Partida Rol por web

No, Frisbee no lo ve. No lo entiende como tú, no le da esa importancia. Ves en sus ojos un brillo de mosqueo, pero suave, casi la hace más atractiva.

-Lo ha pasado genial. De puta madre, lo recordará toda su vida. No te martirices, muñequita.

Cae un nuevo beso en la base de tu oreja. La tatuadora huele tu deseo, pero también tu malestar. Retrocede, se aparta, te deja espacio, sin insistir más ni agobiarte. Se tira de espaldas en la cama, con intención de encenderse un cigarrillo.

-Ha follado cuando ella ha querido. La gente hace lo que le sale del coño, por un motivo u otro. Por enfado, por envidia, porque simplemente quería echarse un puto polvazo. Y ya.

Una primera calada.

-Alice, tú follas lo que te da la gana con quien te da la gana. Te follas a tu jefa, follas en tus sesiones de bdsm, te hubieses follado a la fantasma esa de la disco…Pero tienes putos escrúpulos de tirarte a Brenda. Y eso lo entiendo. Vale. No se acaba el mundo. ¿Tú crees que estás preparada para todo eso, para tanto sexo? ¿Sí?

Otra calada. No te dice qu te podrias haber quedado con la chiquita en vez de irte a la sesión. ¿Lo estará pensando?

La morena recupera, en parte, el control de sí misma cuando Frsibee se aparta. Su deseo, su lujuria son sustituidos por un cierto enojo, la tensión se hace palpable:

-Yo follo con gente que está a la altura de mi juego. Es una caza en igualdad de condiciones ¿qué si tengo escrúpulos para follarme a Brenda y a Carlota? Claro que los tengo, no es justo, Frisbee, no es justo que para ti solo han sido dos polvos que mañana olvidarás. Para ellas eres la puta ama, ¿lo entiendes? ¿Crees que esto va a terminar aquí? Igual hemos destruido su amistad para siempre, no puedes ir por ahí desplegando tus encantos con gente impresionable. No está bien...y deberías verlo...-cruza la habitación forzándose a no mirar a Frisbee y se enciende un cigarro.

-Eso es...ella lo recordará toda su vida, recordará que quería una relación especial, un polvo especial...y recordará que sus amigas, en lugar de charlar con ella y ayudarla...solo pensaron en su cita y en sus ganas de echar un polvo. Joder que buenas amigas somos.- ironiza, fria, amarga, escupiendo cada palabra. 

¿Por qué se sentía culpable? ¿Era por no haberse quedado con Brenda? Tal vez si hubiera cancelado su cita con Alan y hubiera ido con Brenda a tomar un helado, a comer una pizza...al cine... ¿O era por haber metido a Frisbbe en el grupo de amigos de Brenda...?

-Y tú no puedes ir por ahí juzgando a la gente y diciéndole lo que está bien o mal, honey. A mí. -no notas que su mosqueo suba de nivel- No una tía que está pasando un finde de puta madre y se larga a encontrarse con otra chica. -te suelta de pronto.

-Y yo trago porque tenemos un puto acuerdo que he aceptado y me gustas la hostia. -va fumando, sin alterarse- . Te dije que soy de una sola pareja, pero visto tu plan, hago lo mismo. Brenda y Carlota han sido de casualidad. Y luego está otra tía.  

Te observa, condescendiente. -Pues yo sí me siento buena amiga, no me culpabilices, conversé con ella, ¿prefieres que mañana hubiese aparecido una Brenda follada por algún capullo? Lo he evitado. Y mira -sonríe un tanto burlona- igual me hago muy amiga de ellas dos y follamos las tres juntas. No te va a molestar, ¿o sí?

Ahora sí que ves desafío en sus ojos. Un reto que te la hace más atractiva y más odiosa en este momento. Odiosa porque también la deseas a rabiar. 

-Tenemos un acuerdo...un acuerdo también implica respeto y cuando sueltas esas mierdas por tu boca me parece que buscas que me sienta mal.-le suelta, casi sin pensarlo, a la defensiva, como un resorte.- No me importa que te tires a quien quieras, jamás te lo voy a reprochar, ni tengo derecho ni quiero. Pero considero que follarte a Brenda y a Carlota estuvo mal; tal vez no tenga derecho a decírtelo pero es lo que pienso, no soy capaz de sacarme eso de la cabeza.- da dos largas caladas al cigarro, histérica, furiosa, cachonda...excitada y asustada, preocupada y aliviada. No podía superar la disonancia de la situación. Y encima Frisbee...haciendo como si todo careciera de importancia, como si todo se la sudara...con ese aire condescendiente.- Podías haber evitado que Brenda follara con el primer capullo que pasara...y al mismo tiempo podrías no habértela follado. ¿Se te pasó por la cabeza? Bah...-bufa, apretando los dientes, no puede apartar la vista de ella.

-Haz lo que te dé la gana, tu lo has dicho, no puedo ir juzgando a la gente. Sabes perfectamente que no me molesta, pero creo que eso es lo que más te jode. 

Por unos segundos los ojos de la tatuadora arden con vivas llamas rojizas. Pero se extingue igual que viene, ¿quizá fue el reflejo de la brasa del cigarrillo? Ella fuma y te sonríe. Sí, es verdad, lo lees, lo ves, lo sabes: se la suda. Lo que pasa es que a ella le pareció bien, no hay mal en lo que hizo, no bajo su conciencia. 

-Te puedes sentir como quieras, honey, te digo una verdad que no te gusta. Y vale, te parece mal, es tu opinión. Qué quieres, ¿que te de la razón? Coño, arderé en el puto infierno...-otra calada - tú no tenías delante a Brenda, es fácil acusar y moralizar. 

Los instintos de la depredadora distinguen y separan tus emociones, detectan tu rabia, paladean tu excitación. Te empiezas a encender, y prendes fuego en la chica tatuada. Se pone en pie, da unos pasos hacia ti.

-Se me pasó por la cabeza...que no soy gilipollas. Y sí. tienes razón que me jode que a ti te la sude que me tire a quien sea...Entonces no formes tanto alboroto. -Se quita la camiseta, sus pechos altos saltan, sus pezones un punto endurecidos. Y te acorrala de nuevo antes de que reacciones. O no lo haces. Su boca y sus ojos quedan muy cerca de los tuyos. 

-Te mueres por follarme ahora...Estás jodidamente rabiosa...Va, muñequita...

-Yo he tenido delante a Brenda...más veces que tú.- le dice, y le hubiera dicho más cosas pero las protestas mueren en sus labios y de ellos se escapa una voluta de humo sin respirar por la sorpresiva acción de Frisbee. Otra vez su cerebro queda enmudecido, sus pupilas no pueden rehusar el contacto y su cuerpo se paraliza, incapaz de pensar, incapaz de huir, incapaz de quedarse.

-Frisbee...no...no tengo humor. Déjame...estoy cansada.- era cierto...y también falso, porque en otras circunstancias...en otras circunstancias no habría puesto pegas, pero ahora tenia demasiadas cosas en la cabeza y no podía pensar. Necesitaba que esta situación terminara, o con ellas follando o con Frisbee fuera de allí...fuera de su templo. Pero necesitaba algo...que algo cambiara, necesitaba romper este instante. Pero no se atrevía a pedirle a Frisbee que se fuera. ¿Por qué?

-A mí me da que ya has mojado las bragas...te huelo...-Frisbee no cede, se pega más a ti.- Podría haberte dicho que sí, que más veces que ella, pero que no hiciste nada. O que no lograste nada. Pero está centrada en otra cosa. En ti. En tu cuerpo. Y tan cerca que sus pechos ya rozan los tuyos por encima de la camiseta. Huele a sexo, a propio y a otra mujer...A Brenda. Una fragancia que te alcanza el cerebro...

Que se marche. Que se quede. Pero tú no eres capaz de moverte, de reaccionar con determinación en un sentido u otro. Que es tanto como dejar que ella decida. Como hace siempre. Es tu ama la que toma las decisiones. Sin remordimientos, sin dudas. Tal vez por eso es tu ama. Es lo que necesitas. ¿Sí? ¿No?

Frisbee ya está encima. Su beso en tu barbilla. -Muñequita...- Sus manos atrapan tus glúteos y atrae tu pelvis contra la suya. Es tu ama. 

El corazón le va a mil. Se le va a salir del pecho. Sus bragas estaban mojadas, más que por la tarde. Y ella también debía oler a sexo, a hombre, a Alan. Cuánto se habían complicado las cosas en pocas horas.

Joder Alice céntrate, echala!

no ¿Que dices? Si no está haciendo nada malo, Frisbee es Frisbee ya lo sabes.

no no no, Alice esto se está yendo de madre

¿Y qué? Ella controla, todo está bien

¿Qué va a estar bien? Le has dicho que no. Y ella sigue. Te distanciaste de Will por mucho menos.

-Frisbee no...de verdad...- no sonaba muy convincente pero da un paso atrás...y su espalda encuentra la pared del balcón.- Dejémoslo aquí...¿Vale? No...no me apetece...- no era cierto del todo...pero si- quiero descansar...

Encajonada entre la pared y el atlético cuerpo de Frisbee, el mundo te da vueltas. Qué fácil sería entregarse, déjala, que te folle, o salta sobre ella y métele el polvo de su vida, demuéstrale que también eres una depredadora. Pero no puede ser, no con ella, no, con Frisbee, no, es tu ama. Tu Dómina. 

-Vale. Vale. -Se aparta un poco. En sus ojos puedes leer algo de decepción y también comprensión, pero no disgusto, es más, sonríe, cercana. La atractiva mujer te conoce bien, tiene claro que lo estás deseando pero que a la vez no es el momento, idea que no comparte, sin embargo te respeta. Se acerca de nuevo y te da un beso, para tu sorpresa, cariñoso y tierno. Sí, controla, y sabe cómo tratarte.

Se aparta del todo, se pone la camiseta. -Mañana, entonces. Relajadas y con la calma. -Coge otro cigarrillo- ¿Me lo puedo fumar contigo, en el balcón? Solo cinco minutos. Te prometo que no intento nada. Si tú pruebas, me dejo, eso sí, jajaja. 

El mundo se para. Las vueltas se amainan, todo pierde velocidad y su corazón se calma. Frisbee era increíble, no dejaba de sorprenderla... normalmente para bien. Joder así es imposible enfadarse con ella. Se le escapa una sonrisa aliviada, tranquila, calma.

-Venga, un cigarro, si, no se qué he hecho con el mío.- gira la mirada, lo ve en el cencicero de la mesita, entero y consumido por el aire. Un desperdicio. Casi mejor porque necesitaba uno entero.- No pienso tentarte, eso sería ser mala y no lo soy. No tanto.- nada de drama...mejor así. Borrón y para delante. Busca su paquete y le ofrece un cigarro a la tatuadora al tiempo que sale al balcón.

La tormenta amaina y el viento parece llevársela lejos. No es raro, hay discusiones en pareja. No es la primera, no será la última. Tampoco es que hayas cerrado el capítulo de lo sucedido. ¿Qué sucederá a partir de ahora? ¿Con Brenda? Te temes lo peor. O lo mejor. Mejor colgada de Frisbee que vete a saber de quien. 

Un lío.

Fumas junto a ella. En silencio. Hasta que ella lo rompe. -Estoy dejando la coca. -suena ahora nerviosa. -Esta semana solo llevo dos rayas. Klaus me ha dado un toque. Y noto que comienza a afectarme, tienes razón. Que follar con coca es la hostia, pero se me puede ir la pinza. No quiero mierdas contigo.

Fuma, sumida en sus pensamientos.

-Me molas mucho, muñequita. 

Aquella noticia la pilla con la guardia absolutamente baja, se atraganta con el humo del cigarro y se la queda mirando como si hubiera dicho que el cielo es de color rojo. Pero, pasado el instante de desconcierto, una sonrisa ilumina su rostro y da brillo a sus ojos, relegando de forma definitiva la angustia de la discusión anterior al fondo de su mente.

-Es genial que hayas tomado esa decisión. Bien hecho.- le dice, cautelosa, no queriendo echarle más presión encima a algo que ya suponía que era un camino difícil. Da un paso de lado y, por una vez, es Alice quien abraza por la cintura a la tatuadora, apretándola fuerte. Y en silencio.

Frisbee no rechaza el abrazo, ¡qué contadas son las veces en las que se muestra vulnerable, necesitada de apoyo, de cariño! Es más, notas que se recuesta un poco en ti. Así es la tatuadora, capaz de pasar de un extremo a otro en segundos. No lo hará para acorralarte y obtener lo que quiere, ¿no? No te da esa impresión.

-Es un puto esfuerzo...fumo y como más. Y bebo más café. Pero va bien. No estoy tan enganchada. Ya veremos. -sonríe, dubitativa.

-Hay otra cosa...Con la mierda de discusión de antes me noto indecisa ahora...Es acerca de tu juguete para mañana. No quiero cagarla. Pensé que te gustaría, quizás demasiado alegremente, por lo que hablamos de probar algo nuevo, diferente. -fuma, pegándose más a ti, a tu fuerte abrazo. 

-No...no es algo. Es...es alguien. -Titubea, fumando, observando la noche, esperando tu reacción.

Alice guarda silencio mientras Frisbee se expresa, le aprieta en el abrazo cuando ella se desahoga con lo que le está costando no meterse.

Inesperadamente, la tatuadora cambia de tema y la morena levanta la cabeza para mirarla a los ojos, de nuevo, como si hablara en un idioma desconocido. La había pillado desprevenida con aquella revelación.

-Escucha...lo que sea que hayas pensado para mañana...es un asunto de mañana. Cuando las dos...hayamos descansado y...ese es otro tema. Estoy segura de que lo has pensado y te ha parecido una genial idea cuando se te ocurrió y mientras lo...preparabas. Sea lo que sea o quien sea.- se le escapa una sonrisilla suave y tranquilizadora- En serio...no te preocupes por eso. Si me gusta, pues lo pasaremos genial. Y si no me gusta, lo pasaremos genial también, porque te seré sincera y te diré si es un buen plan o no lo es. Tampoco yo sé qué cosas me gustan que cosas no...pero no quiero que te sientas insegura por eso. ¿Vale? 

Tus palabras son un bálsamo para Frisbee, lo notas en el relajamiento de la tensión de su cuerpo. Es muy importante para ella que hayas aceptado esa "sorpresa", que no la hayas rechazado con solo el planteamiento. La intensa calada a su cigarrillo es muestra del nerviosismo de la motera. Tan decidida, fanfarrona y con cara en el asunto de Carlota y ahora con esas dudas. Ha sido sincera,y no ha querido que mañana pudieras pasar un mal rato.

Sí, eres una persona decisiva en su vida. Tal vez más de lo que imaginabas. 

-No la conoces. Es muy maja, en todos los sentidos. Y muy complaciente.

Te besa en el cuello, en la barbilla, y luego te devora la boca a su estilo de siempre.- Eres la puta hostia, Muñequita. -te sonríe, unos ojos enormes, brillantes, ¿será el efecto de no consumir coca? ¿Será el reflejo de lo que siente por ti?

Se pone la chupa de cuero.-Mañana a la tarde, ¿vengo a buscarte?

-¿Muy complaciente? ¿Más que yo? Umm no se si me caerá bien jaja- se atreve a bromear para quitarle hierro al asunto y apaga su cigarro rodeando el cuerpo  de Frisbee, le da un beso en la mejilla, tierno y cariñoso antes de separarse..claro que la tatuadora volvió a demostrar que era la más rápida del oeste y su beso la volvió a dejar descolocada como si un huracán hubiera pasado por ella. El huracán Frisbee.

-Mañana a la tarde, si después de comer, hacia las ¿Cinco? Si quieres, si, ven a buscarme, me gusta que lo hagas.- dijo con aquel tono de cuelgue total, y una mirada embobada a la tatuadora. Que sexy estaba con la mirada tan limpia...y la chupa de cuero. Mañana, mañana...hoy no.

-Nos vemos, descansa.

-No he estado con ella -te confiesa, entrecerrando los ojos, riéndose- Es para ti, muñequita. Para tus caprichos y lo que quieras jugar con ella.

Llueven besos y  miradas. Un cruce de miradas de Frisbee que casi te da miedo por lo que desprenden sus ojos hacia ti. ¿Se sonroja? ¿Frisbee? El último beso es un roce de labios y un ligero mordisco con sabor a nicotina. Y a deseo encerrado en una botellita de tiempo.

Te quedas sola. No por mucho tiempo, que recuerdas que tienes que echar una mano. Y necesitas actividad para no pensar en este último rato. ¿Carlota, Brenda, Frisbee? ¿Será pasajero o la tatuadora se aprovechará de las dos? Brenda...seguro que se ha quedado tan colgada como tú de...¿de tu chica? Porque...confiesa...estás colgadísima de ella. Total. Y lo de esta tarde, quien sabe, ese pico de tormenta lo mismo ha servido para uniros más. Pero, ¿qué vas a hacer con el asunto de Brenda?

Colaboras con la cena. Tranquilizas a Rose, más o menos. Los demás ayudan también. Brenda no aparece, ni abre la puerta a la dueña del local ni a nadie. Se escucha música en su habitación. La cena es tranquila, con cierta tensión. Rose da una excusa para Brenda, que se encuentra mal, que ha discutido con una amiga. Rose acaba por acostarse pronto.

Tú charlas con Sarah, Willy el resto. Trivialidades. Todo bien, el trabajo, Will sale con una chica, algo medio serio, aunque te parece que el rollo con Robby continua. Frank en su línea de monosílabos y sonrisas neutras, te ayuda en la cocina con la vajilla. 

Alice se resigna a no ir a la habitación de Brenda. No tiene la cabeza para apagar más fuegos hoy, le manda un mensaje a Lindsey diciéndole que siente no haberla llamado antes, que hubo una emergencia en la pensión y que tuvo que salir corriendo tras la sesión con Alan. Le cuenta someramente que fue muy bien y que buscará un momento para llamarla por la mañana para contarle.

Luego ayuda con la cena, procura relajarse, pero el ambiente no está para echar cohetes, ayuda a recoger y a limpiar, se alegra por Will pero espera que no acabe metido en un huracán imposible como está ella misma. Finaliza la cena y la limpieza posterior, se retira a su refugio. Es curioso, parece que huele a Frisbee. Se sonríe como una tonta mientras se tira en la cama. Que locura...Frisbee es de todo menos conveniente...esa falta de precaución, esa falta de empatía, no valora los riesgos, no piensa la consecuencias de sus actos...y aún así esta pillada hasta las trancas de ella, y cada bronca...o cada desacuerdo en lugar de separarlas, las unía más. ¿Cómo era posible? Alice siente la necesidad continua de ella...¿hasta donde sería esto? ¿Podía pararlo? ¿Quería pararlo? No...claro que no. Suspira y lanza sus preocupaciones al aire... ojalá ser un poco como Frisbee...

Y con ese pensamiento, se queda dormida.

La noche es larga y pausada. Duermes de un tirón, a pesar de las tribulaciones del día anterior, tu cerebro descansa, envía la orden de desconexión a tu cuerpo. Tal vez, en el fondo, estás bien contigo misma. 

Amanece. Despiertas genial. Un rato tirada en la cama, repasando lo que tienes que hacer durante el día. Brenda...Lindsey. El trabajo, Michelle. El apartamento para Kate. A la tarde y el fin de semana Frisbee...¿tu regalo? Ni has pensado...Y la maldita rubia de la disco...¿vas a ir? Bueno, eso es mañana...Te asalta el pensamiento de pronto de la experiencia con velas...Te conoces y es una idea que te a a costar quitártela de la cabeza. O...lo probarás...Mejor te levantas, que ya habrá tiempo de pensarlo con detenimiento.

El desayuno. Deberías ayudar, ¿no? ¿O estará a ello Brenda? Te pones en pie, sales al baño, suerte de que está libre, una ducha rápida, en forma, te vistes y bajas. Allí está la chiquita, canturreando, liada en la cocina, ella sola. Te sonríe, un segundo, enrojece, te pasa unos platos. Avergonzada.

-Buenos días, Alice. -su tono es jovial, el de siempre, pero no te mira a los ojos- Toma, ves colocando la mesa. Oyeee, que siento lo de ayer...Fui una borde...-Coge los cubiertos. Se muerde los labios.

-Te confieso que me lo pasé genial...Como diría Frisbee, fue la puta hostia...No era amor...claro...Pero tampoco soy ya una pringada. -logra coincidir los ojos con los tuyos- Perdona. Te hablé mal y pasé de ti. Yo...yo no se...

Pasa la noche tranquila y por la mañana piensa en remolonear un poco pero la idea de que Brenda podría estar aún "disgustada" con Rose la espoleó a salir de la cama y prepararse para echar una mano. Cuál no fue su sorpresa al cruzarse con Brenda en la cocina; la chiquita empezó a darle explicaciones, nerviosa e intranquila y Alice se la quedó mirando, buscando las palabras exactas. Mil ideas se le pasaron por la cabeza...recordando los momentos en que no sabía donde estaba Brenda, pensando en si no estaba haciendo alguna tontería mayor, si le había pasado algo...

La morena le arrebata los cubiertos de la mano y los posa en la mesa más cercana y, antes de que Brenda pueda protestar, Alice se lanza a abrazarla fuerte, a lo grande, hundiendo la cabeza en el hombro de la chica.

-No vuelvas a irte así...¿vale? Eso es todo. Nos tenías muy preocupadas...entiendo que necesitabas...desfogar y no te voy a juzgar, mi opinión me la puedo meter por donde me quepa pero...pero no vuelvas a irte así...por favor.- suspira, contiene las lágrimas pensando en todo lo que le pudo pasar...lo agradecida que estaba de que hubiera ido en busca de Frisbee y no de...cualquier pirado.- No hay nada que perdonar.