Partida Rol por web

Star Wars: The Path Begins

[Prólogo] One More Of The Gear (Kaled)

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26/01/2020, 19:01
Master

 

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Ord Mantell era un planeta tranquilo bajo el liderazgo del imperio. Apenas había tenido problemas, cumplía con su cuota y seguía su liderazgo sin hacer preguntas. No cuestionaba cuando debía hacer grandes apoyos económicos a los proyectos que promulgaba el emperador y mantenía el orden entre su población. la Autoridad Central se aseguró de mantener un nivel de riqueza suficiente como para mantener a los más desfavorecidos silenciados, un movimiento inteligente pues era la propia población la que se evitaba el mínimo alzamiento temerosos de perder los privilegios obtenidos.

A Kaled le costó hacerte un hueco entre la plana mayor del gobierno, pero una vez entró como senador las relaciones dentro de Coruscant fluyeron con rapidez, al menos así fue hasta el momento en el que censó al Canciller Supremo Valorum. Un movimiento que, le dejó algo tocado frente a la nueva plana de gobierno. Pero supo reaccionar y rehacer nuevos contactos, pero si algo era el nuevo canciller supremo, era inteligente. En el momento en el que Kaled envió la nota a sus padres y se dispuso a abandonar su puesto fue propuesto para unirse a la Autoridad Central de Ord Mantell como delegado imperial en funciones. Esa propuesta era de obligado cumplimiento, pues oponerse a una oferta directa del emperador Palpatine tras disolver el senado y volver a formarlo a su antojo como su séquito imperial hubiera supuesto una sentencia de muerte. Escoltado, fue llevado hasta el planeta del borde medio para cumplir con sus nuevas obligaciones.

Años más tarde, se asentó en su puesto y cumplió con sus obligaciones para con su nuevo pueblo, comenzó a observar señales de que algo grande estaba pasando pese a que no encontró apenas información y cada vez que descubría algo se topaba con una barrera que le impidió llegar más allá. Sólo siguiendo el flujo de dinero pudo descubrir que una de las fábricas se financiaba con fondos imperiales. Sumas mareantes para cualquiera que las viera. Algo de ese calibre tenía que dejar algún hilo del que tirar, pero el secretismo en el que se manejó todo fue demasiado atractivo para alguien que ha sentido la llamada de la revolución. Se cobró algunos favores y descubrió que la empresa se dedicaba a la creación de escudos cinéticos experimentales y recubrimientos metálicos capaces de soportar grandes temperaturas. Los informes hablaban de una nueva aleación con propiedades que rozaban los límites de la realidad física. Si el imperio estaba interesado en estas investigaciones es que era algo de verdadera importancia.

La dirección de la empresa llevó al político hasta un lugar a las afueras de Mundo Puerto, una fábrica abandonada hace años de donde no hay registros actuales. Su propietario era un tal Cleon Ashford del que no hay domicilio, ni otra propiedad en todo Ord Mantell, ni tan siquiera una triste multa de la que poder sacar algo en claro. Durante varios días pasó por la zona, a ver si era capaz de ver algún tipo de movimiento que le indicara qué podría estar pasando, pero no vio a nadie que pasease, tan siquiera, por la zona. 

Ante la falta de evidencias supo que no podría hacer pública esta información sin parecer una maniobra política, o peor, un traidor. Decidió dejarlo pasar durante un tiempo acabando por sospechar que "simplemente" era trama de blanqueo de capitales. Sólo pudo asegurarte de que nada le unía a aquella trama y le dio carpetazo. Al menos hasta que, un par de años después, fue convocado en la sala de juntas. Al llegar, Kaled ve a dos soldados de alto rango imperiales, un Chiis y un humano. El primero está enfundándose su blaster. El segundo, el humano con rango de Gran Almirante le invita a pasar.

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27/01/2020, 00:37
Gran Almirante Caius Briggs

—Kaled Hux, de Kuat —comentó sin ningún tipo de emoción mientras miraba a través de las cristaleras de la sala de juntas. Desde ellas se podía ver gran parte de la capital—. Pase, por favor, no deseo demorarme más tiempo del necesario.

La mirada del Chiis se clavó en ti, pero no articuló palabra alguna. Se limitó a seguirte con la mirada cruzándose de brazos. A sus pies se encontraba el cadáver de uno de los miembros de la Autoridad Central. Regoir Perk. De su pecho y su frente humeaba aún las heridas producidas por un arma blaster. Cuando entras, el humano que te ha hablado se gira para encararte y camina hacia ti, bordeando la mesa de juntas.

—Tengo entendido que está familiarizado con la misión que se le encargo a su —mira al cuerpo del político tirado en el suelo—, antecesor.

Al ver tu perplejidad se queda callado durante unos segundos, aumentando la tensión del momento. 

—Hablo de los fondos imperiales. ¿Me equivoco?

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28/01/2020, 08:31
Kaled

Los años habían pasado despacio para Kaled desde que dejara el senado y se uniera a la Autoridad Central de Ord Mantell. Su trabajo no tenía nada que ver con lo que desempeñó durante sus años de senador, era casi monótono, pero vivía bien y sabía que su familia estaba a salvo, así que simplemente intentó acostumbrarse a su nueva vida. Era algo que Kaled siempre había hecho bien, adaptarse a las circunstancias.

La investigación que realizó sobre los fondos que se derivaban a aquella fábrica abandonada a nombre de Cleon Ashford le tenía intrigado. Cleon no aparecía en ningún registro... ¿era eso posible? Escudos cinéticos, recubrimientos capaces de soportar temperaturas muy altas.. todo parecía formar parte de un proyecto de bastante envergadura.

Continuó investigando pero como Kaled no terminaba de encontrar un nuevo hilo del que tirar, acabó pensando que sería una simple trama de blanqueo de capitales. Le parecía muy tipico del Imperio. Mantenían una fachada de paz y armonía y por la puerta trasera cometían genocidio, según los rumores, y se financiaban de maneras poco éticas. Kaled tampoco quería meterse, primero porque la política para él había quedado atrás y segundo porque no quería poner en peligro a su familia.

Pasaron los años y un día fue llamado a la sala de juntas. Le pareció extraño porque no era algo que sucediera habitualmente. Cuando llegó vio al Chiis y a un Gran Almirante. Sintió un escalofrío que recorrió su espalda y trató de no inmutarse cuando vio el cadaver de Regoir Perk en el suelo, todavía humeante.

Asintió cuando el Gran Almirante le nombró y pasó dentro de la sala de juntas. Si este es mi final... pues bueno, solo espero que no le pase nada a mi familia.. meditaba resignado.

Cuando el oficial imperial habla de su familiaridad con la tarea de Regoir, Kaled traga saliva. Bueno, parece que no investigué todo lo disimuladamente que yo creía haber investigado.. El exsenador sopesó durante unos segundos sobre su estrategia a seguir y finalmente decidió que llegados a este punto, era mejor no mentir.

- Algo sí, señor. - confirmó al Gran Almirante sin titubear .- Fondos para financiar proyectos imperiales fuera de los registros comunes, lejos de la mirada del senado imperial. - especificó con cierta naturalidad. Sus años como político le habían entrenado en conversaciones complicadas y aunque nunca había sentido su vida correr peligro, se sentía tranquilo, de momento.- Desconozco los detalles específicos, mis tareas no están, estaban, relacionadas con .- miró el cadaver de Regoir.- él.

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29/01/2020, 23:37
Gran Almirante Caius Briggs

El gran almirante te observa sin ningún tipo de interés mientras hablas. Se coloca bien su uniforme, esperando pacientemente a que termines de hablar y fuerza una sonrisa cuando parece que acabas, observa a su mano derecha y asiente en su dirección. Terminó por sacar un pad y caminó, prestándole atención, en dirección a la salida.

—Bien, así me ahorraré entrar en detalles —al llegar a la puerta se paró y levantó la cabeza mirándoos—. Le dejo con el vicealmirante. Le informará de sus nuevas labores. El imperio le agradece el compromiso.

Sonrió y se salió de la habitación sin mirar atrás, con su atención centrada en el pad de datos.

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29/01/2020, 23:49
Vicealmirante Thrawn

El chiss, que continúo en la misma posición que cuando entraste en la habitación, te miró de arriba a abajo, como si te estuviera midiendo. Es posible que a lo largo de tu vida te hayas sentido evaluado, pero nunca de igual forma que bajo el escrutinio del vicealmirante. Su gesto y sus ojos inyectados en sangre le daban un aspecto intimidante, que unido a la ausencia de movimiento de su cuerpo, lo hacían parecer más un androide de guerra que un ser humano. Antes de hablar levantó la barbilla y clavó la mirada en ti.

—Iré al grano —anunció sin emoción alguna—. Estamos cercanos a reforzar nuestra flota estelar con un arma sin precedentes en la historia galáctica. La importancia de este proyecto no tiene parangón, el mismo emperador le ha dado prioridad absoluta. El papel de Ord Mantell en este proyecto es en suma, importante. 

Dejó de mirarte a los ojos para fijar la mirada en el ordenador de la mesa del despacho. Con las manos en la espalda caminó hasta colocarse a la altura del teclado y escribió algo. En la pantalla apareció el nombre de la empresa e información acerca del trabajo que están llevando a cabo. 

—Debe familiarizarse con el proyecto que encargamos a su predecesor —movió la mano para que te acercaras a la pantalla—. Para su fortuna, el señor Perk decidió aprovechar el retraso en la investigación para llenarse los bolsillos a expensas de los fondos del imperio, y eso es inaceptable —te miró a los ojos—. Tomas las riendas del proyecto. Tras su renuncia has heredado sus obligaciones, aunque esperemos con mayor tasa de éxito porque no vamos a aceptar ningún retraso más. 

Se alejó de la mesa y caminó hasta colocarse al lado del cadáver. Con el pié le apartó la manga para descubrir una pulsera y asintió con la cabeza.

—Antes de tirar la basura asegúrese de quedarse con esa pulsera. Activa un ascensor oculto en la fábrica que visitó hace un tiempo. Sin ella no podrá entrar al laboratorio, ergo no podrá gestionarlo —se giró para mirarte—. Eso se convertiría en un retraso intolerable. Esta noche le estará esperando una persona para ponerle al día. No la haga esperar. 

Miró su reloj y se despidió como si tuviera prisa. 

—Que tenga un buen día, señor Hux.

Esquivó el cuerpo alargando el paso y se marchó de ahí dejándote con el muerto, nunca mejor dicho, y sin más instrucciones. 

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30/01/2020, 08:47
Kaled

Entendido .- le dijo al Gran Almirante aunque no creía que le hubiera escuchado. Cuando se quedó a solas con el Chiis centró su atención en él intentando ignorar el cadaver de su antiguo compañero Regoir.

Escuchó con atención lo que le iba diciendo el vicealmirante. No quería perder detalle y acabar como Regoir. Al parecer el mismísimo emperador había dado importancia al proyecto. Sí que debía ser importante sí... El exsenador se preguntó a si mismo si el Chiis sabría que había conocido al emperador antes de que lo fuera. Había tratado en varas ocasiones primero con el senador Palpatine y luego cuando fue canciller también. Cómo habían cambiado las cosas desde entonces. Echaba de menos ser político, no era algo que fuera a negarse a si mismo pero se limitó a prestar atencion y asentir al vicealmirante como señal de que había comprendido. 

Kaled respiró ligeramente aliviado cuando le informó de la causa de la ejecución, al parecer su compañero había decidido corromperse en un sentido literal de la palabra. Aguantó la mirada al vicealmirante y Kaled negó desaprobando la corrupción que había llevado a Regoir a morir. Con la República no habría sucedido eso, con la República la corrupción era mucho más fácil que en el Imperio y además la vida no corría esos peligros, entre juicios, apelaciones y demás cuestiones que la gente con dinero podía conseguir... posiblemente no acababas nunca condenado. Pero en el Imperio no, si te llevabas dinero que estaba destinado a proyectos imperiales... entonces ibas a acabar muy mal. Al menos tan mal como Regoir.

- Entendido. Cumpliré con diligencia.- le respondió al vicealmirante. Esperó hasta que el Chiis terminara y entendió que no debía hacer más preguntas. Sea lo que fuera su cometido concreto se lo dirían a  la noche.

Así que me tengo que encargar yo de este... miró el cadaver y se fijó en la pulsera. Asintió a las últimas palabras del vicealmirante y se acercó al cadaver para inspeccionar la pulsera.

- No le haré esperar, señor. Gracias por la confianza .- le dijo con cordialidad y mirando al Chiis.- Que tenga también un buen día.

Cuando se quedó solo en la sala de juntas lo primero que hizo fue quitar la pulsera del cadáver de Regoir con la intención de ponérsela en la mano ajustándola. La examinó con calma y luego pasó a examinar el cadaver, se tomó su tiempo inspeccionanadolo, tal vez su amigo había sido ejecutado con algún tipo de información - o dinero - encima... en sus bolsillos, o en alguna parte. Una vez examinado el cadaver llamó a alguno de los oficiales de guardia que conociera desde hacía tiempo, quería indicarle que había que proceder a la incineración del cadaver. Luego Kaled quería avisar a la familia, un trágico accidente laboral en una fábrica del puerto había acabado con la vida y el cuerpo de Regoir.

Después de hacer eso, se marcharía a su casa, se ducharía para estar tranquilo, se vestiría decentemente y marcharía a la fábrica con varias horas de antelación por si acaso le costaba encontrar el ascensor.

Notas de juego

No sé si querías que dejara aquí el post o que describiera algo más ^^ me dices con lo que sea.

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03/02/2020, 09:56
Master

El chiss te miró durante unos segundos sin pestañear, manteniendo el gesto neutro que era imposible de descifrar y se marchó de igual forma que se había mantenido la mayor parte del tiempo en tu presencia: En silencio. 

Al revisar el cuerpo de tu "amigo" ves una cartera donde guarda su chip de crédito con un total de 500, y la foto de su mujer y sus hijos: un niño y una niña, que a juzgar por su aspecto el mayor no tendría más de 6 años. A parte de la pulsera no hay nada más de interés o que puedas utilizar, a parte de algunos permisos que dejarán de tener validez en cuanto se certifique su muerte. Dos miembros de la seguridad del edificio donde ejercía la Autoridad Central se acercaron tras tu llamada y obedecieron tus órdenes, no sin antes dudar e informar a sus superiores, que no pusieron objeción alguna sabiendo lo que ha pasado. Alguien tuvo que alertarles, con el suficiente rango, como para que esta situación no pase factura a quien se quedó en la sala con un cadáver.

Pronto todo quedó en calma. Al menos ese segundo de respiro le concedieron al político.

Tras adecentarse en su casa tomó el camino hacia la fábrica abandonada. Nada había cambiado, los mismos caminos despoblados, las mismas zonas olvidadas y la fábrica que seguía ahí como muestra de la ineficacia administrativa que, pese a que el planeta era uno de los más ricos, evidenciaba el interés de la Autoridad Central en otros puntos de la ciudad y fuentes económicas diferentes. Había pasado desde siempre, las zonas más ricas de la ciudad eran, como no, las zonas en las que los políticos, empresarios y altos cargos tomaron su vivienda, y los negocios más florecientes de la ciudad eran aquellos cuyos amigos de la alta plana explotaban. Pero Kaled no pudo evitar pensar que tal nivel de abandono respondería a otra pregunta muy diferente. ¿A quién le interesa una parte de la ciudad sin población activa?

Cuando se acercó su pulsera cobró vida. Al acercarse a la puerta de entrada fue escaneado a través de una sonda oculta en las placas de un lado de la entrada, cuando su biometría no concordó con la identificación de la pulsera todo se puso en marcha. Las puertas se cerraron tras él y todo quedó a oscuras. Cientos de mecanismos empezaron a accionarse llenando de sonidos metálicos todo alrededor, pasos desde diferentes posiciones llegaron a ti sin que sospecharas qué estaba pasando y tras un segundo de vuelta al silencio volvió la luz.

Varios soldados imperiales cercando una especie de ascensor que ha salido en medio de la sala en la que te encuentras te están apuntando con sus rifles blaster. No eres capaz de hacer una cuenta del número exacto de ellos, pero si se pusieran a disparar, lo más probable es que no quedaría de ti más que un amasijo de carne quemada agujereada. Todos permanecen en silencio, con las armas preparadas esperando a que den la orden para acabar contigo. 

De la estructura que ha aparecido del centro de la sala apareció una mujer, con uniforme imperial, al subir por el suelo hasta llegar a la altura del suelo. Las puertas se abrieron y caminó hacia ti con paso seguro y una cálida sonrisa en los labios.

—El sustituto del enlace Perk, ¿verdad? —comentó con cierta alegría—. Perdone el recibimiento, pero los protocolos de seguridad impuestos por Lord Palpatine son estrictos. Permítame actualizar su pulsera de acceso y los parámetros biométricos.

Sacó un pad de datos que conectó con tu pulsera y comenzó a teclear sin perder la sonrisa de su rostro. La seguridad imperial bajó las armas, pero se mantuvo en su puesto. Tras unos segundos la pulsera pasó a mostrar tus datos para que los confirmaras y se adaptó a tu cuerpo como si siempre hubiera sido tuya.

—De acuerdo, ya está actualizada. Acompáñeme, por favor. 

El protocolo que demuestra la mujer es la de alguien entrenado y que demuestra experiencia, te puedes imaginar a Regoir Perk en tu misma situación en estos momentos. 

La oficial comenzó a hablar contigo, poniéndote al día.

—El cambio ha sido inesperado, pero no dudo que va a ser positivo. Su predecesor terminó por centrarse más en su propio bienestar que en cumplir con su cometido, espero que no le ocurra lo mismo a usted, señor Hux —habló con total tranquilidad pese a la amenaza velada—. El proyecto Cradle ha sufrido meses de retraso, problemas con el aporte mineral necesario, la adquisición de los reactivos precisos y el robo de materia primaria en los almacenes asignados han supuesto la caída del anterior dirigente, espero que sea capaz de solventarlos en la próxima semana. 

El ascensor desciende durante varios minutos, y al llegar te sorprendes de ver una sala de gigantes proporciones oculta bajo los suelos de Ord Mantell. Dos grandes columnas de metal rematadas en una estructura brillante y negra, que te recuerda a una perla, se haya en mitad de aquella sala. Cientos de científicos, soldados imperiales y personal de trabajo cualificado se encuentra moviéndose frenénticamente por aquel subsuelo.

—Como puede observar el escudo cinético lo tenemos prácticamente acabado a falta de lograr enfriar la fuente de descarga energética que alimentará el reactor principal del armamento —se giró para mirarte—. El revestimiento de... para abreviar, cristal blindado que hemos logrado crear, es pieza fundamental para llevar a buen puerto este proyecto. Estamos construyendo el arma definitiva y este escudo protegerá el núcleo de fusión. Entenderá que es imperativo que lo acabemos —vuelve a mirar hacia las agujas—. La banda criminal local: Los Herederos de Rogun se han vuelto muy osados y sabemos que tienen parte de nuestro cargamento de la aleación metálica experimental para hacer el "cristal blindado". No tenemos tiempo de volver a hacer la aleación de cero, en sus manos está recuperar el cargamento y conseguir que el reactivo llegue hasta nosotros. Lo último que sabemos del reactivo es que iba en una nave de transporte perdida cerca de Corellia. Mueva hilos, busque usted mismo, pero consiga traer todo lo que necesitamos. ¿Alguna duda?

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04/02/2020, 21:00
Kaled

Cuando Kaled salió del edificio rumbo a su casa, después de haberse ocupado del cuerpo de Regoir, se quería dirigir a alguna oficina de transporte y enviar el chip de crédito con los 500 a la viuda de su antiguo compañero. Se le había pasado por la cabeza quedárselos por las molestias que seguro vendrán al aceptar ese puesto de trabajo... pero cuando vio la foto de los hijos ese pensamiento se esfumó y decidió hacerle llegar el dinero a la viuda. 

Kaled no se consideraba un mal hombre, tampoco se consideraba una buena persona precisamente. Durante toda su carrera política se había dedicado a favorecer los intereses de su planeta Kuat y también de su familia. 

Una vez terminó sus tareas y se duchó. El exsenador se puso rumbo a la fábrica abandonada para cumplir su misión. Empezó a tener una serie de pensamientos cruzados, ahora lo veía todo desde otra perspectiva. Estaba bastante claro que al Imperio le venía bien fabricar sus cosas "secretas" en lugares apartados, lejos de los ojos de los curiosos, sin levantar sospecha. Y sabiendo como sabía ahora que la Autoridad Central estaba metida dentro de la trama, lo veía todo más claro. 

El exsenador encuentra el ascensor y evidentemente, no concuerdan los datos de la pulsera con los suyos. Mira al cielo y niega con la cabeza. Tenía que haber previsto esto... Kaled no se pone nervioso, confía en que todo se aclare, después de todo, sigue órdenes de un Gran Almirante y eso tenía su importancia. Cuando aparecieron los soldados de asalto se cruzó de brazos y aguardó con paciencia. 

Cuando aparece la Imperial Kaled sonríe. Vale parece que no me han hecho esperar demasiado...

Sí .- le responde.- Me llamo Kaled. Esta tarea ha sido encargada hoy mismo.- explica aunque sabe que no hace falta la explicación. Está convencido de que ella ya tiene toda la información, pero al menos espera recibir el nombre de la imperial como respuesta.

Asiente cuando ella habla y la acompaña. Se toca la pulsera para comprobar que está todo perfectamente ajustado. Escucha lo que ella le va diciendo con mucha atención. No quiere que se le pase ningún dato ni ningún matiz.

Sí... irá a mejor. Bueno, excepto la vida de la mujer de Regoir y sus hijos, dudo mucho que su vida vaya a mejor. Las palabras de la imperial le desconciertan un poco pero continúa escuchando como si nada. Sabe cómo tiene que actuar, simplemente tiene que escuchar, nada más. Pero pensaba que había sido por haberse vuelto un corrupto, no por problemas sobrevenidos... Siente un escalofrío. Kaled sabía que no se iba a corromper, por eso estaba tranquilo en su cometido, pero tenía miedo de que las cosas simplemente fueran mal o hubiera contratiempos.

Cuando llegan a la sala gigantesca Kaled abre los ojos mucho. Vaya, esto si que no lo esperaba.. Escucha con atención las indicaciones de la imperial y asiente. Cuando le pregunta si tiene alguna duda medita durante unos segundos antes de responder. 

- Entiendo perfectamente.- dijo con seguridad y asintió. Su labor parecía sencilla sobre el papel, recuperar la nave con el cargamento de "cristal blindado".- ¿Con qué recursos cuento para llevar a cabo la misión? ¿Alguna nave, hombres... equipamiento, fondos? - preguntó seguro de que si no le daban al menos un vehículo y algún que otro hombre bajo sus órdenes todo iba a complicarse mucho.- ¿Identificación de la nave que llevaba la carga? - preguntó esperando que al menos le dieran algo concreto sobre la nave. Cogió aire.- ¿Algún nombre propio, de algún jefe de la banda criminal? - preguntó finalmente. 

Miró a la imperial y sonrió. Kaled tenía una sonrisa muy bonita y era un hombre carismático. Tenía dudas de si se había excedido con las preguntas así que añadió.- Disculpe si son muchas preguntas... solo quiero hacerlo lo mejor posible para que Lord Palpatine esté orgulloso de quienes estamos al servicio del Imperio.

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06/02/2020, 09:22
Oficial Karen Harst

La oficial pareció no hacer mucho caso a tu presentación. Continuó con la presentación como si te conociera de toda la vida pese a que no la habías visto, o no te sonaba. Sin embargo, en el momento en el que soltaste la batería de preguntas se paró y te miró, con la misma sonrisa anodina que llevaba en su rostro desde que la viste aparecer en el ascensor oculto. 

—Dimos por hecho que era un hombre de recursos, señor Hux —se cuadró delante de ti y llevo sus manos a la espalda—. Muy pocos son capaces de dar con nosotros, de ahí que esté aquí y no embolsado en un triturador de basura.

El tono en el que pronuncia la amenaza es tan neutro que tranquilamente podría estar hablando del tiempo, que pese a la época que es, está siendo relativamente fresco. La sensación de estática inunda tu cuerpo, y un ligero aroma a agua estancada llega a tus fosas nasales. 

—Como comprenderá, las aficiones de su antecesor nos mantienen alerta frente a posibles filtraciones. De todas formas, estoy segura de que sabrá apañárselas con lo que ya tiene. Como ha demostrado hasta el momento —volvió a caminar y siguió hablando—. La única información que tenemos es que el transpondedor de la nave apareció en un desguace, a las afueras de Mundo Puerto, al salir tendrá la dirección en su datapad. A partir de ahí, es cosa suya. Pero no se duerma en los laureles, el emperador desea una prueba de poder y ya nos hemos demorado demasiado.

Para cuando te diste cuenta ya estabais, de nuevo, en el ascensor por el que accedisteis a la instalación. Se queda a un lado de la puerta para dejarte pasar y se despide de ti. Espera ahí por si tuvieras alguna pregunta más.

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06/02/2020, 11:30
Kaled

Kaled estaba acostumbrado a guardar las formas y sin duda no iba a decirle a la oficial lo que se le estaba pasando por la cabeza a medida que la mujer le interpelaba. Se calló. Porque si algo había aprendido desde la fundación del Imperio es que a veces estar callado era sinónimo de seguir vivo. Se intentó calmar. Kaled había estado muchos años trabajando en el senado, había negociado con Palpatine cuando era senador, había visto muchas cosas y vivido muchas más. Tenía serias dudas de que la oficial Karen Hast hubiera vivido y sufrido la mitad de cosas que él. Sin embargo ahí estaba ella, cuestionándolo.

- Soy un hombre de recursos, señora, pero mis años en el senado me enseñaron que es mejor intentar conseguir las mejores condiciones posibles cuando se va a acometer una misión complicada. - dijo con naturalidad. Cuando entendió la amenaza se vio a si mismo triturado y comenzó a visualizar los problemas que tendría su familia. Tragó saliva. - En cualquier caso, entiendo perfectamente mi cometido. Cumpliré con mi deber con el Imperio y Lord Palpatine.

Kaled decidió tomarse como un halago las palabras de la oficial.

- Me pondré con mi tarea ya mismo, oficial Harst, el Emperador tendrá lo que desea.- confirmó seguro de si mismo.

Tenía muchas dudas sobre su tarea y muchas dudas sobre sus honorarios pero decidió callarse. Si quisieran decirle algo más ya se lo habrían dicho y además estaría seguro de que si hubiera algo importante se lo harían llegar de alguna forma.

En cuanto saliera de la fábrica miraría el datapad para empezar a planificar su viaje.

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10/02/2020, 01:13
Master

Salir de aquella fábrica supuso un soplo de aire fresco para el político, llegar a pensar en un disparo por la espalda no hubiera sido descabellado dado el cariz que había tomado la situación. Ahora tenía otra misión a cargo del imperio que no había pedido y que sabía que tenía que cumplir para seguir respirando, y ni siquiera estaba seguro de si fuera a ser remunerado por sus esfuerzos, pero una cosa sí que tenía clara. El imperio recompensaba bien a sus agentes. Eso había sido una máxima desde que Palpatine disolvió el senado para autoproclamarse emperador. 

El camino hacia el desguace fue silencioso, pero corto. Era un terreno bastante amplio donde descansaban restos de naves de todo tipo, desde destructores imperiales hasta Ala X, o naves de transporte. La entrada estaba protegida por dos guardias armados gamorreanos, armados con vibrohachas y pistolas blaster. Según el datapad, el desguace estaba regentado por un Caamasi llamado Meqli Likarin, un antiguo mando soldado retirado. No se conocen muchos detalles salvo que es un aficionado al Sabacc y que es parco en palabras. 

Al llegar, los dos gamorreanos se miran antes de cruzarse en tu camino. Comienzan a hablar pero para ti sólo son gruñidos porcinos que te pueden llegar a indicar cierto grado de resentimiento o ira. Nada más. No es un lenguaje sencillo de comprender y es tan básico que puedes entender porqué no son capaces de hablar ningún otro que no sea el suyo. Ves como se miran, algo impacientes y vuelve a gruñir mirándote, para acabar empujándote hacia atrás. Mueve la vibrohacha amenazante frente a ti.

—¡Nada aquí que tu querer! —entendiste—. ¡Humano idiota morir si no marchar!

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12/02/2020, 17:34
Kaled

Kaled estaba ya acostumbrándose a que le asignaran misiones que no pedía. Hace años que decidió simplemente adaptarse a las circunstancias y ser útil para su familia. Sabía que si acometía la misión sin generar problemas y siendo resolutivo tendría una recompensa muy importante. Tal vez lo suficientemente importante como para jubilarse y dedicarse a vivir con tranquilidad en alguna pequeña villa, tal vez en las playas de Naboo, con muchos libros y mucho tiempo para perderlo haciendo nada. 

Durante el camino al vertedero, Kaled  piensa en llevar a cabo la misión que le han encomendado y sus pensamientos de vez en cuando se desvían a la mujer de Perk... esperaba que hubiera recibido los 500 créditos que había podido rescatar del cadáver de su marido.

Cuando llega a su destino echa un vistazo alrededor. Dos gamorreanos le miran con bastante hostilidad y eso le incomoda, bueno, realmente lo que le incomoda son las armas y los hachas que llevan. Kaled traga saliva. Se debate unos segundos qué hacer pero no le dan apenas tiempo y le empujan hacia atrás. Ante ese hecho Kaled abre mucho los ojos y se cruza de brazos indignado. La temeridad de los gamorreanos le sorprende, él trabaja para la autoridad central del planeta y no tiene sentido que le traten así, de esa forma tan agresiva, sin siquiera preguntarle quien era. 

El exsenador contiene la respiración y les mira bastante enfadado. 

- Meqli Likarin - les dice.- Tengo que hablar con él. Es urgente.- les dice.- Muy urgente.- añade en gamorreano uno de los siete idiomas que aprendió durante su formación como senador. - Le busca Kaled.

Kaled estaba muy enfadado pero no quería desviarse de su misión. Estaba dispuesto a sobornarlos si hacía falta para encontrar al Caamasi. 

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15/02/2020, 02:00
Master

La mención de su jefe les hace dudar de sus palabras, muy poca gente llega hasta el desguace para preguntar por él, y cuando lo hacen suele ser por una buena razón. Se miraron, confundidos, te amenazaron de nuevo con sus vibrohachas y cuando vieron que seguías esperando a su jefe accedieron a llamarle. 

Te hicieron esperar un precioso tiempo que no tenías, pero finalmente el Caamasi llegó hasta donde te encontrabas. Los Caamasi son una raza con una facilidad innata para ocultar sus intenciones, leer su rostro es extremadamente difícil para los miembros de otras razas debido a su largo hocico y abundante pelaje, pero la molestia que sentía de haber sido convocado era evidente.

—Kaled —dijo tras inspeccionarte de arriba a abajo—. ¿Debería conocerle?

Te hizo un gesto con su mano para que le siguieras. Caminó unos minutos hasta entrar en su edificio y guiarte a su despacho. Una vez allí, se sirvió una copa de un lícor azulado y te ofreció otra.

—Más allá de lo obvio, nunca antes hemos tenido trato alguno. Me sorprende.

Se sentó en su silla y te ofreció una de las del otro lado de la enorme mesa llena de informes. Un panel de información informó de que su datapad se había conectado y estaba listo para usarse, pero con un movimiento de su mano desactivó la pantalla holográfica. El ambiente estaba cargado con un aroma oleoso a quemado.

—Usted dirá, Kaled —dijo con cierta desgana—. ¿Qué le ha traído hasta aquí? No me diga que es otro de esos "coleccionistas" de artefactos Jedi. Si es así permítame ahorrarle el tiempo, nunca hemos tenido ninguna nave u vehículo terrestre perteneciente a algún Jedi, ni tan siquiera a la orden.

El Caamasi se cruzó de brazos esperando que hablaras, pero algo dentro de ti te decía que sabía que el motivo de tu visita no era meramente ocioso.

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16/02/2020, 23:51
Kaled

Kaled mantuvo la atención en todo momento. Se fijó en todos los detalles del camino hacia el despacho de Caamasi. Cuando le ofreció la taza con el licor azul lo aceptó y lo cogió pero de momento no bebió. No quería ser descortés pero tampoco quería pecar de confiado.

- Sí, Kaled .- asiente. Era verdad que no habían coincidido. A Kaled no le gustaban los Caamasi. El exsenador estaba acostumbrado a leer a sus interlocutores y a tratar de adivinar sus sentimientos y anticiparse. Era un político entrenado y los Caamasi eran una especie ideal para resistirte a los políticos.

Kaled sonrió a su interlocutor.

- No, no, no... me libren de buscar algo Jedi .- comentó. Según la versión oficial los Jedi se habían levantado contra la República y eso había obligado al Canciller Palpatine a proclamar el Imperio Galáctico. No quería que le relacionaran con nada Jedi.- Busco una nave que se perdió.- dijo haciendose un poco el interesante.- Su transpondedor ha emitido señales desde este vertedero y me preguntaba si podría usted.. o alguno de sus ayudantes ayudarme a echar un vistazo para ver si lo encontramos.- explicó y esperó con paciencia.- Me gustaría saber qué fue de ella.. o qué le pasó... - comenta obviando cualquier tenga que ver con la carga. Es más que probable que el Caamasi haya vendido por piezas la carga, tampoco concreta mucho sobre la nave que se perdió cerca de Corellia, no quiere levantar muchas sospechas.- O tal vez pueda echar yo el vistazo si me lo permite...

Kaled esperaba que no, pero estaba dispuesto a intentar sobornar al Caamasi.

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24/02/2020, 01:45
Master

El caamasi te miró durante unos segundos, colocando sus manos entrelazadas sobre su vientre. No dijo nada, sólo se te quedó mirando en silencio, de una forma bastante incómoda debido a su inexpresivo rostro. Su movimiento corporal prácticamente nulo y su incapacidad de demostrar emociones era desesperante. 

—Quiere buscar algo perdido porque un transpondedor ha empezado a emitir.

Terminó diciendo con tono neutro sin separar las manos de su vientre. Por un momento te pareció distinguir algún tipo de sonrisa entre su pelaje, teniendo en cuenta cómo puede llegar a sonreír con esa boca.

—Bien, no puedo dejarle libre acceso a mis instalaciones sin más —confirmó con un deje de suficiencia en la voz—. Pero puede darme la codificiación de la señal del transpondedor y lo buscaría. Supongo que en un par de meses podría recibirlo en su domicilio —se encogió de hombros.

Notas de juego

Haz una tirada de diplomacia.

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24/02/2020, 11:59
Kaled

- No es un mal resumen de lo que busco - dijo dándole la razón al caamasi sobre el transpondedor.

A Kaled no le hacía mucha gracia lo que estaba planteando su interlocutor pero no mostró desagrado, se limitó negar una vez con la cabeza.

- Señor, como comprenderá no estoy aquí ni por afición ni por capricho. Sabe perfectamente dónde y para quién trabajo, este tema es urgente para la resolución de diversos asuntos que se quedaron en el aire - carraspeó - cuando la nave se perdió. No puedo esperar ni dos ni un mes ni semanas, debe darle prioridad, es importante.

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