no supo si se debía a su cansancio o a si no había nadie que pudiera recibir el mensaje, pero lo cierto es que no hubo respuesta a sus esfuerzos. Ahora tenían que decidir cuál sería su siguiente paso, ya que sabían que el tiempo apremiaba, pues ese ser siniestro era muy capaz de cumplir su amenaza...

Lantamente salí del trance y abriendo los ojos lentamente miré a mi alrededor. Mis ojos se habían tornado amarillentos por el esfuerzo y por la frustración.

-No localizo a nadie-digo con voz ronca- Salgamos de aquí.

Me levanto y aliso mis ropas comprobando que el sable esté bien sujeto en el cinturon. Trago saliva y por unos momentos evito la mirada de Alia. No voy a decirla lo que sospecho: Que es muy probable que nuestros maestros y nuestros compañeros esten muertos. Debemos salir de allí y contactar con la Orden para que detengan a ese hombre...

Miro como mi compañera parece frustrada y en un arrebato doy una especie de grito de batalla y rompo la pantalla de un golpe con el puño. Observo como los fragmentos caen al suelo.

-Imposible que mi maestro sea derrotado, ese viejo es un mentiroso – Doy una patada a un fragmento grande – Larguémonos de aquí.

Comienzo a correr en dirección al pasillo oscuro que quedaba cerca de la puerta donde yo había ido a revisar, estaba sucediéndome lo que mi maestro tanto me reprochaba, actuar con ímpetu, sentía como mi pensamiento se nublaba, pero también hacia enormes esfuerzos por tranquilizar mi mente.

Alia espera...¿Vamos juntas o cada una por un corredor? si hay algo interesante en una de las galerías iríamos más rápido. Pero es más seguro avanzar juntas. Yo digo que vayamos juntas por el que sigue junto a la pantalla.

Miro a Alia y siento como la invade la ira. A mi también me invade...más que nada porque tengo serias razones para pensar que realmente si estan muertos pero trato de controlarme. 
Avancemos juntas por la derecha. Y por favor. Tranquilizate, enfadarnos solo puede hacernos cometer errores. Además no podemos-trago saliva intentando calmar la rabia que corre por mis venas-dejarnos llevar por estos sentimientos.

Mowar se obligó a calmarse y a tranquilizar el turbulento temperamento de su compañera. Era muy consciente de que aquellos sentimientos podían arrastrarlas rápidamente al Lado Oscuro... y sin duda aquello era lo que ese hombre pretendía.

Para tener la mente ocupada, decidieron continuar por el corredor de la derecha, asomándose con cuidado. Pudieron ver que el pasillo tenía muchos metros de largo, y terminaba con un giro brusco a la izquierda. Sin embargo, no podía verse luz que iluminara la esquina más lejana del pasillo...

Había también una bifurcación a la derecha, más o menos hacia la mitad del corredor. Una solitaria antorcha dominaba todo, iluminándolo con su luz mortecina.