Partida Rol por web

Parecía que las manufacturas eran realmente productivas, sin embargo, a ojos del médico las riquezas producidas no llegaban hasta los trabajadores. Isseriol torció el gesto pensando en la explotación de los trabajadores, cuyas posibles quejas puede que fuesen acalladas en las celdas que con repugnancia pudo ver anteriormente.

Suspirando se decidió a pasar por el tedioso trámite de sacar información a alguien de allí, no al menos sin haber visto antes el resto de los edificios.

Para ti fue muy claro reconocer de que se trataba ese edificio, no era ni más ni menos que un restaurante de altos lujos, cuidado como si fuera un palacio y sobre todo vacío como si estuviera abandonado... ¿o quizás no? desde tu posición eras capaz de observar que había alguien dentro del edificio, alguien solitario comiendo con calma en una de las mesas, por desgracia estabas demasiado lejos para poder obtener más detalles...

Las extrañas escenas que se sucedían en este planeta dejaban descolocado al médico una y otra vez. La curiosidad le pudo demasiado y ya no tuvo más remedio que acercarse, intrigado por la solitaria figura, que por alguna razón hizo que a Isseriol se le erizaran los pelos de la nuca.

Te acercaste a la pared del edificio, allí pudiste ver a través de la ventana y con gran claridad que el hombre que estaba dentro era un miembro del cuerpo imperial. Estaba el solo en aquel lugar tan lujoso saboreando un jugoso filete mientras bebía una copa de vino, su aspecto era algo juvenil, tenía una perilla de color negro y el pelo bien peinado. Llevaba puesto su uniforme a medias, ya que la chaqueta la tenía apoyada en el respaldar de la silla, no se percató en ningún momento de que le estabas observando desde fuera ¿era justo tanto lujo para una sola persona?

Desde luego que algo se cocía en aquel planeta y aunque aun no sabía que, todo parecía indicar que la mano despótica del Imperio estaba detrás de la extraña sociedad del planeta. Isseriol se agazapó con un respingo mientras acudían a su cabeza los recuerdos de la sordida celda de la nave.

Malditos sátrapas...

Antes de irse echó un última mirada, tratando de reconocer por los galones y uniforme, el rango del oficial y el cuerpo al que pertenecía. Tal vez debería volver a la nave y advertir de esto. Obviamente los que mandaban en este planeta, agasajaban con demasiado lujo a este hombre.

Por los ropajes pudiste comprobar que se trataba de un oficial, el máximo cargo que alguien podía tener en una colonia por parte del Imperio, eso te llevó a pensar que quizás esa persona era el máximo responsable de todo lo que haya ocurrido allí y sobre todo tu posible objetivo para conseguir los códigos que necesitas.

Isseriol se agazapa mientras piensa. Si pudiera llegar hasta aquel oficial, sería todo un golpe de suerte. Con cautela mira alrededor, buscando un posible acceso hasta el envarado oficial.

Isseriol palpa su arma bajo el cito y se asegura de que en uhn momento dado, esta salga con facilidad. Con paso despistado y mirada perdida, el médico se dirige a la entrada y trata de entrar en el edificio.

En el momento que te acercas a la puerta, esta se abre por el sistema automático. El resonar de la puerta fue estrepitoso sobre todo porque en el interior tan solo estaba aquel hombre, el cual no dudó en dejar de comer para alzar la vista y mirar hacia tu posición

- Eh, tu, este lugar es privado no para trabajadores, el vuestro está más al lado, lárgate escoria - comentó mientras apenas te prestó atención y sin lugar a dudas dándote un trato denigrante.

¿Perdón?

Dijo Isseriol llevándose la mano a la oreja.

No le he entendido...

La mano del médico aparece de debajo del poncho con un blaster de mano empuñado.

Tranquilo amigo, vamos a empezar por usar los buenos modales, listillo. ¿Dónde están los hermanos Fenris? tenía entendido que su orgullo matenía las garras imperiales lejos de este planeta.

Poco a poco se acerca tranquilamente al oficial, pero dejando una distancia prundencial.