Partida Rol por web

HERBERT OLSEN:

Sonrío al ver a mi amigo Hans tan cargado, resoplando, renegando por lo bajini y a ratos casi tropezando en el terreno. Le digo con algo de guasa:

- "Vamos, Hans. Que tú puedes. Mayores pesos has cargado. Recuerda cuando rescataste a la vaca de la señora Rudger de aquel incendio. Tuviste que cargarla en brazos..." -

Por fin habían partido, el veterano sargento avanzó con paso firme aunque la armadura le rozaba en varios puntos de su avejentada piel... en mis tiempos no teníamos estas mariconadas de armaduras... después de todo solo sirven para confiarnos ya que no pueden parar el sable de luz más débil.

-A tomar por culo-pensó mientras se quitaba el casco y lo colgaba de una cinta de la mochila-probablemente no volvamos y quiero sentir el aire en el rostro, hará esto más fácil.-

No habían avanzado mucho cuando se agachó y tomando barro y piedrecillas del suelo se dedicó a ensuciar las armaduras de sus subordinados mientras estos andaban, tapando con esmero los puntos más brillantes y blancos.

A continuación se puso a observar el bosque a su alrededor tratando de recordar si alguna característica especial del planeta y del terreno les podría dar ventaja.

Cuando por fin nos ponemos en marcha el silencio se adueña de la columna. No, el silencio no. En realidad hay un montón de ruido, la mayor parte provocado por la carga que llevamos Hans y yo. Pero sí se nota la ausencia de conversación, esto no es una excursión y todos lo sabemos.

Avanzamos rápidos al principio y me doy cuenta que los hombres en punta no bajan la guardia ni un momento. Apenas les veo, poco más que una sombra allá delante de vez en cuando. Estar en medio de la columna me permite concentrarme en mis cosas, únicamente vigilo las alturas. Como porteador posterior llevo la carga delante y no veo el suelo así que levanto la vista para mirar sobre todo hacia arriba. Son ya unos cuantos cielos los que he visto, todos distintos. Mundos con su olor peculiar y único. Con su vida más o menos floreciente, aunque en este caso es muy abundante.

Durante la marcha mi mayor preocupación es no tropezar así que me concentro en levantar bien los pies, tomar nota de los obstáculos que evita Hans y vigilar las copas de los árboles, las ramas altas y el cielo sobre nuestras cabezas.

Junto a Coultier, aunque separado por unos pocos metros, haciendo de la fila un objetivo lo más difícil posible, Breech avanza, sin poder ocultar una expresión de cierto disgusto. No es, en absoluto, la primera misión de bosque que hace, y eso es evidente en su forma de moverse, moviendo cuanta menos vegetación pueda con sus pasos, y tratando de usar el poncho, la armadura y el casco para ocultarse lo más posible. No obstante, se había criado en Coruscant, entre las callejuelas, los extractores, las factorías, la maquinaria, la chatarra y los clubes de mala reputación con brillantes carteles de neón. Y en cierto modo, lo echaba de menos. En medio de una gran ciudad, Breech se sentía como pez en el agua. Pero en medio de aquella maldita vegetación, no podía evitar sentirse incómodo. 

Aunque, obviamente, se aguantaba. Su atención, que vigilaba el entorno, se centraba, no obstante, en su escuadrón, en Nexu al frente, en Crow y en Rusty que viajaba tras ellos. Estaba atentó a cualquier señal de cualquier miembro del grupo, y en su mano, llevaba bien sujeto el rifle bláster. 

HANS GRETEL:

Frunzo el ceño malhumorado ante las palabras de Herbert, ya que no es el momento apropiado para ellas.

Susurro:

- "¡Herbert! Si no piensas ayudar con la carga, al menos cierra el pico." -

Sarah se movia pesadamente, con el equipo de más en su mochila y con un terreno que en nada favorecía la marcha.

Pese a todo iba atenta ante cualquier incidente que pùdiera ocurrir. On su blaster ligero en sus manos, siempre a punto para ser usado si lo necesitaba. De vez en cuando hechaba una mirada a los "porteadores" y una leve sonrisa se le escapaba de sus labios. Detrás de ella escuchaba a Rusty cerrando el grupo. Sin duda estaban listos y preparados para la acción, pero... ¿estarían preparados para enfrentarse a los malditos sith? Esa pregunta se paseaba constantemente por su cabeza. De todas formas, ya tendría tiempo de comprobarlo, tarde o temprano.

Dakker hace mueca de desagrado ante aquella carga en el largo camino, pero hace acopio de fuerza y continua caminando. No puede permitirse quedarse atrás ni retrasar a los demás.

Escucha las palabras de los demás y no puede evitar sonreír, al menos por algunos segundos. Era agradable oír voces amigas, al menos antes de entrar en contacto con el enemigo

Entonces todo el buen ambiente se irá a tomar viento

Seguro que lo echaría de menos

Tras un tiempo avanzando en completo silencio y camuflado en el entorno, R'all decide que es momento de analizar un poco mejor los alrededores. Escala a una peña de las proximidades, sin dejar nunca de intentar mantenerse oculto, para hechar un vistazo con sus electrobinoculares a los alrededores, en busca de algún brillo metálico o cualquier cosa que delate una posición enemiga o una avanzadilla...

Dado que va a invertir un tiempo razonable y el pelotón avanza a buen ritmo tras el, decide avisarles para que se detengan guardando la distancia de seguridad mientras el chequea los alrededores, asique usa la comunicación interna que provee la armadura.

Aquí Nexu, he hecho un alto para comprobar los alrededores desde una peña elevada, guarden distancia de seguridad.

Sarah estaba procurando no tropezar por el terreno boscoso, selvático, lleno de musgo, raices y ramas. Un terreno propicio para cidas, torceduras y golpes inesperados. Pensado en estas cosas, Sarah recibió por su comunicador el mensaje de R´all.- Copiado.- fue la escueta contestación de esta. Había compartido varias misiones con el Nexu, y sabía como se las gastaba y lo importatnte y efectivo que era en sus quehaceres.

El pelotón se detuvo y disfrutó de unos minutos de descanso en los dos hombres en punta, se encaramaron a zonas elevadas e intentaron otear el horizonte.
Resultaba difícil, pues el bosque era denso y casi había anochecido, el cielo estaba encapotado y a todas luces, parecía que una tormenta empezaba a generarse a pocos clics de su posición.

Habían recorrido la mitad del trayecto hasta el puesto de re-abastecimiento que debían sabotear y algunos agradecían aquel momento, sobretodo los porteadores de aquellos misiles, tras tanto camino andado, ambos se preguntaban de quien había sido la genial idea de coger esos trastos. Más valía que los usasen, porque si algo era seguro, es que no querían cargar con ellos de regreso.

R'all iba a guardar sus electro-binoculares, convencido de que no había nada, ni nadie allí fuera que resultase una amenaza para ellos, pero entonces percibió movimiento a un par de clics, entre una arboleda más densa que el resto del terreno. 
Ajustó la distancia en el aparato y lo que vio le incitó sentimientos encontrados, primero sintió emoción, por fin iban a pelear; luego sintió presión... Parecían dos pelotones de soldados sith y ellos solo eran uno. La cosa estaría reñida si los localizaban antes de actuar. 

        Todo parecía en orden, pero en el último momento algo llama la atención de R'all... Sin guardar los electrobinoculares, que mantiene fijos en la misma posición, vigilando, activa la comunicación.

Sargento Breech, imperiales en una arboleda a un par de clics. Parecen dos pelotones señor, nos doblan en número. ¿Instrucciones?

         Su voz no mostraba nerviosismo o emoción alguna, sin embargo, el hecho de que pareciese haber olvidado que tenía activada la comunicación con todos y se dirigiese a Leonis en particular delata el hecho de que, o bien está muy concentrado en lo que está haciendo, o realmente sí está nervioso...

Breech se detuvo, rodilla en tierra. No dijo nada en contestación a Nexu, no hacia falta. La respuesta de Crow era suficiente para hacer notar al hombre en punta que todo el escuadrón le había oído. El Sargento suspira, repasando el paisaje, mientras espera la respuesta de Nexu. Cada paso hacia que odiara aquél entorno un poco más. Breech tenía un mal presentimiento. Todo lo que se relaciona con los Sith y con sus tropas es siempre esquivo, extraño. Y nunca sale nada tal y como se había planeado. Con cierta impaciencia, Breech esperaba el momento en que las cosas empezarán a torcerse, y comenzara la auténtica batalla. El combate era fácil de llevar. La espera, sin embargo, no tanto. Aunque, por supuesto, todos aquellos pensamientos pasaban por la cabeza del veterano Sargento sin que su expresión, sobria, calma y segura, cambiara ni un ápice. 

De repente, Nexu transmite por radio. Enemigos, a dos clics y acercándose. Superados en número. Parece que la espera había terminado.

"¿Dos pelotones?" Breech no puede evitar fruncir el ceño. "Demasiados para una simple patrulla, muy pocos para un ataque." Algo no olía bien. 

Breech se llevó la mano a la radio, para contestar a Nexu. 

-Recibido, Nexu. Sigales, pero mantenga la distancia. Que no le vean. Marque a los líderes del pelotón. Informe de cada movimiento del enemigo. Atento a mi señal.- Dicho lo cual deja la radio y mira a los dos escuadrones. 

-Escuadrón, cuerpo a tierra. Alejaos de los caminos. Formación de combate, ya. Enemigos a dos clics y acercándose.- Se dirigió hacia Coultier. -Nuestro hombre en punta informa de dos pelotones enemigos a dos clics y acercándose. Nos doblan en número.- 

Ciertamente estoy algo cansado. Ya tengo ganas de llegar.

Dakon había estado atento a la conversación y estaba pensando que hacer. -Si nos doblan en número no podemos arriesgarnos a entablar combate directo, es muy probable que sufriesemos bajas y no representáramos a partir de entonces una fuerza suficiente para cumplir nuestra misión- dice constatando un hecho.

-Digale a su hombre que se esconda y les mantenga vigilados, nosotros intentaremos dar un rodeo tratando de no encontrarnos con el adelantado de su escuadra... si es posible que nos diga la dirección en la que se desplazan o si están estacionarios.-

-Ojos bien atentos muchachos.... lo más probable es que no estemos solos-

Mirando a los sargentos, empezando por Breech para terminar en Coultier, Rusty comenta: "Si no podemos evitar el combate, puedo prepararles un par de sorpresas explosivas en el camino, para ablandarles antes del intercambio de disparos". Encogiéndose de hombros continúa "Evitarlos también es una buena alternativa", mientras se aparta del camino y se parapeta a la espera de las órdenes definitivas.

Cuerpo a tirra como había ordenado su sargento, Sarah, al escucha la "buena noticia", se le escapa una sonrisa en su rostro, que oculta de inmediato. De tanto andar por ese difícil terreno, estaba comenzando a cansarse y necesitaba algo de acción o entretenimiento. Sin pensárselo dos veces, posiciona su blaster ligero de repetición, por si necesita usarlo.

Justo cuando iba a hablar, su compañero Rusty, se le adelanta. Cuando le escucha niega con la cabeza y luego habla.- ¡Jo, Rusty! ¡Me acabas de leer la mente!.- Luego sonrie y continúa.- Si me lo permite, mi sargento, podemos preparar una "encerrona". Si R´all confirma que se mueven y vienen hacia nosotros, podemos buscar un lugar en el que les cojamos en medio y les friamos... o también podemos rodearles.- Terminó diciendo Sarah al oir al sergento Dakon que debíamos arriesgarnos para poder cumplir la misión.

HERBERT:

- "Espero que no nos caiga encima un chaparrón, será bastante penoso avanzar en esas condiciones. Por otro lado, una buena tormenta probablemente oculte nuestra llegada a los vigías Sith." -