Partida Rol por web

Teyr, un planeta desértico y rodeado de montañas que cobija a una colonia de humanos que hacen todo lo posible para ganarse el pan cada día bajo la atenta mirada del imperio.

La nave aterrizaría en una sección de las afueras, se trata de un lugar con una atmósfera respirable pero sin mucha vegetación, por lo menos en ese territorio.

A pié se podía llegar perfectamente hasta las coordenadas centrales que te habían facilitado para llevar a cabo tu misión, sin embargo fue fácil distinguir muchas localizaciones que se podían visitar.

La paciencia era una virtud. Una que normalmente los Cathar no cultivaban demasiado, pero para sobrevivir a tu estirpe, tu raza y el resto del universo, había que andar con cuidado, y eso se traducía por mucha paciencia.

Tenía las coordenadas, pero no iba a ir directamente a ponerse a buscar. Al menos quería saber como de importante era la presencia imperial, y si había más gente interesada en lo que Lock venia buscando.

Sin embargo, no tomo la primera opción que se le paso por la cabeza, la de ir directo a una cantina, y poner las orejas para ver que se cocía. Prefería dar un pequeño rodeo.

Diviso unas cuevas. Un lugar cómodo desde el que observar, y donde podría buscar un refugio temporal antes de internarse en la ciudad.

Mientras caminaba se dio cuenta de que la población no era excesivamente grande, pero que al menos, tenia cierto movimiento.

Era presumible que hubiera gente fuera de la ciudad que volviera a última hora, algunos a beber y dormir, y otros a dormir directamente. La vida en lugares como aquel era siempre dura. Había que vivir al día, sin que el tiempo fuera un lujo que pudiera gastarse a la ligera.

El había trabajado legalmente un par de veces, en minas y explotaciones, por un sueldo ridículo, pero honrado. Seguramente la gente de por aquí, sería una piña frente a los intrusos, y se explicara cómo se explicara, sería un intruso.

Todo desventajas. Al menos tenía unas coordenadas bastante fiables del sitio al que tenía que ir. Y ahí radicaba la duda, que podía haber en un lugar tan feo como aquel, que hiciera que la peligrosa mujer que lo había puesto a su servicio, decidiera volver más tarde.

Ya no quedaba mucho para llegar a las cuevas, y volvió a mirar el localizador y las coordenadas, había que saber por dónde se movía, si se quería pisar en terreno seguro.

En ese instante te diste cuenta de que Naiana te la había jugado, no como una puñalada por la espalda, pero si como un aprovechamiento ocultado con "buenas" intenciones. Las coordenadas que te dio para moverte por Teyr fueron insuficientes. Creíste que te daría una localización casi exacta de por donde buscar, en cambio te dejó una franja de búsqueda más amplia de lo que realmente hubieras deseado. Aquellas coordenadas estaban clasificadas dentro de un cuadrante mucho más amplio que cogía tanto las cuevas como el núcleo de la colonia...

Isseriol se dedicó a estirar los músculos agarrotados por el iaje. La cabina de un caza es funcional y poco dad a las comodidaes. Cubierto con su poncho, que mantenía oculta el blaster que le habían proporcionado y con la carga representativa de juguetes, el médico repasó mentalmente todos los datos referentes a su cohartada y se dedicó a observar el asentamieto que se desperdigaba desordenado entre las ártidas arenas. Girando la cabeza observó a la unidad R2 que permanecía en el caza, penando en si podría ser de utilidad, pero si algo le pasaba a esa máquina se quedaría varado en este planeta. Desechó la idea.

Eh! montón de chatarra, asegúrate de que todo esté preparado para partir en cualquier momento.

Hizo caso omiso a los pitidos de respuesta mientras empezó a caminar directo a las colonia humana, primero debería familiarizarse con la zona antes de poder entrar en materia.

Comenzaste tu camino hacia la colonia, estaba tan solo a unos cientos de metros de modo que aquel paseo no fue ningún tipo de carga.

Una vez que estuviste dentro observaste que tu presencia estaba pasando totalmente desapercibida. Por fortuna para ti no viste rastro de ningún tipo de soldado imperial, lo cual te hacía pensar que la información que te facilitaron era certera. Por desgracia, tampoco sabías donde localizar a tus objetivos, aunque más valía empezar con calma.

Cerca de ti se cruzaba algún que otro colono, sus rostros no eran precisamente felices, parecían cansados, probablemente del arduo trabajo que hacía sacar adelante la colonia. Nadie se detuvo a preguntar por ti o a darte la bienvenida, allí tan solo eras un desconocido más.

Lock se sorprendió, pero no tardo mucho en admitir que no era tan de extrañar. Si la mujer hubiera centrado la búsqueda, y dadas las características del lugar, dudaba mucho de que no se hubiera llevado lo que fuera ella misma.

Pero no tener la localización, presentaba un problema, que si no era grave, era al menos peliagudo.

Tenía que localizar el objeto, identificarlo, y luego deshacerse de él.

Si en algún momento había conservado la esperanza de salir de aquella roca en un día, como mucho dos, ahora se daba cuenta de que no seria así.

Seguramente tardaría unos cuantos días más. Tendría que inventarse un pasado falso, dejarse conocer por los aldeanos, investigar sin que lo pillaran, y por último, obtener el preciado tesoro que su nueva “amiga” le había solicitado.

No es que fuera difícil, pero era más trabajoso, y prefería perder su tiempo en cantinas espaciales, jugando y engañando a todo tipo de viajeros despistados.

Ya que estaba por la zona, y por si fuera menester montar un campamento base fuera de la zona poblada, Lock siguió camino a las cuevas. Les echaría un ojo, y de ser defendibles, gastaría un poco de de tiempo en prepararlas por si las cosas de ponían de verdad difíciles.

Decidiste adentrarte en la cueva como primera opción. La zona de sus alrededores estaba totalmente deshabitada, a simple vista podía haber sido un lugar de extracción de minerales, pero una vez en su interior comprobaste que su interior no había sido visitado por nadie con vida en mucho tiempo. ¿porqué los colonos no trabajarían en una cueva situada a tan poca distancia del lugar?

El lugar era oscuro, pero no lo suficiente para evitar una exploración mayor. La entrada era pequeña pero el interior se iba ensanchando cada vez más. Viste que había un estrecho pasillo a unos 10 metros de ti que conducían a las profundidades de aquel lugar, ahora interesaba saber si era adecuado o no hacerlo.

El felino aguzo la vista. Las cuevas eran elementos naturales que siempre podían ser explotados. Excavaciones, guaridas, fuentes de recursos.

La naturaleza sabía que esos lugares eran seguros, cuando uno era el dueño y señor. Y hoy, en el momento de adentrarse en ella, Lock no era el dueño de nada.

Se pego a una de las paredes, para dejar pasar la luz, y para reducir silueta, por si había dentro algún tipo de predador con mejor visión y olfato que el. Que hace tiempo había descubierto, que existían mas especies con esas características de las que ningún Cathar quisiera reconocer.

Con mucha paciencia, observo el suelo y las paredes, hasta el techo. Buscando telas, huesos roídos, marcas en las paredes, cualquier cosa que indicara que algún tipo de bestia habitaba en ese lugar.

No le quedaba más remedio que explorar el lugar, si quería convertirlo en un posible refugio. Lo haría con paciencia, gastando el tiempo que hiciera falta, siempre que la cueva no tuviera kilómetros de profundidad.

Sentía curiosidad por averiguar porque aquel lugar estaba desierto. Sin duda, había un buen motivo para ello. Y seguramente sería peligroso, así que extremaría las precauciones.

Poco a poco, se fue acercando al pasillo de roca natural, era probable que a partir de aquel punto, las opciones del felino fueran más complicadas, pero que era la vida sin riesgo, al menos sin un riesgo calculado.

Calculado, porque iba midiendo la distancia que tendría que correr hasta la salida….

Quizás era porque lo venia esperando, quizás, porque algo de su propia naturaleza de cazador le avisa del peligro.

El caso es que en cuanto el pelaje empezó a erizársele, Lock dio un salto atrás.

El suelo que había bajo tus pies se desmoronó como si la roca fuese arcilla. Gracias a aquel salto que diste hacia atrás salvaste tu pellejo. Pudiste escuchar como los fragmentos que caían tardaron bastante en impactar contra el suelo, eso significaba que de haber caído tus huesos hubieran quedado hechos polvo.

El camino seguía siendo viable, sin embargo tendrías que dar un pequeño salto en donde antes había terreno estable y ahora un hermoso agujero. La pregunta era... ¿se trataba de una trampa premeditada o era un obstáculo natural?

Aquello era una mala señal.

Podían suceder dos cosas. Que o bien, aquellas cuevas estuvieran plagadas de agujeros como el que casi acaba con su vida, o que, alguien hubiera horadado la roca, hasta el punto de convertir la zona en una trampa mortal.

Se detuvo con cuidado al borde del orificio, e inspecciono primero la caída, para luego hacerlo con las paredes del foso. Si habían sido hechas con herramientas, habrían dejado una serie de marcas más evidentes.

Si por el contrario, eran naturales, serian paredes de roca abrupta. Eso le daría una pequeña indicación de cómo había llegado aquel lugar a casi matarlo.

Luego, miro el resto del túnel, necesitaría de todo su ingenio para avanzar, y sería una marcha lenta. Sopeso la opción de descartar la cueva como posible refugio, pero quizás la parte de su mente más bribonesca, le hacía pensar, que si alguien quería esconder algo de valor, era muy probable que estuviera en esa cueva.

Y encima, podía darse el caso, de que fuera lo mismo que había venido a buscar….