Partida Rol por web

Avanzas hacia el callejon lentamente. Esta oscuro... para ser de dia, aunque claro, los callejones se suponen mas oscuros cuando estan entre dos grandes edificios, como era el caso.

Uno de los cubos de basura se mueve, parece que hay algo dentro, te acercas y levantas la tapa.

...

En un parpadeo te encuetras boca arriba en el suelo. Hace un segundo estabas de pie frente al cubo y ahora tumbado en el suelo. No tienes nada adolorido, solo no recuerdas haber llegado ahi, al girar la cabeza vez una estela de chispas rosas que se dirige hacia el fondo del callejon.
 

Astor se encontraba molesto, no solo porque no parecía haber logrado reunir el valor suficiente como para salir con aquella joven de buen ver, sino que ahora mismo incluso parecía que los cubos de basura le rechazaban abiertamente. De un salto, o mejor dicho, de levantarse lentamente y con cuidado, no había que abusar, Astor miró hacia donde había ido aquella cosa.

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No dijo nada, tan solo entrecerró los ojos por cansancio, no físico sino mental. Cansado de que la ironía golpeara de nuevo su cara como aquel Pokemon; el pese a no haber visto aquel pokemon tenía un presentimiento, intuía que había más allá, pese a ello, tenía que confirmarlo. Así pues, con paso ligero, se dirigió hacia donde había huido aquella estela rosada.

Comienzas una persecución con aquel desconocido, las calles se iban sucediendo, pero aquel rastro de chispas no parecia acabar, sabias que ibas por el buen camino por que iban apareciendo objetos que te dificultaban la persecución, como contenedores de basura por el suelo o cajas de botellas esparcidas.

Astor continuó con la persecución, una mera caja vacía o un contenedor no detendría al Gran Astor, y mucho menos lo haría una criatura que deja tras de sí una estela rosada. ¡El daría al final con la respuesta de todo este asunto, pues su corazón estaba lleno de determinación y prejuicios contra un montón de gente y Pokemons!.

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Evidentemente no dijo absolutamente nada, a fin de cuentas, estaba en una persecución contra el asaltante del callejón, dijera lo que le dijera era altamente probable que no se detuviera, así que guardar el aliento era lo mejor que este podía hacer, mientras se concentraba en esquivar cajas y demás obstáculos.

La persecución se pone frenetica, sin embargo acaba de una manera abrupta cuando en un quiebro rapido te das de bruces contra un muro de piedra lo suficientemente alto para que no puedas escalarlo. Sin embargo, dos segundos antes de desaparecer por completo te da tiempo a vislumbrar una cola fina y rosada desapareciendo en lo alto del muro. Tras ella quedan las chispas brillantes que llevas persiguiendo desde el principio de la carrera.

Astor tenía tan solo dos opciones, dar como perdido aquella persecución o por el contrario tirar el muro abajo, o al menos hacer un pequeño boquete por el cual pasar al otro lado; sea como sea, ambas opciones no eran las adecuadas para alguien que deseaba llamar la atención lo mínimo y recibir su gratificación por la ofensa acometida por aquella criatura.

-¡Nadie escapa de Astor Krieger y queda impune! -Exclamó a la par que invocaba a su Pokemon- ¡Adelante! ¡Carga Dragón contra el muro!.

Dratini sale de su pokeball a la carrera cargando contra el muro que sale volando como un castillo de naipes. Sin embargo los preciosos segundos que ha tardado en derribar el muro han dado el tiempo suficiente a tu presa a escapar.

Si alguien mirara a Astor en esos precisos momentos, vería como se encontraba espumando por la boca, de rabia de que no solo hubo tenido que recurrir a la violencia para conseguir su objetivo, sino que directamente su objetivo había logrado huir sin siquiera darle la oportunidad de atraparlo.

-¡Vuelve!- Dijo volviendo a meter a su Dratini en la pokeball, mientras saca la otra que tenía e invoca a su otro Pokemon- ¡Trata de rastrear a aquella criatura! ¡No me daré por vencido tan facilmente!.

Astor a parte de lo suficientemente cobarde como para no quedar a solas con una joven de buen ver y bien posicionada; también era lo suficientemente cabezota como para tener la determinación necesaria para no rendirse en su búsqueda.

Dratini se giró y te miró confundido. No sabia por donde ir, la calle al otro lado del muro no era mas que la parte trasera de una tienda y la puerta de esta estaba cerrada, no parecia que estuviera alli ni que hubiera sitios para esconderse.

Si aquel bicho había desaparecido y no había sitios por donde esconderse, al igual que logró escalar el muro tan alto... lo único que Astor podría pensar es que decidió volar y quedarse por ahí flotando sobre su cabeza, riéndose del joven militante, para aún más inri de la ofensa que estas criaturas habían hecho en su contra.

-Maldito... -Dijo alzando la cabeza en busca de alguien sobre él.

El cielo del medio dia se alzaba brillante y soleado por encima de los edificios de piedra y metal que te rodeaban. Dratini te miraba confundido ¿Por que habias ordenado que tirara un muro abajo?

Astor trata de dialogar con el aire durante minutos hasta que cansado decide desistir de su encuentro, guardando a su dratini en la Pokeball y suspirando, golpeando un ladrillo del agujero de la pared recién hecha de la más pura rabia por no haber sido lo suficientemente rápido y capaz de capturar a aquella criatura y hacerle pagar el daño causado al joven militante.

-Maldito pokemon... -Comentó apretando los dientes- Nada me sale bien ultimamente...

Antes de irse del lugar da un último vistazo rápido por si hubiera algo que llamara su atención.

Tras devolver a Dratini a la pokeball te quedas pensando en que podia haber sido aquel extraño bicho. Con todo el ajetreo notas que el estomago te ruge. De fondo se escucha una radio de una de las casas. Pokesol 102 anuncia que es la 1 de la tarde.

Ya es la hora de comer, y pese a que aún no había preparado nada para comer, era mejor comer tarde que gastar el dinero que tanto les habían costado mandar en algún restaurante, por barato que pareciera, la comida en casa propia siempre es más barata, tiene más cantidad y dura más tiempo que cualquier comida en un restaurante, bar o taberna.

-Todo esto fue una pérdida de tiempo... -Dijo desanimado- Al menos podré decir que di mis 5000 pasos diarios...

Con todo esto dicho, Astor se dirigió de camino a su casa, aún tenía que pensar qué comería, y evidentemente tener en cuenta cuánto tiempo le llevaría preparar tal manjar... o recalentar tal comida... Sea como sea, aún tenía que pensar en el tema.